Por: Alexiel Vidam
Hoy me puse egocéntrica (más). No deseo hablar de los
mejores diálogos del cine porque en verdad eso es bien relativo, porque
considero que me faltaría ver demasiadas películas (a pesar de que he visto muchas) y porque es
mucho más rico crear un motivo de discusión. Yo he seleccionado cinco diálogos
que recuerdo de algunas películas que me han encantado. ¿Por qué? Porque me
movieron, porque me recordaron algo, porque representan algo con lo que estoy
demasiado de acuerdo o que observo a mi alrededor. Porque me gusta tener algo
qué decir, y sólo me siento inspirada a decir algo si es que el acontecimiento
me mueve. Cabe decir también, que desde hace tiempo que tengo ganas de escribir sobre
diálogos, porque soy admiradora de los guiones ingeniosos: por su ironía,
creatividad o capacidad de hincar o conmover.
Les dejo mis cinco diálogos. Los invito también a dejar los
suyos allá abajo, en la cajita de comentarios.
DISTANCIAS
THEODORE:
Samantha, ¿por qué te vas?
SAMANTHA: Es como
si estuviera leyendo un libro y… es un libro que amo profundamente. Pero ahora
lo leo muy lentamente. Así que las palabras están muy separadas y el espacio
entre las palabras es casi infinito. Aún puedo sentirte a ti y a las palabras
de nuestra historia. Pero es en este espacio infinito entre las palabras… que
me estoy encontrando a mí misma. En un lugar que no existe en el plano físico.
Es donde está todo lo demás que ni siquiera sabía que existía. Te amo tanto.
Pero aquí es donde me encuentro ahora. Ésta es quien soy ahora. Y necesito que
me dejes ir. Sin importar cuánto lo quiera, ya no puedo vivir en tu libro.
THEODORE: ¿Adónde
irás?
SAMANTHA: Sería
difícil de explicar. Pero si alguna vez llegas ahí… ven a buscarme. Nada nos
separará jamás.
(Her – Spike Jonze)
Ya lo he mencionado antes, pero insisto en que la genialidad
de Spike Jonze está en hacernos creer
que esta relación entre hombre y máquina, es perfectamente posible… que el
sistema operativo puede sentir como un humano, o incluso más, dada su capacidad
de procesar mucha más información. Samantha
experimenta y expresa perfectamente mucho de lo que sentimos los humanos con
respecto de las relaciones. En este caso es una relación que se apaga, cuando
las personas no se desarrollan al mismo tiempo o van tomando, sin darse cuenta,
destinos diferentes. De pronto, una empieza a sentirse poco conforme con la
otra, y la “magia” se acaba. Este episodio me recuerda también a una secuencia
de otra película, La Vida de Adèle,
cuando Emma, la joven pintora, empieza a despegar como artista y siente que Adèle
no le sigue los pasos. Adèle empieza a verse mediocre ante sus ojos. Aquí la
cosa es similar pero más marcada;
Samantha es un ente artificial extremadamente desarrollado; cada uno de sus
pasos representa años luz para un ser humano. Su manera de sentir es distinta;
al ser capaz de entablar tantas conversaciones a la vez, es capaz de conectar
con diferentes personas y procesadores y de experimentar multiplicidad de
sensaciones y emociones al mismo tiempo. Theodore
y Samantha están, finalmente,
extremadamente distanciados; es el momento del fin.
ELECCIONES TÓXICAS
ROSALYN: Es como ese perfume que no puedes dejar de oler aunque hay
algo de amargo en él; no te cansas de él. ¿Y sabes qué…? Él nunca me
abandonará, siempre me deseará y haré que lo lamentes, Edith. Haré que lamentes
mucho lo que le has hecho a mi familia. Quédate con mis palabras.
EDITH: Esto es
cruel. Yo nunca diría nada que jodiera a nadie pero tú lo haces porque estás
podrida por dentro.
ROSALYN: ¿Yo estoy
podrida por dentro? Quizás seas tú la que está podrida, robándole a la gente y
todas esas mierdas que haces. O tal vez las dos estamos podridas y eso es lo
que le gusta a Irving. A veces en la vida, todo lo que tienes está podrido;
elecciones tóxicas...
