A que no te la sabes

Por: Alexiel Vidam

El mundo del Cine, y sobre todo las filmaciones de las películas, está lleno de anécdotas y datos curiosos que muchas veces no son conocidos por el público. En Cinematosis estrenamos esta nueva sección, dedicada a investigar estos detallitos interesantes, y servírtelos para saciar tu curiosidad.


Cuando el personaje se traga al actor

Para el actor húngaro Béla Lugosi, el papel de Conde Drácula, significó tanto el estrellato cinematográfico, como el principal motivo de su posterior decadencia y depresión. Había interpretado al personaje en los teatros de Broadway, lo cual le valió el papel principal en la libre adaptación de 1931 sobre el legendario vampiro de Bram Stoker. Gracias a esto, Béla se despegó como actor. Se metió tanto en el personaje que se llegó a rumorear que el actor era realmente un vampiro (además, su marcado acento, pegaba perfecto con el papel). Lamentablemente, Drácula tomó control sobre Bela. Apareció interpretándole muchas veces más, y al público le fue muy difícil poder identificarlo con otros personajes. Poco a poco, Béla fue creándose y creyéndose su propio mito, tomando actitudes bastante excéntricas, como dormir en ataúdes o aparecer en las fiestas de Hollywood vestido de Drácula (cuentan las malas lenguas que también se le dio por beber sangre). Después de 1948, Béla desapareció de la pantalla grande; muchos llegaron a decir que había muerto, pero la verdad es que se hallaba deprimido y adicto a la morfina. Fue “rescatado” en 1953 por Ed Wood, conocido como el peor director de la historia del Cine, quien le dio una serie de papeles secundarios en sus terribles películas. Cuando murió, de un ataque al corazón en 1956, Béla pidió que lo entierren con su traje de Conde Drácula.


El rockero Robert Paulson

¿Recuerdan a Bob, el gordito buena onda de “El Club de la Lucha” (Fight Club)?... Sí, ése que había tomado tantos esteroides que había desarrollado tetas, y que conoció al protagonista en el grupo de cáncer de testículos cuando éste andaba de turista en los grupos de autoayuda. Bueno, éste señor, además de actor, es un exitoso cantante de Hard Rock estadounidense, conocido en el medio musical como “Meat Loaf”. Se sabe que, para interpretar a Robert Paulson (Bob), tuvo que utilizar un arnés de más de 40 kilos, para simular los pechos del pobre personaje.


¿Dónde está el bar de Rick?

“Casablanca”, uno de los clásicos del cine, tiene varios datos y rumores curiosos. Los hechos de la historia ocurren principalmente en el bar de Rick Blaine (Humphrey Bogart), quien se reencuentra con su amada Ilsa (Ingrid Bergman), y la desagradable sorpresa del esposo de ella: Victor Laszlo (Paul Henreid). Rick se encontrará atrapado entre el amor, el dolor, y la ira, especialmente cuando se le pide que ayude a Lazslo a obtener una visa para escapar de los nazis. El bar de Rick, en la película, se encontraba en Casablanca, ciudad en África a la cual llegaban todos los franceses que buscaban escapar a Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. Si bien la película fue íntegramente en los estudios de Hollywood, los turistas que visitaban Casablanca, pedían la ubicación del bar de Rick (el cual, obviamente, no existía), por lo cual el municipio terminó construyendo dos bares frente a la plaza, uno de ellos fue bautizado “Rick’s Bar”. Otros rumores interesantes señalan que la parejita principal, Bogart-Bergman, a pesar de su destacable química en la pantalla, no se llevaba para nada bien en la vida real, y que tuvieron varios conflictos durante el rodaje. También se dice que ninguno de los dos supo cuál sería el final de la película hasta que fueron rodadas las últimas escenas; este rumor surgió de unas declaraciones de la actriz señalando que no sabía de qué hombre debía enamorarse.


El “bledo” más caro de todos

“Lo que el Viento se Llevó”, la película que consiguió más premios Óscar en la historia del Cine hasta que llegó Titanic y consiguió igualarla, tuvo que enfrentar algunos rollos con la censura de la época. Hoy en día, la frase final de Rhett Butler (Clarck Gable), “Francamente querida, me importa un bledo” (“Frankly my dear, I don’t give a damn”) , seguramente nos causaría hasta gracia por lo medida, pero en los años 30, ésta representaba un insulto bastante fuerte, por lo cual, David O. Selznick, director de la película, tuvo que pagar una suma importante de dinero a los censores para que permitiesen que la frase quede tal cual. Por si aún no han tenido la oportunidad de ver este clásico del Cine, Rhett Butler la pronuncia durante los últimos minutos del filme, cuando decide abandonar a la manipuladora y caprichosa Scarlett (-Vivien Leigh- la protagonista). Ella, al verle a punto de irse, intenta detenerle… “¿A dónde iré? ¿Qué haré?”… “Francamente querida, me importa un bledo”. Posteriormente, esta frase ha pasado a ser parte de la cultura popular anglosajona.


Un rodaje verdaderamente terrorífico

Si te asustaste, con “El Exorcista”, déjame contarte que los actores y miembros del equipo de producción, estuvieron diez veces más asustados que tú, meándote de miedo desde la comodidad de tu sofá, viendo cómo a la mocosa poseída le daba vueltas la cabeza, comía moscas, y vomitaba una porquería verde. ¿Apareció el diablo durante el rodaje? No sabemos… pero haya sido el diablo o algún envidioso productor de la competencia, el set se incendió, lo cual retrasó la filmación por seis semanas. Se velaron los rollos sin razón aparente, y se dieron una serie de accidentes que involucraron a varios miembros del equipo técnico. El actor Jack MacGorwan, que interpretaba a Burke Dennings y murió afectado por una epidemia de gripe poco después de terminar sus escenas, y varios familiares de los actores fallecieron poco antes o poco después del estreno de la película… Tan grande fue la conmoción durante el rodaje, que el director Friedkin tuvo que llamar a un sacerdote para que bendiga a los miembros del equipo.