miércoles, 30 de julio de 2014

¿Inspiración o simple coincidencia?


Por: Alexiel Vidam

Durante mi maratón cinéfila de Fiesta Patrias, me detuve a pensar en los parecidos que presentan ciertas películas. En más de un caso, hubo pifias por parte de los fans o de los mismos creadores de un u otro título. Empecé a recordar varios nombres de películas que se me hicieron similares en varios aspectos y decidí mandarme con esta comparación.

Aportes, sugerencias y otras rocas… en la cajita de “comentarios”.


Forrest Gump (1994) VS. Mi Nombre es Khan (2010)

Los fondos de las películas son distintos: Forrest Gump pretende mostrar diferentes pasajes de la Historia de Estados Unidos a través de la vida de un hombre. Por otra parte, en MiNombre es Khan, hay una crítica de fondo bastante fuerte: una denuncia a la xenofobia y a la discriminación religiosa. A pesar de eso, en las formas de narrar y de presentar a los personajes hay elementos que nos llevan a compararlas.

Para comenzar: un protagonista con algún tipo de diferencia mental que conlleva problemas de integración. En el caso de Forrest, un ligero retraso mental (“ligero” porque, a pesar de sus dificultades logra terminar una escuela normal y graduarse de la universidad); Rizwan Khan padece el Síndrome de Asperger, que le impide comprender los dobles sentidos.

Ambos tienen una madre sumamente amorosa, que se encarga de explicarles el mundo y llenarles de esperanza. En el caso de Forrest, Mamá Gump está presente durante casi toda la historia, y él se pasa citando sus frases importantes. En el caso de Rizwan, su madre muere casi al principio, pero le dejó una enseñanza que él recordará -y nos recordará- a lo largo de todo el argumento: “Sólo hay dos tipos de personas: las personas buenas, que hacen cosas buenas, y las personas malas, que hacen cosas malas”.


Asimismo, ambos personajes emprenden una suerte de “tour” por diferentes lugares, donde interactúan con gente que se ve conmovida y marcada por su carácter bondadoso. De igual  modo, las historias de ambos se ven oscurecidas por algún suceso trágico, pero culminan de forma relativamente feliz.



Battle Royale (2000) VS. Los Juegos del Hambre (2012)


Battle Royale
Cuando vi por primera vez el tráiler de Los Juegos del Hambre, mi primera impresión fue de rechazo, ya que me recordó a Battle Royale, una película japonesa que vi hace varios años y que me pareció excesivamente mala (antes de que se me vayan encima varios fans de la novela original, quiero recaltar que me refiero únicamente a la película, ya que aún no he tenido la oportunidad de leer la obra literaria). Tuvo que pasar un buen tiempo para que decidiera darle una oportunidad al filme en la novela de Suzanne Collins (y como muchos sabrán, acabé por volverme hincha).

En Battle Royale, al igual que en LosJuegos del Hambre, se nos traslada a un futuro distópico en el cual varios jóvenes son obligados a matarse los unos a los otros en una suerte de “juego” salvaje, del cual sólo uno puede salir vivo. Sin embargo, los motivos que llevan a la competencia y la manera en que esta se desarrolla y son bastante distintas.


La “justificación” que se da en Battle Royale para crear el juego, es que los adolescentes se han vuelto unos salvajes incontrolables para los adultos. Esta explicación es dada de manera muy corta, sin desarrollo alguno, y resulta bastante inverosímil si tomamos en cuenta que los jóvenes presentados en pantalla son, en general, débiles de carácter. Algunos son más rebeldes que otros, pero son cuestiones típicas de la edad. Por supuesto, no falta por ahí uno que otro delincuente juvenil, pero ello tampoco es algo completamente fuera de lo común (¿recuerdan Elephant…?). Este punto carece del peso suficiente como para que un gobierno se tome la molestia de crear una ley especializada en provocar asesinatos adolescentes. En Los Juegos del Hambre, por el contrario, la cosa está mucho mejor armada; los juegos tienen varias funciones que consolidan el poder del Capitolio: por una parte, castigar a los distritos rebeldes, por otra parte, alimentar de conformismo a los subyugados mediante la esperanza de ganar los juegos y obtener riquezas; finalmente, crear una nube de estupidización mediática.

Los Juegos del Hambre

Por otra parte, está el modo en que se lleva la contienda. En Battle Royale, 50 alumnos pertenecientes a un aula de clase elegida al azar, son dopados y trasladados a una isla desierta. Al despertar, cada uno de ellos posee un collar adherido al cuello. Este collar servirá para rastrearlos y explotará en caso de que intenten quitárselo. Inmediatamente, son informados sobre su próxima participación en Battle Royale. Cada uno de ellos recibe una mochila con comida, un lapicero, una brújula y un arma. Cada 24 horas debe haber un muerto, que será anunciado por megáfono. Si no hay algún muerto en 24 horas, todos explotarán. La arena, por otra parte, está llena de refugios y construcciones, lo cual facilita las posibilidades de esconderse. El único riesgo que ofrece la arena en sí, son las “zonas de peligro”, que van variando por horas y son anunciadas previamente. Si uno permanece demasiado tiempo en la zona de peligro, explota.

Katniss acosada por las llamas (Los Juegos del Hambre)

 En Los Juegos del Hambre, los “tributos” poseen un rastreador que es inyectado en el antebrazo. Éste no significa algún otro tipo de peligro, pero para quitárselo sería necesario abrirse la carne (como observamos en la segunda entrega de la trilogía); ello además es sumamente difícil ya que los tributos están mucho más vigilados que los adolescentes de Battle Royale. Aquí, cada uno es observado por varias cámaras (estilo 1984, la novela de George Orwell). La arena, además, varía año por año, es controlada por computadora y ofrece peligros muy variados, que van desde mutaciones animales hasta desastres sobrenaturales. Los participantes también tienen la posibilidad de obtener armas, comida, medicinas y otros implementos pero ninguno llega a ellos de forma gratuita sino que deben arriesgar su vida para obtenerlos desde un comienzo. Además, tienen la posibilidad de captar patrocinadores mediante su carisma y habilidades; estos patrocinadores les proporcionarían más recursos. En resumen, el campo de batalla es mucho más peligroso, y los tributos deben pensar en el adicional de resultar simpáticos, ya que finalmente todo es un gran espectáculo. El tratamiento estético de la presentación del “juego”, además, se asemeja al del circo romano, mientras que en Battle Royale se quiere transmitir una atmósfera mucho más actual.

Alumnos con collar (Battle Royale)

Finalmente, lo que para mí constituye la diferencia más importante, es el desarrollo de los personajes. Este punto, junto con la justificación de la competencia, significan para mí el motivo principal por el cual Los Juegos del Hambre me parece una buena película y Battle Royale no. En Los Juegos del Hambre, llegamos a conocer a los protagonistas e identificarnos con ellos. Conocemos un poco de sus vidas, sus miedos, sus motivaciones más fuertes para sobrevivir, las razones que les llevan a ser como son. Los antagonistas (tributos profesionales) también son reconocidos y presentados con más claridad. En contraste, Battle Royale resulta demasiado floja en ese sentido. La película presenta una cantidad exagerada de personajes (se trata de 50 participantes) y pretende seguir a todos y cada uno de ellos; como era de esperarse, no llegamos a conocer a fondo a ninguno, no se logra una identificación y por lo tanto, los vemos caer sin pena ni gloria, como si se tratase de simples marionetas (todo esto reforzado por las pésimas actuaciones). Por si fuera poco, en que en Battle Royale se utilizan armas de fuego (en Los Juegos del Hambre, a lo más armas blancas), lo cual debería volver más peligrosa la cuestión;  irónicamente, las armas de fuego sólo provocan muertes más rápidas y menos dramáticas (aceptémoslo, la mente es morbosa).

Muerte de Rue (Los Juegos del Hambre)


Total Recall (1990) VS. Abre los Ojos (1997)

En cuanto al argumento y temática, estas películas son muy diferentes. Total Recall es una película centrada en la aventura espacial y crítica el abuso capitalista, mientras que Abre los Ojos es un drama psicológico. Sin embargo, ambas comparten un elemento particular que las asemeja y las incluye en el género de ciencia ficción (recordemos que el cine en general es muy difícil de encasillar: por el tema o mensaje puede recibir un tipo de clasificación, y por la ambientación, una bastante dispar).

En Total Recall, Douglas Quaid tiene una obsesión con viajar a Marte debido a un sueño que tiene repetidas veces. En el sueño, él es un agente secreto y está acompañado por una hermosa mujer. Debido a que su esposa no apoya sus deseos de viajar al planeta rojo, él decide acudir a Memory Call, una compañía que inserta “recuerdos” inventados por computadora, de modo que sueñas la experiencia de haber visitado tal lugar y experimentas toda la emoción del caso. Como era de esperarse, algo sale mal en el camino y a Quaid empieza a costarle distinguir la realidad, lo cual acaba por enrollarle en una persecución espacial.

Total Recall

En Abre los Ojos, César sufre un accidente provocado por una ex amante, y queda con el rostro completamente deformado. Ello le lleva a alejarse de la gente y a perder al amor de su vida. Cuando su vida parece arruinada, todo empieza a solucionarse mágicamente: se le logra reconstruir el rostro, vuelve con su novia y a salir con sus amigos. Repentinamente, empiezan a acosarle extrañas alucinaciones con su rostro deforme y su antigua amante suplantando a su novia. Empieza a enloquecer. De pronto, todo nos lleva hacia la resolución -bastante futurista, por cierto- de que quizás nada sea real… sino producto de una alucinación provocada… y que quizás nada de lo que ve el personaje -ni siquiera él mismo- se encuentra en verdad ahí (cuando las vean comprenderán mejor el parecido; por ahora prefiero no espoilear).
                                                                                                                                                       

Perfect Blue (1997) VS. El Cisne Negro (2010)

Perfect Blue
Ya hemos señalado en un post anterior que Darren Aronofsy –director de El Cisne Negro- gusta mucho de Perfect Blue y compró los derechos con la idea de hacer un remake. El remake no ha sido realizado hasta el momento, pero muchos notamos las similitudes entre los argumentos y el tratamiento estético de ambas películas.

