lunes, 30 de enero de 2012

¿Blockbusters o Cine de Autor?


Lo que busca un nuevo cinéfilo

Por: Octavio Valdez

*Nota: En los artículos de opinión, respetamos las diferentes formas de pensar de cada autor. Los lectores u otros redactores del blog pueden o no estar de acuerdo con ellas- Se puede comentar a favor o en contra, pero, ante todo, se pide respeto.


Varias veces me he encontrado en la situación de pasar semanas o meses sin ir al cine. Considero que no hay mucho que ver. Por un lado, quiero entretenerme, pero, por otro lado no deseo ver algo que me parezca hueco o demasiado banal.

Frecuentemente me topo con dos extremos cuando voy al cine. Por una parte, Hollywood, produciendo los famosos “Blockbusters”, que abundan en efectos visuales, pero muchas veces cuentan con un argumento vacío y hasta chovinistas (cuántas veces no hemos visto al héroe norteamericano musculoso que mata a algún extranjero maléfico y tiene por pareja a una modelo salida del último tomo de Playboy). Es pesado sentir que uno se encuentra frente a un mensaje comercial de dos o más horas, que nos repite todo el tiempo alguna idea que subliminalmente pretende ser introducida en nuestras cabezas. Por otra parte me encuentro ante un cine de élite, en ocasiones tan complicado, que parece colocarnos frente a un test de IQ, lo cual vuelve la experiencia tan estresante como un examen de fin de ciclo en una materia que no se acabó de entender. No todos estamos educados para apreciar cada técnica actoral o de captura de imagen que volvieron la cinta un éxito para la crítica especializada.

Reflexionando sobre ello, al decidir mis salidas al cine me pregunto: “¿Dónde está el balance que nos entretiene?”. Para mí, y quizá para muchos, está en el punto medio entre lo comercial y lo artístico. Queremos que la historia sea algo interesante, que provoque reflexión, pero, de igual manera, el cine es una experiencia audiovisual; queremos que algo nos impresione en ese sentido (sí, a veces queremos ver un dinosaurio que parezca real como pasó en Jurassic Park). Quizás basta con un argumento sencillo, que el director logre hacer interesante a través de su manejo de lo audiovisual (¿Alguien recuerda la primera vez que vimos la patada de Trinity en la I de Matrix?).

Ahora bien, ¿qué ejemplos he encontrado que, a mi criterio muestran ese balance?

Batman el Caballero Oscuro. Oye, Octavio, pero ése es un filme de superhéroes… Sí y no. El personaje del Guasón, interpretado por Heath Ledger, cambió eso al convertir la trama en un enfrentamiento entre el orden y el caos, creando al espectador la pregunta de si realmente puede existir un orden en la sociedad, o si estamos condenados constantemente a la irrupción de la anarquía. Claro la cinta también está plagada de esos momentos en que abundan los golpes, las explosiones y las persecuciones automovilísticas, pero de, algún modo la trama sigue siendo congruente y hay una historia que no deja de sembrar interrogantes al observador.

Avatar, de James Cameron. Muestra el logro visual cinematográfico más interesante de estos últimos años. Oye, pero es un festín de efectos especiales… Pero, curiosamente, plantea la idea de cómo a las sociedades industrializadas les resulta imposible o muy difícil comprender a las sociedades que buscan un balance con su medio. Ello es asimilado fácilmente por el espectador y, nuevamente, de forma sencilla (con escenas atractivas para el público), se da un balance entre lo visual y lo argumental.

The Matrix, con una historia interesante y escenas y efectos que muestra nuevas formas de filmación que el cine no había utilizado hasta el momento. Además, sacó la ciencia ficción del espacio y la puso muy cercana a la tierra, con un argumento que alude a la popularización y crecimiento del Internet. Lo más rico de esta película es que pone a la gente a discutir sobre temas filosóficos partiendo de lo que aparenta ser un típico filme de acción.

Por último, quisiera mencionar Pulp Fiction, de Quentin Tarantino (Ganadora de la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1994). Si bien este filme puede ser algo pesado para algunos por su manera atípica de mostrar la historia, o sus escenas lentas, es, en realidad una historia muy sencilla sobre lo que es el bajo mundo y sus habitantes, mostrado con crudeza pero también con sarcasmo, salpicándonos de esas frases irónicamente cotidianas, tan características de la cultura popular.

Claro que las opiniones pueden diferir, pero la idea fundamental, creo que sigue en pie. ¿Qué tipo de cine busco? Uno que satisfaga mi curiosidad, pero que, al mismo tiempo me atraiga en el sentido sensorial, sin estar ello estrictamente relacionado a los efectos especiales (los absurdos de Woody Allen, por ejemplo, atraen visualmente sin contar con esos recursos). Pienso que el cine debe ser un arte, pero que tampoco debería dejar de entretener, de ser un medio para desconectarnos un momento y liberar estrés.

viernes, 27 de enero de 2012

Mary and Max, "dibujitos" que no son para niños

Por: Koro

¿Cuántas veces alguien mayor nos ha dicho “los dibujitos son para niños”, refiriéndose a alguna película o serie animada? Si ustedes, estimados cinéfilos, son como yo, y adoran el arte detrás del cliché, seguramente se sintieron incomprendidos o molestos ante tal muestra de ignorancia en el tema.

Mary And Max es una de esas películas que te hacen luchar contra esos comentarios, rodada íntegramente en stop motion (animación cuadro por cuadro), este film es otra muestra de genialidad, escrita y dirigida por Adam Elliot (quien nos trajera “Harvie Krumpet”, en 2003). Narra, en primera y tercera persona, la amistad entre Mary, una niña australiana de 8 años, apenas descubriendo la crueldad del mundo, y Max, un hombre de origen judío con serios problemas de sobrepeso, quien, además, sufre de Síndrome de Asperger.

La historia comienza cuando Mary, aun siendo niña comienza a darse cuenta de que la vida, más allá de sus dibujos animados favoritos (Los Gobbles) está llena de problemas y conflictos sociales, ocasionados por razones que ella no llega a comprender, como el maltrato que recibe por parte de sus compañeros del colegio a causa de su lunar en la frente, los problemas ocasionados por el alcoholismo de su madre, o las simples decepciones que se lleva normalmente una persona inocente cuando comienza a descubrir las injusticias del mundo real.

Sus ganas de encontrar respuestas a todas esas situaciones incomprensibles, y la intervención de la casualidad, la llevan a conseguir los datos de una persona de Estados Unidos, para ser más específicos, de Nueva York, a quien escribe una carta contándole un poco sobre su vida y preguntándole si las historias tan raras que le contaba su madre sobre los americanos eran reales.

