martes, 25 de septiembre de 2012

Y ahora... un comercial

Normalmente, los comerciales son la parte que aprovechamos para levantarnos de la butaca, ir a comprar cachita, o a "achicar el río" y evitar que nos de ganas en plena película (lol). En esta oportunidad, Carlos Lavida nos presenta otra perspectiva de la publicidad... una mucho más acorde con el paladar cinematográfico. 







*Si quieres ver más del trabajo del diseñador y dibujante Carlos Lavida, no dudes en visitar su blog: http://carloslavida.blogspot.com/

miércoles, 19 de septiembre de 2012

5 asesinos cinematográficos




Por: Alexiel Vidam

Los asesinos son generalmente asociados al género de horror en el cine... sin embargo, si analizamos con un poco  más de detenimiento, nos damos cuenta de que ellos están muy presentes también en el drama, en el cine negro (cine de gangsters), en el cine de acción... y hasta en la comedia. A continuación, presentamos una pequeña lista con algunos asesinos emblemáticos del cine. 


Aileen Wuornos (Monster)


Aileen Wuornos es una asesina fuera de lo común… una villana que se confunde con heroína trágica, una mujer que no tuvo oportunidades y se vio condenada al triste oficio de la prostitución, lo cual fue trastornándole poco a poco. En medio de su decadencia y de su soledad, Aileen conoce a Shelby, una joven homosexual de la cual se enamora, y por quien pretende cambiar de vida. Sin embargo, la falta de recursos para desempeñarse en otros trabajos la devuelve a las calles. Intoxicada por la violencia y la corrupción, Aileen se convierte en una radical “limpiadora”. (*Dato curioso: Aileen está inspirada en la persona real de Aileen Carol Wuornos, la “mujer araña”, una prostituta de Florida que asesinó a 7 de sus víctimas alegando que fue en defensa propia.)


Jack Torrance (El Resplandor)


No es un Freddy Kruger de cara deforme ni un Jason con motosierra, pero el rostro de Jack Torrence y su expresión de desquiciado sí que dan miedo. Si acaso pensabas que todos los escritores mataban sus demonios en el papel, aquí te presentamos uno que optó por un método “ligeramente” más agresivo: perseguir a su esposa y a su hijo con un hacha. Recomendación: Si tu viejo decide llevarte de vacaciones a un hotel apartado en medio de una zona con mucha nieve… asegúrate de que no esté construido sobre un cementerio indio.


Norman Bates (Psicosis)


El hijito mimado y pisado; el niño reprimido de mamá… el que fue educado para pensar que la mejor compañía para un chico es su madre. A Norman, el complejo de Edipo jamás se le fue; por el contrario, le quedó tan marcado que, tras la muerte de su madre, ésta continuó mandoneándole en su cabeza, y actuando a través de él. Lamentablemente para la pobre Marion (protagonista de Psicosis), la madre de Norman no era el ser más amable del planeta… al parecer, tenía la costumbre de acuchillar a toda mujer que se atreviese a alborotarle las hormonas a su nene.


Leon (Leon, El Profesional)


Así como hay asesinos “por amor al arte”, los hay por plata. Leon es un experto en armas, las cuales utiliza para eliminar a mafiosos, delincuentes y otras alimañas, en favor de todo aquel que pueda pagar por sus servicios. No hay nada de noble en él… hasta que termina haciéndose cargo de Mathilda, su vecinita de 12 años, cuyos padres y hermano acaban de ser brutalmente asesinados por un grupo de policías corruptos (su padre, para esto, estaba implicado en narcotráfico). Entre ellos surge un lazo emocional cargado de un erotismo que, sin embargo, nunca llega a manifestarse en actos concretos. Leon se limita a cuidar de Mathilda, a quien desearía mantener alejada de su sórdido trabajo… sin embargo, tras las constantes insistencias de ella, él decide enseñarle su oficio.


Beatrix Kiddo alias “Black Mamba” (Kill Bill)


Porque los malos también pueden ser “buenos” y soñar con casas, perros e hijos. Beatrix Kiddo, alias “Black Mamba”, la más temida de las cuatro asesinas del escuadrón “Víbora Letal”, decidió colgar los guantes, ni más ni menos que para convertirse en una feliz madre de familia, motivo por el cual, decidió abandonar también al sanguinario padre del retoño. Éste último no lo asimiló muy bien que digamos… y decidió dispararle directo al cráneo. Tras cuatro años de coma, Black Mamba regresa para vengarse… 


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lunes, 10 de septiembre de 2012

