jueves, 27 de febrero de 2014

El Lobo de Wall Street – Sexo, Drogas y Mucho Dinero


Por: Iván Extramiana

El Lobo de Wall Street está basada en hechos reales que ocurrieron al corredor de bolsa neoyorquino Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio). A mediados de los años ochenta, Belfort era un joven honrado que perseguía el sueño americano, pero pronto en la agencia de valores aprendió que lo más importante no era hacer ganar a sus clientes, sino ser ambicioso y ganar una buena comisión. Su enorme éxito y fortuna cuando tenía poco más de veinte años como fundador de una agencia bursátil le valió el sobrenombre de “El lobo de Wall Street”. Dinero, poder, mujeres, drogas. Las tentaciones abundaban y el temor a la ley era irrelevante. Jordan y su manada de lobos consideraban que la discreción era una cualidad anticuada; nunca se conformaban con lo que tenían.


Del papel a la gran pantalla

Scorsese y Di Caprio nos traen la adaptación de la novela de Jordan Belfort, un bróker de Wall Street, un lobo con piel de lobo capaz de ganar 12 millones de dólares en 3 minutos y embolsarse 50 millones de dólares al año con astucias ilegales. El Lobo de Wall Street nos muestra los efectos del poder y el dinero, que mezclado con muchas drogas y sexo, se convierte en un desenfreno sin límites. El ritmo del argumento es agitado; consigue mantener el clímax a un nivel altísimo durante sus casi 3 horas de metraje. Pero no todo el mérito es de Scorsese en este apartado, gran culpa de su éxito hay que agradecérselo a su guionista Terance Winter, conocido por haber escrito los episodios de series legendarias como Los Soprano y Boardwalk Empire; él dota al filme de unos speeches vertiginosos por parte de sus personajes. El argumento es narrado por su protagonista, quien se dirige a nosotros varias veces mirando directamente a la cámara, como en una conversación.


Genialidad interpretativa

Leonardo Di Caprio ralla la perfección adoptando la personificación perfecta del embaucador que es Jordan Belfort. Di Caprio indaga en la psique de un descerebrado ofreciendo una interpretación sublime que se aleja de cualquier reconocimiento físico, para adentrarse en el terreno del mito. En su enésima obra maestra, Leonardo deja la huella de un actor que, a cada paso que da, no hace más que deslumbrar y que se destapa en esta ocasión con una demostración sensacional de incursión. Leo consigue ganar el Globo de Oro a mejor actor de comedia por esta película y una nominación a mejor actor en los Oscar 2014. A su lado, como coprotagonista, el gran Jonah Hill, con quien Leo consigue una simbiosis perfecta; gracias a esto, Jonah consigue una nominación para los Oscar 2014 a mejor actor de reparto. Podemos apreciar el esfuerzo y el trabajo de Jonah en la gran pantalla; se le ve increíblemente a gusto en su papel. Hay una anécdota que dice que Jonah Hill estaba tan entusiasmado por trabajar en esta película, que se aceptó cobrar  el salario mínimo, de 60.000$. Cabe resaltar también la gran y corta interpretación de Matthew McConaughey, que arranca más de una carcajada, y la de Kyle Chandler interpretando al agente del FBI que trata de cazar a nuestro protagonista.


Guiños y curiosidades

Estamos ante una Obra Maestra, para un servidor de lo mejorcito en estos últimos años, donde Scorsese Uno de los Nuestros (Godfellas) y Casino, a las cuales hay varias referencias en este filme. El propio Martin Scorsese lo reconoce en una entrevista con Le Nouvel Observateur:
consigue que los espectadores no dejemos de hablar y comentar durante días lo que acabamos de ver con una gran sonrisa dibujada en nuestras caras. Una película que podría formar parte de una trilogía junto a

“Jordan Belfort es hermano de Henry Hill, de Goodfellas. Este último llegaba a tenerlo todo, dinero, mujeres, cocaína, mientras va ascendiendo en la jerarquía de la mafia. En Wall Street cambia el decorado y en apariencia, la moralidad es más refinada, pero es la misma cosa. Socialmente, no es aceptable ser un gángster; por el contrario, está bien hacer dinero gracias al sistema, sean cuales sean los medios.”


