Por: Alexiel Vidam
Historia de un matrimonio, cuenta con uno de los inicios más bellos
e impactantes que he visto en el cine en los últimos años; con una
secuencia poética de imágenes que fluye dulcemente a través de las voces de sus protagonistas. Charlie (Adam Driver) dice
que lo que ama de Nicole (Scarlett Johansson), es que de verdad escucha, que es
muy buena bailando, que es una mamá que de verdad juega, que sabe cuándo
presionarle y cuándo dejarle tranquilo, que es competitiva.
Nicole dice que Charlie es imperturbable; no deja que nada se interponga en su camino. Que soporta todos sus cambios de ánimo y no la hace sentir mal por eso, que siempre llora en las películas, que es competitivo, que adora ser padre.
Nicole dice que Charlie es imperturbable; no deja que nada se interponga en su camino. Que soporta todos sus cambios de ánimo y no la hace sentir mal por eso, que siempre llora en las películas, que es competitivo, que adora ser padre.
Este inicio, que
parece el preámbulo de una historia romántica, está hecho para quebrarnos el
corazón. Lo que escuchamos no es ningún preámbulo; es más bien el cierre de una historia de amor. Charlie y Nicole se
encuentran frente a un psicólogo que les habla de la importancia de recordar
por qué se casaron, de modo que, en la medida que se distancien, recuerden el
cariño que sentían por la otra persona.
El psicólogo
desaparece por completo. Su imagen es reemplazada por la de dos asertivos e
inescrupulosos abogados. Aunque en un principio la pareja había decidido
separarse en buenos términos y sin intervención de terceros, pronto se siente
obligada a tomar abogados que vuelven suyo el conflicto y generan una guerra
entre las partes. El papel de estos
abogados es crucial, pues actúa como un ente manipulador que a ratos parece
llevar a los protagonistas cual si fuesen marionetas.
Nora (Laura Dern), la
abogada de Nicole, es una mujer que utiliza su astucia cual serpiente para
ganarse su simpatía en primera instancia; luego, para presentarse como agente
empoderador (identificado los deseos frustrados de Nicole), y finalmente, para reflejar sus propios demonios e
intensificar la pugna entre dos personajes que, en primer lugar, no deseaban
ninguna pugna.
Jay (Ray Liotta), el abogado de Charlie por su lado, aparece cuando este último se ve involucrado en una disputa legal —en contra de su voluntad— y se encuentra en peligro de perder la custodia de su hijo. Jay no tiene el grado de influencia sobre Charlie que tiene Nora sobre Nicole (de hecho, Charlie sabe que Jay es un “hijo de puta”), pero en la praxis actúa como su contraparte, pues no duda en soltar los golpes bajos que sean necesarios para ganar la contienda.
Jay (Ray Liotta), el abogado de Charlie por su lado, aparece cuando este último se ve involucrado en una disputa legal —en contra de su voluntad— y se encuentra en peligro de perder la custodia de su hijo. Jay no tiene el grado de influencia sobre Charlie que tiene Nora sobre Nicole (de hecho, Charlie sabe que Jay es un “hijo de puta”), pero en la praxis actúa como su contraparte, pues no duda en soltar los golpes bajos que sean necesarios para ganar la contienda.
En cuanto a los
protagonistas en sí, parecen víctimas de sus propias circunstancias. Es
evidente que Charlie y Nicole todavía guardan sentimientos el uno por el otro
(la propia Nicole se lo dice a su abogada: “no es tan sencillo como ya no estar
enamorados”); esto se observa en los pequeños detalles, como cuando Nicole se
ofrece a cortar el cabello de Charlie, cuando le amarra el zapato o lo llama
por teléfono para que solucione el problema de luz en su casa.
Charlie, además, se muestra desconcertado en varias etapas del proceso de divorcio, y se entiende que —quizás— había aceptado el asunto sin llegar a asimilarlo del todo. En el fondo, él considera a Nicole y a la familia de ella como su familia (más aún, tomando en cuenta que él se encuentra alejado de sus propios padres), y le cuesta dejar de actuar como si no lo fueran.
La escena en que se despiden cerrando el portón de la nueva casa de Nicole es desgarradora: observamos sus rostros afectados dividiéndose por esa enorme barrera corrediza.
