Por: Octavio Valdez
Tengo que
confesar que, cuando supe que se lanzaría una secuela de la clásica BladeRunner de Ridley Scott (1982), mi
primera reacción fue de escepticismo. Nos sobran ejemplos de secuelas
malas… más aún, cuando hay un cambio de director; por fortuna, nos encontramos
ante una muy honrosa excepción. Blade Runner 2049, dirigida por Denis
Villaneuve, presenta una cinta que se nutre de su predecesora y la expande sin
dejar de ser un filme que se sostiene por sí mismo, y cuyo disfrute no está
obligado a ver la cinta anterior.
Nos propone una historia concisa, personajes interesantes y un apartado visual espectacular donde el aspecto artístico no está subyugado a crear impresiones basadas en un escándalo visual frenético, sino en paisajes de contemplación y reflexión. Lo paradójico… es que si algo iguala la calidad de esta cinta, es su rotundo fracaso en taquilla (algo que, por cierto, también le ocurrió a su antecesora).
Nos propone una historia concisa, personajes interesantes y un apartado visual espectacular donde el aspecto artístico no está subyugado a crear impresiones basadas en un escándalo visual frenético, sino en paisajes de contemplación y reflexión. Lo paradójico… es que si algo iguala la calidad de esta cinta, es su rotundo fracaso en taquilla (algo que, por cierto, también le ocurrió a su antecesora).
Blade Runner (1982) |
El agente K, interpretado por Bryan Gosling |
Aquí es
donde es necesario aclarar que Blade Runner 2049 no es una historia de
ciencia ficción caracterizada por muchas escenas de acción; es más una historia de reflexión y contemplación,
lo cual puede hacer parecer el ritmo de la historia algo lento en ocasiones
(esto es adrede; la idea es ir descubriendo este mundo decadente y ver el
efecto sobre sus personajes). Este aspecto fue el que más me gustó, dado que
estamos rodeados de filmes de filmes de este género que al parecer ya volvieron
una necesidad tener una escena de acción y explosiones por doquier.
Si bien aquí hay momentos de enfrentamiento físico, estos se resuelven de forma inmediata y más sutil. Como película de misterio, creo que su mayor triunfo es jugar con las expectativas del público y no dejar de mostrar sorpresas y bien armados giros argumentales. Cada uno de estos giros incrementa la curiosidad y reflexión del espectador. Sin querer ahondar más para evitar el spoiler, quiero remarcar en que la historia es el elemento más importante y resaltante de esta cinta.
Si bien aquí hay momentos de enfrentamiento físico, estos se resuelven de forma inmediata y más sutil. Como película de misterio, creo que su mayor triunfo es jugar con las expectativas del público y no dejar de mostrar sorpresas y bien armados giros argumentales. Cada uno de estos giros incrementa la curiosidad y reflexión del espectador. Sin querer ahondar más para evitar el spoiler, quiero remarcar en que la historia es el elemento más importante y resaltante de esta cinta.
Con
respecto a sus personajes y actuaciones, Blade Runner 2049 se enfoca fuertemente
en los cuestionamientos existenciales del protagonista, lo cual demanda un
desempeño artístico considerable del actor. Ryan Gosling interpreta de
forma muy satisfactoria al agente K, cuya travesía y cambios emocionales a
medida que es afectado por la información que desentierra son perfectamente plasmados.
Adicionalmente, las actuaciones como la de Ana de Armas como el holograma Joi y la del propio Harrison Ford, complementan de forma positiva la actuación protagónica, contribuyendo con interacciones dentro de una lógica verosímil y participando en el desarrollo de nuestro personaje principal.
Por otra parte, el personaje menos logrado –a mi parecer- es Niander Wallace (Jared Leto), el actual magnate que dirige la fabricación de replicantes. Si bien Leto interpreta correctamente la actitud megalómana de un genio con la capacidad de casi replicar vida humana de forma artificial, motivaciones de mayor profundidad no pueden discernirse de los diálogos proporcionados por el personaje (lo cual vendría a ser un punto débil en el guión realmente).
Adicionalmente, las actuaciones como la de Ana de Armas como el holograma Joi y la del propio Harrison Ford, complementan de forma positiva la actuación protagónica, contribuyendo con interacciones dentro de una lógica verosímil y participando en el desarrollo de nuestro personaje principal.
Por otra parte, el personaje menos logrado –a mi parecer- es Niander Wallace (Jared Leto), el actual magnate que dirige la fabricación de replicantes. Si bien Leto interpreta correctamente la actitud megalómana de un genio con la capacidad de casi replicar vida humana de forma artificial, motivaciones de mayor profundidad no pueden discernirse de los diálogos proporcionados por el personaje (lo cual vendría a ser un punto débil en el guión realmente).
Niander Wallace (Jared Leto) |
En cuanto a
los aspectos técnicos –elemento fundamental en este tipo de películas-, hay que resaltar la dirección de fotografía
de Roger Deakins, mediante escenas casi monocromáticas, nos pinta una visión tan
fascinante, como deprimente del futuro. Si Blade Runner en 1982 describía un mundo agonizante, su secuela nos
muestra un mundo prácticamente muerto,
donde abundan los grises, verde-azul muy oscuro y un naranja radioactivo.
Otro punto importante a destacar es la importancia del alto contenido de efectos visuales realizados con mecanismos prácticos y la escasez de escenas generadas por computadora; esto aporta al filme mayor realismo y ayuda a una mayor inmersión por parte del espectador (dato curioso: hay algunas escenas que no creerán que no fueron hechas con gráficos a computadora).
El componente de audio de esta película es increíble, Hans Zimmerman hace un trabajo impecable capturando el tono melancólico y tecnológico propuesto originalmente por Vangelis en 1982, pero sin dejar de crear una propuesta novedosa al mismo tiempo.
Otro punto importante a destacar es la importancia del alto contenido de efectos visuales realizados con mecanismos prácticos y la escasez de escenas generadas por computadora; esto aporta al filme mayor realismo y ayuda a una mayor inmersión por parte del espectador (dato curioso: hay algunas escenas que no creerán que no fueron hechas con gráficos a computadora).
El componente de audio de esta película es increíble, Hans Zimmerman hace un trabajo impecable capturando el tono melancólico y tecnológico propuesto originalmente por Vangelis en 1982, pero sin dejar de crear una propuesta novedosa al mismo tiempo.
Finalmente,
quisiera remarcar en que, desgraciadamente, y al igual que su predecesora, Blade
Runner 2049 está siendo un fracaso rotundo en taquilla; un caso discordante
en el que una buena película se ve afectada por gustos discordantes con el público
(quizás por poca familiaridad con la primera película, o por la mala costumbre
del cine netamente palomitero). Quiero invitarles a darse la oportunidad de ver
esta película –de marcado valor artístico- en las salas de cine; la experiencia
merece la pena.
Ficha técnica
Producción: Broderick Johnson, Andrew A. Kosove, Cynthia Yorkin, Bud Yorkin
Producción
ejecutiva: Ridley Scott, Tim Gamble, Frank Giustra, Yale Badick, Val Hill, Bill
Carraro
Guión: Hampton Fancher, Michael
Green
Idea
original: Hampton Fancher (basda en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?,
de Philip K. Dick)
Música: Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins
Montaje: Joe Walker
Reparto: Ryan Gosling, Harrison Ford, Robin Wright, Ana de Armas, Jared Leto
País: Estados Unidos
Año: 2017
Idioma: Inglés
Género: Ciencia ficción
Duración: 163 minutos
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