Por: Alexiel Vidam
Hoy vi Cada Viernes Sangre (2011), de
Fernando Montenegro. La verdad, es que no tenía pensado arrancar mi maratón
de pelas con una película peruana, ni mucho menos independiente. Considero que
para el cine independiente hay que tener una predisposición especial, y después
de muchas desveladas, yo no andaba con tantas ganas de forzar mis neuronas. Sin
embargo, casi de casualidad (luego de probar varios discos rayados), me atreví
a colocar Cada Viernes Sangre en mi DVD. No me arrepiento en lo
absoluto. Hacía tiempo que no me entusiasmaba tanto con una película nacional…
De hecho hacía tiempo que no experimentaba esa emoción particular que pruebas
cuando descubres algo diferente.
Que Fernando
Montenegro es atrevido, eso ya lo sabía. En Entonces Ruth, su siguiente película (que yo tuve oportunidad de
observar antes que ésta), ya había notado la osadía del director, al experimentar con un género como la ciencia ficción, tan poco popular en nuestro
país debido al alto presupuesto que normalmente demanda. Montenegro le “sacó la
vuelta” a la regla. Con poco presupuesto, nos presentó un filme futurista y
distópico, que, por el contrario de lo que sucede con el cine comercial de este
tipo, nos presentaba una mirada abstracta,
psicológica y surrealista; una mirada que, de paso, se arriesga a introducir el ingrediente limeño a la fórmula.
En Cada Viernes Sangre, sucede algo similar, sólo que aquí nos acercamos al cine negro clásico
y al comic underground. Pude encontrar -lo cual me causó mucha emoción-
varias escenas que recordaban a Sin City,
sobre todo aquella en que la ladrona sadomasoquista va al volante y observamos
sus ojos en el retrovisor. El espejo se muestra en escala de grises, y la vista
a través de la luna del auto, completamente enrojecida; de un rojo vivo,
además, eufórico, que recuerda permanentemente a la proximidad de la sangre.
Sus ojos, en tonos plomizos, revelan su naturaleza oscura, su melancolía y su
desencanto-. Caso similar ocurre en la escena similar en la que ella conduce
nuevamente, pero esta vez la calle se observa en tonos pasteles encendidos;
casi molestan la vista, es el fastidio
de un personaje estancado en una realidad chirriante.
Ella, Denise (Claudia
Burga), tiene una relación mórbida y simbiótica con Chris Cayo (Fernando
Montengro), un criminal de carácter bastante particular. Su forma de
vestir, rasgos físicos y modo de hablar revelan a quien no ha tenido
necesidades. Ni él ni ella parecen haber pasado hambre, pero disfrutan del
asalto y la muerte; les une la atracción por lo ilícito y una necesidad por
parte de uno y otro de dar y recibir dolor. Chris es un sujeto excéntrico; posee una extraña sensibilidad que le
impide matar a alguien cercano que le estorbe, pero no enviar a otros a matarle.
Otra particularidad suya es la afición a
salir enmascarado para hacer su “tarea”…
pero no con cualquier pasamontañas -como normalmente esperaríamos-, sino con
una máscara bastante llamativa, que recuerda mucho a la de Tom Cruise en Ojos Bien Cerrados (de Stanley Kubrick).
Cada Viernes de Sangre VS. Ojos Bien Cerrados |
Y a propósito de Kubrick, hay otro personaje de Cada
Viernes de Sangre en el que sentí un ligero guiño. Me refiero al
personaje de Darío Abad, el “Señor Del
Río” (“por favor, llámame Coco”), en cuya interpretación encontré ciertas
similitudes con la de Peter Selles en Lolita,
o en su rol de Dr. Strangelove. Este sujeto es un maniático sexual con una
actitud bastante patética y perturbadora. Es gerente de una empresa mediocre que
se convierte en blanco de los dos delincuentes y sus aliados (“Rulo”
-Roberto Cuba-, Aiko -Jane Yogi- y “Verona” -Ysela Castañeda-).
Darío Abad como el Sr. Del Río |
Pero no se confundan. No se trata de una película cuyo éxito
se base en las referencias. Para nada. De hecho, Fernando rompe completamente con el esquema clásico que imponen los
géneros. Si bien esta película cuenta con ambientes de cine negro (tal y
como Entonces Ruth -con todos sus
experimentos- de algún modo entra en la ciencia ficción), su forma de narrar, subjetiva y metafórica, así como el juego audaz de
lentes, ángulos y filtros, nos colocan frente a un filme que exige más atención e interpretación de los recursos. La combinación de grandes angulares
(lentes que alargan las distancias y redondean los objetos), ángulos
contrapicados (ángulos de abajo hacia arriba) y oblicuos (en diagonal), muestra
una imagen distorsionada que provoca claustrofobia y mareo, que nos ubica en la
mirada subjetiva de un loco.
Inclinación "aberrante"o ángulo oblicuo muestra "mirada de loco". |
Otro recurso interesante, es el de ensuciar el lente. A través de ello, se transmite la visión de una
ciudad mórbida, sucia, embarrada. Esto último también se refleja en forma
de utilizar el sonido en secuencias
específicas; en ellas la nitidez del
diálogo se ve interrumpida por los ruidos del exterior.
Lente gran angular distorsiona la imagen |
La música es otro de
los platos fuertes. Como siempre, Montenegro buscando los temas precisos
para completar la atmósfera de sus escenas y conectarnos con el mundo interior
de sus personajes. En este caso, ha recurrido a sonidos del rock subterráneo nacional. Letras de seres desgarrados,
melancólicos y callejeros; letras de marginales que calzan perfectamente con el
perfil de cualquiera de los protagonistas. De todo el soundtrack, destaco
dos temas que me gustaron en especial: El
Amante, de Moldes, el cual está claramente asociado con el personaje de
Denise, y Cuasimodo Apasionado, de Se
Busca, ligado, aunque con menos estrechez, al personaje de Chris. Estos dos
temas, fueron los que más me conectaron emocionalmente con la historia, y los
que, desde mi punto de vista, suenan mejor.
Sólo para cerrar, quisiera añadir que esta película obtuvo el reconocimiento a la mejor película peruana del
2011, otorgado por la revista Godard!,
y que actualmente Fernando Montenegro se encuentra entre los más destacados
realizadores de la movida independiente limeña.
Guión: Fernando Montenegro
Productor general: Roberto Cuba
Fotografía: Fernando Montenegro, Roberto Cuba
Reparto: Claudia Burga, Fernando
Montenegro, Darío Abad, Ysela Castañeda, Pamela Lloclla, Roberto Cuba, Natalia Montoya, Markko Cruz, Boris Vizcarra, Jane Yogi,
Kike Saco Vértiz, José Medina
Música: Se Busca, Moldes, La Secreta
Productora: Perromostro Producciones
Año: 2011
País: Perú
Género: Cine negro, cine experimental
Duración: 60 minutos
Creo que es es el mejor trabajo de Montenegro ,Cada viernes sangre...Llegué a verla ya hace un buen tiempo en su estreno;pero el artificio escénico no me hizo entrar al clima del cine noir,quizá esa economía dela puesta en escena neutralizaba esa atmósfera tan clásica,y sobre todo simbólica del cine negro ...por lo demás, Entonces ruth, me pareció mas un pastiche ,con mucho guiños cinéfilos y que se dedica a recitar a Sartre, telegrafiando el valor expresivo de la cinta..
ResponderEliminarUn amante del cine.