Por: Alexiel Vidam
¿Se acerca el Tono Cinematosis Sci-Fi y aún no tienes
disfraz? Te presentamos algunas de las opciones más monstruosas del cine de ciencia ficción; quién sabe si alguna de
ellas te ayuda a asustar al bartender y robarle unas “che’” bien heladas…
El Titán por excelencia (Godzilla)
Cuenta la leyenda que el padre de los monstruos gigantes con
nombre propio, fue Godzilla (“Gojira”, en la versión original). Después
de él vinieron King Kong, los monstruos mitológicos de las películas épicas,
etc. Seguramente si le das una ojeada a la película original de 1954, ahora te parecerá que estás
viendo un monstruo de los Power Rangers
(de esos a los que hasta notas el cierre en la espalda); sin embargo, me
atrevería a decir que –tanto por la trama como por su crítica a las guerras
nucleares-, Gojira fue MIL VECES mejor película que ese lamentable remake
de 1998. Para quienes no conocen la historia, originalmente, Godzilla es un
dinosaurio que habita las profundidades del océano y es despertado por las
bombas de hidrógeno. Estas además le han dotado de aliento radiactivo (más nocivo
que el tuyo después de una tranca). Como dato curioso, tenemos que Godzilla es
un monstruo con paladar gourmet, ya que lo único que calma su furia, es almorzarse
a una joven virgen (cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia).
*Nota: El único problema
de disfrazarte de él, sería que quizás no puedas pasar por la pueta.
Arma biológica (Saga de
Alien)
Según la película Prometheus, uno de los alienígenas
más populares y temidos del cine, fue, en un principio, un arma biológica
creada por nuestros ancestros (también alienígenas). Esta enorme bestia con
aspecto de cucaracha, fue, originalmente de los monstruos más “mother fucker”
concebidos por la ciencia ficción. No sólo tenía una fuerza descomunal sino que
su sangre era capaz de atravesar cualquier tipo de material (en Alien:
El Octavo Pasajero, ésta atravesó todos los pisos de la nave). Por si
fuera poco, era capaz de invadir cuerpos para reproducirse… Y no, no te hagas a
la idea de una “familia feliz extraterrestre”, porque el retoño acabaría comiéndote
las tripas.
*Nota: El único problema
de este disfraz sería que te encuentres con el Depredador que reparte volantes
afuera del Jockey, y te arranque la cabeza como en la película.
“¡Está Vivo!” (Frankenstein)
Este caso debería utilizarse para una campaña de paternidad responsable…
y sino, pregúntale al Dr. Frankenstein que tuvo que pagar caro el abandono de
su “hijito”. El monstruo Frankenstein
fue creado a partir de piezas de delincuentes (en la versión de los años 30, el
cerebro era también de un criminal, en la de los 90, era el cerebro de un
genio). Frustrado por el desprecio de su desnaturalizado padre, alimentó los
más profundos sentimientos de odio. No obstante, en el fondo de su corazón, la
criatura no deseaba más que ser amada; de modo que, mismo adolescente, se quiso
enamorar. El problema es que papi no le quiso dar una novia… entonces “Frankie”
mató a la suya.
*Nota: Aléjate de los
enchufes y todo lo que tenga electricidad… te vaya a dar en los tornillos.
Familia mutante (Las
Colinas Tienen Ojos)
Me atrevo a decir que pocos seres dan tanto miedo como Papá Júpiter y su familia de malformados caníbales. Así como Godzilla,
el remake de Las Colinas Tienen Ojos (2001)
recurre al tema de las bombas nucleares para dar origen al horror. En este
caso, además, se pretende poner sobre el tapete una serie de problemas típicos
de la burguesía norteamericana. Sin embargo, el punto más controversial –e interesante-
del filme, al margen de las escenas sangrientas, es el hecho de enfrentar a sus ridículos protagonistas con un clan de marginados
sociales, que, siendo víctimas del efecto de las bombas, acaban por ser la
encarnación de la máxima monstruosidad humana.
*Nota: El inconveniente
con este disfraz, sería encontrarte con gente disfrazada de personajes de Los
Juegos del Hambre… y que te hagan pagar el karma.
“¡Fuuuuuuuuuuuu… sión!” (La
Mosca)
Si creías que todas las fusiones eran como en Dragon Ball, estaba seriamente
equivocado. El Dr. Seth Brundle experimentó
la fusión de una manera nada agradable allá por los años 80’ en el remake de La
Mosca (1986), dirigido por David
Cronenberg. Brundle era el genio
científico que inventó máquina teletransportadora (el sueño de todo espíritu
ocioso). En cuestión de segundos, la máquina desintegraba el objeto y, lo
reintegraba en otra ubicación. Todo parecía estar perfecto, salvo por un
pequeño detalle: ¿Qué pasaba si se introducía más de un cuerpo en el aparato?
El Dr. Brundle lo descubrió de la peor manera. Movido por los celos (y por el
alcohol), Brundle decidió teletransportarse a sí mismo para darle una lección a
su novia; lo que no notó, es que una mosca había ingresado en la máquina junto
con él…
*Nota: El único problema
con disfrazarte de él sería que el equipo de limpieza te confunda con una mosca
de verdad y te bote a matamoscazos (o que te echen Raid).
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