Por: Alexiel Vidam
Perturbadora, excitante, seductora… No veía algo tan equilibradamante oscuro y sensual desde que viese Luna de Hiel, cinco años atrás (una de mis películas favoritas, dicho sea de paso). Blue Velvet (Terciopelo Azul), de David Lynch, te envuelve con su atmósfera de misterio y te enrosca como una serpiente con su trepidante erotismo.
Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), es un joven en sus tempranos veintes, que ha regresado a la -aparentemente- pacífica localidad de Lumberton, para visitar a su padre, quien tuvo un repentino ataque mientras regaba su jardín. Por las casualidades del destino, a la salida del hospital, Jeffrey encuentra una oreja humana tirada en el gras; así que la pone en una bolsa y decide llevársela al detective Williams (desde aquí ya vamos notando los primeros rasgos perturbadores de la película, pues Jeffrey toma la oreja con desconcertante frialdad, mientras que lo común sería salir despavorido). El detective examina la oreja y le pide que por favor no cuente nada a nadie, y que se mantenga alejado del caso, pero como bien lo dice el refrán, “la curiosidad mató al gato”, y cuando Sandy -la hija del detective- le tienta con un poco de información, Jeffrey no puede resistirse. Sandy (Laura Dern) le cuenta ciertos detalles que le ha sacado a su padre sin que él lo sepa, y Jeffrey acaba metido entre un lío de gangsters y la escalofriante relación sadomasoquista entre una cantante (Dorothy Vallens, interpretada por Isabella Rossellini) y el capo de la mafia (Frank Booth, interpretado por Dennis Hopper).
El punto más fuerte de la película, es su manera de exponer la dualidad del mundo (por cierto, una de las frases más recurrentes entre los personajes es: It’s a strange world, que significa “es un mundo extraño”); así, por ejemplo, partimos de un barrio lleno de sonrisas y flores, pero pronto este mismo lugar “tranquilo” se convierte en el escenario de sanguinarios crímenes. Con los personajes sucede lo mismo: Jeffrey se ve como un chico noble, tranquilo, un poco frágil, pero a la vez es llevado por el morbo a un punto en que se vuelve un personaje osado. Dorothy, por su parte, es una mujer atormentada, asustada por la sórdida situación en que se ve metida, que a la vez demuestra cierta inclinación masoquista. Frank, es el personaje más inquietante y grotesco; un sujeto sádico al que le gusta alternar entre el rol de “papi” y el de “nene”, y que necesita un tanque de oxígeno cada vez que se excita demasiado. Sandy, finalmente, es pintada como “el hada buena” de la historia, pero tampoco ella se salva de esta dualidad, pues nunca olvidamos que es ella quien arrastra y acompaña a Jeffrey en su enloquecedora aventura.
Las actuaciones que más destacan, sin duda, son la de Dennis Hopper e Isabella Rossellini, quienes interpretan los roles más perturbadores y complejos. Es interesante cómo se desarrolla la relación de los dos, pues se trata de una sumisión clara, pero poco a poco somos testigos de cómo el personaje de Isabella entra en una suerte de psicosis -quizás- a modo de autodefensa. Es así como en el maltrato, esta triste mujer llega a encontrar una dosis de placer sexual. Al mismo tiempo, hay instantes en los que ella llega a tener “rol dominante” de su interrelación, pues “papi” se convierte en “el nene”, y ella es quien ejerce de “madre sexual”. Esta confusa y tormentosa situación genera a la vez otras consecuencias psicológicas en Dorothy, pues al encontrarse con Jeffrey por primera vez, ella empieza a comportarse con él con las mismas actitudes que “papi” emplea con ella.
Para esto, vale decir que Lynch es un genio del manejo audiovisual, pues no todo se demuestra en actuación. El director crea metáforas a partir de rasgos físicos de los propios actores, del vestuario, y sobre todo, por la oposición imágenes: un grito de dolor seguido por una boca roja y sonriente; un ruego de amor seguido por un deseo humillante; una frase protectora seguida por un golpe brutal… contrastes que complementan el cuadro de dualismo.
Una excelente opción para quienes buscan disfrutar del suspenso y de descubrir los espacios más oscuros del erotismo. No por nada fue la película que lanzó a su director al estrellato internacional, otorgándole una nominación -ese mismo año- a los Premios Oscar como Mejor Director, y al Globo de Oro por el Mejor Guión. Altamente recomendada.
Dirección: David Lynch
Producción: Fred C. Caruso
Guión: David Lynch
Música: Angelo Badalamenti
Fotografía: Frederick Elmes
Montaje: Duwayne Dunham
Reparto: Isabella Rossellini, Kyle MacLachlan, Dennis Hopper, Laura Dern
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 1986
Género: Misterio, drama, erotismo
Duración: 120 minutos
Producción: Fred C. Caruso
Guión: David Lynch
Música: Angelo Badalamenti
Fotografía: Frederick Elmes
Montaje: Duwayne Dunham
Reparto: Isabella Rossellini, Kyle MacLachlan, Dennis Hopper, Laura Dern
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 1986
Género: Misterio, drama, erotismo
Duración: 120 minutos
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