¿Escenas épicas? Varias. Una de las más destacadas: el desternillante momentazo de los Lemmon 714 con parodia a Popeye, y no olvidar la escena del yate con Jordan increpando al FBI, una de mis favoritas.




*Para leer más posts de Iván Extramiana, visita su blog Creative Katarsis.

domingo, 23 de febrero de 2014

Estafa y sobrevive



Por: Alexiel Vidam

Hay veces en las que el escenario de una historia juega un papel básico y fundamental en el desarrollo de la misma; en que se plantea como “universo”,  y actúa casi como un personaje más de la trama. En otras ocasiones, las circunstancias sirven más para reforzar una idea; para enfatizar en las sensaciones que el autor quiere transmitir, que los personajes están experimentando. Me parece que American Hustle es un ejemplo del tipo 2.


Escándalo Americano (como la tradujeron en Latinoamérica) no es una historia de fraudes, o por lo menos, no en primer lugar. Es una historia de personalidades, de pasiones y complicaciones. Diría que está más centrada en la “estafa del día a día”, en el conflicto de los personajes por aparentar y sobrevivir, que en el propio timo. Irving Rosenfeld es un tipo que entendió, desde niño, que prefería ser de los que se aprovechan en vez de que se aprovechen de él; sobre todo después de ver cómo el mundo abusaba de su padre. Por eso se convirtió en estafador, en un prestamista falso y un traficante de arte robado o falsificado.


Siente que encuentra el amor cuando conoce a Sidney Prosser, una mujer que ha dejado el mundo del striptease para escalar más alto e inmediatamente se deja atrapar por su elegancia y presuntuosidad. Al parecer, son la pareja perfecta. Ella aprende rápidamente los trucos de desfalco y sus ingresos se multiplican, pero existe un factor que conflictúa la relación: Rosalyn, la esposa de Irving. Ella no quiere darle el divorcio y le chantajea constantemente con quitarle a su hijo.


Las cosas se complican más cuando son descubiertos por Richie DiMaso, un agente del FBI obsesionado con el ascenso. Él consigue atraparlos y obligarlos a colaborar, a fin de salir libres. Ahora Irving y Sidney deben participar en una estrategia para atrapar a otros cuatro estafadores. La situación no sólo es estresante por el hecho en sí, sino que se suman los problemas de pareja y las constantes metidas de pata de Richie, quien por si fuera poco, no disimula su interés por Sidney.


A diferencia de otras películas del género, American Hustle no sorprende con un súper plan de asalto. Pienso que tampoco lo busca. Por el contrario, se centra en caricaturizar a sus personajes, rompiendo con el cliché de gangster o agente invulnerable. Nos encontramos ante sujetos con ambiciones y debilidades; con sentimientos buenos y malos, y que, como todo el mundo, cometen errores, a veces bastante tontos. Uno de los factores más irónicos es el hecho de que el plan corra riesgo de caerse, no por algún fallo de cálculo, sino por las intromisiones de la histérica Rosalyn.

Choque entre Amy Adams (Sidney) y Jennifer Lawrence (Rosalyn),
una de las escenas más sensuales y sorpresivas del filme.

Vale decir que, si el guión cuenta con diálogos riquísimos (frases que, a partir de un hecho no cotidiano nos llevan a reflexionar sobre la vida misma), su genialidad no se vería reflejada de no ser por las actuaciones. El filme cuenta con un reparto de lujo: Christian Bale (Irving), con una transformación física sorprendente; Amy Adams (Sidney), sensual y avezada; Bradley Cooper (Richie), demostrando otra vez que el papel de histriónico le va a la medida; y la encantadora Jennifer Lawrence, seduciendo en su papel de esposa insoportable (Rosalyn). Como para complacer al paladar caprichoso, incluye también una pequeña paticipación del siempre magistral Robert De Niro, como un escurridizo capo de la mafia.


