viernes, 13 de mayo de 2016

Conversando con el Deadpool peruano




Brayan Adán Dante Saenz Quispe es el Deadpool peruano. Últimamente le hemos visto posereando entre las páginas de la revista Somos; también tuvimos el honor de tenerle como co-presentador en Cinemafic y en la obra benéfica Cinematosis Navideño 2015. En la vida real, Brayan es un joven de 22 años que trabaja como técnico informático, pero sueña con desarrollarse como diseñador gráfico y cosplayer profesional. Lo que pocos conocen de él, es que también es un superhéroe de medio tiempo. Al igual que el Deadpool original, Brayan tiene su particular estilo de impartir justicia, y aprovecha su personaje para dar rienda suelta a su disparatado sentido del humor.

¿Cómo empezaste en el mundo del Cosplay?

Hace 3 años. A mí siempre me ha gustado el anime, el manga, las películas sobre cómic. En ese entonces había visto una película que se llama Watchmen; me encantó la trama. Me encantó más que nada el personaje de Rosrchach porque es bien tétrico. Entonces un día veo en face que hay un evento llamado Lima Comics, y me dije “voy a hacer de Rosrchach”. Yo en ese entonces no sabía mucho de cosplay; no tenía telas, no sabía coser ni nada. Pero tenía unos zapatos parecidos, tenía el pantalón… La gabardina que usa él la busqué entre la ropa de mi mamá. Ella tenía una que estaba guardada hace tiempo, y me dije “ah, yo la uso”. Luego empecé a buscar un sombrero igualito. Me fijé en todos los detalles, hasta en el botón abierto del hombro del personaje. Mi papá incluso acababa de comprar unos guantes de cuero para el frío y le pedí que me los preste. La máscara la improvisé con la manga de un polo blanco; la corté, y me la puse en la cabeza así de frente; pinté en mi cara la sombra negra que tiene Rorschach y luego cosí la parte de la cabeza. Cuando llegué al lugar, no sentí roche. Me gustó porque la gente se acercaba y me decía “foto, foto”, y yo hacía todas las poses. Desde ahí me gustó el cosplay; interpretar al personaje, copiar su caminada, su forma de hablar, era una experiencia fascinante.

Con su primer cosplay.


¿Cómo se convierte Deadpool en tu personaje de cabecera?

Siempre me han gustado los comics y para ser franco siempre me ha encantado el Hombre Araña; desde la infancia, cuando veía el dibujo en Fox Kids y me la pasaba pegado. Pero en ese entonces había también un personaje llamado Masacre (Deadpool en la versión traducida), que había visto en un comic que me habían regalado. Me gustaba mucho porque se regeneraba y era todo irreverente. Empecé a averiguar sobre él y quise hacer su personaje, pero pensé que era difícil por el traje de licra; no sabía adónde mandarlo a hacer… y lo postergaba. Pero luego veo que va a salir la película Deadpool, y lo bueno de las películas recientes sobre cómics, es que los trajes son más reales; entonces es más fácil ser fiel al traje. Para esto, todos cuando me conocen me dicen “oye, tu personalidad se parece a la de él”, porque soy egocéntrico, un poco descontrolado, hago reír… Así que me fui a comprar una tela parecida según lo que había visto en los adelantos de la película. Mientras compraba la tela ya estaba pensando en qué iba a hacer, cómo iba a hablar, cómo iba a posar… Para esto, ya había visto bastantes fotos de él.


Curiosamente Deadpool también es fan de Spider-Man…

Claro, apenas lo supe dije “ya que soy fan de Spider-Man, voy a hacer a Deadpool que también es fan de Spider-Man”.


¿Qué es lo que más te gusta de Deadpool?

Su personalidad. Que no siempre está quieto, que a veces no dice cosas coherentes. Estás hablando de un tema serio y él está haciendo otra cosa, como que no le interesa. Muestra una chispa que da gracia. Además, me gusta que tenga su propia ley; por lo mismo que es un mercenario, suele matar por plata, pero si ve que alguien necesita ayuda, él ayuda; tiene su lado bueno. Pero él no quiere una liga de superhéroes, tiene su propia ley; es anti-reglas y justo yo también soy así. Algo que me encanta de hacer de él, es que ya tengo la personalidad, pero al ponerme el traje puedo multiplicarla por diez. Ser más egocéntrico, más chispa, más abierto; enfatizar mis actitudes.


