jueves, 30 de abril de 2009

Cielos opuestos, una misma historia

Abre los Ojos VS. Vanilla Sky



Enfoques diferentes para paladares diferentes



Argumento de la versión original:

César (Eduardo Noriega) es un tipo joven (de aproximadamente unos 25 años de edad), guapo, adinerado, y seductor; un tío que se jacta de no pasar más de una noche con la misma mujer. Su mejor amigo, Pelayo (Fele Martínez), es actor, bastante sensible, y de poco éxito con las chicas. En la fiesta de cumpleaños de César, Pelayo le presenta a Sofía (Penélope Cruz) como la chica de sus sueños, y, desde el primer instante, observamos como César se siente atraido hacia ella.



Al entrar a su habitación para guardar el regalo que le han traído Pelayo y Sofía, César se topa con una ingrata sorpresa: Nuria (Najwa Mirri), una chica con la que César se ha estado acostando, lo ha estado esperando y le saca en cara el no haberla invitado a la fiesta. César no tiene reparos en demostrarle lo mucho que le fastidia su presencia y hasta le reclama el haberse aparecido, luego la deja sola y aprovecha las circunstancias para acercarse a Sofía (cuando Pelayo había ido por unos tragos) con la excusa de pedirle que lo ayude a desenfadarse de Nuria. Como quien no quiere la cosa, Sofía cae en el juego de César y ambos terminan conversando a solas por largo rato en una habitación cerrada, hasta que los interrumpe la aparición de un Pelayo bastante bebido y afectado al confirmar las sospechas de que su mejor amigo está flirteando con la chica que le gusta. Pelayo decide abandonar la fiesta alegando que se siente muy cansado; Sofía intenta seguirlo pero él le dice que pierda cuidado, y César la convence de quedarse un rato más diciéndole que él puede regresarla a su casa.


Siguiendo con la excusa de escapar de Nuria, quien ha seguido dando vueltas en medio de los invitados, César acompaña a Sofía a su departamento (a pesar de que la fiesta estaba apenas comenzando), donde tienen una larga conversación en la que se nota un acercamiento romántico entre ambos. César se siente profundamente conmovido por la honestidad y la inocencia de Sofía y se muestra sincero ante ella, quien, a pesar de haberse negado en un inicio a los avances de César, termina despidiéndolo con un beso.

Al dejar el departamento, César se siente satisfecho y ansioso de volver a verla. Sin embargo, la suerte le dura menos de lo que él esperaba, pues, afuera, lo está esperando Nuria, quien lo ha seguido hasta ahí y le insiste en subir a su auto. Él la ignora en un inicio pero ella lo provoca preguntándole si acaso tiene miedo, con lo cual logra convencerlo. Ya con César a bordo, la obsesión de Nuria la lleva a intentar un suicidio conjunto, subiendo la velocidad al máximo y haciendo que su auto se desbarranque.

Ella muere y César sobrevive, pero su rostro que da completamente desfigurado. Ahora César ya no es el tipo seguro de sí mismo que ha sido hasta el momento; se siente acomplejado y deprimido porque los doctores le dicen que sus músculos han sido tan dañados que no hay nada que puedan hacer por él salvo ofrecerle una “prótesis facial” (una máscara de látex que, por su total falta de verosimilitud resulta bastante grotesca) para que se oculte detrás de ella. Por si fuera poco, Sofía, enterada del accidente, no da señales de vida y, cuando él va a buscarla, ella se muestra realmente incómoda e inclusive asustada; no puede permanecer a solas con él y por eso, cuando acepta su invitación a salir (más por compromiso que por verdadero interés), le pide a Pelayo que la acompañe. Tremendamente afectado, César se emborracha y se queda dormido, tirado sobre la acera empapada por la lluvia.