Sobre la construcción del ambiente, queda claro que estamos en los 70s’. Nos lo dicen los autos, el atuendo de los personajes, las calles, los peinados… pero creo que todo esto se ve especialmente enfatizado por la música. La música, en esta película, es fundamental. Quizás no sea parte tal cual del argumento, pero sí del sentimiento que quiere emitir. Combina inteligentemente géneros como el rock, el disco y el jazz, haciéndoles actuar en el momento exacto para transmitir melancolía, tensión, sensualidad y comicidad con total precisión.


Personalmente, una película que nadie se puede perder y una de mis favoritas para los Oscar.


Ficha técnica:

Dirección: David O. Russell
Producción: Charles Roven, Richard Suckle, Megan Ellison
Guión: David O. Russell, Eric Warren Singer
Música: Danny Elfman
Fotografía: Linus Sandgren
Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Jeremy Renner, Robert De Niro
País: Estados Unidos
Año: 2013
Género: Drama, comedia
Idioma: Inglés
Compañía Productora: Columbia Pictures



jueves, 20 de febrero de 2014

Azul ardiente



Por: Sr. Limón

Adèle es una chica en plena adolescencia. Cuando todas sus amigas se fijan en chicos ella siente que le falta algo; que los hombres con los que pasa las noches no le llenan. Un día se cruza con una chica de cabello azul (“el color más cálido”) y sin querer empieza a obsesionarse con esa extraña desconocida con la que compartió una mirada.

La Vida de Adèle (La Vie d’Adèle, 2013), también conocida como Blue is the Warmest Colour, es el nuevo drama del cineasta tunecino Abdellatif Kechiche, película criticada por su alto y explícito contenido sexual y sorprendente ganadora del Festival de Cannes de este año. Suficiente carta de presentación como para que un aficionado al cine se interese, aunque sea por morbosa curiosidad.

Durante las tres horas (sí, tres horas) que dura la película asistimos al descubrimiento sexual y amoroso de Adèle. Tres horas en las que no miré el reloj, y si bien es cierto que hay momentos en los que la película pega un pequeño bajón, no empaña la absoluta brillantez del resto del metraje.



Si tuviéramos que describir con una palabra la obra del tunecino, sería “natural”, porque todos los actos que se presentan están contados de la forma más natural posible. La manera en que las amigas critican a Adèle; la relación con sus padres y los padres de su pareja; todo. El tempo del file es extremadamente lento, pero contándonos los hechos con una dulzura y una complicidad que difícilmente se hace aburrido. Todo ocurre como ocurriría en la vida real. Conversaciones lentas a la sombra de un árbol en un parque; eternas charlas que descubren las capas de los diferentes personajes. Hay que estar muy atento a cada plano y a cada instante que nos brinda la película, pues como en toda buena obra nada se da por explicado; es el espectador quien debe hacer ese ejercicio de su comprensión fílmica, para averiguar qué pasa y qué siente el personaje de Adèle Exarchopoulos.

Y, quien crea por lo leído hasta ahora, que todo es buen rollo y felicidad en esta intrincada historia de amor, que no se lleve a engaño. La película es cruda, muy cruda. Tan cruda como puede ser la realidad. Y la sensación final que se te queda en el cuerpo es extraña, tan extraña como son las sensaciones reales, en las que no existen polos claros, sino que todo es un claroscuro que se mezcla sin sentido.

En cuanto a las criticadas escenas sexuales tan comentadas por los medios…  Sí, hay sexo explícito. Pero como parte de una forma de vida real, que encarta con todo lo que se nos muestra en pantalla.


