sábado, 22 de diciembre de 2018

Grinch vs. Grinch: el gran clásico contra el nuevo dibujo animado



Por: Michelle Frydlewski

Este año hemos visto algo que muchos de nosotros pensamos que nadie haría: ¡Revivieron al Grinch! Alguien osó enfrentarse al Grinch de Jim Carrey y al terrorífico Grinch animado de los 60’s. Me rehusaba en un inicio a ver esta nueva versión, pero me ganó la curiosidad (y las ganas de hacer el post también).

Así que, después de verla, les dejo un par de comentarios sobre ambas  películas. Sin hacer muchos spoiler (porque unos cuantos tiene que haber, ¿sino cómo les cuento?), les voy a hablar de ambas historias, personajes, las diferencias entre la animación y el live action y unos datos curiosos que descubrí indagando más sobre ambas películas. Sin más preámbulo para no aburrirlos, ahí va:


Historia

Ambas historias se basan en el libro de Dr. Seuss, aunque difieren en ciertos puntos: el Grinch de 2000 (interpretado por Jim Carrey y dirigido por Ron Howard) decide robarse la Navidad porque ha sido humillado por los Quién, particularmente por el alcalde; el Grinch de 2018 (interpretado por Benedict Cumberbatch y dirigido por Yarrow Cheney y Scott Mosier ) decide robarse la Navidad porque ya no aguanta los excesos que implica.

En el Grinch del 2000, hay mucho más humor para adultos de manera discreta. Por ejemplo, en la escena en la que llegan las canastas con los bebés, un hombre llama a su esposa emocionado, gritando que el bebé ya está ahí. Poco después, lo mira bien y dice “Se parece a tu jefe”, sorprendido.

En la versión del 2000, la cueva del Grinch es un lugar bastante oscuro y lúgubre, mientras que en la versión del 2000 vemos una cueva bastante más iluminada y acogedora que la de Carrey. En la adaptación del 2000, el odio del Grinch de Jim Carrey a la Navidad se ve acentuado por la humillación sufrida por los Quién en esas fechas cuando niño. Así, decide exiliarse de los Quién en una montaña abandonada al norte del pueblo.


En la adaptación del 2018, el Grinch de Benedict Cumberbatch es un personaje más cínico, que “odia” la Navidad por la infancia que vivió en un orfanato, al ser el único huérfano del pueblo  quien observaba cómo los Quién compartían cariño solo con sus familias y amigos, y no con desconocidos.

Este último Grinch es más social que el de Carrey, pues visita regularmente Villaquién para comprar comida, mientras que el anterior vivía de la basura que los Quién tiraban en su montaña. Ah, me olvidaba… ¿la sub-trama de Cindy Lou en la última versión? Innecesaria, podría no haber estado y la película no se hubiera visto afectada. Definitivamente, trama de relleno.


En cuanto a historia, me quedo con la del Grinch de Carrey, ya que el cuento establece que nadie sabe con certeza  por qué el Grinch odia la navidad. El Grinch de Cumberbatch, sin embargo, tiene razones muy claras para “odiar” la navidad, aunque realmente no la odie del todo y tenga una debilidad por ella: es más tristeza, nostalgia y envidia que un odio ferviente como el descrito por Dr. Seuss.


Animación vs. live action



De más está decir que la película del 2000 fue un live action, con actores reales que sufrían por horas bajo los pinceles de los maquilladores, mientras que la del 2018 es completamente animada de manera digital. Me quedo con los actores reales, siento que añaden una carga de -valga la redundancia- realidad a la historia que permite empatizar más con los personajes, particularmente con nuestro querido Grinch. 

Sin embargo, la animación permite que veamos a dos nuevos personajes que nos sacan carcajadas: Fred, el reno y una pequeña cabra. Un gran punto en contra para la animación es que han fallado totalmente al personaje de Dr Seuss: un ser horrendo, con dientes carcomidos por termitas y ojos rojos del odio, por un peluche andante con dientes casi perfectos para vender más productos relacionados a la película.