Hace poco supimos también que le pegaste a un choro. Podríamos decir que en ese momento se te salió Deadpool… (Risas.)

Sí. Bueno, yo estaba por las Malvinas y había tipos que le estaban robando a un pata. Yo no lo conocía, parecía un estudiante. Yo estaba al frente de la pista, mirando cómo la gente pasaba y se iba de largo. Entonces yo dije, “si yo estoy acá y tengo la posibilidad de entrar, lo hago, porque necesita ayuda”. Fui hecho un loco, le metí una patada a un choro, porque encima eran dos, y no era justo. Entonces al que le estaban robando, se paró también y empezamos a pelear los dos. Uno de los choros me metió un rodillazo en el ojo izquierdo, pero no sentí nada en el momento, porque estaba con la adrenalina. Seguimos peleando. Uno de los choros se fue corriendo y el otro se quedó en el piso quejándose. Entonces recién pensé en que de repente venían más con armas y agarré al que le habían estado robando; lo jalé del brazo y le dije “vámonos”. Nos fuimos corriendo. Él me agradeció, me agarró la mano fuerte y me dijo “toma, te doy plata”, pero yo no le acepté. Le dije: “Yo lo he hecho porque pienso que tú también harías lo mismo y pienso que de repente más adelante puedes ayudar a otro que lo necesite”.


Te arriesgaste bastante…

Si, en ese momento no pensé en las consecuencias. La verdad es que siempre me han disgustado las injusticias.


Pero Deadpool a veces también apoya a los malos, ¿verdad? ¿Finalmente de qué lado está?

Deadpool siempre ha sido rebelde, pero después de todo el trauma que vivió, que le quemaron la cara y lo dejaron tipo Freddy Krueger, se volvió peor. En verdad es cierto que él mata por plata y a veces lo contratan los malos, pero él tiene su propio código; si le piden que mate un niño, él no lo mata; más bien le voltea la torta a los que lo contrataron. En verdad entender a Deadpool es difícil; improvisa en todo, es alocado, su forma de ser es descabellada. Por eso es difícil para los villanos hablar con él, o para el Profesor X entrar en su cabeza, porque la tiene hecha un laberinto. Aun así, en los últimos cómics que han salido ya se define para el lado de los buenos. Le cuesta, pero lo hace.


Según tú, ¿qué es lo que debe tener un verdadero intérprete de Deadpool?

Sus chistes negros. Y es lo más difícil de conseguir, en verdad… Si yo le digo algo a una persona sin el traje, se puede molestar… con el traje, lo puedo decir, pero como yo tengo una actitud más respetuosa y amable, no lo digo… Lo digo adaptado, como para niños, que no sean chistes tan pesados; evito los chistes raciales o muy sexuales, cosas que sí hace Deadpool. Hace poco, por ejemplo, yo tenía una presentación en el ICPNA, y había niños, entonces no podía soltar todos los chistes. Todos sabemos que Deadpool habla lisuras, saca el dedo medio, etc. Yo a Deadpool lo he adaptado un poco. Hay momentos además en los que Deadpool cae pesado; yo tengo que hacerlo más simpático para el público. Puedo ser bromista, hacer mis gestos sensuales –como él- mostrando las nalgas, abrazar tiernamente o hacer el signo de amor y paz. Puedo saltar, jugar, tirarme al suelo, peor ahí nomás. Ahora, yo creo que un verdadero Deadpool debe ser capaz de romper esa barrera.


Y exponerse a alguna paliza… (Risas). Con nosotros estuviste en Cinematosis Navideño y en la premiación de Cinemafic… ¿En qué otras actividades sueles participar?

