domingo, 17 de agosto de 2014

Cuando Peter Pan creció


Por: Alexiel Vidam

El lunes pasado falleció Robin Williams, uno de mis actores favoritos de infancia; intérprete de personajes que cautivan por esa combinación perfecta entre humor y dulzura. Hoy, quiero dedicarle un post a una de mis películas favoritas con este actor: Hook (1991), de Steven Spielberg, también conocida como El Regreso del Capitán Garfio.

Peter Pan, el niño que no quería crecer.
Vi esta pela por primera vez hace ya varios años. Debo decir que me atrapó desde el primer momento, por retomar a uno de esos personajes por los que es imposible no sentir algún cariño: Peter Pan, el niño eterno que nunca quiso crecer. ¿Quién no se ha identificado con él? ¿Acaso no sería increíble vivir en un país, donde todo es diversión y aventura, y -mejor aún-, donde los años no pasaran sobre uno (público femenino sintiendo envidia en 3, 2, 1…)?

Pero el punto es que Peter Pan creció. ¿Qué cómo sucedió esto? El amor, señores, el amor… Resulta que un buen día, cuando Peter tenía 13 años aproximadamente (recordemos que a él no le afecta el tiempo), fue a visitar a Wendy, que ya era anciana, y conoció a su nieta Moira. Se enamoró apenas la vio… y entonces supo que no volvería al país de Nunca Jamás.

Ahora, Peter es Peter Banning (Robin Williams), abogado, casado, padre de dos hijos… un padre bastante estricto, de hecho, sin tiempo para jugar, y con miedo a las alturas. Ha olvidado todo sobre su pasado como Peter Pan, al que considera como un simple cuento de fantasía. 

El tema es que, durante una visita a la abuelita Wendy, los hijos de Peter: Jack (Charlie Korsmo) y Maggie (Amber Scott), son secuestrados por el eterno enemigo de Pan: el Capitán James Hook (“Capitán Garfio”, por estos lares), interpretado por Dustin Hoffman. Por lo tanto, Peter debe regresar a Nunca Jamás para rescatar a sus hijos; pero antes debe recordar quién es y recuperar las habilidades de volar y combatir.


Sobre otros puntos, me gustaría resaltar la producción de esta película. Pienso que el país de Nunca Jamás fue retratado tal cual lo visualizábamos en nuestra imaginación según los distintos relatos y adaptaciones anteriores. Ahí están las sirenas, los piratas, los niños perdidos, el hada Campanita… tal vez los únicos que se hicieron extrañar fueron los indios; hubiese sido genial verlos participar como aliados de Peter, pero supongo que se decidió obviarlos para no abarcar demasiado.


Según yo, la mejor caracterización fue la de James Hook. Dustin Hoffman calza perfecto; él es la viva encarnación del Capitán Garfio de la película animada de 1953. No sólo se ve tal cual, sino que, además, actúa tal cual; con esa mezcla entre excentricidad y elegancia, entre autoridad y patetismo. Sin embargo, no podemos negar que en general el reparto de esta película es de lujo: el recordado Robin Williams nos muestra perfectamente ese proceso de transformación del serio y temeroso Peter Banning, en el intrépido y aventurero Peter Pan. 

Luego está Julia Roberts en el papel de Campanita, la pequeña hada enamorada de Peter, su fiel amiga y compañera de peripecias; conmovedora la escena en que decide declararle su amor. Por otra parte, tenemos a Maggie Smith como la abuela Wendy; por si no la sacan por nombre de buenas a primeras, ella es la profesora McGonagall de Harry Potter o la temible diosa Tetis, de la clásica Furia de Titanes (1981). 

Su papel es importante porque ella es la primera en reclamarle a Peter el haber olvidado su actitud jovial y juguetona, y también la primera en tratar de hacerle recordar. Por si fuera poco, como invitados de lujo en el reparto se encuentran Glenn Close, como uno de los piratas de Garfio, y Phil Collins, como un inspector de la policía.