Este neoyorquino resulta ser Max, la persona menos indicada para resolver las preguntas de una niña de 8 años. Esto se debe a su condición mental, conocida como síndrome de Asperger, la cual tiene como una de sus principales características la incapacidad de poder analizar las situaciones de la vida mas allá de su significado literal, es decir, la incapacidad de comprender los significados abstractos de las cosas, como la ironía, el sarcasmo, las emociones, etc. Por lo tanto, reacciona un poco mal ante la situación de recibir una carta de una total desconocida, quien, además, le hace preguntas sobre temas que él jamás llegó a comprender. Luego de alterarse y sufrir ataques de ansiedad, decide contestar la carta a Mary, contándole un poco acerca de su vida, y tratando de responder de la mejor manera posible a las interrogantes de la pequeña.



A partir de esta primera carta la película se centra en la correspondencia que mantienen estas dos personas, que, a simple vista, son totalmente diferentes entre sí, pero van descubriendo similitudes en sus gustos y formas de ver la vida, creándose una hermosa amistad entre ambos, con dramáticos altibajos a partir de la segunda mitad de la película (los cuales le dan una evolución y madurez a la misma).


miércoles, 25 de enero de 2012

Humor (negro) Cinéfilo: "El Señor con el Pijama de Rayas"

La mirada crítica y el humor ácido del dibujante y diseñador Carlos Lavida, nos traen este regalito gráfico que parodia una de las escenas de "El Niño con el Pijama de Rayas" (impactante película sobre el Holocausto), llevándonos, mediante la risa, a la reflexión sobre la actualidad política en el Perú.

(Si quieres conocer más de cerca el trabajo de Carlos Lavida, no dejes de visitar su blog: http://carloslavida.blogspot.com/)

lunes, 23 de enero de 2012

Al filo de la navaja

El Barbero Demoníaco de la Calle Fleet

Por: Alexiel Vidam

En el Londres victoriano, en la calle Fleet, en el segundo piso de la peor pastelería de Londres, ejerce su oficio, un oscuro personaje llamado Sweeney Todd, distinguido como el mejor barbero de la ciudad. Atraídos por su fama, muchos hombres desearán ser atendidos por este lúgubre artista de la navaja, sin imaginar que su primera visita al local de Sweeney Todd, sería también la última.
El barbero demoníaco y sus encarnaciones

Sweeney Todd está basado en un personaje de leyenda urbana. Un barbero del cual se dice que allá, por la era victoriana, degolló a sus clientes con la navaja de afeitar. Al parecer, estaba en complicidad con la dueña de la pastelería de primer piso del edificio, la Sra. Lovett, quien era la encargada de esconder los cadáveres. Cuenta la leyenda, que más tarde, Sweeney Todd fue ajusticiado en la horca. Esa historia se iría enriqueciendo de boca a boca, dando origen al mito de los tenebrosos pasteles de carne que la Sra. Lovett preparaba con los cuerpos de las víctimas, y acabando por construir la trama principal en la que se inspiró la primera versión cinematográfica de “Sweeney Todd, el asesino demoníaco de la calle Fleet”, en 1936, dirigida por George King, y protagonizada por Tod Slaughter. Esta primera película sirvió de base al musical de Brodway del mismo nombre (dirigido por Stephen Sondhein), en el cual luego fue adaptado a una segunda versión fílmica, en el año 2007, por Tim Burton, y con Johnny Depp en el papel principal.


La historia del personaje

Benjamin Barker era un hombre de bien, barbero reconocido, esposo, y padre de una hija recién nacida. Sus días transcurrían tranquilos hasta que un juez corrupto, Turpin, le puso el ojo a su mujer y, para adueñarse de ella, envió al barbero a un injusto exilio. Años más tarde, el barbero regresa a Londres, bajo el nombre de Sweeney Todd, con el objetivo de reencontrar a su familia, y vengarse de Turpin.

Sweeney Todd no es más el ingenuo Barker. Se ha convertido en un hombre de apariencia mortecina, cargado de odio y frustración. Aparece en su antiguo lugar de trabajo, y no encuentra a su esposa ni a su hija esperándole, sino a la Sra. Lovett, hacedora de los pasteles más nauseabundos de la ciudad, quien le explica que luego de ser ultrajada por el juez, su esposa, Lucy, se envenenó con arsénico, y que su hija Johanna permanece bajo custodia del propio Turpin.

Sweeney Todd monta en ira. Enfurecido, renegado de la ineficiente justicia de Dios, decide tomarla por sus propias manos, o, mejor dicho, por el filo de su propia navaja.

Ahora, desde su nueva silla de barbero, se dedicará a “limpiar” la ciudad de la inmundicia humana, rebanándole la garganta a cada uno de sus clientes, y esperando con ansias la llegada del juez para una “afeitada”.



(Historia de Benjamin Barker y de su transformación en Sweeney Todd)


El Sweeney Todd de Tim Burton

Sin duda, la adaptación más conocida que tenemos del personaje, es la que interpreta Johnny Depp en la versión de 2007. Es un Sweeney Todd musical, al igual que el de Broadway, pero también un Sweeney Todd muy “creepy”, como todo buen personaje de Burton.

En un ensayo de la revista Gordard!, leí que lo consideraban una especie de Edward Scissorhands (uno de los primeros y más conmovedores personajes del director, “El Joven Manos de Tijeras”) en versión vengadora, un Edward que habría regresado para saldar cuentas con aquellos que lo maltrataron y lo alejaron de la mujer que amaba. Me pareció una comparación interesante puesto que, en ambos casos, el personaje es interpretado por Johnny Depp, y no se pueden negar ciertos rasgos físicos en común: la apariencia lúgubre y desgarbada, la piel pálida, el rostro ojeroso, el cabello despeinado y negro… y esa sensación gélida que transmiten con su presencia. Sin embargo, pienso que las escencia de cada uno y sus historias, sí distan bastante.

Edward fue siempre un buen chico, un niño de cuerpo grande, inocente del propio poder de sus extremidades, ingenuo y puro hasta el final, tan noble que aceptó su propio retiro, para evitarle preocupaciones a su amada. Sweeney Todd, en contraste, es un hombre que se ha dejado corromper por el rencor, por el sentimiento de venganza. Es un hombre asqueado de todo lo que ve, enceguecido por el dolor, un asesino a sangre fría que ya no distingue rostros humanos, salvo el de aquel a quien más odia, Turpin (Alan Rickman), y el de su despreciable cómplice, el alguacil Bamford (Timothy Spall). Para Sweeney Todd, todos los humanos son como ratas asquerosas, y por eso todos merecen morir. Además, mientras Edward Scissorhands es un personaje inspirado fundamentalmente por el amor, Sweeney Todd es un personaje movido por el odio. Si bien ha perdido a la mujer que amó, en el sentido romántico de la palabra, su hija sigue viva, y él desea rescatarla, pero ése no es el motor principal de su existencia. Le preocupa que su hija escape, pero el preocupación es mínima a comparación del ansia que tiene de asesinar a Turpin, al punto en que, aun teniendo a Johanna frente a frente, disfrazada, sí, pero aun con ese rostro tan parecido al de su madre, es incapaz de reconocerla, y se halla casi al borde de asesinarla.