Luna Amarga



Por: Alexiel Vidam

Bitter Moon (Luna de Hiel) de Roman Polanski impacta por su sensualidad, su misterio, la sensación de intriga que provocan sus retorcidos protagonistas, y el relato de su oscuro romance que va develándose al paso lento de quien intenta alargar una fantasía.
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De qué va esto

Todo comienza en un crucero rumbo a la India. Nigel (Hugh Grant) y Fiona (Kristin Scott Thomas) son una aburrida pareja británica que celebra su 7mo aniversario y decide tomar el barco para librarse de la rutina. A bordo interactúan con un matrimonio bastante oscuro y particular: Oscar (Peter Coyote), un escritor frustrado y paralítico, y su provocativa e intrigante esposa Mimí (Emmanuelle Seigner). La belleza de Mimí impresiona a Nigel, quien a su vez empieza a verse acosado por las insistencias de Oscar, empecinado en que escuche la retorcida historia de su romance con su mujer.

"Cuidado con ella... Ella es una trampa viviente", y el paralítico de expresión grotesca termina convirtiendo al inglés en su interlocutor.


Amor-odio, pasión y venganza

Oscar es un neoyorquino que se muda a París en busca de inspiración para escribir. En un viaje de autobús ve por primera vez a Mimí, de quien queda prendado. Volver a encontrarla se convierte en su obsesión… hasta que lo consigue, e inician una apasionada convivencia.

Sin embargo, la relación entre Oscar y Mimí está, sobre todo, basada en el sexo, y cuando su creatividad para el acto comienza a agotarse, la pasión se apaga. Oscar está hastiado de Mimí, pero ella aún siente que no puede vivir sin él. Con ello empieza el derrumbe brutal de la relación: la dependencia, el maltrato, la humillación, el resentimiento… y la posterior revancha. Se desarrolla una larga y tormentosa montaña rusa de amor, odio, deseo, pasión, y venganza. Supervivientes el uno del otro, Oscar y Mimí deciden consolidar su simbiosis en matrimonio y establecer la tregua; a partir de entonces, buscan a terceros para hacerlos víctimas de sus perversos juegos pasionales.

Un film mórbido y excitante

Creo que puedo catalogar a Bitter Moon entre las películas más sensuales que he visto (en mi lista están también Soñadores, Amistades Peligrosas, Bram Stoker’s Dracula, Jamón Jamón, El Último Tango en París y La Piel que Habito).

El cromatismo opaco de las escenas parece invitar a develar un secreto. La vestimenta de Mimí, sus bailes voluptuosos, el soundtrack plagado de letras sugerentes y ritmos eróticos (desde los temas más lentos y suaves hasta los más acelerados), los diálogos intensos y meticulosos que utiliza el retorcido personaje de Oscar para contar su historia… todos y cada uno de los detalles de la película, se dibujan como una provocación.


Podemos, sin embargo, dividir esa lascivia en dos tonos: el “claro”, que abarca toda la parte romántica de la relación entre Oscar y Mimí, y el “oscuro” que envuelve la degradación de la misma (y a su vez, la mayor parte de la película). Al inicio de su relato, Oscar es presentado como un sujeto de rostro tranquilo y amable, enamorado de París, ansioso por ser como sus ídolos literarios, y embelesado por la belleza de Mimí. Mimí, por su parte, se presenta como una muchacha sencilla, apasionada por la danza, de una belleza natural y una inocencia tan espontánea como su sensualidad. La voluptuosidad está presente en los diálogos, en los gestos de los personajes, en la vestimenta de ella, en la música tranquila, pero todo hasta aquí es muy “normal”.


“Tenía una frescura y una inocencia… una mezcla casi desconcertante entre madurez sexual e inocencia infantil”. (Oscar – Bitter Moon)

La parte oscura, del filme, por su parte, sí reta los esquemas mentales de las mentes más ortodoxas. Es entonces cuando los enamorados se transforman en verdugos, y con ellos, sus expresiones, sus gestos, sus movimientos y vestimentas, se vuelven completamente agresivos. Los juegos de dominación, son el plato predilecto de esta etapa… juegos que acaban por salirse de control y escapar del plano de roles sexuales ficticios. Nigel escucha cada secuencia del relato en una mezcla morbo y horror. Oscar pretende seducir a Nigel mediante su relato… o, mejor dicho, que su mujer lo seduzca a través de él.


Una de las escenas más sensuales de la película.

El final es trágico. No podía esperarse algo distinto de semejante trama retorcida. Podría definirlo como un final seco, brusco, que corta de manera repentina una acción hasta entonces desarrollada con fluidez. Es un golpe directo a la boca del estómago de los personajes que quedan en pie, estremecidos ante la descarnada experiencia que acaban de vivir.


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