Touche! Peter Pan (Robin Williams) Vs. Capitán Garfio (Dustin Hoffman)

Acerca de la narración en sí, podemos decir que es bastante simple. Casi lineal, interrumpida por uno que otro flashback (salto al pasado), para mostrarnos la infancia del protagonista y su llegada al país de la eterna juventud. No obstante, el relato se enriquece de manera incalculable gracias a cantidad de momentos épicos y humorísticos. 

El argumento realmente nos traslada al país de Nunca Jamás, invitándonos a acompañar a Peter en esta nueva aventura donde, además de rescatar a sus seres amados, conseguirá reencontrarse a sí mismo.


Finalmente, sólo para cerrar el post, quisiera señalar algo relacionado a lo que me motivó a escribirlo: es que para mí Robin Williams siempre será Peter Pan.



*Para ver Hook online, da click aquí.

lunes, 11 de agosto de 2014

Los “perdedores” se apoderan de la pantalla grande

“Guardianes de la Galaxia”: ser un antihéroe Marvel nunca fue tan genial


Por: Susana Anavitarte

Con el paso de los años, hemos visto en la pantalla grande a gran parte de nuestros héroes de historietas favoritos. Ironman, Spiderman, Hulk y una lista innumerable. Con tremendas inversiones que oscilan el millón de dólares, un reparto de lujo, efectos visuales casi reales… definitivamente Marvel Comics y “Papá Stan” (Stan Lee, el creador) han hecho no solo un negocio redondo, sino además marcado un hito en la cultura cinematográfica de acción y ciencia ficción. Después del “boom” de X-Men: Días del Futuro Pasado, se lanzó un tráiler que al principio no gustó a la crítica y se auguraba como posible fracaso en taquilla. Y es que el primer teaser tráiler era tan tela que parecía uno de esos videos hechos por fans en AfterEffects y sin música original. Así es; estamos hablando de Guardianes de la Galaxia.

De izquierda a derecha: Drax, Gamora y Quill

Esta entrega, dirigida por James Gunn, trata de Peter Quill (Chris Pratt) -o Star Lord-, un joven ladrón que fue secuestrado de niño por Yondu (Michael Rooker) y sus piratas espaciales; desde entonces, trabaja recolectando artefactos extraños a cambio de dinero. Al encontrar una peculiar esfera, es interceptado por Korath, subordinado del fanático Kree Ronan, ya que al parecer se estaba robando el premio de los Saqueadores -vaya esferita, eh!- y termina huyendo haciendo uso de su rapidez y armas de combate. Sin embargo, el jefe y “padre provisional” de Peter, Yondu, pone precio a la cabeza del muchacho y ofrece una fuerte recompensa.

Yondu (azul de la derecha)

Así, atraídos por la oferta, aparecen Rocket y Groot (voz de Bradley Cooper y Vin Diesel respectivamente), cazadores. En paralelo, Gamora (Zoe Saldana) es enviada por Ronan como su asesina estrella para arrebatarle el Orbe (así es como se llama en realidad la esfera) a Quill, causando los cuatro personajes un caos en la calle y siendo arrestados por el Cuerpo Nova. Una vez en prisión, conocerán a Drax el Destructor (Dave Bautista), quien se les unirá para escapar de la cárcel y así cada uno lograr sus objetivos personales. A la larga descubrirán que ese tesoro robado es una poderosísima arma capaz de destruir el universo y deben impedir que Ronan lo posea.

Rocket y Groot

Recordando los gloriosos años de la televisión por cable de los 90, tenemos a las caricaturas de Marvel más emblemáticas: X-Men, X-Men Evolution, Spiderman, Hulk -con su versión femenina SheHulk-, Los Superamigos, entre otros más. Como buena hincha de Cartoon Network recordé de inmediato, y con mucho cariño, a los Guardianes de la Galaxia. Que lejos de poseer los increíbles poderes de sus otros compañeros de bosquejos, eran una especie de burla y sátira de lo que significaba ser un ídolo heroico. Porque… ¡Vamos! Se trata de un grupo de renegados sociales- un broder que se alucina una especie de James Bond del espacio, un mapache psicópata, un árbol que solo sabe decir su nombre, una flaca verde con complejo de “Femme Fatale” y un agarrado con deseos de venganza (ok, eso no es nada ridículo, aclaremos), que se unen para cuidar al universo.