Si tuviese que describir al Sweeney Todd de Tim Burton en pocas líneas, y compararlo con otro personaje del Cine o la Literatura, lo compararía con El Conde de Montecristo (el de Alejandro Dumas, o su versión anime, bastante fiel al personaje original, no los de tantas tristes adaptaciones cinematográficas). Ambos son seres descarnados, marcados por el dolor y el rencor. Ambos han regresado de la “muerte”, con el aspecto tenebroso y la piel pálida del vampiro. Ambos son personajes trágicos y sedientos de venganza.

Sweeney Todd es, pues, para mí, una versión bastante más marginal y rústica de El Conde de Montecristo. Mucho menos refinado en sus métodos, más impulsivo y menos manipulador, pero con un fondo bastante similar, y las mismas motivaciones.



(Sweeney Todd en su primer encuentro con la Sra. Lovett, la peor pastelera de Londres.)

domingo, 22 de enero de 2012

Cuando el amor es para siempre

Restless. Historia de muerte y amor

Por: Sherly Sulca

- Hola pajarito!
--- Chau pajarita!

Una tarde estaba parada al borde del tejado de mi cuarto piso, mirando al suelo sin vértigo. No le temía a la posibilidad de caer, la vida me daba igual como la muerte. La tarde siguiente me paré en el mismo sitio, muy al borde por más tiempo y así las tardes subsiguientes de todo ese mes y del otro y del otro, a veces sola, a veces con Sack, mi gato. Una tarde un extraño subió conmigo, dijo no tener vértigo cuando le hablé del tejado, pero no se atrevió siquiera a estar a cinco pasos del borde, me acompañó con la mirada mientras hacia una que otra pirueta suicida.

Desde que mi acompañante humano dejó con el tiempo su calidad de extraño, he descubierto una capacidad de entrega de la que me creía relegada. Esa capacidad también la descubrirán en su primer amor Enoch y Annabel, personajes del film "Restless", cuyo director Gus Van Sant haciendo uso de un tema que se a tratado demasiado como es el del amor juvenil que se enfrenta al drama y la tragedia, destaca en su obra por la perspectiva que propone de como percibir y aceptar la muerte.

Enoch es un chico con una extrema fascinación por los funerales, que tiene un amigo íntimo: un fantasma kamikaze japonés, que disfruta de sus extensas caminatas a solas, y que no tiene ningún respeto por la vida o por la muerte.

Annabel, es una chica con cáncer terminal, que anda maravillándose con los pájaros en sus ratos de soledad y cuya muerte le cubre lo que le resta de existencia.

Ambos pasarán de extraños a conocidos cómplices enamorados; y pasaran de compartir sus vidas a compartir la muerte.

Este es un film de personajes, íntima que se concentra en los momentos que restan por vivir, en la necesidad de entregar y recibir amor, sin pensar tanto en el tiempo o en cualquier otra consecuencia.

Si bien se explota el tema de la muerte, el ángulo con el que se nos presenta es el de transmitirnos un mensaje moderno, natural y esperanzador sobre el proceso y la aceptación del termino de la vida como se le conoce. Claro está que, aún sin verla, se sabe cual será el rumbo que tomará el final de la pela, pero será la transparencia y el buen espíritu de la historia la que nos regale un final cálido.

Los diálogos son un elemento que destaca en Restless, que lejos de ser cursi se presta para la reflexión sobre la vida y el amor. Cabe destacar también el inteligentísimo uso de la fotografía, comenzando en fríos tonos azulados que poco a poco se convierten en unos preciosos tonos sepias. En lo que respecta a la banda sonora esta fue compuesta por Danny Elfman que logra un trabajo sutilmente hermoso que abraza al espectador sin necesidad de buscar protagonismo.

Muy recomendada para los suicidas, los amantes de la vida, los condenados a muerte, y muy especialmente para los que creen o no en el amor. Sí, al parecer, se los he recomendé casi a todos.

Título original: Restless
Director: Gus Van Sant
Guionista: Jason Lew
Género: Drama
Duración: 1hr 35Min
Reparto: Mia Wasikowska (Annabel Cotton), Henry Hopper (Enoch Brae), Ryo Kase (Hiroshi Takahashi), Chin Han (Dr. Lee).
Fotografía: Harris Savides
Música: Danny Elfman
País: Estados Unidos, Reino Unido
Año: 2011


jueves, 19 de enero de 2012

Expresionismo y ciencia ficción

Metrópolis, un filme lleno de dualidades


Por: Estefanía Mas Amorós

“This film is not of today or of the future.
It tells of no place.
It serves no tendency, party or class.
It has a moral that grows on the pilar of understanding:
“The mediator between the brain and muscle must be the heart.”

Es lo primero que nos muestra Fritz Lang para introducir Metrópolis (considerada por algunos como la primera película de ciencia ficción en la historia del cine), y a lo largo de la misma veo un enfrentamiento de posiciones que no es consistente a esta proclama de neutralidad. En verdad, tratándose de cine expresionista uno espera encontrar una esencia de lo más subjetiva posible... y al ser así, el mismo film no se puede auto denominar neutral a su contexto -por atractivo que esto sea-.

El enfrentamiento es como sigue: el dolor de la clase obrera que alimenta el sistema de la clase alta y la necesidad de la clase alta para darle luz a los obreros que no saben lo que necesitan, versus la capacidad de la clase obrera de auto educarse en la armonía.

Creo que la subjetividad y ese miedo de la sociedad es más que claro en la película; ésta grafica cuán insostenible sería un triunfo completo de la Revolución Industrial, cuán frías y crueles serían las relaciones humanas en ese imaginario para aquella época. Recuerdo la escena en que María (la heroína de la clase obrera), huye de Rotwang (el científico desquiciado), por las cavernas de la ciudad subterránea, y la linterna la persigue en la oscuridad, una escena que siento haber visto tantas otras veces, pero que en ésta oportunidad tiene algo extra, ese suspenso real... no el de una secuencia cómica y predecible en la que generalmente veo ese recurso.


Belleza escenográfica

Me encantó, especialmente la ciudad subterránea. De ella sólo vemos las máquinas y la “Plaza”, pero sus formas curvas (opuestas a los ángulos y las estructuras rectas y magníficas de la ciudad de arriba) y sus fuertes contrastes, capturan la vista.


