martes, 7 de julio de 2015

De vuelta a las raíces

Terminator Genisys o el nuevo inicio del inicio




Por: Alexiel Vidam

Hace unos días fui a ver Terminator Genisys, un poco con entusiasmo, un poco con el miedo típico que se suele tener al prepararse para ver una secuela. Si bien me considero hincha del universo Terminator, hay que admitir que entre película y película, ha habido alguna que otra caída fuerte. Y es que por regla general todos amamos los filmes que nos dio James Cameron (The Terminator y Terminator: Judgment Day), pero hemos sentido cierta desazón al observar las secuelas posteriores (Terminator: Rise of the Machines y Terminator: Salvation).

Con Terminator Genisys me llevé una buena sorpresa. No sólo despierta el filin de las primeras Terminator; de por sí la película mantiene la emoción en todo momento, con un equilibrado empleo de escenas de acción, toques de humor, y nuevos bucles temporales que nos llevan a remembrar y conectar con las partes anteriores.

Vale decir, entonces, que esta última versión no podría considerarse del todo un reboot, pues toma en cuenta elementos de toda la saga.


Nuevos bucles y viajes en el tiempo

Kyle Reese
En esta nueva versión, viajamos nuevamente a 1984, reviviendo la llegada de Kyle a ese año en The Terminator. Sin embargo, por el contrario de lo que recordamos de esa película, aquí nos encontramos con una Sarah Connor que conoce perfectamente su destino -ser la madre la madre de John Connor- y todo lo que eso implica.

Sucede que tantos viajes y alteraciones en el tiempo, han acabado por revelarle a Skynet su posible derrota en el año 2029, de modo que, en lugar de enviar su primer androide al año 1984, opta por mandar un T-1000 al año 1973, para eliminar a Sarah Connor cuando aún es niña. Afortunadamente, un reprogramado T-800 logra rescatarla tiempo y revelarle lo que le deviene el futuro.  


Este hecho es crucial no sólo en la temprana preparación de Sarah Connor para todo lo que le espera, sino también en las siguientes acciones de Skynet, que optará por recrearse a sí mismo bajo la forma de un programa computacional en línea llamado “Genisys”,  deparado recién para el 2017.

Sarah Connor y su "guardián" el T-800
Como es de esperarse, se arma una maroma de paradojas que traslada la acción hacia cuatro distintos años: 2029 (año en que John Connor envía a Kyle Reese al pasado), 1984 (año al que viaja Kyle Reese), 1973 (recuerdos de la infancia de Sarah Connor y su interacción con los terminators), y 2017 (año al que viajan Sarah y Kyle finalmente para detener a Skynet).


Directa al “filin”


Personalmente, lo más resaltante de la película, es capacidad para transmitir emoción y el ingenio con el que maneja el asunto de los viajes temporales. Si bien de buenas a primeras el tema parece complejo, el filme sabe manejarlo de manera inteligente, explicándolo paso a paso y sin sacrificar por ello el ritmo narrativo.

Los personajes, están actualizados, refrescados a un tiempo más moderno, pero conservan la esencia de sus antecesores del mismo nombre. La nueva Sarah Connor (Emilia Clarke) recuerda, por su vestimenta y actitud aguerrida, a la Sarah Connor que interpretó Linda Hamilton en Terminator: Judgment Day, sólo que con una actitud bastante más relajada y ademanes parecidos a los que tenía el personaje de John Connor en esa misma película (en este nuevo filme, es ella quien se encarga de “humanizar” a su Terminator). De hecho, la rudeza de la protagonista choca con la personalidad de Kyle Reese (Jai Courtney), quien suponía haber ido al pasado para rescatar a una joven insegura e indefensa.

"¡Ven conmigo si quieres vivir!"

Por otra parte, volver a ver a Schwarzenegger en el papel del T-800 es un lujo de la película, una marca particular que se había dejado extrañar Terminator: Salvation. El papel que interpreta Arnie en esta ocasión, es similar al que observamos Terminator: Judgment Day y Terminator: Rise of the Machines: un amigo y un protector, una máquina que demuestra sentimientos muy a pesar de su naturaleza robótica, y que tiene esos toques infantiles al tratar de imitar la expresividad humana.

El entrañable T-800

El aspecto visual también está muy bien trabajado. Los efectos nos trasladan al lugar de la acción sino y nos hacen vivir la adrenalina. Es riquísimo, además, apreciar todos los guiños a las películas anteriores, tanto con la repetición de frases célebres (“¡Ven conmigo si quieres vivir!”) como con la construcción de escenas similares (el enfrentamiento con el T-3000 en la corporación Cyberdine recuerda muchísimo a la escena de Terminator: Judgment Day en la cual Sarah, John y el T-800 se enfrentan al T-1000 en Cyberdine Systems). Tomando en cuenta, además, que volvemos a ser testigos de la llegada de Kyle a 1984, apreciamos también la aparición del primer T-800 y una nostálgica reconstrucción de la escena en que asalta a un grupo de punks para quitarles sus ropas.


Particularmente disfruté mucho viendo esta película, hecha el fan de Terminator. Precisa para quien guste de los filmes de acción y toques futuristas, pero haya tenido también la oportunidad de ver las precuelas. Esto último importante, ya que de no ser así, no contará con los antecedentes argumentales necesarios para entender la historia, ni sentirán esa emoción melancólica del seguidor de la saga, al recordar antiguas escenas.




Ficha técnica

Dirección: Alan Taylor
Producción: David Ellison, Dana Goldenberg
Guión: Laeta Kalogridis, Patrick Lussier
Música: Christophe Beck
Fotografía: Kramer Morgenthau
Montaje: Roger Barton
Reparto: Arnold Schwarzenegger, Emilia Clarke, Jason Clarke, Jai Courtney, J.K. Simmons
País: Estados Unidos
Año: 2015
Género: Ciencia ficción, Acción, Aventura
Idioma: Inglés



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