Por: Nicole Barrera
¿Alguna vez te preguntaste qué hubiese pasado si el
meteorito que acabó con los dinosaurios jamás se hubiese estrellado contra la
Tierra? Si tu curiosidad es tan grande como la mía, no puedes dejar de ver Un gran
dinosaurio, película de Disney-Pixar
que parte de esta pregunta.
Nos trasladamos muchos siglos atrás, hacía la prehistoria, donde nos
encontramos con una extraña evolución en los dinosaurios. La historia tiene como eje central a una familia de apatosaurios
granjeros (sí, como leyeron, granjeros). Siendo herbívoros, cultivan su
propia comida (a esto me refería con “extraña evolución”; También hay t-rex rancheros).
Toda la comida que es cosechada por la familia, es
almacenada en una torre; el problema, es que tiende a desaparecer. Nuestro protagonista, Arlo, el más pequeño
de los trillizos apatosaurios, y es tan miedoso, que hasta un pollo
prehistórico le asusta. Cansado de vivir en la sombra de sus hermanos
mayores Buck y Libby, Arlo decide
atrapar a la criatura misteriosa que se come la comida que han cosechado para
el invierno, para así probarse ante todos.
Sin embargo, un error por parte de Arlo al reconocer a su
objetivo, trae consecuencias desgarradoras… El pequeño humano-perro “causante”
de la tragedia empieza a proteger al dinosaurio a partir de entonces. Se siente
agradecido de que le haya dejado con vida. Inevitablemente, y por el contrario
de sus propias expectativas, Arlo acaba agarrándole cariño y nombrándole “Spot” (el nombre más común en los
perros).
Vale decir que los padres han denominado a Un gran
dinosaurio como “la peor película de Pixar”. A mi parecer, esta sentencia es
equivocada. Los padres han hecho un
escándalo debido a una escena de drogas, donde Arlo y Spot consumen frutas
fermentadas que les hacen alucinar. Sin
embargo, se olvidan de películas como Pinocho
o Dumbo, donde los protagonistas
tienen experiencias parecidas. Dumbo se intoxica con un vaso de vino, y
Pinocho, luego de fumar mucho, cambia de colores. Esto sin olvidar, por
supuesto, Alicia en el país de las
maravillas (esa película es una pastrulada total…).
En lo personal, considero la trama un poco lenta, pero hubo
momentos donde sentí que se me paraba el corazón. Es increíble cómo se puede transmitir tanto sin tener que hablar. Una
de mis escenas favoritas es aquella en la que los personajes hablan sobre la
muerte de sus seres queridos; no eres humano si no lagrimeas con este filme. En
cuanto a los gráficos, me atrevo a decir que supera a todas sus antecesoras;
son alucinantes, incluso hay partes en que parecen fotos.
Por otra parte, si
bien la película se encuentra en un formato para niños (por el tipo de animación),
diría que está más enfocado hacia un público adulto. No lo digo por la
escena de drogas, sino porque pienso que madurar
es algo difícil de entender para un niño, y tener en cuenta la muerte como quiebre
para lograr este objetivo, es algo fuerte.
**ALERTA SPOILER**
La muerte del padre de Arlo me recordó mucho a El rey león. Ambos niños se tuvieron que
hacer hombre tras la muerte de sus padres. La única diferencia, es que aquí
vemos el viaje completo del joven dinosaurio: cada tropiezo, cada caída… y déjenme
decir que son miles, hasta que finalmente se hace hombre.
Salí de la sala de
cine sintiéndome melacólica, pues es una película triste, pero entendí que su
distinción radicaba en eso: en ser realista. La vida tiene cosas duras y es tiempo de que
los niños lo sepan.
Un gran dinosaurio se encuentra actualmente en cartelera. Los
invito a darle una mirada y sacar sus propias conclusiones.
Dirección: Peter Sohn
Producción: Denise Ream
Guión: Bob Peterson, Peter Sohn,
Erik Benson, Meg LeFauve, Kelsey Mann
Música: Mychael Danna, Jeff Danna
Montaje: Meg LeFauve
Reparto: Raymond Ochoa, Jack Bright, Sam
Elliot, Anna Paquin
País: Estados Unidos
Año: 2015
Idioma: Inglés
Género: Animación
Duración: 93 minutos
descubrí una referencia al fruto prohibido, se muestra como el dinosaurio va junto al niño en busca de bayas, y al momento de llegar el niño le gruñe como diciendole que es una mala idea, al momento de comer un racimo de bayas sale una serpiente con cortas patas, justo como la criatura mencionada en la biblia, a la cual supuestamente dios le quito sus patas y la condenó a moverse arrastrandose por el suelo, solo eso, es una simple curiosidad
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