jueves, 24 de julio de 2014

Ciudad tenebrosa



Por: Alexiel Vidam

No son pocas las comparaciones que existen entre Matrix (1999) y Dark City(1998)… entre los pocos que conocen Dark City. Personalmente, me inclino más por la segunda que por la primera. Matrix es, más que nada, un filme de acción y efectos especiales (vale, con su toquecito platónico por ahí, pero queda en “toquecito”), mientras que Dark City es más filosófica y la supera en suspenso. Por lo mismo, nos obliga a estar más pendientes de los detalles y cuestionamientos de los personajes.


El parecido en detalles es innegable, pero el resultado final es diferente.

Creo que si Dark City no tuvo el éxito taquillero que tuvo Matrix fue, paradójicamente, por tratarse de un filme más inteligente y difícil de clasificar. Combina varios elementos de filme noir, ciencia ficción cyberpunk (futuro distópico) y  fantasía… pero a la vez se trata de un drama psicológico con bastante misterio. Vale decir también, que contó con un presupuesto  mucho menor, hecho que suele bajar puntos ante una audiencia masiva, pero que en mi opinión refuerza la atmósfera decadente que pretende transmitir.


Dark City impacta desde el inicio por la sordidez de sus ambientes. Estamos en una ciudad donde la noche es negra y eterna. Se siente una atmósfera contaminada y tenebrosa, y todos parecemos estar un poco a la espera… a la espera del ataque de algo encubierto.


Y no se trata de simple paranoia.

“Los Ocultos” están ahí. Son seres de otro planeta que experimentan con nosotros mientras dormimos. Tienen el poder de “sintonizar”, vale decir, de transformarlo todo con la mente. Están impresionados por la capacidad humana de ser individual. Al ser ellos un mente colectiva, buscan el secreto de lo que nos hace SER. Para eso, juegan a borrar nuestras memorias e inyectarnos una nueva identidad, para probar si actuamos de acuerdo a los recuerdos implantados, o si acaso hay “algo más” que prevalece.

El Dr. Schreber es el único humano consciente de lo que pasa.
Está obligado a apoyar los experimentos de Los Ocultos.

John Murdoch es un sujeto particular. Él tuvo la buena o la pésima suerte de despertar cuando apenas le inyectaban la identidad nueva, mucho antes de acabado el proceso. Querían convertirle en un asesino de prostitutas, pero no lo lograron. Por si fuera poco, él ha obtenido la facultad de sintonizar, al igual que Los Ocultos. Eso le convierte en una amenaza.

John Murdoch
Siendo un tipo sin memorias, John se busca a sí mismo y a la vez una respuesta a las cosas extrañas que le rodean: al hecho de que nunca aparezca el Sol, a que gente se duerma de pronto y despierte convertida en otra cosa, a las paredes que se mueven y cambian, y a la razón por la cual le persiguen.

Le persiguen Los Ocultos, y le persiguen las autoridades.

Pronto empezamos  a sentir el estrés del protagonista, acosado por algo que no cometió y confuso por la falta de un pasado real.


En este punto, notamos la influencia de otro filme cyberpunk: Blade Runner (1982). Alex Proyas, director de Dark City pone a su protagonista en una situación similar a la que viven los “replicantes”, los androides inteligentes de Blade Runner. Ellos también poseen “memorias insertadas”, y se angustian ante la falta de una identidad real. Ellos también empiezan a ser perseguidos por su capacidad de notar lo que sucede a su alrededor.

John atrapado por Los Ocultos.

Sin embargo, John es “el bueno”, “el elegido”, como sucede en Matrix. Pero en Matrix -estrenada al año siguiente-, se le atribuye a Neo un carácter de héroe predestinado, elegido por una suerte de leyenda. En contraste, las capacidades de John son atribuidas al avance evolutivo; se da una explicación científica, lo cual vuelve el hecho mucho más verosímil. Yo sentí que las explicaciones que se daban en Matrix muchas veces pecaban de infantiles, mientras que en Dark City se buscaron respuestas mucho más creíbles, mejor sustentadas en base a la realidad. También percibí que los personajes estaban muy lejos de ser héroes -a diferencia de los protagonistas de Matrix-, pues cargaban con perturbaciones, miedos y cuestionamientos que los hacían mil veces más humanos. Murdoch no es un experto en Kung Fu capaz de suspenderse por los aires. Murdoch es un sujeto cualquiera que despertó -por capricho ajeno- siendo asesino, que descubrió unos poderes que en un principio no podía controlar, y que más que salvar al mundo pretende encontrarse y salvarse a sí mismo.


Debo decir que, como amante de la ciencia ficción, y especialmente del cyberpunk, esta película se encuentra entre mis favoritas del género. Tiene una historia sumamente interesante y un argumento bien trabajado, que nos mantiene en vilo encajando cada pieza del puzzle que se presenta. Los escenarios nos transmiten la sensación de miseria y horror que viven los protagonistas (Murdoch, en especial), y  las interpretaciones están muy bien logradas, en especial las de Rufus Sewell como John Murdoch, Jennifer Connelly como su “esposa” Emma, y William Hurt como el inspector Frunk; otra actuación destacada es la de Kiefer Sutherland -el recordado Jack Bauer de la serie 24- como el Dr. Schreber, ese cobarde “traidor” que visualiza a John como última esperanza.



*Para ver la película online da click aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario