lunes, 14 de julio de 2014

Drama de familia


Por: Alexiel Vidam

En mi afán por conocer toda la filografía de Meryl Streep (mi actriz favorita, ya lo he dicho antes), me topé con Kramer Vs. Kramer (1979), de Robert Benton, ganadora de cuatro Oscars, incluyendo el de “Mejor Película”. En ella, Meryl interpretó a la antagonista, mas no una antagonista común. Generalmente esperamos que este rol corresponda al del “malo”, pero en un drama como Kramer Vs. Kramer, la cosa es más complicada.

¿De qué va esto?


Pues de una pareja feliz que deja de serlo… De ser feliz y de ser pareja. Todo arranca cuando vemos a una perturbada Joanna Kramer (Meryl Streep), diciéndole a su pequeño hijo Billy (Justin Henry) que lo ama. Luego de esto, entra su marido, Ted Kramer (Dustin Hoffman), con la excelente noticia de que lo han ascendido. Está tan feliz que no escucha lo que su dolida mujer tiene que decirle. Él está en lo suyo, ocupadísimo… hasta que ella suelta las llaves, le habla de una serie de cuentas y toma una maleta.

Ahora lo comprende todo.

“Ted, voy a dejarte.”


Joanna está cansada de no tener voz; de haberse pasado la vida siendo hija, esposa, madre, pero nunca ella misma. Adora a su hijo, pero la situación asfixiante en que vive le ha hecho convencerse de que no es buena para él, así que decide dejarle con Ted y marcharse.

Ted enloquece. Ahora debe hacerse cargo de todo: de sostener la cuenta más importante de la compañía, de preparar el desayuno para él y su hijo, llevarle y recogerle del colegio, hacer las compras, etc, etc, etc.  En otras palabras, se convierte en padre y madre de Billy, a la vez que trata de hacer frente a la soledad.


La película tiene una mirada interesante. Por un lado, nos muestra la frustración de esa mujer que ha convivido ocho años con un esposo tradicionalmente machista; que en el fondo la quiere, pero está convencido de que su propia felicidad será la de ella, que no le deja trabajar y piensa que es su deber -como mujer- ocuparse de la casa. Por otra parte, nos muestra el abandono de este hombre y cómo se las ingenia para cuidar a su hijo, la transformación que sufre como hombre, y como poco a poco va comprendiendo el sufrimiento de su ex mujer.


Uno pensaría que ahí se queda el asunto: Ted y Billy aprendiendo a soportarse, luego a comprenderse,  a quererse y a convivir; pero no. En el momento en el que creemos que se cierra el círculo, reaparece Joana. Ella se ha encontrado a sí misma y ha decidido reclamar la custodia.

Aquí es cuando arranca el verdadero conflicto: cuando se lleva el caso a tribunales.


A la hora de testificar quedan todos los trapitos al aire. Se revelan los verdaderos problemas que llevaron a la pareja a separarse y se cuestiona quién sería el más indicado para cuidar al niño. Los abogados son mordaces. Lanzan ataques implacables y preguntas espinosas. El fin es descalificar al lado contrario en tanto a padre como a persona. Momento cumbre.

No hay un final feliz.


De hecho, nos quedamos confundidos, desencantados… y sobre todo conmocionados. Se trata de un drama descarnado, sumamente humano, de dos personajes con virtudes y defectos que aman a su hijo y desean tenerlo consigo, y de un pequeño que necesita y extraña a ambos padres. Aquí no se trata de buenos y manos, sino de quién está más calificado, o de quién ha cometido errores más graves.


Personalmente, puedo decir que el argumento me mantuvo en vilo hasta el final. Primero observando la confrontación entre padre e hijo, y luego la de padre y madre. Es interesante cómo se maneja el tema del doble enfrentamiento, tan de acuerdo con el título de la película, como con el de la novela homónima en que se basó.


Las actuaciones me parecieron geniales, empezando por la de Dustin Hoffman, como ese hombre ocupado y egoísta que sufre una fuerte transformación. Meryl Streep siempre ha sido Meryl Streep; su papel cobra más protagonismo a partir de la segunda mitad de la película, pero ella le saca el jugo. La forma en que manifiesta su desgarro y su frustración nos transmiten el conflicto que Joana Kramer está viviendo. Ella es un personaje admirado y detestado a la vez (tal vez más detestado en la época en que se estrenó; hoy la perspectiva es más amplia). De un lado, tenemos a una mujer valiente que quiere tomar el control de su propia vida… por otra parte, a una madre que abandona el hogar.

Sólo queda redundar que la palabra clave de esta historia es “confrontación”

3 comentarios:

  1. Ted Kramer machista? Querida señorita cinéfila usted debe de volver a ver la película. Un machista que se queda al cuidado de su hijo porque la madre LOS HA ABANDONADO?. Joanna Kramer es una mujer perturbada por su propio egoismo que no solo le lleva a abandonar a su pareja, un buen hombre, sino a su propio hijo.

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    1. Hola anónimo, gracias por tu comentario :). Me refería a que su actitud es machista en un inicio, no que lo sea hasta el final de la película. De hecho, se trata de un personaje redondo; las circunstancias le transforman considerablemente.

      Saludos :).

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    2. Hola anónimo, gracias por tu comentario :). Me refería a que su actitud es machista en un inicio, no que lo sea hasta el final de la película. De hecho, se trata de un personaje redondo; las circunstancias le transforman considerablemente.

      Saludos :).

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