domingo, 28 de octubre de 2012

Ciencia ficción de culto


Esfera: Un viaje a través de las pesadillas


Por: Efraím Suarez

Esfera (Sphere), basada en la novela homónima de Michael Crichton, pese a su desastrosa crítica y su baja recaudación, se ha convertido en una de esas pequeñas joyas de la ciencia ficción; sin llegar a tener unas aspiraciones de tintes épicos o asombrosos efectos especiales (véase cualquier película o saga sobre el tema del primer contacto), es capaz de introducirnos en un impactante mundo donde nada es lo que parece y el concepto de vida exterior se nos plantea de un modo más racional y comedido. Barry Levison, director de obras de tanto renombre (y algunas muy queridas para mí) como Young Sherlock Holmes (1985), Good Morning Vietnam (1987), Rain Man (1988), Disclosure (1994) o Sleepers (1996), nos transporta a un universo asfixiante y opresivo, que va minando la integridad de los protagonistas a medida que va desvelando poco a poco (aunque sin llegar a darnos una respuesta concisa), acerca de qué es la Esfera.


El reparto, que apenas cuenta con doce personas en su haber, está encabezado por un trío de lujo: Dustin Hoffman, Sharon Stone y Samuel L. Jackson.


Un viaje a las profundidades


¿Qué ocurriría si bajo una montaña de coral en mitad del Pacífico, se encontrara una gigantesca estructura artificial? ¿Y si dicha estructura no hubiese sido construida allí, sino que se hubiese estrellado en aquel lugar hace cerca de trescientos años? ¿Y si su origen fuera extraterrestre? Esa son las preguntas de las que parte la película y a las que el Dr. Goodman (Dustin Hoffman) tiene que enfrentarse debido a un entregado al gobierno estadounidense, cuyo fin es el de tratar con un posible primer contacto alienígena. Dicho informe, no sólo lo llevará a él, psicólogo, hasta el fondo del océano, sino que también arrastrará consigo a Beth (Sharon Stone), una bióloga, a Harry (Samuel L. Jackson), un matemático, y a Ted (Liev Schreiber), un astrofísico. Pero, ¿y si no hiciera falta un equipo de primer contacto porque la nave es americana?

Esa es la primera sorpresa que les dispensará aquella misteriosa nave, una sorpresa que pierde lustre al descubrir el motivo por el que fue construida: traer de vuelta la esfera, un gigantesco orbe de metal líquido que no parece poseer entrada alguna y cuyo origen parece ser extraterrestre.

Es a partir de la aparición de la esfera cuando la película realmente empieza; cuando lo opresivo del lugar comienza a hacer mella en la psique de los presentes y el claustrofóbico hábitat en el que se ven obligados a convivir hacen que los miedos se vuelvan más patentes y ciertos. Ataques de medusas y serpientes marinas... calamares gigantes y una constante e incomprensible paranoia que parece saturar el lugar, se mezclan en una vorágine de sucesos inexplicables.

Un trhiller que angustia por lo asfixiante del ambiente en que se desarrolla, el cual emula un viaje a través de las pesadillas y los miedos que gobiernan nuestras vidas y que no somos capaces de controlar.


Los fallos y puntos a favor

El propio Dustin Hoffman admitió que la película no es todo lo que podría haber sido, que les faltó un tiempo precioso para conseguir plasmar todo lo que Crichton había conseguido con su obra. Eso hizo que las críticas se resintieran, sobre todo aquellas de los amantes de la obra del escritor, que encontraron en el film un insulso remedo del libro. Aun así, pese a la poca aceptación del público en general y a la pésica recaudación, con el paso del tiempo la película se ha ido convirtiendo en un pequeño clásico a tener en cuenta dentro del género de la ciencia ficción que si bien no es todo lo clara o magnífica que podría haber sido, sí que es interesante y compleja y no se hace pesada pese a sus más de dos horas de duración.

El final, tan extraño como “descolocante”, te obliga a pensar en un ¿esto es todo? Pero poco a poco, te vas dando cuenta de que ese acto cierra un círculo que mantiene, no sólo la integridad de la película, sino también la del tiempo mismo.


Ficha técnica:

Año: 1998
País: Estados Unidos
Director: Barry Levinson
Guión: Stephen Hauser, Paul Attanasio
Productora: Warner Bross Pictures
Género: Ciencia ficción, drama psicológico, suspenso


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