Por: Alexiel Vidam
Si por casualidad eres nuevo en el mundo del rock retro, o
no has tenido la oportunidad de escuchar antes el nombre de The Runaways, he de comenzar explicando
que se trata de la primera banda de Rock
n’ Roll femenina, nacida en 1975. De ella surgieron dos figuras reconocidas
hasta hoy dentro del punk-rock y el heavy metal: Joan Jett y Lita Ford.
El biopic The Runaways (2010), de Floria Sigismondi, está basado en el libro Neon Angel: A Memoir of a Runaway,
escrito por Cherie Currie (ex vocalista de la agrupación). Trata sobre la formación de la banda, la llegada de Cherie al grupo y su
relación con Joan Jett (guitarra
melódica y segunda voz). Explora también el controvertido mundo del espectáculo
y los motivos que llevaron a Cherie a dejar el equipo.
Las Runaways originales: (de izquierda a derecha): Cherie Currie, Joan Jett Sandy West, Lita Ford, Jackie Fox. |
Personalmente, lo que más me gustó del filme fue su
capacidad de enganchar desde el primer segundo y de lograr que nos
identifiquemos con los personajes. Las
figuras que observamos en pantalla son estrellas que hicieron historia, pero a al
mismo tiempo, son adolescentes escapando a los problemas de su entorno,
buscando reconocimiento y creciendo de manera frenética.
Cherie y Joan son chicas de 15 y 17 años, hijas de padres
divorciados; ambas se han formado en entornos deprimidos y en una época que
subestima el poder de las mujeres; ellas dos, están buscando rebelarse, y lo
hacen a través de la música. Cherie ama a David Bowie… Joan, a Suzi Quatro. Ese
amor a sus ídolos musicales se ve plasmado en el estilo visual que presentan en
la banda. Lo mismo ocurre con sus compañeras: Lita Ford -primera guitarra- mezcla el estilo de Jeff Beck con el
de Richie Blackmore (guitarrista de Deep Purple), Sandy West –batería- basa su look en Roger Taylor (baterista de
Queen), y Jackie Fox -bajo- imita a
Gene Simmons (bajista y vocalista principal de Kiss). Vale decir que esta
última integrante no puede ser hallada con nombre y apellido en el filme, dado
que no cedió los derechos para que esto fuese posible; en su defecto, se creó
el personaje de Robin Robins,
inspirado en ella.
Ahora, si el guión está muy bien hecho, la puesta en escena
sabe completar el cuadro a la perfección. No por nada Floria Segismondi es una reconocida fotógrafa y directora de
videoclips. El uso de colores vivos
y luces intensas, combinados con la potencia de la música, son capaces de transmitirnos
toda la euforia del show, trasladándonos mentalmente a un concierto de The
Runaways.
El reparto, desde mi punto de vista, está muy bien elegido,
tanto por su parecido físico con los personajes reales, como por su capacidad interpretativa.
Quedé bastante sorprendida con Kristen
Stewart -a decir verdad-, a quien había menospreciado bastante por su
aparición anterior en la lamentable saga Crepúsculo.
Había tenido miedo de verla destrozar el papel de Joan Jett, pero, por el
contrario de lo que esperaba, quedé bastante satisfecha con la interpretación;
de hecho, pienso que no pudo haber
caracterizado mejor a la Abuela del Punk en su etapa adolescente. A Dakota Fanning, por el contrario, ya la
había visto lucirse en filmes como Yo
Soy Sam o Hound Dog; como Cherie Currie no hizo más que corroborar
la excelente impresión que tenía de ella como actriz. El resto de
integrantes del equipo no pinta mucho, pero creo que, dentro de sus pocas
líneas, Stella Maeve llega a
construirnos la imagen de una carismática y amable Sandy West, mientras que
Scout Taylor-Compton nos pinta a Lita Ford como la chica temperamental del
equipo. Michael Shannon, por su
parte, es el encargado de interpretar al productor Kim Fowley, un sujeto
histriónico y manipulador que transmite sentimientos encontrados, siendo por
una parte el responsable de llevar a The
Runaways a la fama, pero también el causante de muchos los dramas internos y
choques personales entre sus miembros.
Michael Shannon como Kim Fowley |
Por si fuera poco, está el aspecto musical.
Como amante del rock de antaño, podía esperar una excitante
banda sonora por parte de este filme: Temas de The Stooges, David Bowie, Suzi
Quatro, Sex Pistols, entre otros, seducen nuestros oídos. Obviamente, a esto
había que sumar los temas de las Runaways originales… Pero, lo que no esperaba en absoluto, era que las propias actrices fuesen
capaces de interpretar semejantes covers. En las escenas de los conciertos,
las versiones de Cherry Bomb, California Paradise, Queens of Noise, Dead End Justice y I Love Playing
With Fire que escuchamos, vienen de las voces de Dakota Fanning y Kristen
Stewart; lo notamos en el ritmo algo más acelerado de la guitarra y las voces
algo más agudas en comparación con las versiones originales.
"I'm your chchchchchch... Cherry Bomb!!"
Todos estos elementos
estéticos, sumados a un estilo narrativo ágil y fresco, terminan por completar
un relato que, además de ser digerible y entretenido, despierta el interés por
una banda que quizás muchos no conozcan de cerca. De hecho, cuando yo
comencé a ver el filme ya había escuchado algo de Joan Jett, pero casi no sabía
nada sobre The Runaways. El resultado, luego de ver la película, fue que me
volví fan de la banda y estuve escuchando sus temas por horas, así como los de
sus integrantes una vez que emprendieron su rumbo como solistas. Sin duda alguna,
una joyita que todo cinéfilo adicto al
rock debe tener en su colección.
Dirección: Floria Sigismondi
Producción: Bill Pohlad, Art Linson, John Linson,
Joan Jett, Kenny Laguna
Guión: Floria Sigismondi
Fotografía: Benoît Debie
Protagonistas:
Kristen Stewart, Dakota
Fanning, Michael Shannon, Stella Maeve, Scout Taylor-Compton, Alia
Shawkat, Riley Keough
País: Estados Unidos
Año: 2010
Género: Drama, Música, Biopic
Duración: 109 min.
Idioma: Inglés
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