
Woody Allen es uno de mis directores favoritos. Es un tipo con mucho sentido del humor, el cual está plasmado sobre todo en sus diálogos y en la manera en que contrasta las situaciones cotidianas con elementos disparatados. Como actor, además, es un sujeto muy carismático, con mucha gracia (y una gestualidad que recuerda mucho a la de Chaplin), casi siempre representando a algún sujeto “algo” neurótico, con problemas familiares, y debilidad por las mujeres, a quienes, por suerte, casi siempre resulta encantador.
A continuación, les dejo un ranking personal con cinco películas de Woody que no deberían dejar de ver.
5. El Dormilón
Miles Monroe (Woody Allen) es un sujeto normal, del siglo XX, que se gana la vida con un restaurante de comida sana. Un día, ingresa a la clínica para ser operado de las amígdalas, y, por un error del destino, es congelado y despertado doscientos años más tarde, por unos científicos que forman parte de un plan subversivo. El escenario es una especie de parodia de “1984” (de George Orwell), en la cual, se plantea un gobierno totalitario, con un solo partido y un ente que todo lo observa y todo lo controla. En esta película, el “Jefazo” los vigila y los tiene enumerados. Miles, al ser un tipo de otro tiempo, no tiene número y por eso, el grupo revolucionario “AIRES” quiere contar con su ayuda. En un inicio, él intenta escapar, pero luego de una serie de disparatadas situaciones y de su encuentro con una mujer llamada Luna, a quien secuestra para que le brinde ayuda, Miles termina uniéndose a las filas de la resistencia.
4. Zelig
Leonard Zelig (Woody Allen) es un sujeto con la extraña habilidad de mutar según la gente de la cual se rodee y el medio en que se encuentre, motivo por el cual es reconocido como “El Hombre Camaleón”. Este personaje llama la atención de la psicoanalista Eudora Fletcher (Mia Farrow), quien decide tratar a Zelig e investigar cuál es el motivo que lleva a Zelig a transformarse según el contexto y no poseer una personalidad propia. Ella irá resolviendo varios misterios sobre la vida de Zelig, y, entre ambos, como no quiere la cosa, comienza a surgir un romance.
La historia está narrada a modo de documental, pero introduciendo una serie de elementos exagerados y fantásticos que la sazonan, como, por ejemplo, esa escena en la que vemos a Zelig cambiando de color de piel porque se ha juntado con un grupo de negros o, cuando le crece la barba de rabino porque se encuentra con un grupo de judíos ortodoxos. Una película, sin duda, muy divertida.
3. Manhattan
Isaac Davis (Woody Allen) es un hombre cuarentón que trabaja realizando gags para la televisión. Se ha divorciado dos veces, y la segunda, fue porque su esposa (Meryl Streep) se enamoró de otra mujer. Ahora ella y su nueva pareja viven juntas con el hijo de Isaac y ella se encuentra escribiendo una novela en la que relata detalles de su vida íntima con él.
Luego de semejantes patinadas, Isaac lleva una relación bastante tranquila y agradable con una muchacha de diecisiete años, llamada Tracy (Mariel Hemingway), quien está verdaderamente enamorada de él, y se siente decepcionada cuando Isaac le dice que deben separarse porque ella es una niña y lo suyo no podía llegar muy lejos.
La verdad, es que Isaac se ha enamorado de Marie Wilkie (Diane Keaton), la problemática y conflictuada amante de su mejor amigo.
2. Vicky Cristina Barcelona
Esta película ya pertenece a la segunda etapa del cine de Woody Allen. Esa etapa en la que el hombre se libera un poco de su manía de aparecer en cámaras (y más aún, en el papel protagónico), y da un giro también a su manejo de narrar historias y construir personajes. La atmósfera del film, personalmente, me recuerda a las películas de Almodóvar en su última etapa, bastante menos estrambótica.
Aquí se nos presenta a dos amigas, Vicky (Rebecca Hall) y Cristina (Scarlett Johansson), quienes visitan juntas Barcelona en las vacaciones de verano. Vicky es arquitecta, con una visión conservadora del mundo, sensata, y con intenciones de casarse con su novio de años. Cristina, por su parte, es una fotógrafa aventurera, que busca experimentar nuevas emociones. Ambas se ven metidas en una relación poco convencional con un pintor llamado Juan Antonio (Javier Bardem), quien aún mantiene una conflictiva relación con su ex esposa, María Elena (Penélope Cruz).
1. Annie Hall
Es cierto que la mayoría de películas mencionadas en este ranking pertenecen a la primera etapa de Woody, cuando todavía le gustaba robar cámaras, pero admito que me parece lo mejorcito de él. Sus películas de hoy me siguen gustando, pero siento que han perdido un poco el “feeling” y esa chispa de humor tan característico de Woody. De entre todas sus películas, Annie Hall es mi favorita.
Alvy Singer (Woody Allen) es un hombre que desde niño supo que estaba destinado a fijarse en la mujer equivocada, cuando fue al cine a ver Blancanieves, y mientras sus amiguitos se enamoraron de la protagonista, él se enamoró de la bruja malvada. Vivía reflexionando, además, sobre cuestiones que ningún otro niño de seis años se preguntaba, como si pronto el universo acabará de expandirse y todos moriremos.
Luego de dos matrimonios fallidos, Alvy conoce a Annie (Diane Keaton), una chica tan neurótica como él, que sueña con ser cantante, con una tía que tiene prejuicios sobre los judíos (y Alvy es judío), y un hermano que fantasea con estrellarse con el auto mientras los lleva de pasajeros. Ellos entablan una relación de dos años, que se va narrando a modo de documento de amor de los años 70. Se dice también que esta película es un reflejo de lo que fue la ruptura entre Allen y Keaton, quienes fueron pareja en la vida real.
Por: Alexiel Vidam