Mención especial totalmente merecida a las actrices del film, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, que da cuerpo y forma al personaje del mismo nombre sobre el que versa la historia. Ellas son la vida y la sangre de La vida de Adèle, demostrando minuto a minuto la brillantez de sus interpretaciones.


Ficha técnica

Dirección: Abdellatif Kechiche
Producción: Abdellatif Kechiche
Guión: Julie Maroh
Reparto: Adèle Exarchopoulos, Léa Seydoux
Países: Francia, España, Bélgica
Año: 2013
Género: Drama





*Para leer ésta y otras críticas de Sr. Limón, visita su blog Cinéfilos Empedernidos.
*Esta película y otras del género LGTB están siendo proyectadas cada 15 días por La Reina Privados. 

Humor gráfico: El problema de las actrices

¿Alguna vez anduviste con una actriz...?... ¿Te quedaste con la duda...?



Por: Carlos Lavida

martes, 18 de febrero de 2014

Noble “Tipo duro”



Por: Alexiel Vidam

Rick Blaine es el protagonista de Casablanca (1942). Admirado por su porte rudo y humor sarcástico, es hasta hoy uno de los galanes más recordados e importantes del Cine Clásico. Fue interpretado por Humphrey Bogart y representa al “tipo duro de corazón blando”, al escéptico que esconde, en verdad, a un héroe romántico e idealista.

Rick es el dueño del “Rick’s Cafe”, el café nocturno más popular de Casablanca. Cabe anotar que la película está ambientada en la época de la Segunda Guerra Mundial; en ese entonces, Casablanca fue algo así como una “zona neutral”, hacia donde huyeron muchos judíos y otras personas procedentes de Europa que buscaban huir de la guerra. Desde ahí se embarcaban hacia Lisboa y luego hacia América.


La personalidad de Rick en apariencia es la de un sujeto irónico,  descreído, que no se casa con nadie. Por su establecimiento circulan soldados franceses, oficiales de la Alemania Nazi, asilados políticos y timadores oportunistas. Él no toma partido abierto por ninguno ya que, según sus propias palabras, lo suyo no es la política, sino atender el local. No obstante, en el fondo es un liberal comprometido con la causa. Mediante el tráfico de armas, se opuso a la invasión italiana de Etiopía (1935) y participó en la Guerra Civil Española, del lado republicano. Además, se sensibiliza con los más desesperados, permitiéndoles ganar en las apuestas clandestinas de su Café. Al mismo tiempo, demuestra desprecio hacia la corrupción y el abuso, pero evita denunciarlos directamente a fin de no ganarse problemas. Cabe señalar entonces, que Rick actúa “por lo bajo”, de manera clandestina, como el cerebro astuto que mueve los hilos bajo la mesa.

Ugarte: Me desprecias, ¿verdad, Rick?
Rick: Si llegara a pensar en ti, probablemente sí.

Lo que nadie sabe de él, sin embargo, es que bajo el cinismo se halla un corazón roto. Él no puede olvidar a Ilsa, la mujer que amó en París y que le abandonó en la estación de tren. Cuando los nazis ocuparon Francia, Rick tenía que escapar. Su colaboración con el bando contrario le convertía en blanco fijo. Él e Ilsa juraron huir juntos, pero a la hora de la hora, ella no apareció. Rick vivió tragando su tristeza desde entonces; se convirtió en un ser desencantado, seguro de que nunca más volvería a verla. Pero no fue así; Casablanca volvió a encontrarles. Sólo que había un “detalle” en contra: Ella estaba casada.


