Por: Alexiel Vidam
Hace unos meses estuve en Buenos Aires, donde tuve la
oportunidad de ver una obra teatral que, además de dejarme boquiabierta con su
impresionante y muy cuidado trabajo de producción, no paró de hacerme reír por un
solo segundo. Esta obra, era Sugar, musical de Broadway inspirado en
la película Some like it hot (remake
–a su vez- de la película francesa Fanfare
d’amour), que en castellano es conocida como Una Eva y dos Adanes o Con
faldas y a lo loco, protagonizada por Marilyn Monroe, Tony Curtis
y Jack Lemmon.
Luego de haber gozado tanto de la obra, se me antojó ver la película para hacer la respectiva comparación.
Imágenes de la obra Sugar en el teatro Lola Membrives (Buenos Aires) |
La historia es la misma. Va acerca de dos músicos desempleados y en quiebra
–un contrabajo y un saxofonista- que, para ponerle la cereza al pastel de su
desgracia, se convierten en testigos involuntarios de un asesinato entre
mafiosos. A partir de entonces, su vida corre peligro y no les queda otra que disfrazarase de
mujeres para ingresar en una orquesta de señoritas que viaja de Chicago a
Florida. A partir de ahí, somos testigos de los entretelones que se formulan
ante las hormonas alborotadas de los caballeros frente a tanta fémina en traje corto
(o en ropa interior). La estrella de la orquesta –para esto- es Sugar (Marilyn Monroe), una muchacha
con problemas de alcohol, que sueña con casarse con un millonario y cambiar de
vida. Sin siquiera planearlo, Sugar seduce a uno y enamora al otro, haciendo
que la situación se vuelva cada vez más enredada.
Como pueden observar, en
sí el argumento es bastante simple y hasta se encuentra algo desfasado para el
mundo de hoy. Sugar no es precisamente la heroína feminista que identifica
a la generación actual, sino una joven insegura, enamoradiza, voluble, y que se
define como “poco inteligente” por sus elecciones en el amor; por si fuera
poco, su máxima aspiración es cazar un ricachón que la saque de la vida de cenicienta
viciosa. Sin embargo, si lo entendemos
dentro de su contexto temporal y sociocultural, uno puede llegar a “disculpar”
ciertas deficiencias del personaje y dejarse llevar por una trama sumamente
entretenida (que finalmente –ya por concluir- le acaba otorgando una
importante virtud a la propia Sugar: -paradójicamente- la del amor
desinteresado).
De los personajes, el que más atrajo mi atención fue el de Jerry/Daphne (Jack Lemmon), por su picardía, sarcasmo y por las propias
situaciones que le plantea el guión; la forma en que el personaje entra en
conflicto con su propia masculinidad es sumamente jocosa, y también las
resoluciones que saca para salvar el propio pellejo. En contraste, el papel que
interpreta Tony Curtis (Joe/Josephine)
es bastante menos logrado, pero se enriquece bastante de las interacciones con
su compinche. Otro personaje que destaca, a mi parecer, es el del Osgood Fielding III (Joe E. Brown), un
millonario viejo-verde que queda prendado de las “faldas equivocadas”; su
presencia –de hecho- crea varias de las situaciones más graciosas del filme.
Ahora, haciendo honor a la verdad, debo admitir que la obra teatral me gustó mucho más.
Tengo la impresión de que esta historia,
por el ambiente en que se desarrolla y el perfil de sus personajes, estaba
hecha para ser realizada como musical, y en un ambiente lleno de color y
ornamentos (cosa que no se da en el filme, que no es musical y es en blanco
y negro). Pienso también que el guión
de Peter Stone (diálogos) y Bob Merrill (canciones) supera bastante
en gracia el planteado por Billy Wilder
(director y guionista de la película). Vale decir que esta combinación
entre nueva narrativa y género, permiten
también a los actores brillar mucho más; en especial a Nicolás Cabré y Federico
D’Elía –Jerry/Violeta y Joe/Josephine en la versión argentina-, quienes deben ponerse
a bailar en tacones. Cabe agregar que la actuación de Gustavo Monje (Osgood),
me pareció muchísimo más divertida que la de Joe E. Brown. No obstante, Marilyn Monroe sigue siendo Marilyn Monroe,
la mujer capaz de enamorar a la cámara con una sola mirada; ella, a mi parecer,
sí permanece insuperable.
Sea como sea, esta película es recomendable para quienes
disfruten del cine clásico y de una buena comedia ligera. Les comento, también,
que la obra teatral sigue vigente en el
teatro Lola Membrives, de la Calle Corrientes, para quienes tengan la
suerte de estar por Buenos Aires
durante este mes de noviembre.
Dirección: Billy Wilder
Producción: Billy Wilder
Idea original: Richard Pottier (de
su película Fanfare d'amour)
Guión: Billy Wilder, I.A.L. Diamond, Robert Thoeren, Michael Logan (libreto
original)
Música: Adolph Deutsch
Fotografía: Charles Lang
Montaje: Arthur P. Schmidt
Reparto: Marilyn Monroe, Tony Curtis, Jack Lemmon, Pat O'Brien, Joe E. Brown
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 1959
Género: Comedia
Duración: 121 minutos
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