Por: Michelle Frydlewski
Este año hemos visto algo que muchos de nosotros pensamos
que nadie haría: ¡Revivieron al Grinch!
Alguien osó enfrentarse al Grinch de Jim Carrey y al terrorífico Grinch animado
de los 60’s. Me rehusaba en un inicio a ver esta nueva versión, pero me
ganó la curiosidad (y las ganas de hacer el post también).
Así que, después de verla, les dejo un par de comentarios sobre ambas películas. Sin hacer muchos spoiler (porque unos cuantos tiene que haber, ¿sino cómo les cuento?), les voy a hablar de ambas historias, personajes, las diferencias entre la animación y el live action y unos datos curiosos que descubrí indagando más sobre ambas películas. Sin más preámbulo para no aburrirlos, ahí va:
Así que, después de verla, les dejo un par de comentarios sobre ambas películas. Sin hacer muchos spoiler (porque unos cuantos tiene que haber, ¿sino cómo les cuento?), les voy a hablar de ambas historias, personajes, las diferencias entre la animación y el live action y unos datos curiosos que descubrí indagando más sobre ambas películas. Sin más preámbulo para no aburrirlos, ahí va:
Historia
Ambas historias se
basan en el libro de Dr. Seuss, aunque difieren en ciertos puntos: el Grinch de 2000 (interpretado por Jim
Carrey y dirigido por Ron Howard) decide robarse la Navidad porque ha sido
humillado por los Quién, particularmente por el alcalde; el Grinch de 2018 (interpretado por
Benedict Cumberbatch y dirigido por Yarrow Cheney y Scott Mosier ) decide
robarse la Navidad porque ya no aguanta los excesos que implica.
En el Grinch del
2000, hay mucho más humor para adultos de manera discreta. Por ejemplo, en
la escena en la que llegan las canastas con los bebés, un hombre llama a su
esposa emocionado, gritando que el bebé ya está ahí. Poco después, lo mira bien
y dice “Se parece a tu jefe”, sorprendido.
En la versión del
2000, la cueva del Grinch es un lugar bastante oscuro y lúgubre, mientras que
en la versión del 2000 vemos una cueva bastante más iluminada y acogedora que
la de Carrey. En la adaptación del 2000, el odio del Grinch de Jim Carrey a
la Navidad se ve acentuado por la humillación sufrida por los Quién en esas
fechas cuando niño. Así, decide exiliarse de los Quién en una montaña
abandonada al norte del pueblo.
En la adaptación del 2018, el Grinch de Benedict Cumberbatch
es un personaje más cínico, que “odia” la Navidad por la infancia que vivió en
un orfanato, al ser el único huérfano del pueblo quien observaba cómo los Quién compartían cariño
solo con sus familias y amigos, y no con desconocidos.
Este último Grinch es más social que el de Carrey, pues visita regularmente Villaquién para comprar comida, mientras que el anterior vivía de la basura que los Quién tiraban en su montaña. Ah, me olvidaba… ¿la sub-trama de Cindy Lou en la última versión? Innecesaria, podría no haber estado y la película no se hubiera visto afectada. Definitivamente, trama de relleno.
Este último Grinch es más social que el de Carrey, pues visita regularmente Villaquién para comprar comida, mientras que el anterior vivía de la basura que los Quién tiraban en su montaña. Ah, me olvidaba… ¿la sub-trama de Cindy Lou en la última versión? Innecesaria, podría no haber estado y la película no se hubiera visto afectada. Definitivamente, trama de relleno.
En cuanto a historia,
me quedo con la del Grinch de Carrey, ya que el cuento establece que nadie
sabe con certeza por qué el Grinch odia
la navidad. El Grinch de Cumberbatch,
sin embargo, tiene razones muy claras para “odiar” la navidad, aunque realmente
no la odie del todo y tenga una debilidad por ella: es más tristeza, nostalgia y envidia que un odio ferviente como el descrito
por Dr. Seuss.
De más está decir que la película del 2000 fue un live action, con actores reales que
sufrían por horas bajo los pinceles de los maquilladores, mientras que la del
2018 es completamente animada de manera digital. Me quedo con los actores reales, siento que añaden una carga de -valga
la redundancia- realidad a la historia que permite empatizar más con los
personajes, particularmente con nuestro querido Grinch.
Sin embargo, la
animación permite que veamos a dos nuevos personajes que nos sacan carcajadas:
Fred, el reno y una pequeña cabra. Un gran punto en contra para la
animación es que han fallado totalmente al personaje de Dr Seuss: un ser
horrendo, con dientes carcomidos por termitas y ojos rojos del odio, por un
peluche andante con dientes casi perfectos para vender más productos
relacionados a la película.