Me gustan todos los eventos de comics, películas, anime. Cuando hay eventos de beneficencia también me gusta ayudar. Esa vez de Cinematosis Navideño también me encantó porque ayudé a los niños a ser felices. Me encanta esa expresión única que tienen los niños, que se emocionan y cuando les tocas la mano te miran con cara de “esta mano no me la lavo nunca”. Hubo otra experiencia de un evento de zombis en centro  cívico; yo estaba de Cíclope-zombi y había un niño y que le decía a su papá “¡Papá mira, un zombi, un zombi!” y yo me acerco y le toco la mano. Se mira la mano y me mira y se queda parado como cinco minutos; no se movía. Luego me abrazó y fue un abrazo súper sincero. Con esas cosas me doy cuenta de que el cosplay no es sólo fotos, sino que en la interpretación transmites también sentimientos únicos en la gente.




Podríamos decir que una de las cosas que más te llena es el contacto con la gente…

Claro, incluso antes de empezar con los trajes, desde que estaba en el colegio me gustaba hacer reír a las personas. Siempre me ha gustado que se sientan bien al lado mío, que sonrían, animarlos para que se sientan alegres y con energía. Cuando vi que el cosplay podía hacer eso pero multiplicado por diez, me encantó, me enganchó; iba con mi personalidad.


Como cosplayer, ¿cuáles son tus aspiraciones a futuro?

Yo tengo muchas ideas, soy una persona que sueña bastante. Si me vuelvo profesional y conocido en este mundo, me gustaría ayudar a personas que también quieren hacer cosplay; darles recomendaciones, motivarlos, asesorarlos. A veces los que recién empiezan piden consejos a personas equivocadas que les desaniman o incluso los discriminan. A mí me dicen “oye, qué genial tu traje, cómo lo haces”, y yo en lugar de cerrarme, los aconsejo para que lo hagan incluso mejor que yo. Además, tengo el sueño de viajar a diferentes países con mis trajes y representar al Perú en las distintas presentaciones; concursar o apoyar ahí como staff.

El chico bajo la máscara

¿Piensas que el cosplay puede tener alguna especie de aporte artístico, cultural o social?

Claro, tiene todo. Aparte de que cuando haces al personaje, actúas, interpretas. Uno se dedica; así como alguien que hace ballet prepara su cuerpo, sus pies, su agilidad. En cosplay es igual, te quedas de amanecida haciendo tu traje y te metes en tu cabeza al personaje que vas a interpretar; qué detalles qué gestos son los que importan de ese personaje. Incluso hay quienes hacen una mezcla de sonido y actúa en base a ello. Eso es un arte, prepararte para hacer algo que te gusta y saber que la gente lo vería también.


¿Cómo te preparas?

Viendo imágenes del personaje. Obviamente el personaje me tiene q gustar. Veo videos para ver cómo gestualiza, qué es lo q más hace, cuáles son sus frases comunes. A veces cuando estoy solo, hablo, me miro al espejo, veo qué gestos hago, cómo mover las manos.


¿Cuánto tiempo toma tu preparación?

Soy una persona bien expresiva al momento de hablar y actuar; no tengo pelos en la lengua, no me trabo, no me avergüenzo. Normalmente una semana y media, quince días… dependiendo del personaje. Obviamente, también, si el personaje me gusta, es porque ya lo conozco, pero para interpretarlo, tengo que ver más detalles: sus rasgos, su forma de hablar, su pose más conocida. En el caso de Deadpool, sería echado, en una pose sensual.


Por último, ¿qué harías si fueses Deadpool por un día?

Primero haría lo curioso: probaría si soy inmortal y ver hasta dónde puedo llegar. Probaría disparándome, acuchillándome, para ver si puedo seguir vivo. Según eso, iría a hacer justicia, a ayudar a los débiles, a los que me necesiten… Después, iría a la televisión peruana y acabaría con los que dicen mentiras, calumnian… o incluso iría hasta el Palacio de Gobierno y haría lo posible por evitar la corrupción.

Me imagino que al estilo de Deadpool… (Risas.)




*Para seguir más de cerca el trabajo de Brayan Saenz Quispe -el Deadpool peruano-, visita su fan page.

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