La dualidad en los personajes

Son más profundos de lo que aparentan a simple vista. Todos tienen, al menos, dos dimensiones que se enfrentan entre sí.

El padre Fredersen –el protagonista-, es un magnate que debe ocuparse de la supervivencia de Metrópolis, y que no sabe balancear este rol con el rol de padre amoroso que tanto desea desempeñar. No sabe cómo manejar su propio plan político en medio de la preocupación que le genera la desaparición de su hijo (“Mañana habrán miles de ¿dónde está mi hijo?”). Rotwang, por su parte, es un filósofo resentido con la humanidad, que lucha con esa parte de sí mismo que ya no responde a la calidez humana. En el caso de María, la dualidad se presenta no sólo al interior del personaje, sino que se materializa en la robot que crea Rotwag para suplantarla.


Algo que quisiera destacar de la película, es cómo Lang presenta a los obreros con sus máquinas, en una extraña dependencia. La máquinas los oprimen, los privan de humanidad, de personalidad, las máquinas los absorben al punto que los obreros dependen de ellas para ser. Y esta dependencia es presentada de manera armniosa. Al mostrar a los obreros ocupados en sus labores, Lang no muestra sus rostros o alguna característica que los diferencie como individuos; los muestra en conjunto, uniformados y moviéndose al ritmo de la máquina que operan, como si fuesen parte de ella.

La frase según la cual gira las trama de la película –“Entre la mano y el cerebro debe actuar el mediador”- presenta una evidente disconformidad y a la vez propone una solución armoniosa e idealista... una transformación positiva de la sociedad, que en la película se personifica en el hijo del regidor de Metrópolis, quien será el enlace entre "los de arriba" y "los de abajo".

La secuencia de la torre de Babel me gustó particularmente porque, además de reajustar una historia milenaria al contexto de la película, Lang grafica el estado de Alemania de la República de Weimar: una torre derrumbada por un conflicto de comunicación entre los planificadores y los constructores, el sueño de algunos se convierte en la maldición de muchos.

En sí, Metrópolis es un excelente ejemplo de cómo el expresionismo graficaba el temor social y lo personificaba, cómo lo presentaba y cómo creaba así una esperanza... El expresionismo pretendía que la gente comprendiera las diferentes dimensiones de las personas y las situaciones en las que se podían encontrar. Evidentemente, eran tiempos oscuros, pero siempre se tenía en cuenta que el sol brillaría otra vez más cerca de ellos.



*Nota: También puedes encontrar este artículo en el blog de su autora. Te recomendamos darle una ojeada: http://leeloalfinal.blogspot.com/2008/06/metrpolis-de-fritz-lang.html

martes, 17 de enero de 2012

Un criminal muy carismático

Alex DeLarge

El asesino que canta bajo la lluvia


Por: Alexiel Vidam

Alexander DeLarge (“Alex”) -interpretado por Malcom Mcdowell- es uno de mis personajes favoritos del cine, y de la literatura, porque, no sé si muchos lo sabrán, pero La Naranja Mecánica (A Clockwork Orange), posiblemente el film más conocido de Stanley Kubrick, está basado en la obra literaria del mismo nombre, escrita por Anthony Burgess. Claro que la película presenta ciertas diferencias… Kubrick es un director que no puede dejar de colocar su firma en cada una de sus películas, lo cual afecta también a sus personajes.

¿Quién es Alex?

Ni más ni menos, que un joven delincuente… en la película se ve de unos 17 o 18 años, más o menos, pero según lo que nos cuenta el libro, el personaje tiene apenas 15 años, lo cual justifica en gran parte su actitud ante la vida y ante sus propios actos de vandalismo: todo es un juego.

El mundo de Alex está cargado de violencia y desencanto; la gente que lo rodea parece hallarse dominada por la agresividad más primitiva, o sumida en una profunda depresión. Lo vemos, por ejemplo, en el rostro inexpresivo de sus padres, en sus gestos somnolientos, en su poca capacidad para cuestionarse a dónde es que escapa su único hijo por las noches. “Hace trabajos… un poco de todo, ayuda en esto y en lo otro…”, se dice su madre. Ella y su padre están demasiado ocupados en sus propias labores, de las cuales, tampoco se sabe mucho, quizás porque ni siquiera tiene mucha importancia. Ellos son personajes huecos, vacíos, con una vida sin vida, son seres sin nombre, que entre ellos mismos se llaman “papá” y “mamá”, que no cuentan con personalidad definida.

Alex es un hijo de nadie, un ser sin protección, sin guía y sin controles. Es una bestia desatada o un pequeño niño que nunca aprendió qué estaba bien o qué estaba mal ni por qué; para él, todo consiste sólo en pasarla bien, y pasarla bien, para Alex, significa dar rienda suelta a sus bajos instintos. A diferencia de la mayoría de delincuentes que aparecen en el cine, no es un personaje que encarne la representación del mal, ni tampoco alguna especie de psicópata; es, simplemente, alguien que carece de moral.

Se preguntarán cómo un sujeto con estas características puede ser uno de mis personajes favoritos del cine (y estoy segura de que no sólo el mío, sino el de muchos cinéfilos… he visto inclusive varios disfraces de Halloween de los personajes de La Naranja Mecánica, lo cual sólo puede significar, que Alex y su banda de “drugos”, tienen pegada). Resulta que Alex no es un criminal cualquiera, ni un simple niñazo matón. Alex es un personaje complejo, un sujeto distinguido, culto, de buenos modales, con un estilo personal para vestirse, y con especial buen gusto para la música. Sabe expresarse como todo un “gentleman”, y es un gran admirador, ni más ni mensos, que de Ludwig Van Bethoveen. Además, en la película, indirectamente nos dicen que también le agrada el cine, pues se la pasa bailando y cantando el tema principal de la película “Danzando bajo la lluvia” (“Singing in the Rain”). Quizás aquí lo que se nos plantea es que la inspiración e identificación con el arte también tiene origen instintivo y brutal, también son producto de la violencia, pero de una violencia que ha sida canalizada de modo positivo. El placer por el arte es algo que nace del propio personaje, que no le ha sido inculcado por sus padres ni por la sociedad mediocre, sino que es tan natural en él como el propio crimen.



En un inicio, la vida de Alex parece “sencilla”: faltar a clases, dormir mucho, escuchar a Bethoveen, reunirse con su banda de “drugos” (amigos en la jerga “nadsat”, que es la que usan los jóvenes en “La Naranja Mecánica”) para tomar “leche-plus” (la droga del futuro) en el bar “Korova”, y luego salir a impartir la “ultra-violencia” (robos, peleas callejeras, violaciones, etc.). Todo parece bien hasta ahí para nuestro personaje. Hay sospechas, pero cero pruebas en su contra, porque, además, se las arregla para ocultar su identidad cuando sale a cometer crímenes (utilizando una máscara de larga y sugerente nariz). Sin embargo, su actitud dominante le trae serios problemas cuando dos de sus tres compinches deciden traicionarlo.


