domingo, 28 de agosto de 2016

Frank Pérez Garland sobre “Margarita”: “No es una película autobiográfica, pero hay muchos detalles que han pasado”



Por: Alexiel Vidam


Hace poco me topé con un trailer que me cautivó con sus situaciones entre cómicas y conmovedoras. Me refiero al trailer de Margarita, de Frank Pérez Garland, quien hace poco destrozara la taquilla del cine nacional con Locos de Amor y anteriormente nos tocase las fibras con Ella y Él. Hoy lo entrevistamos sobre su proceso creativo y sobre Margarita, la enternecedora comedia que se estrena el 8 de septiembre, protagonizada por Francisca Aronsson y Giovanni Ciccia.


¿Cómo surge la idea de Margarita?


Margarita nace a partir de Ella y Él en realidad. Pero no Margarita en sí mismo sino el primer bosquejo. Yo Ella y Él la hice prácticamente con 4 soles. A Giovanni que es muy amigo, lo convoqué a la película, él leyó el guión y dijo “ya, hagámosla, me parece bonita, pero también quiero hacer algo en comedia”. Entonces hice el trueque con Giovo a cambio de que trabaje gratis en Ella y Él. A Giovanni le gusta poder comunicar a más personas, y él ha estado haciendo muchas películas súper pequeñas, como Casa Adentro, entonces tenía ganas de hacer una película un poco más grande. Acabamos de rodar Ella y Él y mientras terminábamos de conseguir la plata para terminarla (eso tomó como un año), empezamos a trazar los tres juntos la nueva idea.



¿En qué consistía ese primer bosquejo?


Era la historia de una familia. Este pata, que era el personaje de Giovo, se da cuenta, por la carga laboral que tiene, de que le viene un fin de semana largo y de que todos sus patas que son solteros y sin hijos tienen planes de ir a algún lado algún lado. Él está entusiasmadisimo, pero de pronto llega a su jato y se da cuenta de que tiene dos hijos y no hay nana, y por lo tanto, ese fin de semana largo iba a ser un cu**o más de chamba. Tenía mucha comedia, un sabor a ternura, porque igual trataba de esta cosa de ser papá, que es super paja pero implica sacrificio, sobre todo cuando todavía te sientes joven. Entonces, en un almuerzo con Gustavo Sánchez -el productor-, yo dije que esto es lo que me gustaba de la propuesta, si bien estaba de acuerdo con él en que no estaba muy bien redondeada. Empezamos a hablar de situaciones de la paterniadad y ahí salió que Gustavo es papá de dos hijos y su hija mayor, cuando cumplió 15, decidió vivir con él y ya no con la mamá. Contaba cómo le había cambiado la vida, porque él era papá soltero; veía a su hija un montón pero no vivía con ella, entonces tenía una vida de soltero en las noches. De pronto ya no podía hacer lo que quisiera porque tenía a esta chiquilla en la casa, que además era adolescente, lo cual implicaba que él cambie radicalmente su manera de vivir, y sin embargo, le parecía paja. Entonces dijimos “oye eso está bueno, podemos partir de algo así”. Desde ahí, yo diseñé en una hoja, una propuesta con una niña menor, porque 15 años me parecía muy adolescente, lo cual implicaba otros temas; además que yo también ya lo vinculé con mi experiencia como papá.





Margarita tiene 11 años, ¿verdad?


No se habla de la edad, pero le viene la regla. Debe tener 11… Diseñé eso, les gustó a todos, y de ahí Vane empezó a escribir. Vane no es mamá, pero vivimos juntos desde años. Mi hija tiene 12, entonces hay un vínculo; ha visto crecer a mi hija. No es una película autobiográfica, pero hay muchos detalles que han pasado o que saben a nuestra convivencia.


¿Tu vida personal es algo que sueles plasmar en tus películas? Ella y Él se sintió muy personal.


Casi todo es real. Lo que no es real en Ella y Él es que mi amante sea la esposa de mi broder. Eso no pasó, pero es algo que ha pasado o de manera muy parecida. Claro, igual había que construir un argumento de ficción para que sea más emocionante, pero sí hay mucho de mí ahí y con Margarita también...incluso con Locos de Amor, por más que el guión no era mío; una vez que ya la comencé a chambear, la volví mía. Hay mucho de Ella y Él ahí, en otro formato, en un formato Tondero, pero ahí está.


