Por: Alan Luis Echevarría
Cualquier palabra
que oficie como sinónimo de emotividad y de sensibilidad cuaja perfectamente en
lo que respecta al carácter de este film. Her es más profunda de lo que se
preveía que podía ser en su tráiler. Lógicamente, la interpretación majestuosa
de Joaquín Phoenix (sobresaliente sea cual sea el rol que le toque) juega un
papel importante a la hora de sumarle calidad y credibilidad a la proyección.
Con una temática
distinta y rara, fiel al estilo del director, la historia nos remite a la vida
de Theodore (Phoenix), un escritor de poemas, un tipo solitario y vacío a la
percepción. Deprimido por su reciente separación de su esposa Katherine interpretada por Rooney Mara, Theodore descubre un
sistema operativo portador de un modelo de inteligencia muy peculiar, capaz de
entusiasmar a cualquier usuario. Entonces Theodore comienza a entablar relación
con la voz femenina que sale de dicho dispositivo, quien se hace llamar Samantha (Scarlett Johansson) y consigue poco a poco conquistar a nuestro
protagonista.
¿Puede una persona enamorarse de un sistema operativo? Spike Jonze construye, desde lo improbable de la cuestión en sí, un relato que, a pura conmoción y sentimiento, colisiona de lleno contra la afectividad del espectador. Her cala hondo en el corazón gracias a la capacidad técnica de su director para sumergirnos en la aflicción de Theodore, un sujeto que desborda ternura y que no puede olvidar a la mujer con la que contrajo matrimonio: los flashbacks, delicados, perfectos, nos retratan lo feliz que supo ser mientras estaba casado, en contraposición con lo angustiante que le significa recordar aquellos momentos.
Jonze explora y va incluso más allá del ya inutilizado msn; traspasa el chat y todo tipo de vínculo que se forje a través de las tecnologías. Incursiona en el mundo de las novedosas comunicaciones añadiéndole el componente que le permita a una máquina también sentir y evolucionar en ese aspecto. Theodore simplemente se relaciona con una voz detrás de un aparato, pero el enlace es tan fuerte e intenso que no puede frenarlo.
Los primeros planos a Phoenix lo hacen lucirse gracias al nivel de expresividad supremo que posee el actor de The Master. Su mirada pérdida, soñadora, ilusionada, más el acompañamiento de una banda sonora siempre tenue hace estragos y no sólo emocionan sino además inquietan, mortifican y movilizan.
Una película con un guión original, escrito por el propio Jonze. Difícil resulta encontrarle fallas o puntos que obren como elementos negativos. Una narración enternecedora que más allá de cimentarse desde una suposición incierta infunde frenesí y, sobre todo y por más complejo que pareciese, suena convincente. Una joya.
Lo Mejor: el guión, lo
profundamente conmovedora que resulta. El hecho de cómo algo improbable pueda
dotarse de credibilidad. Una vez más, Joaquín Phoenix se come el film. Vale
destacar el buen trabajo de Scarlett Johansson aportando, desde su voz,
verosimilitud en lo que expresa. Los flashbacks, impecables.
Lo Peor: No hay nada peor,
sólo que uno siempre se queda con ganas de ver más cuando se trata de un buen
film.
Ficha técnica:
Dirección: Spike Jonze
Producción: Megan Ellison, Spike Jonze, Vincent Landay
Guión:
Spike Jonze
Música: Arcade Fire
Reparto:
Joaquin Phoenix, Amy Adams, Rooney Mara, Scarlett
Johansson
País: Estados Unidos
Año: 2013
Género:
Romance, Ciencia ficción
Idioma:
Inglés
Gracias!!!!! Que bueno
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