Alex en la cárcel

Otra característica fundamental que nos faltó añadirle al personaje, es la de manipulador. Ya lo veíamos inventando cuentos para faltar a clases, o palabreando a sus compañeros para que terminen haciendo su voluntad, pero es en al verle en la cárcel cuando apreciamos mejor este aspecto de él. El asesino coloca su rostro más angelical, charla a diario con el sacerdote, y se convierte en el más disciplinado lector de la Biblia. Además, se muestra seriamente interesado en cambiar de actitud, por lo cual se ofrece como voluntario experimental para un nuevo método que ofrece curar la mente criminal de los delincuentes: el “Método de Ludovico”.

La pregunta es: ¿Funcionará el experimento?... ¿Apagará los instintos agresivos de Alex, o esto es algo muy arraigado en su naturaleza? Finalmente, el sacerdote de La Naranja Mecánica plantea quizás el cuestionamiento más importante del film, y el que da sentido a todo el argumento de la película: ¿Qué sucede cuando el hombre sólo elige el bien porque no es capaz de elegir el mal?



*Nota: Si aún no han visto La Naranja Mecánica, les recomendamos verla en pantalla grande y calidad Blu-Ray en la proyección que se realizará el Jueves 2 de Febrero en Drugstore Home Theaters sede Monterrico: Av. La Encalada 741 - Surco (a 7 cuadras de la embajada de EUA). Para mayor información, visiten la página en Facebook: http://www.facebook.com/events/272111046183437/

sábado, 14 de enero de 2012

15 años secuestrado


La furia vengadora de OldBoy

Por: @eubisual_

Imagina que te metes una borrachera maldita y al despertar te ves atrapado en un depa, donde una mano te alimenta a través de un hueco y no te dejan salir, sin darte razón aparente. Empiezas a desesperarte. Al no obtener respuesta, desarrollas teorías sobre tu encierro hasta que impregnan la habitación con gas y te desmayas. Te encuentras en sueños con una señora que te hipnotiza. Despiertas. Con la poca dignidad que te queda, planeas huir de ese lugar, y lo consigues… pero han pasado 15 años.

La ciudad ha cambiado, tu familia no te espera, tienes enemigos que vuelven del pasado y muchos misterios por resolver. Pronto te percatas de que estás solo en el mundo, y, en ese momento, tu némesis hace su aparición. Te dice que le divierte verte sufrir y que debes averiguar por qué te mantuvo encerrado durante tanto tiempo… sino, otros vendrán por ti.

Él se suicida, y ahora, que no sabes ni quién eres, ni a dónde vas, ni por qué te encerraron, el sólo pensar que esa respuesta muere con tu enemigo, te enloquece. Para aliviarte un poco, aparece una chica que te acoge. Tu vida empieza a tomar un rumbo, hasta que descubres que entre ella y tú existe un parentesco bastante peligroso, que podría desbaratar todos los “avances” que has tenido hasta el momento, e incluso llevarte de nuevo al filo entre la vida y la muerte.

“La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”, como diría Vargas Llosa. OldBoy tiene como ingrediente fundamental lo incierto. Uno nunca sabe lo que le pasará al protagonista Oh Dae-Su, ni se imagina lo que es capaz de hacer alguien a quien le han sido privadas tantas cosas–desde el libre tránsito hasta llevar a cabo una vida familiar normal- . Pues bien, con este largometraje te das una idea de cómo se puede sentir, y de lo que uno haría por proteger lo poco que tiene y ama, más allá del dolor o el rencor que nos cause enfrentarnos a los demás.

Además de una buena trama (que incluye reflexiones sobre la existencia humana, el incesto, la soledad, la amistad y la honestidad) y una excelente fotografía llena de detalles, la película de Chan Wook Park es tan dinámica que te incita a seguirla hasta el final, en el que te llevarás más de una sorpresa. Cuenta con varias escenas impresionantes, como la pelea en el callejón, con un travelling (cámara que sigue al personaje) bravazo, que muestra lo bueno que es Oh Dae-Su para enfrentare a todo un grupo de bandidos contando únicamente con un martillo. Otra que podemos mencionar es la del restaurante, en que el personaje se come un pulpo vivo (cosa que no muchos actores se atreverían a hacer), o aquellas otras escenas “poéticas” que tratan acerca de la la debilidad y la muerte de ciertos personajes. No apta para estómagos sensibles.



Cabe anotar que OldBoy está basada en el manga del mismo nombre, contando con ciertas libertades en la trama.

La película recibió el gran premio del jurado de Cannes en el 2004 y actualmente cuenta con un puntaje de 8.4 en imdb (http://www.imdb.com/), y un 81% de aprobación en la web de crítica de cine Rotten Tomatoes (http://www.rottentomatoes.com/), nada mal para una producción coreana, que este año contará con un remake gringo. Recomendamos verla antes del fin del mundo.

Título: OldBoy
Dirección: Park Chan-Wook.
País: Corea del Sur.
Año: 2003.
Duración: 120 min.
Género: Thriller.
Reparto: Choi Min-sik (Oh Dae-su), Woo Ji-tae (Lee Woo-jin), Gang Hye-jung (Mido), Chi Dae-han (No Joo-hwan).
Guión: Hwang Jo-yung, Lim Joon-hyung y Park Chan-wook; basado en una historia original de Tsuchiya Garon y Minegishi Nobuaki.


miércoles, 11 de enero de 2012

La rebelión de las criadas

Por: Kiara Lilas

Me atraen las películas sobre confraternidad entre mujeres. Así fue que, luego de luchar contra con la computadora por instalar la película excusa del post de ésta noche el tiempo que corresponde (que no se pierda la costumbre), elegí ver Criadas y Señoras (2011), filme norteamericano dirigido por Tate Taylor y protagonizado por Emma Stone, Bryce Dallas Howard, Ahna O'Reilly, Mike Vogel, Sissy Spacek.

Bueh, eso de mencionar parte del “elenco” fue la parte protocolar del asunto. Quiero desprenderme de éstas cuestiones, pero todavía no puedo. A los que les desagrade, pido paciencia, y a los que no, les digo que en horabuena no sean como yo, y sepan ver que una y otra cosa están condenadas a caminar pegadas entre las mentes para dar al todo un sentido.

En fin, antes de dedicarme a descuajeringar (palabra de vieja), a una película de la que confío puede aflorar resbalosa y felizmente una crítica jugosa - dado que no le estoy mandando un correo a la pared - voy a contarles de qué va la trama.

Y dice así

Eugenia Feelan (alias Skeeter), es una joven y recién graduada periodista que regresa en los años 60 de la Universidad a su pueblo natal en Mississipi, para dar reencuentro a sus tradicionales y despreocupados padres, y a sus regias, adineradas, casadas, católicas, conservadoras y sobre todo blancas amigas (esto último, no menos que ella), envueltas por una idiosincrasia llena de racismo e hipocresía, en donde si no encajó nunca, menos habrá de hacerlo luego de “salir al mundo”.
Sabemos desde el primer momento que éste personaje se configura como aquel que va contra la corriente en Mississippi. No se ha casado ni le interesa, usa ropas y maneras sencillas y su interés rebasa por mucho aquel del chismorreo sobre el vecindario, orientándose hacia el saber y la escritura.

¿La intelectual-oveja negra del pueblo? Esa es una de las piruetas de la película, pero no por eso la llamamos rechazada. Pese a su aura de solterona a los 23 años (cualidad dibujada como inconcebible para la época en el pueblo) para madre y amigas, y su pasión por los estudios y el trabajo vistos con suspicacia, no podemos decir que no se integre. Sin embargo, el personaje está condenado a alejarse paulatina y públicamente (a nuestros ojos) de su círculo, en la medida en que virará su mirada hacia la vida de las sirvientas negras de la clase acomodaticia del pueblo, y las injusticias de su día a día, en una sociedad donde la mentalidad colonial y esclavista convive al interior de la más cruda vertiente republicana de los Estados Unidos. Y a partir de entonces es que agarramos carnecita.


Trabajar como negro para vivir como blanco

En la primera escena de la película, vemos a Skeeter en una oficina empapelada presentándole un esmerado currículum vitae y cartas de recomendación al editor de un periódico. Ahí conseguiría su primer trabajo luego de graduarse. Todavía con miedo dada su corta edad, le dejarán el camino abierto para escribir sobre cualquier cosa que la inquiete (aquí me permito señalar por primera vez un defecto de la película, esto no me parece verosímil). ¿En dónde encontrará tema? En su infancia, en la historia sobre la sirvienta que la crió y que abandonó misteriosamente tras 29 años de servicio la casa de sus padres, y en más de una docena de testimonios que habrá de recopilar de las sirvientas negras del pueblo para convertir en un libro, The Help (Las sirvientas), buscando cambiar – o siquiera llamar la atención – frente a las leyes que, dicta la película, no les permitían por ejemplo usar el mismo baño que los dueños de casa, ni pasar por la puerta principal, o dejar como herencia de una generación a otra una negra, sin mencionar el miserable sueldo…

Como es de esperar, en más de una ocasión la crítica sobrepasa las paredes de la casa de los ricos, y vemos un escarmiento del racismo contra los negros americanos en los años 60 generalizado: En la Biblioteca Pública, ningún negro o blanco habrá de tocar un libro ya usado por otra raza(…), ésta y otras leyes bajo la calma voz de repudio de Skeeter, un discurso de Martin Luther King en la televisión, los en un comienzo difíciles encuentros entre la protagonista y las negras, en casa de negras, el rechazo de las amigas de la muchacha frente a sus lecturas de códigos de ley progresistas pertenecientes a otros estados (no es coincidencia que la película se sitúe en Mississippi, la región más pobre de los Estados Unidos y a donde toda novedad llega de segunda), configuran en la mente del espectador una sociedad con ciudadanos de primera y segunda categoría.

La religión, valga mencionarlo, juega en la película un papel importante en éste atraso ideológico. Se reservan sermones cargados de taras física e intelectuales en nombre de la humanidad a los negros, así como un trato compasivo, protector y que muestran al negro con debilidad.

Peruchos: ¿Algo de esto les suena familiar? Y no, no hablo solo del trato a las empleadas, ni de la misa que calma peligrosos rebeldes. Tampoco voy a irme por las ramas. Esa es su tarea. No diré nada que les suene evidente muy a pesar de que muchos de nosotros no vayamos a ser capaces de aplicarlo en nuestro día a día, y tampoco voy a victimizar a nuestros ciudadanos “de segunda categoría”, cosa de la que creo sí peca la película (comprensible por su corte romántico hollywoodense). Todo lo que les pediré es que aten cabos en vez de acabar de leer, y limpiarse el culo con éste post y conmigo.

No estamos en los años 60, y nuestra economía así como la libre interacción entre, digamos, “razas” en fluidez con el tiempo, nos ha permitido – desde mi punto de vista – una movilidad social y consecuentemente una disminución de los niveles de racismo nunca antes experimentada en la historia del Perú (sí, así como lo leen). ¿Mucho por unos lados y nada por otros? De acuerdo, pero por algún lado había que comenzar, y aquí está el kit del asunto: Queda mucho, muchísimo por hacer, desde el punto de vista económico, desde el punto de vista social, político, empezando porque no quisiéramos que el numerito que indique la cuenta de banco se convirtiera en la nueva vara con la que dividir a mejores y peores ciudadanos, no más de lo que lo ha sido siempre, y ya estamos en ese lodo, y no estamos mejorando.

La cagué. Me fui por las ramas. Los invito a la reflexión, y ahora, por tiempo y dados mis escasos conocimientos de historia norteamericana, paso a cuestiones estéticas.

Lo que más me gustó

Las tomas. Esa media luz en donde nadan mujeres en primer plano pasándose confidencias con mirada de complicidad, viva y visceral, concentran la esencia de la película: El cuestionamiento social en secreto.

Sabían las sirvientas que quejarse de sus jefes “públicamente” (aunque con los nombres cambiados) les podía costar la libertad, o al menos el trabajo. La valentía y fortaleza femeninas están muy bien trabajadas, y el concepto de que la unión hace la fuerza, estéticamente, cae a pelo. Los hombres, al estar totalmente apartados de cuestiones domésticas, más bien casi no figuran, y algunas mujeres muestran lo peor del género (así dibujado, yo pienso), lo que sus intrigas para hundir al otro infundadas en el odio pueden lograr, o cómo su maltrato sutil puede destruir.

Me gusta la luz y la oscuridad de las mujeres. Me gusta el retrato de las mujeres.

