Por: Alexiel Vidam
Margarita, ese dulce caos, es una película hecha para robarse el corazón de la sala entera en su primera proyección. No por nada ha alcanzado un total de 117, 429 espectadores en su primer fin de semana, superando a todos los estrenos de la semana, incluyendo a Star Trek Sin Límites.
Con un argumento sencillo, Margarita no busca brillar por una trama compleja o algún giro argumental electrizante, sino por la calidez de sus personajes y el encanto de sus situaciones. Es una película que busca -y consigue- tocar con un bien manejado sentimentalismo, sin caer en situaciones demasiado edulcoradas, sino más bien conmovedoras.
La historia va sobre Rafo (Giovanni Ciccia), un cuarentón que nunca termina de aceptar su edad (porque en el fondo se sigue sintiendo chibolo), que está divorciado y tiene una hija de 11 años a la que casi nunca ve. De pronto, su cómoda vida de soltero se ve interrumpida cuando Margarita -su hija, interpretada por Fransica Aronsson- aparece en su casa anunciando que va a quedarse con él, en lugar de viajar a otro país con Sandra (Vanessa Saba), su mamá, con quien parece tener una relación complicada. La reacción inicial de Rafo, es la de un sujeto impulsivo, egoísta y desencajado: “¡Tú tienes que estar con tu mamá, y yo necesito estar aquí, tranquilo!”. No obstante, poco a poco la niña irá robándose su corazón -y el de nosotros-, al punto en que no querrá dejarla ir.
Sin afán de spoilear la película, debo decir que hubo situaciones que me recordaron un poco a Kramer Vs. Kramer y también a Sin hijos (a pesar de que su director -Frank Pérez Garland- niega haber tomado influencias directas, como podemos leer aquí). De la primera, hallo el lío entre padres e hijos tratando de entenderse, el conflicto de un padre que no conoce realmente a su hija, la hija que le pone la vida de cabeza, y él que debe desarrollar la paciencia. De la segunda, encuentro el choque entre el amor paternal y los intereses amorosos del protagonista. De alguna forma, vale decirlo, hay circunstancias y roles que son bastante predecibles (como el papel que juega Claudia -Melania Urbina-, la vecina de Rafo que rápidamente se encariña con Margarita), pero, vale también repetirlo, ésta no es una película que busque brillar por originalidad, sino por carisma.
Si tuviese que resaltar los detalles cinematográficos que construyen esta atmósfera encantadora, hablaría de tres cosas: el guión, la actuación, y la dirección de arte. En primer lugar, el guión -excelente trabajo de Vanessa Saba-, consigue la naturalidad necesaria para construir escenarios cotidianos y empáticos. Un detalle curioso es que esto muchas veces contrasta con las propias interpretaciones, pues Giovanni Ciccia y César Ritter (quien interpreta a Charlie, el mejor amigo de Rafo) tienden a jugar con exageraciones y gags, como caricaturizándose a sí mismos; pero, lo interesante, es que esta teatralidad en sus actuaciones no resta credibilidad a lo que vemos en pantalla, sino que añade simpatía y carácter anecdótico. Por su parte, Francisca Aronsson simplemente se roba la atención en cada una de sus apariciones; sorprende con su soltura y espontaneidad, que cuaja perfectamente con lo que la propia Margarita busca transmitir. En cuanto a los roles secundarios, Vanessa Saba es una actriz madura y completa, que parece sentirse muy cómoda con los papeles de mujer compleja y un poco neurótica. Melania Urbina es sencillamente cautivadora; genera simpatía desde el primer momento y nos enamora tanto como al personaje principal. De su lado, María Grazia Gamarra genera -oportunamente- el sentimiento opuesto del personaje antagónico, e Yvonne Frayssinet completa la cereza del pastel con su papel de la abuela traviesa y poco convencional.
Finalmente, la producción y la dirección de arte juegan un papel fundamental, pues, ¿cómo transmitir calidez y cercanía sin una construcción adecuada de ambientes y elementos? Esto va, desde el uso del color (destacando los rojos, naranjas y amarillos), hasta la elección de un escenario tan romántico en sí mismo como París -la propia ciudad del amor- para concluir con broche de oro (¡ah...! y el perro, por supuesto; no se olviden de Pinocho).
Director: Frank Pérez Garland
Producción: Gustavo Sánchez
Guión: Vanessa Saba
Dirección de arte: Andrea López Del Barco
Guión: Vanessa Saba
Dirección de arte: Andrea López Del Barco
Reparto: Giovanni Ciccia, Francisca Aronsson, Melania Urbina, César Ritter, María Gracia Gamarra Vanessa Saba, Yvonne Frayssinet
País: Perú
Idioma: Español
Género: Comedia
Género: Comedia
Duración: 100 minutos
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