jueves, 2 de febrero de 2012

Amor a golpe de Jazz

Por: Efraím Suárez

Una de las grandes sorpresas de los Oscars de este año fue la nominación a mejor película de animación española Chico y Rita, un film de Fernando Trueba (Belle Époque, Two Much, El embrujo de Shangai) y Javier Mariscal (diseñador conocido por haber creado, entre otras cosas, a Cobi, la mascota de los JJOO del 92). La película, lejos de la animación en 2D o tradicional y la sobreexplotada animación 3D, ha sido creada utilizando rotoscopia (técnica que se basa en tomar una base real -fotograma o modelo 3D) sobre la que se dibujará, añadiendo efectos o simplemente para dotar a los movimientos de la animación posterior de naturalidad-) un recurso que, aunque se usa a menudo en cine y videojuegos, no es muy común verla en todo su esplendor en la pantalla grande. Precisamente por ese toque original merece la pena verla… aunque luego la historia en sí y la música terminen por atraparnos.

De música… y amor

Porque no nos engañemos, la historia de estos dos amantes es una excusa para mostrarnos, a través de sus desventuras, un retrato musical, social y cinéfilo de la época en la que vivían (finales de los 40 y década de los 50). Con ellos viviremos el auge del bebop y del latin-jazz, y se nos mostrarán escenas de películas tan memorables como son Casablanca o El Padrino mientras se nos ofrecen trazos de la vida en sociedad de esos cubanos que buscaban el éxito en la gran manzana. Y, en el fondo de toda esa vorágine, la peculiar trama amorosa que unirá a Chico y Rita a lo largo de cincuenta años de sus vidas y que se entremezcla con la creación de una melodía desde sus primeras notas hasta los últimos arreglos que la devolverán a la vida.



¿De qué va...?

Chico vive en la Habana, un viejo más que trabaja lustrando zapatos en la calle, pero que posee un pasado que lo ensalzaba como el más grande pianista de la isla. Él, como muchos de los músicos de la época, soñaba con abandonar Cuba y dirigirse a New York, donde todos los grandes (Dizzy Gillespie, Chano Pozo, Charlie Parker, Thelonious Monk) habían comenzado a establecer los nuevos ritmos del jazz-latino y del bebop. Es mientras busca una manera de alcanzar su sueño que conoce a Rita, una joven que se gana la vida actuando en clubs y bailes. Ambos se enamoran en el acto, pese a las mutuas reticencias, y él comienza entonces a componer la que sería la obra de su vida “Rita”.

Reencuentros y desengaños se suceden a medida que ambos van consiguiendo la fama en la ciudad cubana hasta que Rita, con el corazón roto, firma un contrato que la llevará a New York para convertirse en una gran estrella del espectáculo.

Tiempo después y apenado por su actitud, el propio Chico venderá todos sus bienes e irá a buscarla, abrazando un sueño que ha perdido su lustre si no lo comparte con ella. Rita lo vuelve a rechazar y ambos viven sus respectivos momentos de gloria separados, hasta que el destino y aquella canción que Chico había empezado a componer en la Habana, vuelve a unirlos… Aunque esta vez tampoco será para siempre.


De números y letras

Lo cierto es que esta película, pese a la buena crítica obtenida, no tuvo mucho éxito en taquilla, básicamente porque no todos los cines españoles la colocaron en cartelera y aquellos que lo hicieron la quitaron enseguida. No ocurrió lo mismo con su banda sonora, que se convirtió en éxito de ventas en España tras su lanzamiento y que fue calificada como una de las mejores bandas sonoras de jazz de las últimas décadas.

Pese a esa falta de éxito, al film se le galardonó con varios premios (Goya, premio de Cine Europeo, FIFA, Ánima, HAFF y premio CineEuropa 2010) y fue nominado a otros tantos, consiguiendo un renombre a nivel internacional que no influyó demasiado en las recaudaciones globales.

Bien es cierto que este tipo de cine “experimental” no suele tener mucha acogida (ya había ocurrido lo mismo en 2006 con A Scanner Darkly, cuya recaudación final no alcanzó para amortizar el coste de la misma) debido a lo extraño que nos resulta, aunque bien es cierto que dicha impresión es momentánea y desaparece a medida que nos vamos adentrando en la historia.

Sobre el uso del rotoscopio, hay que admitir que el dibujo no es todo lo limpio que podría llegar a ser, siendo en muchos momentos incluso caricaturesco, pero dicha ausencia de detalles termina por centrar nuestra atención en la ambientación y en la música que inunda la cinta algo que, según el director, es mucho más importante que los detalles superfluos e irrelevantes para la trama.

El resultado final es una historia aceptable, que peca de simpleza en muchos momentos, pero con una gran banda sonora que lleva el peso de la narración y que la convierte en algo que merece ser digno de ver.

Por cierto, los reto a buscar todos los personajes famosos que surgen durante la película. Son más de los que podrías imaginar.



*Nota: Si quieres leer más textos de Efraim, te recomendamos visitar su blog: http://adspeculum.blogspot.com/

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