Por: Carla Aguilar
Cómo no estar de
acuerdo con la idea de que éste es un bello largometraje con todas las
intenciones de llegar al fondo del corazón. Retratada en un México de los
años 70, ROMA se presenta como una
tierna declaración de amor a una figura muy importante de la infancia de
Alfonso Cuarón: su nana, a quien hace la protagonista de su película. A
todos nos toca en el sentimiento el recordar detalles de nuestra niñez, sobre
todo de aquellos que más nos gustaron y nos hicieron sentir a salvo.
Para ponernos en contexto, Liboria “Libo” Rodriguez fue la
empleada del hogar del reconocido director desde que él era un bebé. Ésta es retratada en el personaje de Cleo,
una mujer indígena de origen mixteco, interpretada por Yalitza Aparicio – quien
hizo su debut como actriz, y demostró estar a la altura de todo lo que la
película demandaba –.
La obra completa es
relatada en blanco y negro; una manera acertada de recrear un recuerdo. Es
como quien ve una fotografía vieja de aquellos años gloriosos en los que nada
te daba miedo. De hecho, primero te enfocas en dar la cuerda de cada detalle de
la cotidianidad de la casa donde todo sucede. Luego, está la vista del ambiente
completo, de cada piso de la casa. Percibes
la total conexión de la vida de esta nana con todos los procesos del ambiente
familiar. Ella tenía acceso a todos lados, los demás personajes no; ellos
sólo entraban en la zona que les pertenecía.
Esta percepción se logra, en buena medida,
por la maestría en el manejo de la cámara
y la correcta selección de planos conjuntos -planos de grupo- y generales -paisajes-,
que nos permiten observar toda la dinámica del entorno. Además, la
construcción de todos los escenarios –desde la casa, hasta las calles de la
Colonia– garantizan la forma de marcar la realidad de esta historia.
Cuarón, realmente, ha
puesto su corazón, y ha construido el caos en cada pieza de este relato de
vida. Según cuenta en varias de sus entrevistas, jamás mostró su guión:
únicamente dio indicaciones puntuales de lo que se tenía que hacer y todo fue
tomando forma de manera espontánea. Esa espontaneidad también destaca en la
elección de actores, siendo, la mayoría de ellos, no profesionales. Curiosamente, excepciones a esta última
regla, como Marina de Tavira -quien interpreta a la madre de Alfonso- sufrieron
el choque de la incertidumbre. En todo caso, quien ha dado más credibilidad
con su actuación, ha sido Yalitza; en ella se asienta toda la dulzura de la
trama.
Es evidente que el
director de Gravity ha conseguido,
con esta obra, una cotidianidad hiperrealista, trasladándonos a un mundo
imaginario cercano, íntimo, cargado de detalles y anécdotas. Es este
efecto, y cada elemento que participa en su construcción, lo que hace a Roma
merecedora de cada una de sus nominaciones y premios. Por supuesto, es motivo para
ovacionar la tarea de este aclamado director.
Ficha técnica
Dirección: Alfonso Cuarón
Producción: Alfonso Cuarón, Gabriela Rodríguez, Nicolás
Celis
Guión: Alfonso Cuarón
Fotografía: Alfonso Cuarón, Galo Olivares
Montaje: Alfonso Cuarón, Adam Gough
Protagonistas: Yalitza Aparicio, Marina de Tavira
País: México
Idioma: Español, Mixteco
Año: 2018
Género: Drama
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