Charlie, además, se muestra desconcertado en varias etapas del proceso de divorcio, y se entiende que —quizás— había aceptado el asunto sin llegar a asimilarlo del todo. En el fondo, él considera a Nicole y a la familia de ella como su familia (más aún, tomando en cuenta que él se encuentra alejado de sus propios padres), y le cuesta dejar de actuar como si no lo fueran.
La escena en que se despiden cerrando el portón de la nueva casa de Nicole es desgarradora: observamos sus rostros afectados dividiéndose por esa enorme barrera corrediza.
El enfoque de la
historia cambia de un personaje al otro: comprendemos las motivaciones que
llevan a Nicole a marcar el fin de la relación y a buscar reiniciar su vida con
mayor independencia; sin embargo, la posición de Charlie también genera
empatía. Se trata de un hombre que se siente desconcertado y confundido; que no
acaba de entender bien en qué momento se malogró todo, y que se siente
presionado y amenazado.
Charlie, se ve obligado a trasladarse continuamente de Nueva York —donde trabaja— a Los Ángeles, adonde se ha trasladado Nicole junto a Henry (Azhy Robertson), el hijo de ambos. Debe manejar el proceso de divorcio a la vez que intenta aprovechar el poco tiempo que tiene con Henry, y dirigir su compañía de teatro a larga distancia.
Charlie, se ve obligado a trasladarse continuamente de Nueva York —donde trabaja— a Los Ángeles, adonde se ha trasladado Nicole junto a Henry (Azhy Robertson), el hijo de ambos. Debe manejar el proceso de divorcio a la vez que intenta aprovechar el poco tiempo que tiene con Henry, y dirigir su compañía de teatro a larga distancia.
Saliendo un poco del argumento, debemos decir, que tan buena construcción de personajes, no se
hubiese concretado en pantalla de no ser por el desempeño de los actores. Adam Driver y Scarlett Johasson son de lo más conmovedores. Es imposible no
comprender el dolor de cada uno a través de sus gestos e incluso simples
miradas.
La escena mejor lograda a nivel actoral, es, sin duda, una de las más cargadas a nivel dramático; cuando ambos personajes estallan dolidos y desesperados por lo tensa que se ha vuelto la situación. En cuanto a papeles secundarios, Laura Dern tiene muy bien merecido el Oscar a mejor actriz de reparto, por su precisa interpretación de Nora, la venenosa abogada de Nicole.
La escena mejor lograda a nivel actoral, es, sin duda, una de las más cargadas a nivel dramático; cuando ambos personajes estallan dolidos y desesperados por lo tensa que se ha vuelto la situación. En cuanto a papeles secundarios, Laura Dern tiene muy bien merecido el Oscar a mejor actriz de reparto, por su precisa interpretación de Nora, la venenosa abogada de Nicole.
Otros puntos que me
gustaron mucho fueron la fotografía y la elección de las tomas. Algunas de
ellas son muy potentes, especialmente cuando se busca plasmar un sentimiento
profundo y ambivalente. En cuanto a la fotografía, destacan los colores cálidos, tirando a naranja, lo cual
genera cercanía y conexión con los personajes a pesar de las circunstancias complicadas.
Me gustó bastante también el juego de iluminación en la parte del inicio, con tonos de color algo desteñidos pintando las imágenes con las que Charlie y Nicole recuerdan lo mejor el uno del otro. Estos colores crean una atmósfera de ensoñación, de sentimiento idílico pero, al mismo tiempo, que ya no es parte de la realidad.
Me gustó bastante también el juego de iluminación en la parte del inicio, con tonos de color algo desteñidos pintando las imágenes con las que Charlie y Nicole recuerdan lo mejor el uno del otro. Estos colores crean una atmósfera de ensoñación, de sentimiento idílico pero, al mismo tiempo, que ya no es parte de la realidad.
En líneas generales esta
película me pareció hermosa y brutalmente emotiva. Con momentos de
intensidad muy bien logrados y un final emocionante
que puede arrancarnos unas cuantas lágrimas.
Ficha técnica
Dirección: Noah Baumbach
Producción: David Heyman
Guion: Noah Baumbach
Música: Randy Newman
Fotografía: Robbie Ryan
Montaje: Jennifer Lame
Protagonistas: Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Ray Liotta
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 2019
Género: Drama
Duración: 136 minutos
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