Ella y Él

Siento como si Giovanni fuese tu alter-ego...


Es un actor con el que me encanta chambear. A pesar de que es una ladilla, nos entendemos bastante bien. Tenemos una vaina que funciona orgánicamente; además tenemos una amistad de muchos años que es muy muy fuerte. La fluidez para el trabajo me gusta, además que me parece un capo. Giovanni puede pasar de la pendejada a la ternura a casi la idiotez con mucha naturalidad, a pesar de que sus formas son quizás excesivas; no llega a caer disforzado sino que el pata va pa’ allá pa’ acá pa’ allá; va de la comedia al drama con una flexibilidad muy paja, y eso, para lo que a mí me gusta hacer, es súper bonito. A mí lo que me gusta es mezclar los géneros; estirar el drama a la comedia y así.


¿Cómo suele ser tu proceso creativo?


Es un poco pesado para la gente que vive a mi alrededor, porque me pongo hiper sensible; ando hecho un antipático. Todo me molesta, estoy como… es algo que no sé describir. Estoy como muy abierto a sentir cosas, entonces una caricia puede resultar agresiva, o lo contrario, puede resultar hiper intensa; esto me hace m****da a mí psicológicamente, pero de alguna manera es lo que yo pueda crear; para bien o para mal… es algo que necesito para poder plasmar...  llegar al monitor y sentir y decir “aquí hay verdad”, “esto funciona”, “esto conmueve”.




¿Eso ha causado algún tipo de roce con Vanessa?


Lo que pasa es que Vanessa, es en verdad un ser especial, y ella también tiene sus propios procesos. Ella es obsesa y es ansiosa; cuando ella va a empezar a chambear, hasta en las novelas, que la mayoría va y dice sus textos, ella se obsesiona y lee y habla todo el día, y habla más rápido. Entonces, como los dos estamos en esta misma vaina, sabemos que cada uno se pone de una forma en las distintas partes de los procesos; ella sabe que cuando estoy por filmar me pongo así, entonces ella es respetuosa, me da mi espacio, yo le doy el suyo, fluye. Sí, obviamente hay discusiones porque como yo esto hiper sensible y ella está hiper ansiosa, se genera fricción, pero nada que esté vinculado al hecho que estemos trabajando juntos.


Ya se conocen, ya lo saben manejar.


Sí, o sea, Ella y Él son esos golpes que nos tuvimos que dar al inicio para poder establecernos como pareja. Tanto para ella, como para mí, es ese primer momento de la relación que era muy intenso y los dos decidimos que si íbamos a intentar formar una pareja, tenía que ser con todo en la mesa para no generar falsas expectativas. Los dos llegamos a esta relación sin ganas de que nos vendan un cuento; los dos entramos pues con la pata en alto, y fue duro gracias a eso ya estamos 10 años juntos y seguimos conversando todas las noches.



¿Escriben juntos?


Ella y Él la escribimos juntos; yo escribía algunas escenas, ella escribía otras y luego nos juntábamos y arreglábamos, pero en general Vane escribe sola. Margarita, la ha escrito ella, pero vivimos juntos, entonces ella me llama y me dice “ven lee” y yo leo y lo discutimos. Yo en verdad lo veo como mi chamba de director frente a un guionista, sólo que es más personal y más constante.


He notado que en tus películas pones mucho énfasis en la banda sonora, y que trabajas mucho con Manolo Barrios. ¿Cómo suelen ponerse de acuerdo para musicalizar las películas?


No tenemos como una metodología clara porque no sólo chambeamos juntos sino que somos muy amigos… entonces como que también fluye. En la primera película que hicimos, Un día sin sexo, sí conversamos mucho de cómo quería yo que suene la película en términos de música. Fue muy fácil porque yo quería que suene como él quería… yo además lo elegí a él -en ese momento todavía no éramos amigos- porque yo sabía que él iba a musicalizar mi película como yo quería… Además a mí Mar de Copas me encanta, y Un día sin sexo para mí un día es una película agridulce, como las canciones de Mar de Copas. En ese primer proyecto, mi única condición, era que sea absolutamente honesto. Le dije, “si no te gusta esto, de verdad, prefiero que no lo hagas”. Entonces leyó el guión y compuso la canción. Pero no quedaba ahí, yo le dije “tienes que ver la película, y si no te gusta, que la musicalice otro; nos quedamos con la canción y te pago por los derechos por la canción, pero yo necesito que realmente te guste, porque si no te gusta, no te va a salir de verdad”. Efectivamente le gustó, por eso hizo la película. Y luego ya todas las otras… Cu4tro, La cara del diablo...


