jueves, 7 de junio de 2012

Charlie Kane: la cara cinematrográfica del amarillismo




Por: Alexiel Vidam


Charles Foster Kane, es uno de los personajes más representativos de la historia del cine, al ocupar el papel protagónico de la mejor película que se ha inventado hasta hoy según la crítica especializada (El Ciudadano Kane). Creado y representado por el cineasta Orson Welles, Kane está basado en William Randolph Hearst, creador de la prensa amarillista.

Charles Foster Kane era un niño de familia humilde que se divertía jugando en la nieve con su trineo, hasta que la “suerte” (¿?) llamó a su puerta, cuando su madre decidió entregarlo en adopción al millonario banquero Walter Parks Thatcher, quien le educó para convertirle en su heredero. Sin embargo, Charlie Kane no estaba interesado en los negocios de Thatcher; para él, mucho más interesante resultaba administrar y dirigir el Inquirer, un pequeño periódico venido a menos, con el fin de cambiar su imagen y convertirlo en la verdadera voz del pueblo.

Charlie Kane en su primer encuentro con Tatcher.

Como nuevo director del Inquirer, Kane buscó tocar los temas que más interesaban al “populorum”, desde crímenes hasta anécdotas ocurridas en los sectores socioeconómicos bajos, así como denunciar los abusos e injusticias de los gobernantes, para lo cual redactó un estricto código de honor que publicó en la primera plana de su nuevo periódico. Sin embargo, el inicio de su carrera periodística significó también el comienzo de una vida de escándalos y guerras personales: con los gobernantes, con sus aliados, amigos, y mujeres.

La política


Al igual que William Randolph Hearst, la persona real que inspiró a Orson Welles para crear su personaje, Kane participó activamente en la política, tanto como “la voz del pueblo”, como también para su propio beneficio (traicionando más de una vez su propio código de honor).  Kane ocasionó una guerra y evitó otra. Al fomentar la guerra Hispano-Estadounidense, “consiguió” el canal de Panamá, y a la vez se hizo de las principales noticias antes que cualquier otro medio de prensa. Sin embargo, por lo que más resaltó Kane en este terreno, fue por sus tres intentos fallidos de llegar al puesto de gobernador de Nueva York.  Invirtió millones, y los perdió siempre a último minuto, como el pan que se quema en la puerta del horno. Mediante el Inquirer, Kane se dedicaba a apoyar su propia campaña a la vez que criticaba abiertamente a sus enemigos políticos. Una de esas tantas candidaturas, no sólo le costó dinero, también una doble amenaza contra su familia, y su matrimonio.

Primer Matrimonio: Emily Monroe Norton 

Emily Monroe Norton, primera esp
Primero, Kane desposó a Emily Monroe Norton, sobrina del presidente, quien se convirtió en la madre de su único hijo. El matrimonio tuvo una buena época, aunque interrumpida por algunas discusiones debido a que Kane parecía más enamorado de su periódico que de su mujer, dedicándole muchas más horas al primero que a la segunda. Poco a poco estas discusiones se fueron volviendo más intensas y frecuentes, deteriorando cada vez más la relación y llegando a un punto de crisis cuando Kane empezó a atacar al tío de Emily.

El matrimonio tuvo un final dramático que casi coincidió con la derrota de Kane en las elecciones. Kane había comenzado a atacar directamente a su competidor: Jim W. Gettys, quien acabó amenazando a Kane de desprestigiarle publicando en los diarios acerca de un supuesto romance entre él y la cantante Susan Alexander. Kane tuvo que elegir entre la política y su familia, y eligió la política. A los pocos días de su separación, Emily y su hijo murieron en un accidente, y Kane perdió las elecciones.

Segundo matrimonio: Susan Alexander

Susan Alexander, segunda esposa de Kane.
Susan Alexander era una aprendiz de cantante de ópera con muy poco talento y menos interés en trascender como artista. Era lo que Kane reconocía como un perfecto ejemplo de la manera de pensar del pueblo, porque Kane le veía fácil de persuadir y de dominar, al igual que se creía capaz de manipular a las masas mediante titulares electrizantes y llamativas noticias nada imparciales.

La conoció por casualidad en la calle, bajo la lluvia. Susan Alexander se burló de él, y acabaron en una velada nocturna en la casa de ella. ¿Qué sucedió ahí…? No se sabe; recuerden que la censura de Hollywood en los años treinta era bastante fuerte, pero las amenazas de su enemigo político Jim W. Gettys, acerca de publicar su romance con la cantante, dan mucho que pensar.

