Ante todo
pronóstico: el casi inesperado triunfo de Birdman en los Oscars
Por: Susana Anavitarte
El pasado 22 de
Febrero del 2015, se llevó a cabo la ceremonia más esperada por el mundo
del cine: los premios Oscar. Desde
una irreverente aparición en calzoncillos por parte del conductor Neil Patrick
Harris, hasta el maravilloso tributo a The
Sound of Music, a cargo de la ahora sofisticada Lady Gaga, fue una
premiación en su mayoría justa, predecible y para muchos… aburrida, quizás por
su falta de gags o producción en las presentaciones musicales.
Lo cierto es que, a pesar de esos traspiés, la mayoría ha quedado satisfecha
con los respectivos ganadores en las diversas categorías. Pero fue precisamente
la de Mejor Película, la que desató, tanto euforia en público latino, como críticas
de muchos fanáticos que apostaban por Boyhood
(sobrevalorada, para mí y para otros analistas).
Veamos, a
continuación, por qué creemos que Birdman
fue merecedora del máximo galardón.
El cast ideal:
Lluvia de Estrellas
Alejandro Gonzalez Iñarritu junto a Edward Norton y Emma Stone. |
Michael Keaton -Riggan Thomson- supo dosificar la
grandeza de un experimentado artista, con la niñería de un principiante creído.
Edward Norton rescató esa sensación
de cuando eres joven y empiezas a hacerte conocido, e incrementó la arrogancia
necesaria para que Mike Shiner nos
caiga mal, y al mismo tiempo nos cause gracia. Zack Galifianakis aportó la dosis de sarcasmo y acidez, y Emma Stone brilló por su papel habitual
de payasa “friki”. Además de esto, la
química entre Naomi Watts y Andrea Riseborough evidenció un excelente trabajo,
no sólo de pareja, sino de equipo en general.
Fueron 8 grandes competidoras. Desde Stephen Hawking hasta un
rudo director de orquesta, fueron reyes en la pantalla. ¿Qué es lo que Birdman tuvo
que las otras no?
Whiplash |
La Teoría del Todo |
Boyhood |
Birdman nos nutrió con un poco de todo: prestamos atención
constante a Riggan Thomson, pero no nos olvidamos de Lesley, Laura, Brandon ni
mucho menos de Sam o Mike. Y los otros personajes pequeños también tuvieron
su minuto de fama. Pudimos conocer
además los problemas personales de cada quien sobre las tablas de Broadway. Se
enfrentan muchos de ellos en varias escenas y los recursos musicales y ambientales contribuyeron a las carcajadas.
Quizás el guión era excesivamente
americano, pero los artistas existen desde tiempos inmemoriales y se tiene los
mismos prejuicios sobre ellos en todas partes; de modo que el tema unió a los
fans de todos los países y continentes. Los efectos visuales no eran
fantásticos, pero sí favorecían a maquillar y darle un distintivo al film. Los
planos, aunque prolongados, tenían el ritmo preciso para disfrutar de la acción
y permitir que observemos los detalles.
El drama, como género, no existe. Toda construcción ficticia
actoral es un drama: Se asume que es un relato con inicio, conflicto,
resoluciones y final. Pero siempre se dice que nadie quiere un drama en su
vida. Por lo menos en muchos países latinoamericanos, el exceso de drama no es
digerible. Los latinos nos caracterizamos, precisamente, por la alegría y la
aversión al sufrimiento. Qué mejor que
una cinta que juega con nuestros propios prejuicios, pero sin molestarnos o
bajarnos la energía.
Porque en Birdman tenemos la típica premisa de “no
seas actor/actriz porque todos son unos locos”. Los gags no son sólo de EEUU,
son algo universal, como el repique de tambores o los personajes que miran
extrañados cuando ven a otros peleándose tontamente; es fácil de asimilar. Porque la farándula todos la conocemos -queramos
o no- y no es espinoso ubicar a los que la conforman (recordemos las mofas
sobre Robert Downey Jr. O Ryan Gosling en el film). El elenco representa a cada tipo de persona o artista que existe en
una colectividad o grupo social particular (nunca falta el que ya se cree
ganador del Oscar por aparecer en un comercial). Asimismo, hace sarcasmos por los males habidos en esta “Tierra del Señor” (adicción
a las drogas, infidelidad, maltrato familiar, enemistad profesional… y podemos
seguir). Y finalmente, porque es tan
irreal que nos conecta a esa parte del subconsciente que en más de una noche ha
soñado con cuestiones insólitas - unicornios, hombres-ave, superhéroes,
etc.-. Es una crítica a la sociedad
gringa del siglo XXI, pero bastante digerible.
Invito a disfrutarla
a quienes quienes aún no la han visto. Creen sus propias conclusiones. No sean
simples mortales… sean Birdman.
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