Un día sin sexo

En ese aspecto, ¿cómo fue la experiencia con Margarita?


De Ella y Él para acá hemos sido más específicos; nos hemos profesionalizado, ya no es tanto la química solamente. Cuando leyó el guión, yo le dije “esto es ternura al mango, o sea que todo tiene que ser tierno, y quiero que suene todo el rato algo, que el sonido tenga una cosa lúdica, infantilona”, y ya sobre eso él empezó a chambear y a proponer cosas. De los 30 temas que propuso, quedaron 18.


¿Cuáles fueron tus influencias como director?


La verdad, no uso referencias en cuanto al filin de mis películas. Las referencias para Margarita, en todo caso, eran más técnicas. Hay un perro, por ejemplo, entonces tuve que ver películas con animales, saber cómo hacen para filmarlos. Por más que el perro estaba súper entrenado, el perro es un loco; es un perro, pues; por más que esté entrenado, sigue siendo un perro, y además estaba con Francisca, que es una capa, pero sigue siendo una niña. En estas pelas gringas, vi que era muy poco el tiempo que comparten en pantalla el actor con el animal. Están partidos, están separados. ¿Sabes cuál fue la referencia más clara? Mi novia Polly, porque está el animalito éste, el hurón, pero tú lo ves y nunca está; sale un ratito y lo demás es sonido; tú sientes que está por ahí por el sonido. Me di cuenta de que yo al perro lo tenía que filmar para que funcione en montaje; claro que hay planos conjuntos, pero en general es un tema más de edición, de saber en qué momento metes al perro. Después de lograr eso, ya viene todo el diseño sonoro y cómo ch***a suena ese perro. Ya con Raúl Astete, el diseñador, escuchamos distintos tipos de perros y decidimos cuál era el sonido que iba.




Por lo que mencionas, el perro parece tener un peso importante.


Más que nada es el compañero de Margarita, pero el perro tiene una carga importante tanto hacia la comedia como hacia la ternura. Hacer una película con una expectativa de público tan amplia requiere que tú entiendas que tu libertad como director es menor. Si quieres que mucha gente la disfrute, tienes que ser más didáctico, y los animales en este tipo de película cumplen un rol como de “awwww”. El perro está para generar ternura, empatía.


¿Cómo encontraste a la protagonista?


El plan inicial era hacer un casting. Yo odio hacer casting, pero no había muchas opciones porque además la niña tenía que parecer hija de Giovanni y Vanessa. Pero Vanessa, en eso, entró a hacer una novela que se llama Amor de Madre, y Francisca Aronsson hacía de su hija, entonces, me llama Vane y me dice “estoy con la chibola, estoy con Margarita; está acá, estoy actuando con ella”. Le tomó unas fotos, me las mandó y me pareció linda. Le pregunté cómo reaccionaba, porque Vanessa improvisa un montón, y la chibola le respondía a la improvisación. Para esto, Vanessa tenía como tarea, cada vez que tenía escenas con la chibola, improvisar un poquito, para pulsear. Entonces lo que hice fue juntar a Giovanni con ella, y la química que tuvieron esos dos desde el minuto tres fue lo que me hizo decir: “ya está, ella es”.





¿Tienes algún otro proyecto en camino?

Sí, el próximo año filmo, al parecer en Abril, una película que ganó Ibermedia y el Fondo de Argentina, que es otra película de género, un género que me tiene aterrado además, porque es un thriller policial… pero Vane ha escrito un guión alucinante.




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miércoles, 24 de agosto de 2016

El jefe del club (de la pelea)


Por: Alexiel Vidam


"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."


Todos admiramos -en mayor o en menor medida- a Tyler Durden, el tipo rudo, sin miedo, sin lugar ni necesidades, al que conocimos en Fight Club, de David Fincher. Tyler es el tipo fuerte al que admirabas en el colegio, el chico malo al que adoran las chicas, el que no necesita un auto ni una casa llena de objetos caros para sentirse seguro de sí mismo.