Las dos películas tienen como protagonista a una joven de carácter frágil que se siente presionada por el medio, por alguna persona cercana, y por algún tipo de autoridad: en el caso de Mima, la protagonista de Perfect Blue, se trata del medio musical-actoral, su amiga Rumi (que hace las veces de madre), y su manager; en el caso de Nina, personaje central de El Cisne Negro, se trata del mundo del ballet, su madre, y su maestro de baile. En ambos casos, además, la protagonista se siente obligada a “madurar rápidamente” -en el sentido más sexual de la palabra-, incluso se le exige que experimente cierto grado de “corrupción” para alcanzarlo. Como consecuencia del estrés y las frustraciones personales, empieza a sufrir de alucinaciones que culminan en tragedia.

El Cisne Negro
A pesar de esto, no estoy a favor de quienes señalan que El Cisne Negro es una “copia” de PerfectBlue. Pienso que sí hubo inspiración (de hecho, Aronofsky llegó a conocer a Satoshi Kon (director de Perfect Blue), pero a partir de cierto punto, una película se distancia totalmente de la otra, empezando porque El Cisne Negro se centra en un único personaje y sus demonios internos; se trata por lo tanto, de un drama psicológico. En caso contrario, Perfect Blue va más allá de los miedos de Mima; el terror psicológico se mezcla con thriller al hallarnos tras la pista de un asesino desconocido. Al mismo tiempo, se aprovecha para criticar el mundo del espectáculo e introducir un concepto bastante innovador para la época (recuerden que la película fue estrenada en los 90s): el del “stalker”, el acosador cibernético.


Hombre Mirando al Sudeste (1986) VS. K-Pax (2001)

Hombre mirando al Sudeste
En este caso, me arriesgo a decir que hubo más que una coincidencia… De hecho, K-Pax fue denunciada por Eliseo Subiela, director de Hombre Mirando al Sudeste, ya que los argumentos y de ambas películas y el tratamiento de los mismos son sumamente parecidos.

En Hombre Mirando al Sudeste, tenemos a Rantés, un hombre internado en un hospital psiquiátrico por afirmar que es un extraterrestre. A lo largo de todo el filme, el personaje interactúa con su psiquiatra, con otros pacientes y con una mujer a quien llaman “La Santa”. Al mismo tiempo, se detiene en reflexiones filosóficas y sociales, sobre la naturaleza humana y la realidad argentina. De hecho, su capacidad intelectual y habilidad para crear argumentos perfectamente estructurados van llevando a su doctor (y a nosotros los espectadores) a la duda de que Rantés sea -efectivamente-, un alienígena.

Rantés y su psiquiatra (Hombre Mirando al Sudeste)

Lo mismo sucede en K-Pax. Tenemos a Prot, un sujeto que dice haber llegado del planeta K-Pax, y que por este motivo, es internado. Al igual que en el caso de Rantés, el vínculo más cercano de Prot es con su psiquiatra, quien en determinado momento, sorprendido por la inteligencia y los argumentos de Prot, empieza a dudar sobre su lugar de origen. También en este caso, el supuesto alien empieza a filosofar sobre la naturaleza humana y sobre los distintos modos de actuar.

Prot y su psiquiatra (K-Pax)

¿En qué se diferencian ambas películas? Para comenzar, en la producción y el tratamiento estético. Tratándose de un filme hollywoodense, K-Pax tenía que involucrar mayor cantidad de efectos especiales y juegos temporales (flashbacks con suepuestos recuerdos de Prot); en este aspecto, Hombre Mirando al Sudeste, película argentina, cuenta con un bajo presupuesto y una atmósfera bastante decadente. La gama de colores fríos y opacos transmite una atmósfera sucia, deprimente, mientras que K-Pax más bien nos transmite la sensación de quizás hallarnos frente a algo asombroso.

K-Pax

 Por otra parte K-Pax es más individualista, más psicológica. Se presenta la premisa de que quizás existe un hombre con una vida aparte de Prot, de que tal vez Prot, “el extraterrestre”, tomó el cuerpo de un humano que quería alejarse de la realidad, y se explora la vida de este humano. De modo opuesto, Hombre Mirando al Sudeste deja de lado este aspecto para centrarse más en la crítica social (me atrevo a decir también que sus reflexiones son más profundas).


Al margen de esta ligera digresión, la historia es bastante parecida, incluso en el desenlace abierto.

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