martes, 24 de noviembre de 2020

“Si algo me pasa, los quiero”, el corto más bello y más triste del mundo

Por: Alexiel Vidam 

Y de pronto entras a Netflix, y en tus sugerencias aparece la siguiente reseña: “Un recorrido emocional de dos padres que se refugian en recuerdos para intentar superar una trágica pérdida”. 

La descripción va acompañada por un tráiler animado hecho a partir de puros gráficos a lápiz, sencillos, y sin embargo, con una expresividad penetrante; a esto se suma una melodía de piano que te genera un extraño vacío en la boca del estómago, y la sensación de que algo en el pecho se te está diluyendo, y que pronto se caerá.

Sabes que vas a llorar, así que estás a punto de cerrar la pestaña y ponerte a ver algo más animado. Después de todo, es tarde, y te mereces algo feliz después de un día tan largo. Pero no puedes. Inmediatamente regresas Netflix y te dejas llevar por la curiosidad, y por ese impulso masoquista de sentir algo intenso, aunque sea doloroso.

El corto inicia con ese piano sutilmente desgarrador, a la vez que los dos protagonistas ─el padre y la madre─ se encuentran sentados en una mesa demasiado larga. Sin mirarse. Sus rostros se observan vacíos. Juegan con la comida.

En ese momento, descubres que todo es gris. Los dibujos están hecho a base de trazos torpes adrede, y no tienen color: sólo blanco, negro, y diferentes tonos de gris. Detrás de los padres se levantan sus sombras, que representan el remolino que llevan por dentro.

Sin darte cuenta, ya estás llorando, pero aún es poco. Casi de manera imperceptible ha aparecido esa fina y afilada hoja que acaricia por dentro. Su caricia se va volviendo más marcada y más profunda a medida que la historia avanza. La madre ha encontrado una prenda de su hija y está a punto de quebrarse. El travieso gato no comprende qué sucede. 

La pelota de la más joven de la casa se ha caído accidentalmente y ha abierto la puerta de la habitación. El gato la sigue y el tocadiscos se enciende de manera casi espontánea al toque de la pelota.

La madre escucha esa canción tan familiar. La canción que su pequeña de 10 años escuchaba siempre; la que llevaba en los auriculares durante todos los paseos. Se sienta en la cama y frota la mano sobre el edredón para recordar a su pequeña. El padre la ve. Entra, se sienta a su lado, pero casi no la mira. Está desolado, y no sabe observar más allá de su dolor.

De pronto aparecen los primeros colores. Hermosos tonos pasteles tiñen los recuerdos más bonitos. Los padres observan a su recién nacida; sonríen, están unidos, y unidos la acompañan a crecer. Ella los ama. Ellos los aman. Ella es feliz. Ellos también lo son.


Sin embargo, ¿quién podría imaginar que aquella mañana en que se despidiera sonriente para ir al colegio, sería la última vez? Las sombras se ven consternadas e intentan impedir que la niña se marche. Ella no las ve. Sigue con su camino. Feliz. Las sombras se angustian, pero no pueden impedirlo.

Ella ingresa. La bandera de los Estados Unidos luce brillante en el sobre la pared a la entrada del aula. La bandera luce incluso más brillante que los recuerdos felices. Será que lo que está por suceder es tan americano…

“¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!” Se oye desde adentro. Contienes la respiración. Se observa un celular. En la pantalla se lee “si algo me pasa, los quiero”. El mensaje se diluye. Y “¡bang! ¡bang! ¡bang!”, otra vez.

Te desmoronas.

Los padres siguen sentados en la cama. Dándose la espalda. Parece que un muro de hielo los divide. Un poco más, y estarán completamente solos. De pronto el gato ha notado algo que ellos no han visto. Salta y juguetea con una mano invisible. ¿Qué puede ser? Ellos voltean y lo observan. Es su hija.

Una pequeña sombra se agranda y abraza a los padres. Se convierte en una inmensa bola de luz. Ellos se unen. Ella estará con ellos por siempre.

Ahora ve a limpiarte los ojos…


Ficha técnica

Dirección: Will McCormack, Michael Govier
Producción: Maryann Garger, Gary Gilbert, Gerald Chamales, Michael Govier
Guion: Will McCormack, Michael Govier
Música: Lindsay Marcus
Edición: Peter Ettinger
País: Estados Unidos
Género: Drama, animación


*No dejes de ver este cortometraje en Netflix


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"3%": la distopía del mérito

Por: Alexiel Vidam

Quienes me conocen, ya saben de mi afición hacia las historias distópicas: 1984, Blade Runner, Ghost in the Shell, Akira, Los Juegos del Hambre, V de Vendetta… En su mayoría, todas estas historias tienden a seducirme con sus antihéroes y temáticas de mundos futuros decadentes. Sin embargo, pocas me resultan tan originales como 3%, la primera producción brasilera de Netflix, creada por Pedro Aguilera.

3% nos traslada a un escenario en el cual Brasil ha agotado sus recursos y la gente vive en extrema pobreza (no tienen luz, viven comiendo alimañas, sus casas están todas destartaladas y hechas de materiales desechables, etc.). Sin embargo, anualmente, los jóvenes de 20 años, tienen la posibilidad única de acceder a una vida mejor a través del Proceso, un procedimiento que consta de diferentes pruebas, en las cuales el candidato debe demostrar que es “digno”. 

