Acabo de ver Moonlight por segunda vez (suelo ver las pelis mínimo dos veces antes de escribir sobre ellas) y debo admitir que me ha gustado más que la primera. Tal vez tenía demasiada expectativa en un principio, y es que me emocioné de encontrar una película LGBTI nominada al Oscar a Mejor Película, cuando anteriormente Carol -una de mis favoritas- había sido choteada en dicha categoría. Hay que ser justos: Moonlight no era lo que yo esperaba, pero es un gran film. Sé que suena contradictorio, pero es que al evaluar una obra de arte, uno nunca totalmente absento de su propia subjetividad, y si bien yo no logré conectar íntimamente con los personajes de Moonlight, cuenta con una serie de elementos que me hacen apreciarla y admirarla.
Hablemos de ambas cosas.
Para comenzar, la historia va sobre Chiron, un muchacho afroamericano al que observamos desde la infancia hasta la adultez (por lo mismo, es interpretado por tres actores: Alex R. Hibbert, Ashton Sanders y Trevante Rhodes). Él vive en un barrio de bajos recursos y sufre constantemente de bullying y de los arranques de su madre drogadicta. Su único amigo es Kevin (interpretado por Jaden Piner -niño-, Jharrel Jerome -adolescente- y André Holland -adulto-), quien es capaz de descifrar las pocas palabras que pronuncia Chiron. Ambos muchachos crecen en un entorno torcido y violento, donde es necesario ser “malo y fuerte” para sobrevivir. Esto resulta bastante difícil para un chiquillo frágil y retraído como Chiron, quien además busca ocultar -inútilmente- su orientación homosexual.
¿Por qué me parece que Moonlight es una buena película y digna de su nominación?
Porque sus personajes son muy humanos y redondos. No existen los “buenos-buenos” ni los “malos-malos”; son personas llenas de agujeros y cicatrices, que se pierden en el mal camino y tocan fondo debido a todos los fantasmas que les persiguen. Porque los actores saben expresar muy bien los tormentos y las emociones de sus caracteres. Porque la música cae precisa en los momentos de tensión, así como el juego de miradas. Porque la desaturación del color nos traslada a un ambiente depresivo y sucio, y -lo más importante- porque se pone sobre la mesa una serie de problemas sociales que siempre es bueno tener presentes para poder resolver.
¿Los momentos más memorables? Me quedo con dos: (*ATENCIÓN A SPOILER*) Cuando Chiron explota y revienta una silla en la cabeza de uno de sus acosadores, y cuando Chiron -años más tarde- enfrenta a su madre en el centro de rehabilitación (*FIN DEL SPOILER*). Estos instantes concentran el máximo dramatismo contenido durante el resto de la película.
Por otra parte, ¿por qué Moonlight no llenó del todo mis expectativas? Porque, a pesar de las excelentes actuaciones, sentí que el drama del protagonista era un poco forzado. Que, al querer abordar tantos problemas al mismo tiempo -racismo, homofobia, adicciones, bullying-, no se abordaba ninguno a profundidad. Chiron es blanco de burlas debido a sus formas delicadas y falta de carácter; esto es asociado por sus compañeros a su homosexualidad; sin embargo, la falta de autoestima de Chiron corresponde a un hogar disfuncional y un ambiente malogrado, donde hasta los pocos que le tratan bien se encuentran perdidos.
Cabe señalar que, tantos ingredientes negativos en un sólo personaje, podrían transmitir al público la estereotipada idea de que “el niño era gay porque su madre y los chicos de su edad lo maltrataban, y porque se formó en un ambiente mórbido”. Personalmente, creo que ya hay demasiadas historias sobre negros delincuentes y sobre homosexuales malogrados, y que si bien su argumento es interesante, su fondo no hace más que asentar ideas típicas y perjudiciales hacia las minorías raciales y sexuales. A su vez, el hecho de que Chiron fuese un “marginado entre marginados de una zona marginal” le vuelve un personaje que -aunque pudiese ser real- resulta poco verosímil para el homosexual de vida común y silvestre, que busca en estas películas -entre otras cuestiones- alguna identificación.
Ficha técnica Dirección:Barry Jenkins Producción:Adele Romanski, Dede Gardner, Jeremy Kleiner Idea original: Tarell Alvin McCraney (de su obra In Moonlight Black Boys Look Blue) Guión: Barry Jenkins Música:Nicholas Britell Fotografía: James Laxton Montaje: Nat Sanders, Joi McMillon Reparto:Trevante Rhodes, André Holland, Janelle Monáe, Ashton Sanders, Jharrel Jerome, Naomie Harris, Mahershala Ali, Ashton Sanders, Alex R. Hibbert País: Estados Unidos Idioma: Inglés Año: 2016 Género:Drama, cine LGBTI Duración: 111 minutos
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