Sin embargo, la historia da un extraño giro de ciento ochenta grados cuando llega la mañana y ante él aparece Sofía, quien le pide perdón por haberlo hecho sentir mal y le dice que quiere permanecer a su lado. Al poco tiempo y casi como por arte de magia, los doctores lo citan para decirle que ya cuentan con la tecnología y los estudios suficientes para devolverle a su cara la apariencia que tenía antes del accidente. Ya con Sofía y con el rostro recompuesto, César se siente feliz; además de eso, Pelayo decide superar la mala pasada que le ha hecho al robarle a Sofía y continúa siendo su amigo. No obstante, César empieza a sentir que el sueño hecho realidad comienza a convertirse en pesadilla cuando, después de haber pasado la noche con Sofía, se despierta y encuentra en su lugar a Nuria, quien le habla cariñosamente y le dice que ella es Sofía. César cree que esta última ha sobrevivido al accidente y ha secuestrado a su novia; se desespera y, en su afán de que la supuesta Nuria confiese a dónde se ha llevado a Sofía, la amarra a la cama y hasta termina soltándole un golpe que le deja sangrando la nariz. Inmediatamente, llama a la policía para que se lleve a la impostora y resuelva el caso.



En la comisaría, César es tomado por loco. Los papeles de Sofía (a quien César ve con la imagen de Nuria) están en regla; la policía dice que se trata de la verdadera Sofía y el agente que lo interroga se muestra desconfiado hacia él cuando le dice que la chica muestra señales de haber sido agredida físicamente y que, por alguna extraña razón, ha decidido no denunciar la agresión. César no lo puede creer, mucho menos cuando afuera se encuentra con Pelayo quien le grita que se ha vuelto loco, que ha conversado cara a cara con Sofía y que, si vuelve a hacerle daño, se las tendrá que ver con él. César piensa que todo es un complot armado por sus socios, quienes pretenden quitarle la compañía de la cual se encuentra a cargo, y corre desesperado al departamento de Sofía; allí, después de un momento de confusión, logra reconocerla. Ella le dice que todo pasará pronto, que él se recuperará y que seguirán como siempre, y él se muestra feliz de volver a verla. Pero la pesadilla no ha terminado pues, cuando se encuentran haciendo el amor, el rostro de Sofía se convierte en el de Nuria ante los ojos de César quien, al borde de la angustia y de la ira, la ahoga con una almohada. Pocos minutos después y sin explicación alguna, César se da cuenta de que su rostro ha vuelto a deformarse por completo, como si nunca hubiese sido operado; se ha convertido en un verdadero monstruo.

Ahora César, encerrado en un sanatorio penitenciario, ocultándose una vez más tras una careta de látex, intenta reconstruir los hechos contándole todo a Antonio, un psiquiatra que está realmente interesado en su caso y que quiere ayudarlo a salir de su confusión. César ni siquiera entiende bien por qué se encuentra encerrado; piensa que tiene que ver con el hecho de que sigue ocultando su rostro tras una máscara, pero Antonio le dice que se encuentra ahí porque ha asesinado a Sofía.


La búsqueda de respuestas realizada por César y Antonio concluirá en un desenlace verdaderamente intrigante e inesperado.





Diferencias y similitudes:


Si bien el guión es básicamente el mismo, Abre los Ojos y Vanilla Sky presentan enfoques totalmente diferentes. La versión original se presenta como una historia plagada de suspenso, misterio y hasta terror psicológico. Después del accidente, el personaje principal, César, está convertido en un verdadero monstruo, “cual Fantasma de la Ópera”, como él mismo lo señala en algún momento de la película. Su rostro provoca rechazo tanto por lo grotesco como por lo tenebroso, tanto así que la propia Sofía se estremece con sólo mirarlo. A partir de ese momento, la autoestima de César cae por los suelos, se siente frustrado, amargado, destruido, su humor se vuelve completamente insoportable, la película transmite toda la angustia del personaje, quien se ve rodeado de una atmósfera terrorífica representada en la parte visual con colores fríos, opacos en su mayoría, que se encuentran en el color del cielo, pálido, grisáceo, en el de los edificios oscuros y deprimentes, en el color de su propia ropa, en la lluvia que lo empapa y lo hace resbalar sobre el pavimento. A todos estos elementos visuales los acompaña por momentos una música electrónica hipnotizante, fría, que transmite una profunda sensación de vacío y a la vez de confusión; César se muestra mareado y perdido en medio de un montón de cuerpos que se mueven como dopados unos contra otros, pues la discoteca está llena y en medio de la oscuridad los cuerpos se juntan y uno se siente aplastado entre ellos; las únicas luces del lugar son luces psicodélicas, luces que hablan de frivolidad y desolación.




