Por: Alexiel Vidam
Si le preguntasen a Derek Vinyard (Edward Norton) cuándo fue que comenzó su odio contra las minorías étnicas, él respondería que con la muerte de su padre; pero en realidad fue antes, cuando éste le hablase sobre la injusticia social. Para el padre de Derek el sistema estaba hecho para proteger a los negros y a los latinos por encima de los nativos, que se esforzaban trabajando día a día. Derek, quien era bastante joven, se dejó marcar por aquel discurso, y cuando su padre falleció, culpó directamente a las minorías. Esto le hizo un blanco preciso para Cameron Alexander (Stacy Keach), líder del grupo neonazi que domina el sector.
Derek, protagonista de American History X, se hace hombre anidando dentro de sí una rabia cargada de idealismo y paradójico heroicismo. Él se siente un salvador de la raza blanca, perturbada usualmente por los vicios de los “invasores”. Al mismo tiempo, sirve de inspiración a su hermano Daniel (Edward Furlong), quien se rapa la cabeza igual que él y pronto se une a la misma secta. En el punto cumbre de su fanatismo, Derek comente un terrible asesinato, por el cual es encerrado en la cárcel durante tres años… tres años, que cambiarán su vida y su modo de pensar radicalmente.
El paso por la cárcel no sólo significa un espacio donde él es la minoría, sino que le sirve para desenmascarar la hipocresía de quienes fueran sus iguales. Esos skinheads de los que esperaba protección, son quienes terminan mostrándole el verdadero dolor de ser rechazado. Un episodio traumático y denigrante marca por siempre la vida de Derek, quien, al salir de la cárcel, buscará sobremanera empezar de cero, dejar todo atrás, y salvar a su familia de las consecuencias de sus acciones pasadas.
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