Tras el fracaso de su primer matrimonio, Kane desposó a Susan, y se obsesionó con convertirla en una gran estrella de ópera, un poco porque estaba enamorado, mucho más porque quería demostrar que se podía inventar una artista mediante publicherries y la construcción de un exclusivo teatro. No sólo fracasó, sino que la presión acabó casi desquiciando a su mujer, quien más adelante le abandonaría en Xanadú, la “ciudad de placer” (y soledad), que Kane construyó sólo para ella.

Fin último y decadencia de Charlie Kane

Charles Foster Kane y Jedediah Leland.
El máximo deseo de Kane, era ser amado por todos, quizás marcado por una infancia solitaria, alejado de su verdadera familia, en un mundo en el que el vacío se llenaba con juguetes caros. Inventó el amarillismo para ser amado por el pueblo, construyó un teatro, y hasta una lujosa ciudad para complacer a su segunda mujer. Además, creía firmemente en que la prensa podía dominar las creencias de las masas y llegar a construir verdades.

Sin embargo, Kane no tenía verdaderos amigos. Compraba aliados gracias a su inmensa fortuna y rompía  relaciones con aquellos que no compartiesen y apoyasen sus ideales. Fue de este modo que perdió a Emily, y también a quien pudo haber sido su único amigo: Jedediah Leland, crítico de teatro que se atrevió a dar juicios severos sobre los conciertos de Susan Alexander (esposa de Kane).

La muerte de Kane se da casi inmediatamente después de que lo abandona la última persona para la cual podía tener significancia sentimental: su segunda esposa. Luego de eso, el magnate de la prensa amarillista luce derrotado, y cae sin vida no sin antes pronunciar una palabra que le remonta a recuerdos de su infancia: “Rosebud” (el filme comienza con el significado oculto de esta palabra, que da pie a que un periodista llamado Jerry Thompson decida investigar la historia de Kane).

William Randolph Hearst
W.R. Hearst
El magnate William Randolph Hearst, fue el personaje histórico que inspiró a Orson Welles para crear a Charlie Kane. Fue, ni más ni menos, que una de las personas más importantes de la escena política y empresarial de los Estados Unidos, dueño de 28 periódicos (su periódico principal fue The San Francisco Examiner), empresas editoriales, compañías y emisoras radiales, y revistas tan afamadas como Cosmopolitan. A él se atribuye, además, la invención de la prensa amarillista, un estilo periodístico basado en titulares incendiarios, alejados de la neutralidad, cuyo objetivo es vender la mayor tirada posible sin tomar mucho en cuenta la veracidad u objetividad de la información.  Alcanzó tanto poder, que prácticamente nadie era capaz de enfrentarse a sus publicaciones.

Al igual que Charlie Kane, William R. Hearst utilizó la prensa para beneficiar a sus propios fines políticos y económicos, promoviendo activamente la guerra Hispano-Estadounidense (logrando las primicias para su periódico) y pronunciándose en contra de la Revolución Mexicana (debido a la gran cantidad de haciendas y propiedades que poseía en México). También la luchó por alcanzar la alcaldía y luego el puesto de gobernador de Nueva York, y fracasó en ambas ocasiones, pero consiguió un lugar en el congreso por el Partido Demócrata.

Charles Foster Kane
Su vida, como bien lo refleja Welles en su película, estuvo llena de ambiciones, extravagancias, acciones despóticas y arbitrarias. Se le ha tachado muchas veces de xenófobo, pronazi y partidario de la caza de brujas, así como de ser un promotor del asesinato de presidentes. No obstante, no se puede negar que dio aportes interesantes a la prensa actual, como el estilo personal en los artículos, el interés por los temas masivos y de trasfondo humano, el diseño de los periódicos “tabloide” que utilizamos hasta el día de hoy, y la promoción y desarrollo de la historieta moderna, a la cual supo ver con astucia y visión empresarial.

Cuando se enteró de la realización del a película El Ciudadano Kane  (Citizen Kane), W. R. Hearst, intentó deshacerse de ella antes del estreno, ofreciendo 805 000 dólares a la productora a cambio de que se destruyeran todas las copias y se quemasen todos los negativos. Sin embargo, Welles defendió su obra a capa y espada. Fue entonces cuando  Hearst prohibió la mención de la película en todos sus periódicos y emisoras, y se dedicó a atacar a Welles. Consiguió también que varios cines prohibiesen su exhibición. El resultado fue que El Ciudadano Kane fuese un fracaso comercial, pero es reconocida hasta el día de hoy como una fuerte crítica al amarillismo, y una de las mejores películas de todos los tiempos.



Trailer de Citizen Kane (El Ciudadano Kane)

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