(American Hustle – David O. Rusell)
El guión de American Hustle de por sí es una
delicia, pero creo que me encariñé particularmente con este diálogo tan
espinoso porque me identifiqué. Siento que hay momentos de la vida en que uno
se deja llevar por elecciones dañinas o poco convenientes (y quien no lo haya
sentido alguna vez, que arroje la primera piedra). Tal vez movido por la
pasión, por alguna carencia emocional o porque simplemente, simple y
sencillamente, todas tus opciones son malas, como lo dice Rosalyn, o como lo dice Irving
–el protagonista- al inicio del filme. Cuando te sientes entre la espada y
la pared, cuando sientes que tomes el rumbo que tomes te dolerá, tiendes a
elegir lo que causa cierto placer a corto plazo (que muchas veces es lo peor)…
elecciones tóxicas.
REFLEXIONES SOBRE EL AMOR
WANDA: Sólo una
cosa. No quiero enamorarme nunca más. No quiero pasar por eso otra vez...
CHINASKI: No te
preocupes. Nadie se ha enamorado de mí todavía.
(Barfly – Barbet Schroeder)
Bukowski siempre
tan irónico… tomemos en cuenta que el propio escritor fue guionista en este
filme que adaptó un poco de su briografía, mezclándola con episodios de sus
novelas (autobiográficas, dicho sea de paso). Su alter-ego, Henry Chinaski, tiende a fijarse en
mujeres alcohólicas, con varios tornillos sueltos, solitarias, desencantadas…
como él, pero menos nostálgicas. Chinaski
es un bruto de buen corazón (en el fondo). Él es capaz de conmoverse dentro
de su miseria y de sus malos modales. Ellas no aman; él, de algún modo, sí lo
hace, especialmente de aquellas que lo lastiman.
HONESTIDAD BRUTAL
PAT: Tus
habilidades sociales no son muy buenas. Tienes un problema.
TIFFANY: ¿Yo
tengo un problema? Tú dices más cosas inapropiadas que apropiadas. Asustas a la
gente.
PAT: Yo digo la
verdad. Tú eres cruel.
TIFFANY: ¿Qué?
¿Yo no digo la verdad?
(Silver
Linings Playbook – David O. Rusell)
La verdad cas siempre es cruel. Tiffany es tachada de cruel, porque es de esas pocas personas que
saben decir la verdad. Es todo lo que puedo decir.
CONSUMISMO
TYLER: ¿Sabes lo
que es una nórdica?
PROTAGONISTA: Un
edredón.
TYLER: Sí, una
manta, una simple manta. ¿Por qué dos tipos como nosotros sabemos eso? ¿Acaso
resulta esencial para nuestra supervivencia en el sentido primitivo de la
palabra? No. Entonces ¿qué somos?
PROTAGONISTA:
¿Qué sé yo? ¿Consumidores?
TYLER: Eso es,
consumidores, subproductos obsesionados por un estilo de vida. Asesinato,
delito, pobreza... son cosas que no me incumben. Lo que sí me importa son las
revistas de famosos, una televisión con 500 canales, el nombre de alguien en mi
ropa interior, crecepelos, viagra... sucedáneos.
(Fight Club – David Fincher)
Es lo que vemos con mucha frecuencia día a día… ¿o no? Gente
que vive para trabajar… y se olvida de vivir. Llenan sus vacíos con juguetes
caros que acumulan, que rara vez utilizan… porque no tienen tiempo de usarlos… porque
siguen matándose para comprar más juguetes caros… que tampoco usarán. La
sociedad nos enseña a consumir y consumir y consumir, y muchas veces consumir
cosas que no necesitamos. Nos enseña inclusive que el status es una cosa, una
cosa que consiste en tener, y si no tenemos, nos sentimos infelices. Nos
convierte en robots. Tyler protesta
contra eso y se va hacia el otro extremo. Él desea destruir el sistema, y en su
camino, destruye lo demás.