Para
quienes inesperadamente ignoran qué es realmente “Birdman”
Por: Susana Anavitarte
Como pocas veces ocurre, me gané un pase doble para ir a la
Premiere de Birdman (o La Inesperada Virtud de la Ignorancia), cinta nominada
a 9 estatuillas de los Oscars, incluyendo Mejor Director, Mejor Actor y Mejor
Película. Mi poca pasión por enterarme de la sinopsis previamente, me hizo
pensar: “¡Bien! Al fin una pela de superhéroes que llega por lo grande, con
muchos galardones, así”. Desde meses atrás me había mentalizado y había visto por Youtube las repeticiones del plumífero héroe con su fiel águila y su
alarido de guerra. Confieso, que quería ir disfrazada, ya que en los estrenos
de otros superhero films, me había
quedado con las ganas. Entonces un colega que ya la había en EEUU me
advirtió: “Si no quieres que te usen para un Meme, checa en
Wikipedia la sinopsis”. Gracias, anónimo colega; me salvaste de ser el próximo
topic trend en las redes sociales. A lo que voy queridos lectores y lectoras, es a que no; esta película NO va de un
superhéroe. Es mucho más que eso.
Hombre alado en decadencia
Riggan Thomson (Michael Keaton) es un actor en decadencia,
conocido por haber interpretado 30 años atrás al mítico personaje del título.
Él decide realzar su carrera con un protagónico en una obra de Broadway
llamada What we talk when we talk about
love, de Raymond Carver. Su vida es “nada
fuera de lo común”: Está su preocupada ex esposa Griffin Murray (Amy Ryan); su hija Sam (Emma Stone), quien le sirve de ayudante; Laura (Andrea Riseborough), la mujer que no pasea de la mano -como
ella quisiera-; su rival, el arrogante actor Mike Shiner (Edward Norton); y
finalmente su insoportable ego, manifestado como una voz en su interior -la voz
de Birdman-. Riggan tendrá que enfrentarse a todo lo que le impide despegar sus
alas nuevamente, a fin de conseguir un
estreno teatral a lo grande.
Le acompañan también Lesley
(Naomi Watts), una debutante en las tablas de Broadway ligada a Mike en el
pasado, y Brandon Vander Hey (Zack Galifianakis), sarcástico e irreverente
representante artístico cuya visión de los problemas es más light que su
propio físico.
Alejandro González
Iñárritu nos brinda otra quemada de cerebro armoniosamente decorada con
cámaras que persiguen a los personajes en casi todo momento. Hay momentos
específicos en los que no se aprecia muy bien lo que se está enfocando; se
trata de detalles que serán develados después, de modo que es necesario estar
atento (cono para no parpadear o distraerse con la canchita).
El humor empleado es
bastante “gringo”. Si no sabes siquiera quién es Ryan Gosling o por qué en
la trama se burlan de Jeremy Renner, tienes dos opciones: o chequeas todo lo
que puedas en Google, o simplemente no gastas tu tiempo y dinero intentando
parar de pechito los diálogos. En la
opinión de muchos críticos americanos, esta cinta no pegaría en países latinos,
porque en ellos se suele considerar delicado hacer chiste sobre drogas,
celebridades locales o relaciones de personas mayores con jóvenes -eso a
Emma Stone no parece importarle, porque se las da de “Candy’” con Edward Norton
en la pela-. Asimismo, el estilo de
combinar la fantasía con la realidad puede marear y confundir.
A pesar de eso, el
guión logró estremecer lo más profundo de mi corazón. Desde las bromas
alusivas a las estrellas de Hollywood (“si no te gusta esa nariz, ¡Llamamos al
cirujano de Meg Ryan!”), hasta los clichés en torno la sexualidad de los
artistas -escenita picante entre Andrea Riseborough y Naomi Watts-, realmente nadie
se salva. Quienes vayan a verla, tomen en cuenta que es un compendio exagerado de pensamientos comunes entre la sociedad,
con respecto a lo que -para ella- son los artistas: unos renegados sociales
que constantemente viven las situaciones
y el presente, pero sin vistas al futuro (al estilo Sanford Meisner… la
gente actoral me entenderá).
Algo curioso de este
filme es el uso del repique de tambores asociado a todo gag o momento gracioso. Cuando
Riggan suelta sus “superpoderes”, un sonido profundo incrementa la ira o el
delirio del actor. Vale decir que la
creación del traje de Birdman me pareció genial; aunque no es igual al que
aparece en el cómic, conserva la esencia del mismo; pareciera que en cualquier
momento va a mostrar sus habilidades extrahumanas.
Mi topic favorito: Las actuaciones
Michael Keaton renace como fénix encarnando al ego
centrista y caótico Riggan. No es un personaje común y silvestre. No. No
solo por sus súper “normales” alucinaciones -la toma más emblemática es la de él
levitando y escuchando a su “Birdman” interior; también porque, a pesar de lucir como un loco de atar, está
más cuerdo de lo que todos creemos. Él no quiere simplemente llenarse los
bolsillos y acaparar los tabloides con algún escándalo; quiere algo más que las
vanidades materiales no van a darle: la gloria. Hay momentos en los que uno
siente que el personaje pierde peso, al mantenerse demasiado tiempo en el
estado de desconcierto y desesperación; pero cuando la película alcanza el pico
más alto, vemos esa transformación de Ícaro -hombre alado- a artista. Una bella
metáfora, sin duda.
Por otra parte,
siempre me he considerado admiradora de Edward Norton. Creo mucho en su
capacidad camaleónica para inmortalizar a diversos personajes. Aquí, me
hizo confirmar que lo suyo también puede ser la comedia. Mike es el típico estereotipo de actorcito de moda que, como tiene
una vasta experiencia y a los medios comiendo de sus manos, cree tener derecho
a lo que sea. En cierta parte del film menciona algo interesante sobre
“necesitar experimentar y sentir lo mismo que su personaje en escena viviría”. Su excentricidad no tiene límites
-ordena una cama extraña para “su construcción dramática”- y mucho menos su descaro. No solo trata peor que una basura a
Lesley (Naomi Watts) -quien irónicamente fue quien le convocó a la obra-, sino
que además pretende algo con Sam. Representa
al peor tipo de “divo” que pueda existir: cambia sus diálogos, se broncea
con una cama solar, y puede llegar a tener sexo en vivo con tal de que su
actuación sea creíble.
De Naomi Watts solo
puedo decir: ¡bravo! La rubia ojiazul, conocida por su papel en El Aro y en Lo Imposible se aleja del drama y apuesta por un poco de risas. Su actuación no habrá sido la más
resaltante y brillante, pero denotó una excelente química con el resto del
elenco. Lesley es la eterna actriz en ascenso, que a pesar de que ha conseguido
lo que tanto anhelaba -llegar a Broadway-, siente un vacío profundo. Quizás
debido a su fracaso amoroso con Mike, o porque se cree menos de lo que
realmente es. Rescato un dialogo a propósito de esto:
- (…) Creo que no tengo autoestima.
- Eres actriz, cariño.
(Laura a Lesley en los camerinos)
Andrea Riseborough
complementa la carga emotiva al personificar a la novia -¿o amante?- de Keaton,
la tierna Laura. Ella siente que el amor a la actuación y a la fama de Riggan,
es más grande que el que dice sentir por ella. Es la “otra”, la que no
figura y no tiene un espacio en su vida. La escenita “hot” con Lesley es
también un acertado estereotipo de la percepción liberal que se tiene de los
artistas: no le hacen asco a nada ni a nadie.
Apariciones como las
de Zack Galifianakis o Lindsay Duncan dan risa porque son el sarcasmo en carne
y hueso. El primero interpreta a
Brandon Vander Hey, el representante de Riggan, que también está encargado
de velar por la obra. La mayor parte del
tiempo se encarga de soltar faltosas bromas con respecto a las estrellas de
Hollywood como “(…) no, para variar, Robert Downey Jr. Está grabando Los
Vengadores… ¿o Ironman? Lo que sea, pero al fin hace algo”. Su personaje no
tiene nada de innovador, ya que es el mismo actor de televisión y stand up
comedy que lleva su forma de ser a la pantalla grande. Lo bueno es que no
hastía porque sus apariciones son cortas. Duncan
personifica a la cruel y ácida crítica de teatro Tabitha Dickinson, que aunque
breve, se lleva las palmas y carcajadas de cualquiera. Ella misma lo dice:
va a destruir a Thomson a como dé lugar así no haya visto la obra. Detesta a
esos actores que creen ser el centro del universo y se creen indispensables; piensa
ninguno de ellos puede escenificar lo que realmente es “arte”.
Finalmente pero no por eso menos, Emma Stone. Sinceramente, su
personaje -Sam- es bastante orgánico y muy honesto. Ese humor oscuro sobre su vicio
-las drogas- esconde algo desgarrador. Su físico es graciosamente “dark”-Lesley
la tilda de “perturbadora” en cierto momento- y eso contribuye a la carga
cómica. Su química con todos los actores
y actrices es impecable. No obstante, siento que no ha cumple ningún reto,
ya que anteriormente le he visto en comedias románticas con alguna
interpretación similar. La escena final
del film donde ella aparece, es muy significativa; recomiendo prestarle
atención.
Rocas finales
Me he explayado bastante pero no es una película fácil de
describir. Al fin y al cabo entreteje varios temas como el de la vida de los
actores y actrices, y esas viejas glorias que tratan de sacar a flote. Habla de esas veces en que todo parece
perdido y hay que apelar a otros ases bajo la manga (como hacer escándalo o
simplemente creer en nuestro “yo supremo” interno). Thomson logra mucho a
costa de su matrimonio y de su relación tortuosa con su hija. Mike asciende
porque no le interesa lo que piensen de él, lo cual ensucia su imagen personal.
Laura cree que, dejando de lado su amor propio, conseguirá ser valorada como
merece. Y podemos seguir escribiendo más de lo mismo.
Eso es “Birdman”: una
historia del amor en todas sus facetas; el amor a la profesión, al triunfo, a
otros, a la familia, a los hijos… a uno mismo. De cómo puede alimentar pero a
la vez destruir; porque “de eso hablamos
cuando hablamos de amor”. Gracias Raymond Carver. Gracias Iñárritu. Gracias
Keaton y gracias Norton.
Ficha técnica:
Dirección: Alejandro González Iñárritu
Producción: Alejandro González Iñárritu, John Lesher, Arnon Milchan, James W. Skotchdopole
Guión: Alejandro González Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. Armando Bo
Música: Antonio Sánchez
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Montaje: Douglas Crise, Stephen Mirrione
Reparto: Michael Keaton, Edward Norton, Emma Stone, Naomi Watts, Andrea Riseborough, Amy Ryan, Zach Galifianakis
País: Estados Unidos
Año: 2014
Género: Comedia negra, Drama
Duración: 119 minutos
Idioma: Inglés
Compañías Productora: Regency Enterprises
Ficha técnica:
Dirección: Alejandro González Iñárritu
Producción: Alejandro González Iñárritu, John Lesher, Arnon Milchan, James W. Skotchdopole
Guión: Alejandro González Iñárritu, Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris, Jr. Armando Bo
Música: Antonio Sánchez
Fotografía: Emmanuel Lubezki
Montaje: Douglas Crise, Stephen Mirrione
Reparto: Michael Keaton, Edward Norton, Emma Stone, Naomi Watts, Andrea Riseborough, Amy Ryan, Zach Galifianakis
País: Estados Unidos
Año: 2014
Género: Comedia negra, Drama
Duración: 119 minutos
Idioma: Inglés
Compañías Productora: Regency Enterprises
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