Las pruebas eliminarán al 97% de candidatos; sólo el 3% se hará merecedor de migrar hacia Mar Alto, una isla utópica donde tendrán la vida hecha, y a la cual sólo se puede llegar vía submarino.

Para esto, los retos que el Proceso pone a los candidatos, pueden llegar a ser brutales, colocándolos en situaciones extremas en las cuales se les priva de comida o agua. En estos retos, no sólo se premian la inteligencia y la astucia, sino también el sentido de individualidad y, sobre todo, la fidelidad al Proceso. Es importante destacar estos dos últimos puntos, dado que, para llegar a Mar Alto, debe dejarse todo lo anterior atrás, incluyendo los vínculos familiares (todos llegan solos a Mar Alto).

La fuerza de oposición a Mar Alto y al Proceso, es La Causa, un grupo subversivo que lucha por destruir el orden establecido para construir uno nuevo, con mayor igualdad (no por eso, sin embargo, con mejores métodos).

Por otro lado, tenemos a los protagonistas, quienes, por distintos motivos se verán involucrados en el Proceso, y cuyas perspectivas del mismo, de La Causa y de lo que es bueno o malo, justificable o injustificable, se irán transformando de manera progresiva. En este grupo tenemos a Michele (Bianca Comparato), Fernando (Michel Gomes), Joana (Vaneza Oliveira), Rafael (Rodolfo Valente) y Marco (Rafael Lozano); cada uno de ellos con su propia personalidad, con sus propios puntos fuertes y débiles, sus propios valores, imperfecciones y zonas grises; esto último, precisamente, es lo que los hace tan ricos. 

Ninguno de ellos se escapa de tener momentos de egoísmo, ni de cometer algún tipo de crimen; sin embargo, tampoco dejan de tener instantes de nobleza, desinterés o valentía. Estas situaciones tan contrastantes, brillan casi al mismo nivel, de modo que, en algún momento de la historia sentiremos rechazo por ellos, y en otro, llegaremos a encariñarnos, y a comernos las uñas cuando tambaleen en escenarios de vida o muerte.

De izquierda a derecha: Michele, Marco, Joana, Rafael y Fernando

Personalmente, resaltaría Michele, una joven inteligente, audaz y con mucha astucia, que en las primeras temporadas suele ser esa figura que trabaja un poco a la sombra, moviendo los hilos por detrás del telón, manipulando por aquello que considera justo. 

Más adelante se mete más en la acción, demostrando su habilidad para el liderazgo, y sobresaliendo como la cabeza más política de quienes la siguen (en esta historia, hay más de un personaje que lidera, incluso dentro de un mismo bando).

Michele Santana, interpretada por Bianca Comparato.

Otro personaje sumamente interesante, es Ezequiel (João Miguel), un “villano” bastante peculiar y uno de los más camaleónicos que recuerdo en el mundo de la ficción. Ezequiel, es un sujeto que parece defender el Proceso a toda costa, y que lo aplica de manera una estricta, e incluso cruel. 

No obstante, Ezequiel tiene sus propias motivaciones y planes en agenda que van más allá de Mar Alto o de La Causa. Él, además, tiene razones muy personales que guían cada una de sus decisiones, lo cual lo convierte en un personaje indiscutiblemente complejo.

Ezequiel, interpretado por João Miguel

Ahora, 3% tiene más que personajes profundamente interesantes para ofrecer: uno de sus puntos más fuertes, como indiqué al principio, es su singularidad; una singularidad que, de hecho, está muy vinculada a su país de origen. 

Brasil, es uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, y esto se observa en esa marcada diferencia entre el estilo de vida de las personas de Mar Alto y el de las personas del Continente (el resto del mundo). Se observa también, en el parecido que tienen los escenarios del Continente, con la precariedad que se vive en las favelas

En cuanto a detalles más específicos, destaca una escena de desfile festivo que recuerda un tanto carnaval; se observa la influencia de los trajes típicos brasileros en ciertos atuendos del Continente (aunque, claro está, en una versión decrépita) y la música, está toda en portugués y sazonada con sonidos folclóricos.

Para finalizar, quisiera redundar en el punto desigualdad, porque, en este universo, la misma depende del mérito. Nos encontramos, pues, ante una meritocracia, lo cual hace de 3%, una serie bastante audaz, que se atreve a retar aquello en lo que casi todos creemos: que el mérito debe definir nuestro lugar en la sociedad. 3% lleva esta idea a un punto extremo, en el cual unos tienen absolutamente todo y otros tienen absolutamente nada, sin punto medio

La serie, además, pone sobre la mesa la pregunta de qué es lo que te hace mejor (o peor)… finalmente, lo que es bueno o funcional para una sociedad o en un determinado contexto, puede no serlo en otro completamente distinto.

Ficha técnica

Idea original: Pedro Aguilera 
Dirección: César Charlone, Daina Giannecchini, Dani Libardi, Jotagá Crema 
Producción ejecutiva: César Charlone, Tiago Mello 
Reparto: Bianca Comparato, João Miguel, Michel Gomes, Rodolfo Valente, 
Vaneza Oliveira, Rafael Lozano, João Miguel 
País: Brasil 
Idioma: Portugués 
N.º de temporadas:
N.º de episodios: 33 
Duración: 60 minutos 
Género: Drama, suspenso, ciencia ficción, distopía


*Esta serie se encuentra completa en Netflix.


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