En contrate, Vanilla Sky se muestra como una historia mucho másromántica, que da amplia cabida al desarrollo de la relación amorosa entre David (nombre que se atribuyó al protagonista en este remake) y Sophia (Sofía, en la versión española). Las expresiones de afecto entre ambos personajes están mucho más marcadas; vemos a David salir hecho un adolescente, dando brincos del departamento de Sophia, y a ella dando bailoteos de quinceañera mientras lo observa por la ventana. Las calles de Nueva York (el escenario de esta nueva versión) se pintan cálidas; construcciones de colores rojizos, naranjas y púrpuras bajo un cielo color vainilla, una mezcla de tonalidades amarillas, naranjas y rosas, muy en contraste con los colores metálicos de la versión española. Al mismo tiempo, se da mucho más peso a la historia personal del protagonista, a sus temores de infancia y a la relación que tenía con sus padres antes de quedar huérfano; todo esto porque aquí se busca resaltar la lucha personal de David, mientras que, en Abre los Ojos, si bien se nos brinda cierta información biográfica sobre César (sabemos que es exitoso, que tiene dinero, que sus padres están muertos y que no había recibido mucha atención por parte de estos), no se profundiza tanto en este punto debido a que la historia da un mayor peso al misterio de por qué César empieza a ver a Sofía como Nuria, la forma en que llega a cometer el asesinato, y la extraña e inesperada relación que tienen todos estos acontecimientos con cierto sujeto misterioso que aparece en la televisión hablando sobre criogenia y a quien, inexplicablemente, vemos aparecer de momento en momento como si se tratase de un espía que persigue a César por todos lados.




Cabe destacar que, en el caso de Abre los Ojos, la caracterización de César, realizada por Eduardo Noriega, está desarrollada con un estilo mucho más naturalista y verosímil, mientras que la caracterización de David (Tom Cruise) por momento peca de disforzada y fingida, como se tratase de una caricatura o de la más típica representación del estereotipo de American Lucky Guy. Lamentablemente, este es uno de los puntos más flojos de la versión americana: en muchos momentos del film, el protagonista luce realmente patético, como un niño grande, y hace tantas bromas que no logra transmitir en sentimiento trágico de una persona que ha sobrevivido a un terrible accidente y ha quedado con el rostro deforme. Algo similar ocurre con el personaje de Sophia, quien, si bien es interpretada por la misma actriz de la versión española (Penélope Cruz), aquí no se le ve tan natural; al igual que a David, se le ve como una niña grande, una adolescente fuera de tiempo. Además, nos saca de cuadro que ella no luce en absoluto asustada cuando ve por primera vez el rostro destrozado de David; es cierto que demuestra cierta incomodidad, pero no la suficiente como para que nos traguemos el cuento. Tal vez sea verdad que en esta versión, el rostro de David –luego del accidente- no es ni la sombra de feo de lo que es el rostro de César, lo cual se justifica porque el remake le da más peso al romance que al drama psicológico, pero de todos modos estaba lo suficientemente deforme como para impresionar a cualquiera que esté acostumbrado al rostro bien parecido de Tom Cruise.