En todo sentido y en la manera más literal de la palabra, Tyler Durden es una fantasía… una fantasía en la cabeza de un sujeto mediocre y sin nombre, cuyo rasgo más relevante, es ser un psicótico. Es imposible, sin embargo, hablar de Tyler sin hablar del psicótico sin nombre.


El psicótico sin nombre es, pues, un sujeto que no puede dormir, que tiene un trabajo que detesta con un jefe insoportable. Un tipo flaco, debilucho, sin pena ni gloria, inseguro, coleccionista de todo aquello que el consumismo le hace sentir que le llevará a la realización. En su afán de conciliar el sueño, este “X” consigue refugio en los distintos grupos de autoayuda, de gente que se está muriendo, o que ha sufrido un daño irreparable.


“Cuando la gente cree que te estás muriendo, te escucha, en lugar de esperar su turno para hablar” -ésa es la conclusión a la que llega él… hasta que un acontecimiento “trágico e inesperado” le lleva a entablar relación con el mencionado matón.

Tyler le acoge en su hueco de mala muerte, donde las paredes están descascaradas, la luz se va cuando enciendes las cañerías, y todo, de por sí, luce bastante sucio y destartalado. A Tyler no le preocupan esa “nimiedades”. Él piensa que “todo lo que posees, acabará poseyéndote”, y está dispuesto, desde su estilo de vida, a acabar con ese sistema opresor. Él inspirará a nuestro psicótico protagonista a convertirse -juntos- en el Mesías de una nueva religión anarca, que, generando el caos, pretende devolver al hombre a su estado primigenio.


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martes, 16 de agosto de 2016

Tono Cinematosis 2016 tendrá música en vivo y sketchs de tus pelas favoritas



¿Te imaginas bailar thriller junto a Freddy Krueger o Jason? ¿Formar parte de una pelea de Jedis o tomarte una foto con Danny Suco y Deadpool al mismo tiempo? El Tono Cinematosis te da la oportunidad de cumplir tu sueño cinéfilo de tonear al mejor estilo peliculero.

El plato fuerte de la noche son los sketchs cinematográficos que entrarán en escena a la vez que DJ Joaco enciende la noche con las mejores canciones estilo pop, rock, indie, 80s y naintis. También podrás tomarte un Chilcano Terminator o un poderoso Estrella de la Muerte (te lleva directo al lado oscuro), alucinar con la mejor ambientación temática y llevarte hartos premios en el concurso de disfraces.

Por si fuera poco, los fanáticos del rock tendrán podrán cantar y poguear con Dietéticos, la banda tributo a Soda Stereo que ha preparado un setlist especial con sus temas más recordados de los 80's.



La noche también contará con artistas invitados del cine y la escena artística nacional.

¡No te lo puedes perder! La cita es el viernes 30 de septiembre en Oliver Club (Bolognesi 299 Miraflores). Las entradas ya están a la venta a través de Atrápalo, Joinnus o de los contactos que aparecen en el evento de facebook: http://bit.do/TonoCinematosis2016.

Para más información, atento a las redes de Cinematosis

Blog: http://cinematosiscronica.blogspot.com
Facebook: http://facebook.com/CinematosisCronica
Twitter: http://twitter.com/Cinematosis


Auspician: Marvel Perú, JDOS Producciones, Petty Publicidad, Flores Brothers Producciones, XTN!, Editora Vuk, La Mamacha Pop, Zombie Shop, Libros Delivery Librería, Multi-Arte, La Romana, Servitours, Juguetes Insanos, J&Clasa Impresiones, Clean&Clean, Tridamia, Pop Art, Pisco Tres Generaciones, Camila Gálvez, Pride Producciones y A&R Sonido y Luces.


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domingo, 14 de agosto de 2016

Terciopelo de sangre y placer



Por: Alexiel Vidam


Perturbadora, excitante, seductora… No veía algo tan equilibradamante oscuro y sensual desde que viese Luna de Hiel, cinco años atrás (una de mis películas favoritas, dicho sea de paso). Blue Velvet (Terciopelo Azul), de David Lynch, te envuelve con su atmósfera de misterio y te enrosca como una serpiente con su trepidante erotismo.