El dilema de Rick está en que el esposo de Ilsa, Victor Laszlo, es un importante líder de la resistencia checa en contra de los nazis, y necesita escapar hacia América a toda costa. Como es de esperarse, Ilsa iría con él, y Rick posee los salvoconductos que ellos necesitan. Una vez que se ha encontrado con Ilsa, la reacción de Rick es negativa. Él se la pasa bebiendo; se muestra osco, deprimido, y rechaza hablar con ella a toda costa. Luego ella se enfrenta a él amenazándole con una pistola; está desesperada por salvar a su marido. Finalmente, surge de manera inesperada el verdadero motivo que la llevó a abandonarle. En verdad, ella nunca le olvidó, pero había fuerzas mayores que le impedían estar a su lado. Ahora ella se siente incapaz de ir contra sus sentimientos, de modo que encarga a Rick la responsabilidad de decidir por todos, incluso por la libertad de su esposo.

"Recuerdo cada detalle. Los alemanes iban de gris; tú ibas de azul."

A partir de este punto, el protagonista se vuelve aún más impredecible de lo que era en principio. Nunca sabemos lo que piensa realmente, pero podemos intuir en cierta forma cuáles son sus simpatías. No obstante, aquí se trata de elegir sobre vidas, ideales y amor. Los movimientos de Rick se vuelven confusos y llegamos a cuestionar su verdadera intensión. El acto final del personaje resulta totalmente inesperado.

"Siempre tendremos París."

viernes, 14 de febrero de 2014

"Dame la contra"

Cuando manda el Ego


Por: Alexiel Vidam

¿Cuánto es amor y cuánto es lucha de poder? En el supuesto día más romántico del año, los cinematosos nos ponemos rebeldes (“para variar”), y les traemos un simpático post sobre ciertas parejas del cine que parecen más unidas por el enfrentamiento que por el filin shakespereano (“Oh, Romero, Romeo! ¿Dónde estás que no te veo?”). ¿Será que del odio al amor (o a la pasión) hay de veras un paso?... Veamos qué sucede con estas extrañas parejitas…


ATRÁPAME SI PUEDES

(Scarlett O’Hara y Rhett Buttler – Lo Que el Viento se Llevó)


Una de las parejas clásicas del cine, conformada por dos indomables. Ella es una diva en desgracia, que para asegurar su supervivencia y la de los suyos ha recurrido a todas las artimañas posibles, incluyendo dos matrimonios por conveniencia. Rhett es otro rebelde. Un tipo de clase alta que prefiere vivir la vida a su manera, saltando las reglas, en un mundo de juego, alcohol y mujeres. Él queda prendado de Scartlett y se convierte en su  As bajo la manga. Sin embargo, Scarlett es una mujer marcada por la guerra, el hambre y el capricho de un amor imposible. Su relación con Rhett se muestra más como un duelo de seducción que como una historia romántica. Más que Romeo y Julieta, esto es una lucha de pasiones y personalidades; él que va tras ella, y ella burlándose de él.


ALIANZA PSICOPÁTICA

(Clarice Stearling y Hannibal Lecter - El Silencio de los Corderos)


Otra de las parejas más interesantes del cine parece estar más unida por el enfrentamiento que por el romanticismo. Clarice y Hannibal son, en el mejor de los casos, aliados estratégicos. Él es un psiquiatra convicto, curiosamente, psicópata, asesino en serie con preferencias culinarias bastante particulares (le gusta comerse a sus víctimas). Ella, es una agente del FBI (aspirante, en la primera entrega de la saga). Ella debe recurrir a él para estudiarle y compararle con otro asesino serial al que está buscando (el “Búfalo Bill”). Él se ha negado siempre a ayudar a la policía, pero por alguna razón, llega a simpatizar con Clarice. Empiezan un “juego de intercambios”: “Tu información por mi información”; Clarice debe contar hechos importantes de su vida a cambio del apoyo de Hannibal. Él a menudo la reta, juega con su psique e intenta ponerla nerviosa, pero a la vez se muestra como un tipo caballeroso y dispuesto a impulsar su carrera mediante la captura del otro asesino. Ella prodiga hacia él una mezcla entre repugnancia y admiración. Sin duda, una de los momentos más intrigantes de esta pareja, es cuando ella le lleva a la celda unos dibujos (hechos por el propio Hannibal); él la mira a los ojos y le dice: “Dirán que estamos enamorados”.


