domingo, 4 de noviembre de 2012

Para morderte mejor…

Los Vampiros en el Cine


Por: Alexiel Vidam

El género de vampiros es uno de los más populares y legendarios del horror. Desde siempre  me ha intrigado el personaje del vampiro, sobre todo por su elegancia y su atmósfera seductora. Sin embargo, estas no son características que hayan pertenecido al vampiro desde sus inicios, ni que se hayan mantenido constantes en todas sus interpretaciones. Los vampiros han cambiado y evolucionado considerablemente desde los primeros años del cine, llegando a participar también en otros géneros cinematográficos como la comedia o la ciencia ficción.

La Mansión del Diablo (1896), de George Méliès.
De hecho, la primera aparición de un vampiro en el cine, se dio en una película de género mixto, que combinaba el horror y la comedia; nos referimos a  La Mansión del Diablo, película de 1896, obra de George Méliès. La trama nos presentaba a un vampiro-demonio llamado Mefistófeles, que tenía la capacidad de transformarse en murciélago, y presentaba vulnerabilidad ante los crucifijos. Un dato  interesante de este filme, es que su nacimiento fue anterior a la publicación de Drácula, la novela de Bram Stoker que marcó una serie de paradigmas acerca del vampirismo.

La primera mujer vampiro, apareció en 1913, en The Vampire, de Robert G. Vignola, filme inspirado en el cuadro de una vampira realizado por Philip Burne-Jones. Esta vampiresa no poseía las cualidades sobrenaturales que atribuimos hoy a su especie, sino que se trataba de una simple mujer fatal que llevaba a los hombres a su perdición.

Nosferatu (1922), de F.W. Murnau.
El concepto del vampiro como ser mágico, tardó todavía unos años en aparecer, hasta 1922, con Nosferatu, una Sinfonía del Horror, de F.V. Murnau, tercera adaptación de Drácula. Aquí se presenta a un vampiro sumamente terrorífico, deforme, calvo, de orejas puntiagudas y dientes de rata, con pronunciada joroba y dedos esqueléticos con enormes uñas. Este vampiro poseía poco o nada de erotismo (ni de romanticismo); se trataba netamente de un monstruo depredador, asociado más bien con la putrefacción y la enfermedad (la peste bubónica). A pesar de ser una de las más reconocidas adaptaciones de la novela de Bram Stoker, e ícono cinematográfico, el hecho de que haya llegado hasta nuestros días es casi un golpe de suerte. Murnau no había logrado conseguir los derechos para realizar esta versión fílmica de Drácula, por lo cual se vio obligado a cambiar los nombres de todos los personajes y escenarios; aun así, las referencias a la obra literaria eran tan evidentes, que fue demandado por la viuda de Bram Stoker, ordenándose la destrucción de todas las copias de la película. Lograron sobrevivir menos de cinco copias, con las cuales se pudo reconstruir la versión de 1994.


Vlad Tepes, "El Empalador", más conocido
como Conde Drácula (personaje histórico).
Drácula, el vampiro más popular

Sin lugar a dudas, el vampiro más afamado y recordado de la historia del cine, es el Conde Drácula, reconocido en el año 2005 como el personaje de ficción con más apariciones en la pantalla grande, seguido por Sherlock Holmes.

Drácula ha tenido todo tipo de adaptaciones, unas más, y otras menos fieles a la novela  original. Lo hemos visto aparecer en las más oscuras películas de horror, en parodias de éstas, y hasta en una de las peores películas de ciencia ficción (y del cine en general), como lo es Plan 9 al Espacio Exterior, dirigida por Ed Wood, quien ha pasado a la historia como el peor director de cine de todos los tiempos. No obstante, si tuviésemos que quedarnos con cuatro adaptaciones icónicas de Drácula,  éstas serían: El Nosferatu de Murnau, el Drácula en blanco y negro de Universal Studios, el Drácula de ojos inyectados de sangre presentado por la Hammer Films, y el romántico Drácula de Francis Ford Coppola.

  • Nosferatu, una Sinfonía del Horror (1922)


 Max Schreck en el papel de Nosferatu.
Como ya hemos señalado, fue el vampiro que marcó la pauta de este personaje como ser mágico y sobrenatural. Era un ser de apariencia repugnante y decrépita. Debido a que no se logró conseguir los derechos de la obra literaria original, el director, Murnau, rebautizó a su protagonista bajo el nombre de Conde Orlock, cuyo papel fue interpretado por Max Scherck, un reconocido actor de teatro de la época. Alrededor de este actor giraron varios mitos; uno de ellos, el de que se trataba de un verdadero vampiro. Tomando este mito como base fue que se creó el argumento para La Sombra del Vampiro, película de 2000, dirigida por Elias Merhige. Nosferatu tuvo también un remake realizado por Werner Herzog en 1979, con Klaus Kinski en el papel principal. Para esta versión, titulada Nosferatu: El Vampiro de la Noche, ya fue posible contar con los nombres originales de la novela de Bram Stoker.


  • Drácula (1931)


Béla Lugosi, el primer Drácula elegante y seductor.
Si hasta el día de hoy tenemos la imagen de un Drácula ataviado con la típica vestimenta de la aristocracia, se debe a esta película, dirigida por Tod Browning y producida por Universal Studios. Esta versión sonora pero aun en blanco y negro nos presentó, por primera vez, a un Drácula elegante, refinado y seductor, capaz de convertirse en murciélago y en lobo, y de manipular la voluntad de sus víctimas mediante la hipnosis. El papel fue interpretado por Béla Lugosi, actor nacido en Transilvania que había interpretado a Drácula en Broadway y que gustó, entre otras cosas, por el acento húngaro que atribuía al personaje. En torno a Béla Lugosi también se creó el mito de que se trataba de un vampiro real, mito que fue tomado más en serio por el propio Béla, quien aparecía en  las fiestas de Hollywood vestido como su personaje, y fue incinerado vestido tal cual tras su muerte en 1956.

  • El Horror de Drácula (1958)

Christopher Lee es el actor que ha interpretado más
veces el papel de Drácula.

Ésta fue la película que presentó por primera vez a Christopher Lee en el papel de Drácula. Dirigido por Terence Fischer y producida por la Hammer Films de Inglaterra, este filme marcó el erotismo como rasgo característico del género de vampiros. Aquí, las víctimas del chupasangre experimentan una suerte de orgasmo al recibir la mordida. El vampiro es un personaje con mucha más presencia y poder de seducción que el presentado por Universal, con  los ojos inyectados de sangre y pronunciados colmillos (el vampiro interpretado por Lugosi no poseía esta característica). Los escenarios, además, están llenos de color, resaltando sobre todo el contraste entre el negro, representativo de la oscuridad y la muerte, y el rojo, en alusión a la sangre.

  • Drácula de Bram Stoker (1992)


Gary Oldman, el Drácula romántico de
Francis Ford Coppola.
Francis Ford Coppola nos presenta a un Drácula mucho más colorido, romántico, y extremadamente sensual. Esta película, que combina elementos de la novela original y datos históricos del Drácula real (Vlad Tepes, el Empalador, reconocido héroe de Rumanía), es, hasta el momento, la adaptación cinematográfica más fiel a la obra literaria de Bram Stoker. Drácula es un apasionado que ha entregado su alma al diablo frustrado por la pérdida de la mujer amada, a quien tratará de recuperar en vidas posteriores, aunque para lograrlo deba alimentarse de vidas humanas. Este Drácula, interpretado por Gary Oldman, rescata características del Drácula literario que habían sido dejadas de lado por adaptaciones anteriores, como su capacidad de trasladarse a la luz del día.


Otros vampiros

Louis (Brad Pitt) y Lestat (Tom Cruise),
protagonistas de Entrevista con el Vampiro.
Después de la obra de Bram Stoker, la novela que ha sido más veces adaptada al cine, es La Carmilla, de Sheridan Le Fanu, basada en la vida de la Condesa Erzébeth Bathory, quien durante el S. XVI se cobrara la vida de 630 vírgenes con el fin de bañarse en su sangre y obtener la juventud eterna. Las más afamadas versiones filmográficas de esta novela, pertenecen a la Hammer Films; se trata de Blood and Roses (1961) de Roger Vadim, y de la Trilogía de Karnstein, dirigida por Roy Ward Baker, serie de películas que mostró el sexo con mayor explicites e introdujo el género de vampiros en la pornografía.

A esta adaptación ya le siguen en popularidad distintos nombres independientes como Lestat de Lincourt, protagonista de las dos adaptaciones de Crónicas Vampíricas de Anne Rice (Entrevista con el Vampiro y La Reina de los Condenados), Selene, la vampiro cazadora de hombres lobo de Inframundo, Barnabas Collins, el vampiro hechizado de Sombras Tenebrosas, Eli, la niña vampiro antibullying de Déjame Entrar, y hasta el vampiro adolescente (e insoportable, con el perdón de sus fans) Edward Cullen, protagonista de la saga Crepúsculo. Todos ellos nos ofrecen diferentes visiones, orígenes y características de lo que es el vampirismo, y nos demuestran la versatilidad que tiene este personaje para adaptarse a distintos tipos de historia, ello sin dejar de lado, además, aquellas versiones que nos presentan vampiros de origen científico (por virus y otras fallas) o extraterrestre, como el caso de Soy Leyenda (vampiro científico), o The Thing from Another World (vampiro alienígena). 

Eli (Déjame Entrar), es una niña vampiro que defiende a su novio
de los matones que le hacen bullying en el colegio.

En todo caso, podemos concluir, que esta versatilidad nos asegura vampiros en el cine para rato, y que, en definitiva, no hemos llegado aún a una representación final e inamovible del mismo.