Aunque no resultan ser los bufones que todos creen y conmemoran desde la televisión, hay muchos elementos que resultan graciosos. Por ejemplo, Quill se hace llamar Star Lord y aparentemente… ehm, creo que él es el único que se puso ese apodo. Rocket camina como si su estatura sobrepasara siquiera el metro de altura y manipula metralletas como todo un mercenario -más parece un personaje de Winnie Pooh jugando a ser un Power Ranger- y se comporta como un rebelde. Se juega con el humor negro en escenas como aquella en la que Rocket pide la pierna ortopédica de un preso para lograr escapar y luego afirma que “en realidad no la necesitaba, solo que le causaba risa ver al hombre cojo”. La traidora hija de Thanos, Gamora, no posee el mismo registro cómico que los otros pero es presa de ciertos momentos chistosos -cuando Peter menciona la película Footloose y ella cree que ser Kevin Bacon es algo así como una divinidad- al igual que Drax, quien tiene un vocabulario muy solemne y contrastante con su ruda apariencia -“quiero morir rodeado de amigos… incluso si está la bruja verde (por Gamora)”-.


Ahora, quien definitivamente quien robó mi corazón fue sido Groot, el noble y torpe compañero de grandes ramas. No sé si ese sexappeal se debe a la extraña ternura que me remite cuando ataca a sus oponentes y sonríe, o a su vasto diálogo merecedor de un Oscar -“¡Yo soy Groot!”-, lo que tengo muy en claro es que estos 5 luchadores combinan perfecto a pesar de lo distintos que son.

La música casi en su totalidad ha sido una pieza fundamental en este develar cómico y anti heroico. Desde la canción que Peter escucha en su walkman, Hooked on a feelin’, hasta un tema de los Jackson Five. Quizás no sea original, pero para los fanáticos resulta ser bastante satisfactorio tener a los 80’s presentes durante las incesantes peleas.



De los efectos visuales no diré mucho, ya que realmente no les encuentro diferencia alguna a los que se acostumbran a usar en otras películas Marveleras. Siguen siendo igual de alucinantes y el combinar los tiempos en slow motion  siempre va a ser una excelente mezcla.

De las actuaciones no tengo algo dantesco que rescatar. Se han apegado al cómic y al menos eso basta. Ha sido una buena elección de reparto. Personajes como el de Glenn Close como Nova Prime o Benicio Del Toro como Taneleer Tivan “El Coleccionista” podrían significar una secuela.

El Coleccionista

Un diálogo en particular nos hace ver por qué este quinteto tan especial debe estar unido para defender el bienestar de Xandar. Quill menciona que “todos son unos perdedores” -literalmente lo son, connotativamente da risa-  ya que han perdido personas importantes o parte de ellos. Peter vio morir a su madre de cáncer y nunca conoció a su padre; Thanos mandó a Gamora a asesinar a la familia de Drax -previamente, descubrimos que este enemigo de los xandarianos asesinó a los padres de Gamora en la cara de ella- y por eso inicialmente le tuvo cierto odio. Rocket es un personaje muy rico en susceptibilidades; en una escena donde se emborrachan se despoja de todos sus miedos y tristezas; afirma que él no pidió ser despedazado y reconstruido en una monstruosidad. De Groot sabemos una nada, pero sugiero que presten atención casi al final de la película… más de una lágrima se les va a escapar.



