Por: Alexiel Vidam
Acabo de terminar de ver 1984, de Michael Radford, basada en el libro 1984
de George Orwell, que, dicho sea de
paso, terminé de leer un día antes de volver a ver la película (la había visto
hace varios años, pero admito que aquella vez me quedé dormida en algunas
partes). Esta segunda vez, la película me gustó más, porque pude reconstruir
aquellas escenas que ya había imaginado durante la lectura del libro. Debo
decir que Winston y Julia están muy bien retratados en
cuanto a su apariencia física y expresiones. Sin embargo, al momento en que
decimos que la película no gustó tanto de manera independiente (vale decir,
antes de leer el libro), reconocemos una serie de deficiencias por parte de la
misma…
Un poco de historia
El protagonista, Winston Smith (John Hurt), es un empleado del Ministerio de la Verdad, dedicado a alterar las noticias y libros de Historia a conveniencia del Partido. El gran dilema de Smith, consiste en su capacidad de reflexión… en su poder de discrepar, en silencio, con lo establecido. El poder de pensar, es considerado como el más grave delito en la sociedad de Oceanía, es el delito llamado “crimental” o “crimen del pensamiento”, por el cual uno es penalizado con la muerte y “vaporización” de todo vestigio de su existencia.
Distopía Literaria Vs. Distopía Fílmica
Logotipo y lema de Ingsoc (el Partido) |
Cuando vi el filme por primera vez, me pareció confuso. No
me quedó muy claro cuál había sido el máximo crimen de Winston, pues nunca se
explicó bien la naturaleza del crimental; lo único que quedó claro, es que él
se había acostado con Julia (- Suzanna Hamilton- una miembro del Departamento de la Novela) y que eso no
le gustaba al Partido (éste buscaba erradicar el orgasmo e imponer la
reproducción In Vitro –el motivo no se da a conocer en esta versión-). Sabemos
que Winston piensa distinto, sí, y que eso va en contra del Partido, pero nunca
se llega a sentir el verdadero peso de este “crimen”; el miedo de Winston a la
hora de escribir un diario no está bien representado, ni se explica cómo es que
la telepantalla no lo descubre, estando tan cerca de él. En el libro, este
miedo está muy bien descrito, así como las medidas que toma Winston para evitar
ser descubierto; percibimos todo su nerviosismo, su terror, y a la vez sus
ansias desesperadas por expresarse, por descargar toda su ira contra El Gran
Hermano.
Julia, por su parte, queda como un personaje mediocre. Somos capaces de percibir su modo de actuar ambivalente. Primero la vemos aclamando al Gran Hermano, y lanzando injurias contra Goldstein (su prófugo opositor), y luego la vemos retozando con Winston y dando a entender –mediante comentarios breves- que son prófugos de la “justicia”. Aun así, el personaje es hueco, está relegado al papel de musa del protagonista. No percibimos, como en el libro, su grado de rebeldía, la astucia con que se las arregla para sacarle la vuelta al partido, ni todas sus estratagemas para encontrarse con Winston (porque sí, ella es el cerebro estratega de los dos).
Julia, por su parte, queda como un personaje mediocre. Somos capaces de percibir su modo de actuar ambivalente. Primero la vemos aclamando al Gran Hermano, y lanzando injurias contra Goldstein (su prófugo opositor), y luego la vemos retozando con Winston y dando a entender –mediante comentarios breves- que son prófugos de la “justicia”. Aun así, el personaje es hueco, está relegado al papel de musa del protagonista. No percibimos, como en el libro, su grado de rebeldía, la astucia con que se las arregla para sacarle la vuelta al partido, ni todas sus estratagemas para encontrarse con Winston (porque sí, ella es el cerebro estratega de los dos).
Julia (Suzanna Hamilton) y Winston (Richard Hurt) |
Algo similar ocurre con O’Brien (Richard Burton), aquel miembro del Ministerio del Interior que intriga a Winston desde el primer momento. Al principio de la película, observamos un intercambio de miradas entre ambos. En la novela, Winston se manda toda una reflexión acerca de este corto intercambio; él siente que es capaz de entenderse con aquel miembro del Partido, y sospecha que quizás tampoco siente verdadero amor por el Gran Hermano. Winston confía en O’Brien, y piensa en él como un salvador, como un miembro de aquella Hermandad que complota contra el poder totalitario. En la película, O’Brien no aparece en ninguna de las reflexiones de Winston (reflexiones que, además, se ven seriamente recortadas); únicamente aparece al principio del filme, y luego hacia el final, cuando le entrega el libro “hereje” a Winston, con los principios de la resistencia (principios en los cuales tampoco llegamos a explorar en el filme, lo que sí sucede, y con mucha profundidad, en la novela).
