
Lo que busca un nuevo cinéfilo
Por: Octavio Valdez
*Nota: En los artículos de opinión, respetamos las diferentes formas de pensar de cada autor. Los lectores u otros redactores del blog pueden o no estar de acuerdo con ellas- Se puede comentar a favor o en contra, pero, ante todo, se pide respeto.
Varias veces me he encontrado en la situación de pasar semanas o meses sin ir al cine. Considero que no hay mucho que ver. Por un lado, quiero entretenerme, pero, por otro lado no deseo ver algo que me parezca hueco o demasiado banal.
Frecuentemente me topo con dos extremos cuando voy al cine. Por una parte, Hollywood, produciendo los famosos “Blockbusters”, que abundan en efectos visuales, pero muchas veces cuentan con un argumento vacío y hasta chovinistas (cuántas veces no hemos visto al héroe norteamericano musculoso que mata a algún extranjero maléfico y tiene por pareja a una modelo salida del último tomo de Playboy). Es pesado sentir que uno se encuentra frente a un mensaje
Reflexionando sobre ello, al decidir mis salidas al cine me pregunto: “¿Dónde está el balance que nos entretiene?”. Para mí, y quizá para muchos, está en el punto medio entre lo comercial y lo artístico. Queremos que la historia sea algo interesante, que provoque reflexión, pero, de igual manera, el cine es una experiencia audiovisual; queremos que algo nos impresione en ese sentido (sí, a veces queremos ver un dinosaurio que parezca real como pasó en Jurassic Park). Quizás basta con un argumento sencillo, que el director logre hacer interesante a través de su manejo de lo audiovisual (¿Alguien recuerda la primera vez que vimos la patada de Trinity en la I de Matrix?).
Ahora bien, ¿qué ejemplos he encontrado que, a mi criterio muestran ese balance?
Batman el Caballero Oscuro. Oye, Octavio, pero ése es un filme de superhéroes… Sí y no. El personaje del Guasón, interpretado por Heath Ledger, cambió eso al convertir la trama en un

Avatar, de James Cameron. Muestra el logro visual cinematográfico más interesante de estos últimos años. Oye, pero es un festín de efectos especiales… Pero, curiosamente, plantea la idea de cómo a las sociedades industrializadas les resulta imposible o muy difícil comprender a las sociedades que buscan un balance con su medio. Ello es asimilado fácilmente por el espectador y, nuevamente, de forma sencilla (con escenas atractivas para el público), se da un balance entre lo visual y lo argumental.
The Matrix, con una historia interesante y escenas y efectos que muestra nuevas formas de filmación que el cine no había utilizado hasta el momento. Además, sacó la ciencia ficción del espacio y la puso muy cercana a la tierra, con un argumento que alude a la popularización y crecimiento del Internet. Lo más rico de esta película es que pone a la gente a discutir sobre temas filosóficos partiendo de lo que aparenta ser un típico filme de acción.

Claro que las opiniones pueden diferir, pero la idea fundamental, creo que sigue en pie. ¿Qué tipo de cine busco? Uno que satisfaga mi curiosidad, pero que, al mismo tiempo me atraiga en el sentido sensorial, sin estar ello estrictamente relacionado a los efectos especiales (los absurdos de Woody Allen, por ejemplo, atraen visualmente sin contar con esos recursos). Pienso que el cine debe ser un arte, pero que tampoco debería dejar de entretener, de ser un medio para desconectarnos un momento y liberar estrés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario