El asesino que canta bajo la lluvia
Por: Alexiel Vidam
Alexander DeLarge (“Alex”) -interpretado por Malcom Mcdowell- es uno de mis personajes favoritos del cine, y de la literatura, porque, no sé si muchos lo sabrán, pero La Naranja Mecánica (A Clockwork Orange), posiblemente el film más conocido de Stanley Kubrick, está basado en la obra literaria del mismo nombre, escrita por Anthony Burgess. Claro que la película presenta ciertas diferencias… Kubrick es un director que no puede dejar de colocar su firma en cada una de sus películas, lo cual afecta también a sus personajes.
¿Quién es Alex?
Ni más ni menos, que un joven delincuente… en la película se ve de unos 17 o 18 años, más o menos, pero según lo que nos cuenta el libro, el personaje tiene apenas 15 años, lo cual justifica en gran parte su actitud ante la vida y ante sus propios actos de vandalismo: todo es un juego.
El mundo de Alex está cargado de violencia y desencanto; la gente que lo rodea parece hallarse dominada por la agresividad más primitiva, o sumida en una profunda depresión. Lo vemos, por ejemplo, en el rostro inexpresivo de sus padres, en sus gestos somnolientos, en su poca capacidad para cuestionarse a dónde es que escapa su único hijo por las noches. “Hace trabajos… un poco de todo, ayuda en esto y en lo otro…”, se dice su madre. Ella y su padre están demasiado ocupados en sus propias labores, de las cuales, tampoco se sabe mucho, quizás porque ni siquiera tiene mucha importancia. Ellos son personajes huecos, vacíos, con una vida sin vida, son seres sin nombre, que entre ellos mismos se llaman “papá” y “mamá”, que no cuentan con personalidad definida.
Alex es un hijo de nadie, un ser sin protección, sin guía y sin controles. Es una bestia desatada o un pequeño niño que nunca aprendió qué estaba bien o qué estaba mal ni por qué; para él, todo consiste sólo en pasarla bien, y pasarla bien, para Alex, significa dar rienda suelta a sus bajos instintos. A diferencia de la mayoría de delincuentes que aparecen en el cine, no es un personaje que encarne la representación del mal, ni tampoco alguna especie de psicópata; es, simplemente, alguien que carece de moral.
Se preguntarán cómo un sujeto con estas características puede ser uno de mis personajes favoritos del cine (y estoy segura de que no sólo el mío, sino el de muchos cinéfilos… he visto inclusive varios disfraces de Halloween de los personajes de La Naranja Mecánica, lo cual sólo puede significar, que Alex y su banda de “drugos”, tienen pegada). Resulta que Alex no es un criminal cualquiera, ni un simple niñazo matón. Alex es un personaje complejo, un sujeto distinguido, culto, de buenos modales, con un estilo personal para vestirse, y con especial buen gusto para la música. Sabe expresarse como todo un “gentleman”, y es un gran admirador, ni más ni mensos, que de Ludwig Van Bethoveen. Además, en la película, indirectamente nos dicen que también le agrada el cine, pues se la pasa bailando y cantando el tema principal de la película “Danzando bajo la lluvia” (“Singing in the Rain”). Quizás aquí lo que se nos plantea es que la inspiración e identificación con el arte también tiene origen instintivo y brutal, también son producto de la violencia, pero de una violencia que ha sida canalizada de modo positivo. El placer por el arte es algo que nace del propio personaje, que no le ha sido inculcado por sus padres ni por la sociedad mediocre, sino que es tan natural en él como el propio crimen.
En un inicio, la vida de Alex parece “sencilla”: faltar a clases, dormir mucho, escuchar a Bethoveen, reunirse con su banda de “drugos” (amigos en la jerga “nadsat”, que es la que usan los jóvenes en “La Naranja Mecánica”) para tomar “leche-plus” (la droga del futuro) en el bar “Korova”, y luego salir a impartir la “ultra-violencia” (robos, peleas callejeras, violaciones, etc.). Todo parece bien hasta ahí para nuestro personaje. Hay sospechas, pero cero pruebas en su contra, porque, además, se las arregla para ocultar su identidad cuando sale a cometer crímenes (utilizando una máscara de larga y sugerente nariz). Sin embargo, su actitud dominante le trae serios problemas cuando dos de sus tres compinches deciden traicionarlo.
Alex en la cárcel
Otra característica fundamental que nos faltó añadirle al personaje, es la de manipulador. Ya lo veíamos inventando cuentos para faltar a clases, o palabreando a sus compañeros para que terminen haciendo su voluntad, pero es en al verle en la cárcel cuando apreciamos mejor este aspecto de él. El asesino coloca su rostro más angelical, charla a diario con el sacerdote, y se convierte en el más disciplinado lector de la Biblia. Además, se muestra seriamente interesado en cambiar de actitud, por lo cual se ofrece como voluntario experimental para un nuevo método que ofrece curar la mente criminal de los delincuentes: el “Método de Ludovico”.
La pregunta es: ¿Funcionará el experimento?... ¿Apagará los instintos agresivos de Alex, o esto es algo muy arraigado en su naturaleza? Finalmente, el sacerdote de La Naranja Mecánica plantea quizás el cuestionamiento más importante del film, y el que da sentido a todo el argumento de la película: ¿Qué sucede cuando el hombre sólo elige el bien porque no es capaz de elegir el mal?
*Nota: Si aún no han visto La Naranja Mecánica, les recomendamos verla en pantalla grande y calidad Blu-Ray en la proyección que se realizará el Jueves 2 de Febrero en Drugstore Home Theaters sede Monterrico: Av. La Encalada 741 - Surco (a 7 cuadras de la embajada de EUA). Para mayor información, visiten la página en Facebook: http://www.facebook.com/events/272111046183437/
¡muy buen artículo mi querida tocaya!, describes con precisión el sentido del film y dejas bien en claro el hecho de que Alex no es un villano cualquiera y menos un ser malvado y despreciable, todo lo contrario, es uno de los personajes más encantadores de la historia del cine... gracias por el cherry de la nota a pié de artículo, tendré en cuenta tu sugerencia
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado el post :). Que te vaya muy bien con el evento ;)!
ResponderEliminar- Alex
La verdad es que Alex llama, siempre lo ha hecho... ya sea por sus modales, por su manera de moverse, de comportarse... nadie podría definirlo, pero atrae. Y la película en sí es una pequeña joya que retrata muy bien el mundo de la novela, pasando por todos los episodios que la marcan aunque con una salvedad, en el film Kubrick decide omitir el último capítulo (que es, para mí uno de los más importantes de la obra) dejando la película en ese quizás y en la encrucijada moral que plantea el sacerdote. Aún así se trata de una obra altamente recomendable.
ResponderEliminarMe ha encantado este artículo... Uno de los mejores. Y reflejas muy bien todo que quiere transmitir la película. Enhorabuena!!
Un beso!!
Gracias Efraím :D!
ResponderEliminarEStoy d acuerdo contigo sobre lo del último capítulo de la película. La omosión de ese episodio cambia completamente el sentido de la historia... pero bueh, supongo q Kubrick quiso darle a la peli un tono más irónico e incrédulo.
Qué bueno q te haya gustado el artículo :). No te pierdas de nuevo pueeeeees ;)!
- Alex
Buenisimaaa, me encanta esta pelicula!!! Felicidades por el blog, me lo recomendo Guille "rak" y esta de lujo!!!! Muy bueno ya me ire pasando para ir viendo todo lo hay!!!!
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