CAZADOR Y VÍCTIMA

(Norman Bates y Marion Crane - Psicosis)


¿Alguien dijo “atracción fatal”? Norman es psicótico, alucina con su madre muerta controlando su vida, dándole órdenes y alejándole del resto de mujeres. Él adopta la personalidad de su madre y hasta se viste como ella. Marion tampoco es un angelito. Ella ha robado $ 40 mil de la empresa inmobiliaria en la que trabajaba; se encuentra huyendo de la justicia. Es así como termina hospedándose en el Motel Bates, donde conoce al “hijito de mamá” Norman, quien inmediatamente se siente atraído hacia ella. Lamentablemente, “mami” –en la cabeza de Norman-, literalmente, mata por su hijito.


PASIÓN EN LOS TIEMPOS DEL LIBERTINAJE

(El Conde de Val Mont y la Condesa Merteuil – Relaciones Peligrosas)


Me atrevería a decir que ésta pareja da mucho más miedo que cualquier dupla de horror. Se trata de dos libertinos, nihilistas, amorales. Ellos se divierten con la perversión y el derroche, y ven a los otros como puros objetos para lograr sus fines. Un libertino sólo respeta a otro libertino; lo ve como un aliado o posible rival. Así es como se relacionan el Vizconde de Val Mont y la Marquesa de Merteuil, personajes de clase alta de la Francia diociochesca. Alguna vez ellos tuvieron una relación pasional; ahora son aliados, pero él quiere recuperarla como amante. Ella le dice que accederá si él cumple un doble reto: por una parte, desvirgar a la joven Cécile de Volanges, para que no pueda desposar a un enemigo de Merteuil, y por otra parte, seducir a Madame de Tourvel, una mujer casada, fiel y de marcados valores religiosos. Val Mont acepta el reto movido por el orgullo y la pasión, pero el desenlace no es bueno para ninguna de las partes. Ésta es otra de esas “relaciones peligrosas” (muy acorde con el título), en las que el enlace se basa en la lucha de egos.


ESTOY DETRÁS DE TI…

(Chema y Angela – Tesis)


Esta pareja surge luego de muchos enredos, intrigas y suspenso en los que el drama psicológico y la muerte están sumamente implicados (qué romántico). Angela está haciendo una tesis sobre la violencia en el cine; para ello, decide investigar un género particular –e ilícito- de películas: el snuff (grabaciones de asesinatos reales, accesibles en el mercado negro). De este modo, acaba contactando con Chema, un estudiante bastante “freak” con una amplia colección de estos simpáticos videítos, entre otras muestras de cine violento y pornografía. “Sin querer queriendo”, en medio de la investigación, ambos terminan implicados en la persecución de un asesino serial de mujeres. Lo más enredado del asunto es que Angela, como “detective y presa”, empieza a ser acechada por el asesino, cuya identidad queda oculta hasta el final. Chema es uno de los sospechosos.


SÍNDROME DE ESTOCOLMO

(Robert Ledgard y Vera Cruz – La Piel que Habito)


Estocolmo… Estocolmo… Estocolmo. Esta extraña relación surge del crimen y la venganza. Él es un científico loco, cirujano plástico marcado por la infidelidad, por la muerte de su mujer, y luego por la de su hija, trastornada y abusada sexualmente. El objeto de su rencor es Vera –quien no siempre se llamó “Vera”- cuya identidad ha sido enterrada forzosamente. Vera es secuestrada por Ledgard, y se ha convertido en el conejillo de indias para sus experimentos sobre la piel. Él la mantiene con vida, y bajo ciertas circunstancias, la protege. Quién es el verdadero villano de los dos es algo que no queda muy claro, ya que, como casi todos los personajes de Almodóvar, se trata de seres retorcidos. Lo que sí es cierto es que en algún momento el odio y la dependencia se confunden con pasión y… ¿amor?... Naaaaaaaa.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Enamórate de Her



Por: Alan Luis Echevarría

Cualquier palabra que oficie como sinónimo de emotividad y de sensibilidad cuaja perfectamente en lo que respecta al carácter de este film. Her es más profunda de lo que se preveía que podía ser en su tráiler. Lógicamente, la interpretación majestuosa de Joaquín Phoenix (sobresaliente sea cual sea el rol que le toque) juega un papel importante a la hora de sumarle calidad y credibilidad a la proyección.

Con una temática distinta y rara, fiel al estilo del director, la historia nos remite a la vida de Theodore (Phoenix), un escritor de poemas, un tipo solitario y vacío a la percepción. Deprimido por su reciente separación de su esposa Katherine interpretada por Rooney Mara, Theodore descubre un sistema operativo portador de un modelo de inteligencia muy peculiar, capaz de entusiasmar a cualquier usuario. Entonces Theodore comienza a entablar relación con la voz femenina que sale de dicho dispositivo, quien se hace llamar Samantha (Scarlett Johansson) y consigue poco a poco conquistar a nuestro protagonista.


¿Puede una persona enamorarse de un sistema operativo? Spike Jonze construye, desde lo improbable de la cuestión en sí, un relato que, a pura conmoción y sentimiento, colisiona de lleno contra la afectividad del espectador. Her cala hondo en el corazón gracias a la capacidad técnica de su director para sumergirnos en la aflicción de Theodore, un sujeto que desborda ternura y que no puede olvidar a la mujer con la que contrajo matrimonio: los flashbacks, delicados, perfectos, nos retratan lo feliz que supo ser mientras estaba casado, en contraposición con lo angustiante que le significa recordar aquellos momentos.


Jonze explora y va incluso más allá del ya inutilizado msn; traspasa el chat y todo tipo de vínculo que se forje a través de las tecnologías. Incursiona en el mundo de las novedosas comunicaciones añadiéndole el componente que le permita a una máquina también sentir y evolucionar en ese aspecto. Theodore simplemente se relaciona con una voz detrás de un aparato, pero el enlace es tan fuerte e intenso que no puede frenarlo.

Los primeros planos a Phoenix lo hacen lucirse gracias al nivel de expresividad supremo que posee el actor de The Master. Su mirada pérdida, soñadora, ilusionada, más el acompañamiento de una banda sonora siempre tenue hace estragos y no sólo emocionan sino además inquietan, mortifican y movilizan.

Una película con un guión original, escrito por el propio Jonze. Difícil resulta encontrarle fallas o puntos que obren como elementos negativos. Una narración enternecedora que más allá de cimentarse desde una suposición incierta infunde frenesí y, sobre todo y por más complejo que pareciese, suena convincente. Una joya.


Lo Mejor: el guión, lo profundamente conmovedora que resulta. El hecho de cómo algo improbable pueda dotarse de credibilidad. Una vez más, Joaquín Phoenix se come el film. Vale destacar el buen trabajo de Scarlett Johansson aportando, desde su voz, verosimilitud en lo que expresa. Los flashbacks, impecables.

Lo Peor: No hay nada peor, sólo que uno siempre se queda con ganas de ver más cuando se trata de un buen film.


Ficha técnica:


Dirección: Spike Jonze
Producción: Megan Ellison, Spike Jonze, Vincent Landay
Guión: Spike Jonze
Música: Arcade Fire
Reparto: Joaquin Phoenix, Amy Adams, Rooney Mara, Scarlett Johansson
País: Estados Unidos
Año: 2013
Género: Romance, Ciencia ficción
Idioma: Inglés



*Para leer éste y otros posts de Alan Echevarría, visita su blog Cinéfilo Club.

martes, 4 de febrero de 2014

Historia de un encuentro


Por: Alexiel Vidam

Habitación en Roma es la historia de un encuentro tan fugaz como intenso. Dos desconocidas que parecen conocerse de siempre. Dos mundos que se encuentran casi al azar.

En un bar en Roma, Alba, española, se conoce con una rusa llamada Natasha. Eventos casuales las han llevado hasta ahí. Beben unas copas, y entre risa y risa van por la calle hasta llegar frente al hotel de Alba. Alba la invita a subir. Natasha duda. “Nunca he subido a la habitación de una mujer”. Finalmente accede, y ahí, en medio de la oscuridad, acaban por encontrarse más allá de sus cuerpos.

¿Pero cuánto puede durar…?

Alba y Natasha parecen comprenderse a profundidad a pesar de no conocerse. Inicialmente, Natasha es hermética, mientras Alba se muestra abierta a hablar de sí misma, a sacar a la luz sus miedos y buscar comprensión. Podríamos decir que indirectamente se siente el contraste cultural. Natasha tiene la mente más fría y reacia al cambio, mientras que Alba es mucho más flexible. Ella es la que debe trabajar a su compañera, darle confianza para el avance físico y emocional. Una vez superado el temor a mostrarse, la cuestión fluye. De pronto empiezan a interrogarse sobre el amor, sobre la naturaleza y el significado del mismo. Sobre sus formas de sentir, a reflexionar sobre sus propias vidas.  


 Por un momento sentimos la esperanza de que esas dos lleguen a unir sus caminos. Sin embargo, todo indica que eso no es posible, que hay factores externos demasiado fuertes; que, injustamente, pertenecen a mundos completamente alejados. Lo interesante, es que con todo y todo, el final del filme no lo define. El final queda abierto,  llevando a que cada uno construya su propio desenlace.


Personalmente puedo decir que la película me gustó. La química entre las dos protagonistas conmueve, y ni qué decir de la banda sonora, hecha para emocionar. Creo que además, el guión sabe cuándo y cómo pasar de la acción a la introspección, explorando el fondo de los personajes. Es interesante cómo se trabaja el tema de la fantasía; cómo se cuestiona cuánto de lo que uno siente es “real”, cuánto una construcción imaginaria, y aun así, cuán fuerte puede llegar a ser. Aquí, los diálogos van bien de la mano con la sensualidad de las imágenes, reflejando lo que el roce de los cuerpos puede transmitir, muchas veces, más revelador que las propias palabras.

Loving Strangers, el desgarrador tema principal de la película.

Como puntos débiles, debería señalar algunas escenas demasiado largas y, por momentos, el exceso de azúcar. El director nos quiere vender a estas dos musas como seres casi inocentes que se acercan el uno al otro con la misma curiosidad que tienen los niños. Esto hasta cierto punto agrada, pero al caer en la exageración, llega a parecer cursi (y poco verosímil). No me convenció la metáfora de cupido (con Alba siendo atravesada por una flecha en el pecho); me pareció cliché y demasiado melosa. Creo que de haber manejado el romanticismo con un poco más de sutileza en ciertas escenas, el resultado hubiese sido aún más conmovedor.


Aun así, Habitación en Roma es una película que no sólo se deja ver, sino que logra hacer que conectemos con los personajes, que nos identifiquemos con sus historias y las emociones que los envuelven.

Ficha técnica:

Dirección: Julio Médem
Producción: Álvaro Longoria
Guión:  Julio Medem
Música: Jocelyn Pook
Fotografía: Álex Catalán
Reparto: Elena Anaya, Natasha Yarovenko, Enrico Lo Verso, Najwa Nimri
País: España
Año: 2010
Género: Drama
Idiomas: Inglés, Ruso, Español, Italiano


*Nota: Esta película fue transmitida recientemente –en pantalla grande- en teatro Julieta, en un evento realizado por La Reina Privados. Para mayor información sobre ésta y otras proyecciones, visita su Fan Page.