Lo que menos me gustó

Los lugares comunes. No hay nada que aborrezca más en el arte que los lugares comunes. Y esta película está plagada de ellos en cuanto a los personajes. En horabuena que me gustaron las caracterizaciones, porque si no, no habría escrito sobre ésta película. La mala es mala. La buena es buena. Los inocentes son inocentes. La blanca ridícula-cute que no encaja y se pasa al “lado oscuro de la fuerza” (oscuro… ¿entendieron? Bueh) dice “presente”. Las amigas de la mala sin voz, yala. Sus maridos empresarios exitosos, yala. La madre estrambótica que no entiende a su hija con cerebro, yala. La abuela que ríe porque la locura la ha llevado más allá del bien y del mal, yala. La negra sarcástica pero de buen corazón, yala. La negra protagonista plena de sabiduría de pueblo. La negra menuda temerosa que es sacrificada. La blanca que viene a salvarlas…la blanca que viene a salvarlas…

Por otra parte, en cierto momento me descubrí aburrida y distraída. Durante la primera parte de la película se da uno tras otro suceso, y de repente, después de la publicación del libro, hay una larga secuencia de reacciones de los distintos públicos a los que tiene acceso, combinada con escenas de la coyuntura que la tensión política entre blancos y negros, en general, estaba levantando. Por ahí asesinan a un negro cualquiera y te lo pintan como EL acontecimiento para personajes importantes, pero el nudo no decanta a ninguna parte. En ésta parte de la película disminuyó vertiginosamente su ritmo, al punto que presentí un estancamiento y un recuento mecánico de minucias, casi un relleno.

Belleza rosa

Incluso la crítica social, pese a ser dura, está bañada de sentimentalismo. Está orientada al distante trato que hacen los blancos frente a los negros, desde escalas moderadas hasta las verdaderamente denunciables y escandalosas.

Las relaciones humanas, pese a la capa “superficial” que le provee la caracterización propia y personal de los personajes en cuestión, están bañadas de candidez (si hablamos de personajes “buenos”), o de frivolidad (si hablamos de los “malos”), y hasta la escenografía y el vestuario son “lindis”.
No hay marañas implícitas, no hay secretos, no hay dobles sentidos ni misterios por resolver en la cabeza del espectador, todo está dado, y esto a mi parecer hace parte de la estética rosa.

No señalo todo esto con ánimos de echarle lodo (si así fuera no le hubiese dado un espacio especial), lo hago porque éste es el sello de la película. Y bueno, qué más les puedo decir, a mí me tocó. Me recordó a mi infancia, en una casona con menos luz pero así de grande como éstas, y de aun más viejas épocas. A mí no me crió ninguna negra, pero sí una y otra y después otra empleada doméstica y a todas las quise mucho, especialmente a la primera, y entonces encontré la cereza del pastel que sin querer buscaba para parir éste post que me ha dejado tan satisfecha. Gracias! Hasta pronto!



(*Nota: ¿Quieres leer más posts de Kiara Lilas? Visita: http://botelladecocacola.blogspot.com)

lunes, 9 de enero de 2012

Las 12 del 2011


Por: Alexiel Vidam

Antes que nada, “sorry” por la demora de este post, que, según yo, iba a estar listo para Año Nuevo. Pero se interpusieron las juergas clandestinas, la “reconstrucción de la casa” (antes de que te pesque tu vieja y arranques el año con mala pata), luego la chamba, y un disco duro hijo de su mamá al que se le ocurrió quemarse cuando estaba a punto de terminar de escribir (sí, este post es una segunda versión del que tenía pensado… #”$=)Q#)$Q=)#q!!).

Para colmo de males, creo que sobreestimé la piratería limeña, porque, a pesar de que me esmeré mucho, no llegué a conseguir todas las pelas del 2011 que tenía en lista… pero aun así, dentro de lo que pude conseguir, me mandé una empachada de pelas del año que acaba de terminar, para presentarles una selección de lo que no deberían ver, y de lo que, definitivamente, NO deberían ver.


Para románticos:


Medianoche en París


Si piensas que todo pasado fue mejor, que París es la ciudad más romántica del mundo, y extrañas el toque de las antiguas películas de Woody, ésta peli es para ti.

Gil Pender, es un guionista que decide dejar una carrera próspera para convertirse en novelista. Por ello, decide viajar a París junto a su novia Inés, a fin de encontrar un poco de inspiración. Una noche, se encuentra solo, deambulando por las calles, y un misterioso coche lo recoge para llevarlo hacia las épocas doradas de la ciudad, donde interactuará con algunos de sus ídolos, como Hemingway, Salvador Dalí, Buñuel , Pablo Picasso, y Scott Fitzgerald.

Esta peli me gustó por su encanto melancólico, por las frases memorables de Hemingway, y por el romanticismo de su protagonista, que recuerda bastante a los personajes que solía interpretar el propio Woody, sólo que algo menos sarcástico y mucho menos neurótico.


Para telellorones:

Criadas y señoras



Esta peli denuncia los abusos cometidos contra las personas de raza negra, aún después de la abolición de la esclavitud, en Jackson Mississipi. La protagonista es Eugenia Feelan (alias “Skeeter”, y dicho sea de paso, nunca entendí de dónde salía el apodo), una joven rebelde, que desea realizarse como escritora y periodista, y que no está demasiado interesada en el matrimonio. Asqueada por los malos tratos hacia las criadas negras, decide escribir una obra llamada “The Help”, basada en los testimonios de las criadas del lugar. Ellas, en un inicio se muestran asustadas y se niegan a colaborar, pero luego, hartas de los abusos, acceden a ser entrevistadas por Skeeter. El libro, además de denunciar la discriminación racial, ridiculiza a la aristocracia blanca del lugar, lo cual causará varios problemas a Skeeter y a sus entrevistadas.


Un amor equivocado



El título no sugiere nada muy interesante, pero Natalie Portman en el papel principal, después de “El Cisne Negro”, se podría decir que es garantía de que la peli tiene algo bueno que ofrecer. La historia toca el tema de la segunda esposa de un padre de familia, pero no cualquier segunda esposa, sino de la segunda esposa que se convirtió en tal porque le robó el marido a la primera. Lo interesante, es que aquí, en lugar de mostrarse la visión de la pobre mujer abandonada, se presenta la perspectiva de la "intrusa", lo cual hace de “Un amor equivocado”, un film controversial e interesante, que analiza los motivos que impulsaron a esta mujer, así como las circunstancias que juegan a su favor y en su contra. Muestra también, el drama de una madre que se siente culpable por la muerte de su recién nacida, y de sus conflictos con el hijo de su esposo.


El drama retorcido:

La Piel que Habito




Si tuviese que elegir la mejor película del 2011, sería esta, la última de Pedro Almodóvar, de la cual ya hemos comentado en un post anterior. Aquí, Antonio Banderas se luce en el papel del científico loco que está obsesionado con crear una piel más resistente que la natural, a raíz de la muerte de su esposa Gala, quien apenas sobrevivió, con la piel carbonizada, tras un accidente de tránsito. Él tiene, como prisionera, en su casa, con seguridad especial, a una enigmática “paciente” llamada Vera, de quien se sabe, recibió el rostro de la fallecida esposa mediante un trasplante. Entre ellos dos parece existir una relación de pasión-odio, que tiene raíz en un pasado bastante oscuro. (*Nota: Después de verla, es posible que tengas pesadillas con Antonio Banderas y un bisturí.)