Fan de Marvel que se respeta se queda sentado en la butaca hasta que acaben los créditos… hay un regalito especial para todos ustedes. Un preámbulo es que entre los “objetos” de colección de Tivan se encuentra otro antihéroe Marvel, Cosmo el Perro Espacial. Ser un “loser” nunca fue tan genial.

lunes, 4 de agosto de 2014

Nadie inventó la pólvora

Sobre “Divergente” y sus puntos encontrados con “Los Juegos del Hambre”


Por: Alexiel Vidam

Ayer vi Divergente (2014), de Neil Burger, basada en el best seller de Veronica Roth. Me la habían recomendado varias veces, sobre todo por sus similitudes con Los Juegos del Hambre (saga a la que soy aficionada). Sin embargo, luego de ver la película, debo decir que, mientras Los Juegos del Hambre me parece una buena saga comercial, Divergente no pasó de parecerme “entretenida”.

Divergente
Como era de esperarse, debido a las múltiples comparaciones, tenía que lanzar un “versus” en el Fan Page y las distintas redes sociales de este blog. Varias de las personas con las que conversé, me señalaron que el tema de la división en facciones por habilidades (Divergente) les pareció mucho más llamativo y original que el tema de la rebelión de los distritos (Los Juegos del Hambre). Así que arranquemos por ahí.

Para comenzar, señores, han de saber, que ninguna de ellas inventó la pólvora.

Facciones de Divergente.

Si Los Juegos del Hambre es a 1984 (George Orwell), Divergente es a Un Mundo Feliz (Aldous Huxley). Así como Huxley dividió la sociedad en Alfas, Betas, Gamas y Epsilones -cada uno con determinadas características intelectuales, emocionales y físicas- en Divergente la ciudad está divida en “facciones” por habilidades. En Erudición se encuentran los inteligentes, dedicados a la investigación; en Verdad los sinceros, abocados a impartir justicia; en Osadía están los valientes, a quienes se encarga la seguridad ciudadana y las misiones militares; en Cordialidad están los pacíficos, dedicados a la cosecha; finalmente, en Abnegación están los altruistas, dedicados a la obra social así como a gobernar la nación (por su desprendimiento, se les considera los más adecuados).

Facción de Osadía.

Para esto, nos encontramos en un futuro postapocalíptico. Se habla de un gran guerra, tras lo cual se decidió que dividir a la gente en facciones, era la mejor manera de erradicar los conflictos.

¿Cómo se decide a qué facción perteneces? Cumplidos los 16 años, debes pasar una serie de pruebas que indican en cuál encajarías mejor. Finalmente, tú eliges una. En caso de que optes por una facción distinta a la de tus familiares, debes alejarte de ellos para siempre.

La "prueba"

 Beatrice “Tris” Prior tiene 16 años. Ella y su hermano Caleb, unos meses mayor, nacieron en la facción de Abnegación y están a punto de dar la prueba. Como resultado final, Caleb opta por Erudición, mientras que Tris va a Osadía. Sin embargo, ella guarda un secreto: es “divergente”, vale decir, que tiene cualidades de más de una facción (en su caso, de tres: Abnegación, Erudición y Osadía); ello le da la facultad de cuestionar las cosas, lo cual es visto como una amenaza. Ella debe ocultar su situación para no resultar muerta.

Tris y su superior Cuatro, en la facción de Osadía.

Al mismo tiempo que Tris hace lo posible por sobrevivir al duro entrenamiento de osados sin ser descubierta, un complot se está cocinando. La facción de Erudición quiere derrocar a Abnegación, culpándole de estar ocultando divergentes debido a su impulso caritativo (entendido como falta de carácter). 

Hasta ahí, la cosa es muy interesante. El universo se nos presenta como una versión más sencilla del ya mencionado Un Mundo Feliz. También, como en dicha novela, la persona distinta es una amenaza (en el caso de Divergente, el divergente; en el caso de la novela de Huxley, el “salvaje”, ese hombre apartado de la ciudad y de su clasificación). Sin embargo, por hallarse dirigida a un público joven, Divergente le mete más acción a la trama, y nos coloca frente a una protagonista adolescente -por supuesto- con drama amoroso bajo el brazo (misma fórmula de Los Juegos del Hambre, y de otras sagas juveniles como Harry Potter y Crepúsculo).