En general, la versión cinematográfica tiene bastantes cavos
sueltos, que uno sólo puede llegar a resolver (y nunca del todo),
observándola detenidamente, con mucha paciencia, y más de una vez… prestando
suma atención en cada expresión de los personajes, en cada silencio; hay que
encontrarle sentido a este silencio, interpretarlo minuciosamente, pues en la
novela, estos “vacíos” están cubiertos por una honda explicación de los
sentamientos y sensaciones de los personajes, así como de sus ideologías.
Winston capturado por cometer el crimental. |
Lo que hay que resaltar como positivo, en contraste, es que el director ha sabido darle el rostro exacto a cada uno de ellos. Uno lee el libro, cierra los ojos, y ve al Winston de la película (o una imagen similar); lo mismo sucede con Julia y con O’Brien. Los ambientes también han sido muy bien construidos; para nada es una de esas producciones que abusan de efectos especiales para recalcar en su carácter futurista (tengo entendido que fue gracias a una exigencia de la viuda de George Orwell, antes de dar el permiso); de ese modo, uno se centra más en los aspectos psicológico y político, y siente mucho más cercano el tema de la distopía, cuya opresión se respira en el ritmo en que se desarrolla la trama, y en el cromatismo opaco de las imágenes.
El ritmo, las respiraciones cruciales, la gama de colores, hasta el acento usado, te envuelven en una atmósfera, que si logras superar por la densidad, te hace sentir la opresión que vive Winston y en la que lo acompaña Julia. El Winston de la película, como el de la novela, me atrajo sin remedio ni control, la Julia de la novela se me hizo más atractiva, claro, pero el carácter más bien secundario que tiene en la película, me parece que corresponde al que tiene en la novela, está más cerca de la revelión que Winston quizás por la facilidad y superficialidad con la que lo maneja, su juventud e ignorancia es exquisita ... aquí va un comentario que puede parecer estúpido: me parece que la falta de eroticidad a lo lolita se debe a su fisiotipo, a su acento, en fin ... me parece que lo que le falta al personaje de la película en comparación al personaje de la telenovela que hemos creado en nuestras cabezas tu y yo, se debe a referencias culturales, yo esperaba alguien más exhuberante y coqueto, ella es más bien coqueta infantil, linda, que extravagante y alocada, cuestiones de elección de la actriz y de cuestiones culturales de la producción? Finalmente, el libro es largo y denso, tiene párrafos que aunque sumamente interesantes, son larguísimos, la película creo que dura tres horas, pero aún así el tratado filosófico que encontré, es difícil de encapsular al menos en palabras. Por lo tanto hay que escuchar los silencios que mencionas, entrar en el ritmo, concentrarse en las imágenes, sentir el olor del tabaco de Winston y fasinarse con las reliquias del pasado que encuentra a su paso. Esta ha sido una intervención fugaz, la versión cinematográfica de una película como 1984, me parece que da mucho más para reflexionar. Como siempre Alex, logras interesarme con tus publicaciones.
ResponderEliminarWow... qué tal proyectada. Genial tu comentario, creo que ha nutrido más el post :).
ResponderEliminarGracias, y me alegro de que esta publicación haya despertado tu interés.
Un abrazo.
- Alex
Voy a revisarlo, gracias :).
ResponderEliminarSaludos.
- Alex
Yo no soy cinéfila, por falta de tiempo. No soy tan buena redactando mis críticas, por falta de talento. (Escribir es un talento) Pero tú si has logrado explicar muy bien los "vacíos" de la película, la cual entendí perfectamente por haber leído antes la historia. Yo pienso que faltó mostrar la astucia de Julia, ella ni siquiera fue una musa de Winston originalmente, era el modo de contraria al partido que logró colarse en su interior. Faltó dar a entender que si bien ellos son los protagonistas, no son las personas mas bondadosas, ya sé que la película no lo puede mostrar todo, pero al menos que Julia dijera que el bien de los demás la tiene con poco cuidado. La parte final es lo que realmente me dejó reclamando: No logran explicar, para quien no halla leído el libro, como funciona lo de amar ante todas las cosas al Gran Hermano y por qué. O el pánico que causa la habitación 101.....Son muchas cosas más, pero prefiero alabar la imagen perfecta de esa sociedad distópica que da la cinta y te unes mucho mas al libro. Buena reseña! ;)
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te haya gustado :)!
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