La que sí se lleva el premio en cuanto a actuación en la versión gringa es Cameron Díaz, quien interpreta a Julie Gianni (Nuria en Abre los Ojos), la ex amante frustrada de David; con este papel, Cameron Díaz nos deja bien claro que ella es mucho más que una cara y un cuerpo bonito, pues realmente se le ve afectada por el abandono de David, a quien ella consideraba prácticamente su novio. Julie Gianni es muy diferente a Nuria; es cierto que su rol es el mismo y sus diálogos son similares, pero la entonación y la expresividad utilizadas para pronunciar cada frase difieren bastante. Nuria luce como una mujer obsesiva, siniestra, de aura oscura, fría, y ello se transmite en su forma de mirar, en su voz que parece imitar sonidos de serpiente, en el rojo intenso de su traje de cuello chino y del colorete, y en el negro azabache de su pelo luciendo corte bastante moderno. Por otra parte, Julie Gianni es un personaje simpático, atractivo tanto por su personalidad como por su gracia; su relación afectiva con el personaje principal es mucho más amigable y estrecha que la que existe entre César y Nuria, quienes demuestran no estar unidos por otra cosa que el deseo carnal. En contraste con esto último, David reconoce a Julie como una amiga, y es por eso que en gran parte llegamos a sentir lástima por ella cuando se encuentra sola; nos conmovemos con su mirada triste mientras sostiene la copa de martini, “es la chica más triste que ha sostenido nunca un martini”.





En cuanto al personaje de Brian, interpretado por Jason Lee, la verdad me quedo con Pelayo (Fele Martínez). Pelayo realmente se presenta como el tío sensible pero físicamente simplón, completamente opacado por el atractivo César, mientras que, sobre Brian, si bien se da a entender que es un tipo sensible (al menos por sus diálogos, pues en su caracterización es casi tan payaso como David), al menos de apariencia no se le ve tan trágicamente disminuido por David; digamos que no es un sujeto guapísimo, pero tampoco se le ve como un X cuya presencia pueda pasar totalmente inadvertida. Por otra parte, Kurt Rusell, quien interpreta a la versión norteamericana del Antonio Español (Chete Lera), tampoco termina de convencer como la figura paternal que busca el protagonista; no se le ve lo suficientemente afectado, confundido ni frustrado como luce Antonio en “Abre los Ojos” al enterarse de toda la verdad y llegar a poner en duda la realidad de su propia existencia y de todo lo que ve a su alrededor.



Honestamente, si me dan a elegir, yo me quedo con la versión española, que, según mi apreciación personal, le lleva demasiados puntos de diferencia al remake, no obstante que se nota que este último contó con una producción mucho más costosa (ello resalta claramente en la cantidad de efectos especiales que se utilizan y en su banda sonora, que es algo que sí merece la pena destacar). Sin embargo, a pesar de las deficientes caracterizaciones de la mayoría de actores del remake, y de que me inclino mucho más hacia el drama y el suspenso que hacia las temáticas rosas, no me atrevo a descartar completamente la versión americana pues, debo admitir que tiene dos escenas muy bien logradas: cuando David empieza a descubrir que prácticamente todas sus vivencias han sido un sueño y observa la secuencia de imágenes de películas en las cuales se ha basado la realidad virtual que se ha creado para él y empieza a relacionarlas con cada momento que él cree haber vivido, cuando reconoce que los cielos de vainilla que puede observar no son otros sino los que aparecían en el cuadro preferido de su madre, pintado por Cloude Monet; también la escena en que se le concede un último deseo antes de despertar y Sophia aparece ante sus ojos para despedirlo; es un momento realmente efusivo y, por el contrario del resto de momentos de la película, éste es un fragmento que, a pesar de ser un tanto cliché, sí llega a ser verosímil y a removernos intensamente las fibras. Yo diría que estas dos escenas tienen el peso suficiente como para que el film merezca ser apreciado.