Por esto último principalmente, me quedo también con la del 2000. Es un pecado que el Grinch no sea un
hater de primer nivel. Pecado capital. A la hoguera. ¡Ahora!
El Grinch de
Cumberbatch, como dije antes, es un Grinch mucho más adaptado a los niños:
no odia injustificadamente las fiestas; es estéticamente dulce, casi como un
perro verde que camina en dos pies, y tiene muchas facetas muy humanas. Muy
lejos de lo planteado por Dr. Seuss y por
la adaptación de Ron Howard. El
Grinch de Carrey mantiene la fealdad descrita por Dr. Seuss, y también su odio
profundo a la Navidad.
Otra diferencia es la
corporalidad del personaje: Jim Carrey es un excelente actor de comedia,
particularmente de comedia física. Tal vez uno de los mejores de los 90’s y
00’s. Esto lleva a que su Grinch haga mucha comedia física, mientras que la animación digital, si bien lo permite,
no suele usar tanta de esta comedia porque a más posiciones diferentes, mayor
cantidad de cuadros animados, mayor presupuesto.
Otro problema con el
Grinch de Cumberbatch, como dije antes, es que no odia la Navidad. Así es: el
Grinch no odia la Navidad. Le tiene tirria, sí, pero no es odio. Es
nostalgia, es envidia, es tristeza por cómo vivió su infancia. El Grinch de Carrey era indiferente desde
niño, y su odio se descontrola cuando se ve humillado en estas fechas al
intentar hacer un regalo de Navidad. Este Grinch del 2018 es demasiado
soñador y hasta algo inocente para mi gusto, pero bueno, qué se hace. Ahora
quieren que sea para niños más pequeños.
Si bien en algunos
momentos este nuevo Grinch más fresco y menos amargado viene bien y causa
muchísima risa, me quedo de nuevo con el Grinch de Carrey. Mil y un veces,
por siempre y para siempre. Nadie
debería quitarnos a nuestro horrible, amargado y detestable Grinch.
**Datos curiosos**
Maquillaje de tortura
En el show de Graham Norton, Carrey reveló que el proceso de maquillaje era una “horrenda
tortura” de ocho horas y media. “Se sentía como que me enterraran vivo
todos los días”. Después del primer día casi renuncia, pero Ron Howard llamó a un entrenador de la CIA
que preparaba oficiales para aguantar tortura física.
“Eso y The Bee Gees fueron lo único que logró calmarme durante el proceso”, señaló Carrey, quien, por cierto, pasó 92 días en total maquillado como el Grinch. Vale decir que ninguna otra película ha tenido tantos personajes con tanto maquillaje y vestuario estrafalario desde El mago de Oz (1939).
“Eso y The Bee Gees fueron lo único que logró calmarme durante el proceso”, señaló Carrey, quien, por cierto, pasó 92 días en total maquillado como el Grinch. Vale decir que ninguna otra película ha tenido tantos personajes con tanto maquillaje y vestuario estrafalario desde El mago de Oz (1939).
La famosa línea “06:30 pm, cena conmigo, esa no la cancelaré” fue
improvisada por Jim Carrey durante las grabaciones. No fue éste el único aporte
del actor al guión: La escena en la que
el Grinch dirige a Max, su perro, antes de robar la Navidad, era realmente Jim
Carrey burlándose de Ron Howard, su director, al imitar su estilo de
dirección. Esto le pareció hilarante a Howard y decidió incluir la escena en el
corte final.
El narrador de la
película en inglés es Sir Anthony Hopkins (¡sí, nuestro querido Hannibal
Lecter, el caníbal!), y grabó toda la narración de la película en un solo día
(¡Memuerah!). Su equivalente en la
versión del 2018 es el cantante Pharrell Williams. La voz del Grinch, por
su parte, en el doblaje latino, es Eugenio Dérbez, también conocido por ser el
Burro de Shrek.
La producción de la
película quería que Benedict Cumberbatch hablara naturalmente, o sea, con
acento británico. Cumberbatch se negó, diciendo que si todo el elenco iba a
tener acento americano él también debía hablar como americano para que no se
sienta raro.
Esta es la primera
adaptación del Grinch (y ya van 3) en la que el Grinch trata bien a Max, su
perro (¡Lo deja dormir en la cama!). La canción que el Grinch toca en su
órgano, por cierto, es All By Myself,
de Eric Carmen (pero qué dramático eh, ¡si siempre anda en Villaquién!).
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