viernes, 15 de junio de 2012

El amo de las pesadillas


‎Por: Alexiel Vidam

"La gente piensa en lo oscuro como algo malo, y cree que lo luminoso siempre es bueno. Pero a veces la oscuridad puede ser muy hermosa, y en algunos casos la luz puede ser bastante cruda. Así que yo trato de mezclar las dos, para demostrar que las cosas no siempre son como las percibe la gente de una manera simplista." (Tim Burton)

Érase una vez, a inicios de los 60', un niño desadaptado de California. Se llamaba Timothy William Burton, y tenía la extraña afición de espantar a sus vecinos con historias de invasiones extraterrestres, o parodiar delitos sangrientos. Era introvertido y solitario; casi no tenía amigos, y se pasaba las horas dibujando, leyendo a Edgar Allan Poe, o viendo películas de horror.

Le encantaban los monstruos, en especial los de las películas de Hammer Productions, a los que encontraba un encanto particular, hallándolos mucho más complejos que a los seres humanos.  “Los humanos parecían figuras de cartón-piedra, mientras que los monstruos sufrían, tenían una existencia atormentada. Vivían la vida y la muerte, todo a la vez; así que, por fuerza, tenían que ser más conmovedores” (Tim Burton).

En 1976, a los 18 años, ingresó al Instituto de Artes de California, fundado por Walt Disney para aquellos jóvenes interesados en la animación. Durante su estancia en el instituto, realizó la serie animada Stalk of the Celery Monster, que le valió la oportunidad de ser contratado por Disney para colaborar en los próximos filmes. Pero… ¿encajarían los tétricos dibujos de Burton entre las historias azucaradas de Disney?


Un director desadaptado


Si de niño era desadaptado, de grande lo siguió siendo. Disney no confiaba en Burton porque encontraba sus dibujos demasiado lúgubres y terroríficos. Cuando por fin dejó de estar relegado al papel de aprendiz de animación, y se le dio la oportunidad de realizar sus propios cortometrajes, fue rápidamente descalificado por la productora.

Primero dirigió Vincent, un corto sobre un niño de siete años que soñaba con ser Vincent Price (famoso actor de las películas de horror de Roger Corman) y vivía en un mundo de pesadillas y alucinaciones. El corto era en blanco y negro, tenía marcadas influencias del cine expresionista alemán (hay una toma de una sombra tenebrosa dibujada sobre la pared, que de hecho, recuerda mucho a la inmensa sombra del Nosferatu de Murnau),  y alusiones a historias de Edgar Allan Poe. El filme, que contó con la colaboración del mismísimo Vincent Price para la voz del narrador, obtuvo numerosos reconocimientos por parte de la crítica especializada, pero Disney se negó a comercializarlo.


Vincent, primer cortometraje de Tim Burton.

A Vincent, le siguió Frankenweenie, un cortometraje life-action, también en blanco y negro, basado en la historia de Frankenstain. Contaba la historia de Victor, un niño que buscaba vencer a la muerte para resucitar a su perro Sparky. El corto obtuvo una nominación a los Premios Saturn, pero le costó el despido a Tim Burton, pues Disney consideró que la película era demasiado terrorífica para los niños. Frankenweenie fue comercializada recién a partir de que Burton obtuviese éxitos de taquilla con Beetlejuice y Batman.


Frankenweenie, segundo cortometraje de Tim Burton.


Lo irónico es que ahora, que es ampliamente reconocido el talento de Tim Burton, Disney apuesta por la obra que alguna vez rechazó, anunciando el lanzamiento de un remake animado de Frankenweenie. El estreno de esta nueva versión, dirigida por el propio Burton, está programado para el 12 de Octubre de este año.

Brujas, vampiros, locos de remate, y caballeros oscuros

Barnabas Collins, protagonista de Dark Shadows.
Sin duda alguna, las atmósferas oscuras y personajes estrambóticos, son parte del sello personal del autor. Tim Burton goza de los ambientes lúgubres y personajes atormentados, influencia tomada de aquellos monstruos que tanto le gustaban cuando niño. Para él, la oscuridad no tiene por qué ser desagradable; por el contrario, encuentra mucha belleza en ella, una belleza triste y melancólica, sumamente conmovedora.

Sus protagonistas suelen ser personajes fantásticos, que van desde brujas, vampiros y fantasmas, hasta hombres creados de manera artificial. Son personajes profundos, con algún dilema existencial o drama que les ha marcado la vida y los ha convertido en lo que son ahora: desadaptados; una característica que se encuentra presente en casi todos sus personajes, desde Batman, el héroe vestido de murciélago, hasta Barnabas Collins (protagonista de Dark Shadows, su último largometraje concluido), un vampiro del siglo XVIII que despierta súbitamente en el año 1972.

Beetlejuice
El genio del autor hace que uno sea capaz de identificarse con cada uno de estos “monstruos” o “locos de remate”, explorando en el interior de su corazón y de su mente, llegando a comprender sus sentimientos y sus frustraciones, y colocándose en los zapatos de los más nobles, como Edward (El Joven Manos de Tijeras), los más locos (como Beetlejuice), y hasta los más siniestros (como Sweeney Todd, el barbero demoníaco del a calle Fleet). Uno, como espectador, es capaz de reconocer el lado peligroso o perverso de estos personajes, pero se identifica con ellos, los comprende, y los quiere.

Los ambientes de Burton son tan duales como sus protagonistas. En ellos se nota la convivencia del bien y el mal, de manera disonante y marcada. La oscuridad es un lugar misterioso, intimidante y terrorífico, pero a la vez atractivo, melancólico, encantador, bello, elegante. Uno siente que un secreto le llama desde la penumbra, buscando ser descubierto. Por otra parte, el color suele ser asociado con lo luminoso, lo cotidiano, lo “normal”, pero en medio de todo ello, puede tener mucho de perturbador y amenazante. Esa “normalidad” tiende a rechazar a los protagonistas de Burton, personajes tristes y retraídos, que, ante el rechazo de una sociedad que los condena, acaban refugiándose en la soledad y en la abstracción.
Sombrero (Alice in Wonderland)

Las atmósferas de sueño y las situaciones disparatadas están inspiradas en el surrealismo, vanguardia que busca plasmar los dictados del subconsciente. Por otra parte, la estética en sí (la forma distorsionada de los decorados, las sombras marcadas, la oscuridad, el maquillaje de los personajes enfatizando su palidez en contraste con las pronunciadas ojeras, entre otros elementos), está claramente influenciada por el expresionismo, movimiento intelectual focalizado en la expresión de lo subjetivo. El drama existencial, así como las dualidades, tan presentes en las películas de Burton, son también elementos fundamentales de esta corriente. 

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