Por esto último principalmente, me quedo también con la del 2000. Es un pecado que el Grinch no sea un hater de primer nivel. Pecado capital. A la hoguera. ¡Ahora!


Grinch Carrey vs. Grinch Cumberbatch



El Grinch de Cumberbatch, como dije antes, es un Grinch mucho más adaptado a los niños: no odia injustificadamente las fiestas; es estéticamente dulce, casi como un perro verde que camina en dos pies, y tiene muchas facetas muy humanas. Muy lejos de lo planteado por Dr. Seuss y por  la adaptación de Ron Howard. El Grinch de Carrey mantiene la fealdad descrita por Dr. Seuss, y también su odio profundo a la Navidad.

Otra diferencia es la corporalidad del personaje: Jim Carrey es un excelente actor de comedia, particularmente de comedia física. Tal vez uno de los mejores de los 90’s y 00’s. Esto lleva a que su Grinch haga mucha comedia física, mientras que la animación digital, si bien lo permite, no suele usar tanta de esta comedia porque a más posiciones diferentes, mayor cantidad de cuadros animados, mayor presupuesto.


Otro problema con el Grinch de Cumberbatch, como dije antes, es que no odia la Navidad. Así es: el Grinch no odia la Navidad. Le tiene tirria, sí, pero no es odio. Es nostalgia, es envidia, es tristeza por cómo vivió su infancia. El Grinch de Carrey era indiferente desde niño, y su odio se descontrola cuando se ve humillado en estas fechas al intentar hacer un regalo de Navidad. Este Grinch del 2018 es demasiado soñador y hasta algo inocente para mi gusto, pero bueno, qué se hace. Ahora quieren que sea para niños más pequeños.


Si bien en algunos momentos este nuevo Grinch más fresco y menos amargado viene bien y causa muchísima risa, me quedo de nuevo con el Grinch de Carrey. Mil y un veces, por siempre y para siempre. Nadie debería quitarnos a nuestro horrible, amargado y detestable Grinch.


**Datos curiosos**

Maquillaje de tortura


En el show de Graham Norton, Carrey reveló que el proceso de maquillaje era una “horrenda tortura” de ocho horas y media. “Se sentía como que me enterraran vivo todos los días”. Después del primer día casi renuncia, pero Ron Howard llamó a un entrenador de la CIA que preparaba oficiales para aguantar tortura física.

“Eso y The Bee Gees fueron lo único que logró calmarme durante el proceso”, señaló Carrey, quien, por cierto, pasó 92 días en total maquillado como el Grinch. Vale decir que ninguna otra película ha tenido tantos personajes con tanto maquillaje y vestuario estrafalario desde El mago de Oz (1939).


Las improvisaciones de Carrey



La famosa línea “06:30 pm, cena conmigo, esa no la cancelaré” fue improvisada por Jim Carrey durante las grabaciones. No fue éste el único aporte del actor al guión: La escena en la que el Grinch dirige a Max, su perro, antes de robar la Navidad, era realmente Jim Carrey burlándose de Ron Howard, su director, al imitar su estilo de dirección. Esto le pareció hilarante a Howard y decidió incluir la escena en el corte final.


De narradores y dobladores



El narrador de la película en inglés es Sir Anthony Hopkins (¡sí, nuestro querido Hannibal Lecter, el caníbal!), y grabó toda la narración de la película en un solo día (¡Memuerah!). Su equivalente en la versión del 2018 es el cantante Pharrell Williams. La voz del Grinch, por su parte, en el doblaje latino, es Eugenio Dérbez, también conocido por ser el Burro de Shrek.


American style



La producción de la película quería que Benedict Cumberbatch hablara naturalmente, o sea, con acento británico. Cumberbatch se negó, diciendo que si todo el elenco iba a tener acento americano él también debía hablar como americano para que no se sienta raro.


Un Grinch más amable y melancólico



Esta es la primera adaptación del Grinch (y ya van 3) en la que el Grinch trata bien a Max, su perro (¡Lo deja dormir en la cama!). La canción que el Grinch toca en su órgano, por cierto, es All By Myself, de Eric Carmen (pero qué dramático eh, ¡si siempre anda en Villaquién!).


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