Amador


Una peli española con Magaly Solier, la actriz principal de “La Teta Asustada”. Una vez más, ella hará el papel de inmigrante que las ve negras, nomás que esta vez emigró un poquito más lejos, a España. Ahí acepta un trabajo como cuidadora de un señor enfermo llamado Amador. Ella está bastante desesperada por el dinero, debido a que su esposo, Nelson, es tan aficionado a las deudas como a las mujeres. Para colmo de “males”, ella está embarazada y su marido ni enterado. Pero el drama retorcido de la peli se arma cuando a Amador se le ocurre morirse antes de tiempo, y Marcela (así se llama la protagonista), temerosa de perder el trabajo, decide dejar al muertito en su cama y no informar a la hija de Amador acerca del fallecimiento.

Una de aventuras

Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio



Todo indica que esta es la primera entrega de toda una saga que adapta a la pantalla grande la obra del historietista Hergé. Spielberg no es precisamente mi director favorito, pero hizo un buen trabajo con Tintín, adaptando con bastante fidelidad el primer número de la historieta. Aquí básicamente conoceremos al personaje principal y cómo surgió su amistad con el capitán Hadock, junto a quien emprenderá la aventura en busca del tesoro hundido del ancestro del capitán, el corsario Francis Hadock.


Pa’ que te rías:

Un cuento chino



Si te gusta el humor argentino, che’, y si te gusta el che’ Darín, tienes que ver esta peli. Aquí el susodicho interpreta a un amargado dueño de ferretería que tuvo la mala suerte de rescatar a un chino perdido que no habla ni jota de español. La película satiriza el choque de dos culturas totalmente distintas, y el absurdo como ingrediente fundamental en la vida del ser humano. Este absurdo se presenta desde que la película arranca, cuando observamos al pobre chino, en su tierra natal, quedando completamente solo en el mundo, luego de que su prometida muriese aplastada por una vaca que cayó del cielo.


El Significado del Amor



Una película francesa bastante entretenida acerca de una pareja dispareja con un punto en común: ambos son hijos de inmigrantes. Ella, Bahiá Benmahmoud, es hija de un inmigrante iraní y una parisina hippie. Él es hijo de un francés y una judía griega. Él trabaja haciendo “autopsias” a animales muertos para entender enfermedades como la gripe aviar. Ella hace “el amor y no la guerra”, levantándose a cada “facho de derecha” que se le cruza en medio, porque a veces la seducción funciona mejor que el debate. Un día se conocen, empiezan a salir y a tener sexo, y comienzan una relación bastante divertida pero complicada, en la cual sus costumbres y formas de pensar chocan constantemente y se ven obligadas a ir amoldándose en favor del amor.


30 minutos o menos



Cinematosis no discriminamos el humor estúpido, porque hay humor muy estúpido que de verdad da risa. En esta peli, Jesse Eisenberg, actor protagónico también en “Red Social”, caracteriza a un repartidor de pizzas asediado por un par de dementes que le colocan una bomba en el pecho con el fin de obligarle a asaltar un banco. Será una corredera atroz llena de disparates en la cual, el protagonista deberá, además, pedir ayuda a su mejor amigo, quien lo detesta desde que se enteró de que su ex amigo se atrevió a ponerle las manos encima a su hermana.



Epic Fails (las que NO debes ver):


No le temas a la Oscuridad



Me esperaba mucho más de Guillermo Del Toro (director de “El Laberinto del Fauno” y “El Orfanato”), pero después de ver “No le temas a la oscuridad”, me quedó clarísimo que los buenos directores extranjeros se corrompen cuando van a gringolandia. La película muestra demasiados clichés y deja demasiados cabos sueltos.

Por enésima vez en el cine de terror, se utiliza el recurso de la casa embrujada, en este caso, habitada por unos diablillos bastante feos que se comen a los niños (recontra “original”), y que se sienten especialmente atraídos por los dientes de leche (gusto que nunca se explicó bien en la película, pues estos diablillos no le ponían peros a tragarse a una persona entera de cualquier edad). Para variar, además, hay un padre descuidado, y una niña bastante lorna a la que se le ocurre meter las narizotas en un hueco tapiado desde donde hay una voz tenebrosa que la llama “Sally… ven… ven…”. No sé ustedes, pero yo ni loca iría.


El Planeta de los Simios (R)evolución:



He escuchado muchas alabanzas a esta película, pero a mí me durmió. Si la versión de Tim Burton me pareció un reverendo bodrio, esta película me pareció pretensiosa, lenta, densa, excesivamente lineal, y sobre todas las cosas, aburrida. Sé que muchos la elogian porque muestra los orígenes de lo que sería el clásico de 1968 (con Charlton Heston), pero yo pienso que, al margen de su conexión con otra película, un film debe valer por sí mismo, y yo creo que una persona que no tiene el background de la peli clásica, esta entrega de El Planeta de los Simios le duerme. Pienso que el tema es interesante (por algo es El Planeta de los Simios), pero que no estuvo bien desarrollada; el hecho de que todo se contase de manera tan lineal, lo convertía en un film demasiado pesado.

Súper 8


Ay Spielberg… ya sabíamos que extrañabas a E.T., pero no esperábamos que nos lo devolvieras en versión emo… así no es pues Spielberg. Intentaste hacer un cruce entre el retorno del marciano (o del planeta que sea) y “Los Goonies”, y te salió el tiro por la culata.

Aquí se nos presenta a un grupete de chibolos que quieren grabar una película de zombies para un festival de cine escolar. Por las casualidades del destino, veb cómo un conductor suicida estrella su camioneta contra un tren de la fuerza aérea, y a partir de entonces, ellos empiezan a ser acechados no sólo por los milicos, sino también por un extraterrestre gigante que se quiere tragar a todos como venganza porque no lo dejaron volver a casa.

Muchas explosiones y frases patéticas por todos lados (como cuando el enano protagonista mira a los ojos al extraterrestre y le dice que “sé que la has pasado mal, pero puedes vivir…” –oh, por dios, qué profundo-), pero lo que más me reventó fue que, entre tanto estallido por aquí y por allá, no hubo ni un chibolo muerto… con las justas uno se rompió una pata casi al final de la película. Y lo más inverosímil… que el extraterrestre escondiera a sus víctimas en un subterráneo, y que se demorara siglos en comerse a una (al parecer, al pobre E.T., encima, lo pusieron a dieta).