Jeffrey Beaumont (Kyle MacLachlan), es un joven en sus tempranos veintes, que ha regresado a la -aparentemente- pacífica localidad de Lumberton, para visitar a su padre, quien tuvo un repentino ataque mientras regaba su jardín. Por las casualidades del destino, a la salida del hospital, Jeffrey encuentra una oreja humana tirada en el gras; así que la pone en una bolsa y decide llevársela al detective Williams (desde aquí ya vamos notando los primeros rasgos perturbadores de la película, pues Jeffrey toma la oreja con desconcertante frialdad, mientras que lo común sería salir despavorido). El detective examina la oreja y le pide que por favor no cuente nada a nadie, y que se mantenga alejado del caso, pero como bien lo dice el refrán, “la curiosidad mató al gato”, y cuando Sandy -la hija del detective- le tienta con un poco de información, Jeffrey no puede resistirse. Sandy (Laura Dern) le cuenta ciertos detalles que le ha sacado a su padre sin que él lo sepa, y Jeffrey acaba metido entre un lío de gangsters y la escalofriante relación sadomasoquista entre una cantante (Dorothy Vallens, interpretada por Isabella Rossellini) y el capo de la mafia (Frank Booth, interpretado por Dennis Hopper).



El punto más fuerte de la película, es su manera de exponer la dualidad del mundo (por cierto, una de las frases más recurrentes entre los personajes es: It’s a strange world, que significa “es un mundo extraño”); así, por ejemplo, partimos de un barrio lleno de sonrisas y flores, pero pronto este mismo lugar “tranquilo” se convierte en el escenario de sanguinarios crímenes. Con los personajes sucede lo mismo: Jeffrey se ve como un chico noble, tranquilo, un poco frágil, pero a la vez es llevado por el morbo a un punto en que se vuelve un personaje osado. Dorothy, por su parte, es una mujer atormentada, asustada por la sórdida situación en que se ve metida, que a la vez demuestra cierta inclinación masoquista. Frank, es el personaje más inquietante y grotesco; un sujeto sádico al que le gusta alternar entre el rol de “papi” y el de “nene”, y que necesita un tanque de oxígeno cada vez que se excita demasiado. Sandy, finalmente, es pintada como “el hada buena” de la historia, pero tampoco ella se salva de esta dualidad, pues nunca olvidamos que es ella quien arrastra y acompaña a Jeffrey en su enloquecedora aventura.



Las actuaciones que más destacan, sin duda, son la de Dennis Hopper e Isabella Rossellini, quienes interpretan los roles más perturbadores y complejos. Es interesante cómo se desarrolla la relación de los dos, pues se trata de una sumisión clara, pero poco a poco somos testigos de cómo el personaje de Isabella entra en una suerte de psicosis -quizás- a modo de autodefensa. Es así como en el maltrato, esta triste mujer llega a encontrar una dosis de placer sexual. Al mismo tiempo, hay instantes en los que ella llega a tener “rol dominante” de su interrelación, pues “papi” se convierte en “el nene”, y ella es quien ejerce de “madre sexual”. Esta confusa y tormentosa situación genera a la vez otras consecuencias psicológicas en Dorothy, pues al encontrarse con Jeffrey por primera vez, ella empieza a comportarse con él con las mismas actitudes que “papi” emplea con ella.




Para esto, vale decir que Lynch es un genio del manejo audiovisual, pues no todo se demuestra en actuación. El director crea metáforas a partir de rasgos físicos de los propios actores, del vestuario, y sobre todo, por la oposición imágenes: un grito de dolor seguido por una boca roja y sonriente; un ruego de amor seguido por un deseo humillante; una frase protectora seguida por un golpe brutal… contrastes que complementan el cuadro de dualismo.



Una excelente opción para quienes buscan disfrutar del suspenso y de descubrir los espacios más oscuros del erotismo. No por nada fue la película que lanzó a su director al estrellato internacional, otorgándole una nominación -ese mismo año- a los Premios Oscar como Mejor Director, y al Globo de Oro por el Mejor Guión. Altamente recomendada.



Ficha técnica:

Dirección: David Lynch
Producción: Fred C. Caruso
Guión: David Lynch
Música: Angelo Badalamenti
Fotografía: Frederick Elmes
Montaje: Duwayne Dunham
Reparto: Isabella Rossellini, Kyle MacLachlan, Dennis Hopper, Laura Dern
País: Estados Unidos
Idioma: Inglés
Año: 1986
Género: Misterio, drama, erotismo
Duración: 120 minutos