Guerra de Directores:


Alejandro Amenábar, responsable de la dirección y el guión “Abre los Ojos”, es un director de cine español y norteamericano nacido en Santiago de Chile, hijo de padre chileno y madre española. Desarrolló la totalidad de su carrera cinematográfica en España. Entre sus principales películas se encuentran el thriller llamado “Tesis” (1995), con el cual consiguió atraer la atención de la crítica en el Festival de Cine de Berlín y obtuvo siete Goyas, “Abre los Ojos” (1997), film con notable éxito de crítica en festivales internacionales como los de Berlón o Tokio, “Los Otros”, protagonizado por Nicole Kidman, que también fue todo un éxito a nivel internacional, especialmente en España, donde se coronó como la película más vista del año, “Mar Adentro” (2004), basada en la vida real del tetrapléjico Ramón Sampedro (interpretado por Javier Bardem), y “Ágora” (2008), con la participación especial de Rachel Weiss y Maz Minghella.

Por su parte, Cameron Crowe, responsable de la dirección y adaptación del guión para el remake de “Abre los Ojos” titulado “Vanilla Sky”, es un director y guionista norteamericano que en un inicio estuvo dedicado al periodismo, participando con frecuentes textos para la revista Rolling Stone. Se inició en el cine como guionista de “Aquel excitante curso”, estrenada en 1982, y le siguió en la misma labor con el film que continuaba con la historia de aquel, llamado “The Wild Life”. Luego incursionó también en la dirección cuando estuvo a cargo de “Say Anything”, película que cuenta la historia de un muchacho que trata de conseguir atraer a la chica más guapa del instituto. En 1992, realiza su siguiente proyecto, titulado “Solteros”, el cual se centra en las relaciones sentimentales de seis amigos veinteañeros en Seattle, el cual tuvo considerable éxito. Le siguió el film “Jerry Maguire”, el cual trataba sobre la vida de un poderoso agente deportivo que cae en desgracia y se aferra a la representación de un jugador de fútbol americano mediocre. En el año 2000, Crowe estrenó una película basada en sus épocas de colaborador de revistas musicales, a la cual tituló “Almost Famous”, considerada por muchos como su mejor película hasta el momento, la cual le valió un Óscar al mejor guión original. No obstante, y para su mala suerte, después de esto, el director tuvo dos grandes caídas; la primera fue “Vanilla Sky”, el remake sobre el cual tratamos en el presente artículo, el cual fue víctima de feroces críticas; a esto le siguió, en 2005, su último film, titulado “Elizabethtown”, que tampoco tuvo mucha mejor suerte que digamos.


Por: Alexiel Vidam


*Nota: Y tú, ¿cuál de las dos prefieres...?

viernes, 24 de abril de 2009

Amor y Venganza en Tiempos de "La Movida"

Pepi, Luci, Bom y otras Chicas del Montón

El primer largometraje de Pedro Almodóvar



Lanzada en 1980, se trata de la primera película comercial escrita y dirigida por el español Pedro Almodóvar, quien la describió como una historia sobre “seres humanos fuertes y vulnerables que se abandonan a la pasión, que sufren el amor y se divierten”. Debido a su argumento y escenas demasiado atrevidas para la época, recibió varias críticas negativas, que atacaron principalmente la forma humorística de tratar temas tan serios como una violación sexual, así como el bajo presupuesto empleado para la realización del film. Sin embargo, también recibió elogios en diarios tan reconocidos como El País, el cual la describió como una película que “trastoca con verdadero atrevimiento los más respetados tabúes de nuestra ridícula sociedad”.


Argumento:



Pepi (Carmen Maura) vive en Madrid en tiempos de la “movida”. A pesar de su vida bastante alocada, ella ha conservado su virgo para venderlo a un alto precio; sin embargo, su plan se ve frustrado una tarde en que su vecino policía irrumpe en su casa para llevarla detenida por poseer macetas con marihuana en su balcón. En su afán de quedar libre, Pepi seduce al policía pero le pide que por favor no le quite la virginidad, a lo cual, el policía hace caso omiso. Ahora Pepi está furiosa porque ha perdido la oportunidad de ganarse un buen dinero, y busca venganza; es así que conoce a Luci (Eva Siva), esposa del policía, un ama de casa abnegada, masoquista reprimida y bastante aburrida de su rutina. Se hacen amigas y, cuando Pepi descubre el “secretito” de Luci, la convence de involucrarse con una Bom (Alaska), una cantante punk de tendencias sádicas.






Las tres exploran la escena joven de Madrid en busca de la liberación, asistiendo a fiestas, clubs, conciertos e interactuando con personajes de lo más escandalosos. Sin embargo, la historia da un giro inesperado cuando el esposo de Luci descubre su infidelidad y la golpea hasta dejarla en la clínica sin sospechar que eso era lo que su esposa siempre había esperado de él (en un momento de la película, Luci se queja de que el marido siempre la haya respetado como a una madre).





Contexto:


“La Movida” fue un movimiento surgido en España durante los primeros años de la Transición Posfranquista, caracterizado por una activa vida nocturna y el interés juvenil hacia la cultura alternativa, underground o contracultura. Se originó en Madrid, pero se expandió rápidamente hacia otras capitales españolas gracias al apoyo de varios políticos, principalmente socialistas (entre ellos el entonces alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván), que pretendían mostrar un punto de inflexión entre la sociedad franquista y la nueva sociedad de la democracia, dando, además, una nueva imagen de España “moderna” –o por lo menos tolerante- a nivel internacional.

Una de las principales figuras de la Movida Madrileña fue la cantante Olvido Gara Jova (más conocida como “Alaska”), ícono del movimiento homosexual en España. Cuando la conoció, Pedró Almodóvar decidió que ella era la persona ideal para interpretar a Bom en su película “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”; era la época en que Alaska se había convertido en la voz principal del grupo “Alaska y los Pegamoides”, tras la disolución de la banda anterior Kaka Deluxe, en la cual tocaba la guitarra eléctrica.


Estética del film:



Casi toda la película está filmada en interiores debido a que no se contaba con el permiso para filmar en la vía pública (por esta razón, las pocas escenas filmadas en exteriores son de corta duración); se trata generalmente de habitaciones o salas de poca luz y paredes de colores opacos, que reflejan las huellas de la depresión de un país que ha vivido largos años de dictadura, las cuales se alternan con otros escenarios en los cuales abunda únicamente la luz psicodélica, una intensa expresión de colores encendidos, escandalosos, fosforescentes, muy acordes con los personajes que se presentan en ellos: estrellas underground, músicos Glam-punk-rock vestidos con atuendos estrafalarios, llenos de plumas, escarcha y lentejuelas multicolor, con peinados sumamente estrafalarios y canciones con letras de protesta o de burla, con títulos como “Murciana Marrana”, interpretado por el Bom y Toni Grup (la banda de Bom).


Escena de la película en la cual el Bom y Toni Grup interpreta el tema "Murciana Marrana"

Los Personajes:

Si tuviésemos que elegir una sola palabra que describa a los personajes, esta palabra sería “posmodernidad”. Los personajes de Almodóvar, y en especial los que aparecen en sus primeras películas (ello también podemos observarlo en su siguiente film: “Laberinto de Pasiones”), son caracteres que se construyen a partir de la combinación; se observa la hibridación del hombre y la mujer, que a su vez combina en su atiendo todo tipo de elementos de los más extremos para crear una nueva imagen que resalta por su extravagancia. Al mismo tiempo, se combinan personalidades sumamente distintas que, a pesar de sus diferencias, congenian de la mejor manera: la risueña y alocada Pepi, la cándida y aparentemente recatada Luci, y la ruda e imponente Bom, quienes, a su vez, combinan en su propia psicología características que podrían considerarse opuestas, principalmente en Luci, de quien, en primera impresión, sería imposible adivinar que goza con el maltrato y la agresión física. Pero, lo más curioso, por encima de todo, es que estos personajes viven las situaciones más serias y delicadas de una manera bastante trivial y relajada, con sentido del humor y como si se tratase de cosa de todos los días.

Por: Alexiel Vidam