El duro entrenamiento de Osadía.

En cuanto al tratamiento estético, la cosa sigue por buen camino. No faltan los planos aéreos donde vemos a la protagonista deslizándose por una cuerda entre edificios, los movimientos de cámara siguiendo los combates cuerpo a cuerpo, o hasta una simulación de campaña militar (que nos recuerda bastante al paintball o al laser quest). La construcción de escenarios está bien lograda en general, y el manejo del color es bastante atractivo. Sin embargo -valgan las comparaciones-, los ambientes y atuendos de los personajes no me parecieron tan vistosos como los de Los Juegos del Hambre. Creo que esta última le saca puntos por su manejo visual barroco, retrofuturista, que a pesar de hallarnos en el futuro, nos recuerda muchas veces al estilo visual del Imperio Romano. Divergente nos presenta un estilo mucho más acorde con la moda actual y, por lo mismo, menos impresionante. Aun así, siendo justos, no deja de jalar el ojo.

Escenario de Divergente

Por otra parte, y haciendo contrapeso, Divergente tiene bastantes puntos flacos que, personalmente, le quitan mucho peso a la película.

Si bien el filme aplica la exitosa fórmula de: fantasía/ciencia ficción+ romance + aventura, el desarrollo de la misma es fundamental para que la torre no se derrumbe. Personalmente, me disgustó bastante sentir que me hallaba ante una “película para quinceañeras”; o sea, que al igual que Crepúsculo (aunque no en la misma y descarada medida), se me intentaba vender situaciones edulcoradas y un par de caras y cuerpos bonitos (por supuesto, con toma del galán semicalato incluida). Ya sabemos que en las tramas juveniles el romance es común, y que los protagonistas no son, ni simples mortales (con wata chelera) ni mucho menos parientes de Cuasimodo; pero igual pienso que hay que saber manejar esos temas de forma equilibrada, para no caer en patetismos.

Quatro y Tris (Divergente)

Ya que se suele comparar Divergente con Los Juegos del Hambre, quisiera señalar por ejemplo que en Los Juegos del Hambre el tema romántico está mejor matizado: tenemos a una protagonista que en verdad no siente -por lo menos al principio-, pero que se siente forzada a sentir de acuerdo a las circunstancias, porque todo es parte de un show del cual depende su vida. La protagonista de Divergente, en caso contrario, es una cenicienta enamorada de su príncipe, aunque casi no sepa nada de su vida, y éste se halle a punto de arrancarle los sesos. Un romance bien sencillo y “de cole” (el amor hasta las últimas consecuencias), mientras que, el de Los Juegos del Hambre, es mucho resulta más complejo, confuso, y por lo mismo, verosímil. A esto hay que añadir, además, Los Juegos del Hambre cuenta -en general- con mejores actuaciones (en Divergente hay que rescatar a Kate Winslet) y una banda sonora más acorde con las escenas. El soundtrack de esta saga incluye temas de Coldplay y Arcade Fire, mientras que Divergente utiliza temas pop bastante cursilones que recuerdan al estilacho de Selena Gomez o a Demi Lovato… (*no comments*).

Kate Winslet interpreta a Jeanine Mathews, líder de Erudición.
Por último, regresando al tema de originalidad, ya hemos dicho que ninguna de estas sagas descubrió América. Los Juegos del Hambre tiene cosas de George Orwell (de 1984), del circo romano y de la novela japonesa Battle Royale, mientras que Divergente retoma elementos de Huxley.  Sin embargo me atrevo a decir que Los Juegos del Hambre tiene el plus de sazonar su trama con temas actuales, como la televisión basura, los realities, la publicidad, la espectacularización del yo, etc., mientras que Divergente se queda en presentar una versión más digerible de Un Mundo Feliz.





*Para ir al post sobre Los Juegos del Hambre, da click aquí.