martes, 14 de enero de 2014

En Vitrina

Quentin Tarantino, el “niño terrible de Hollywood”



Por: Alexiel Vidam

Ganador de dos Oscar, el Globo de Oro, la Palma de Oro y el Premio BAFTA, Quentin Tarantino es uno de los directores más destacados y representativos del cine norteamericano. Cuenta con un estilo particular, propio, que combina elementos de la cultura pop y hace homenaje a varios géneros de culto.

Quint (Gunskmoke)
La vida de Tarantino es, por lo menos, igual de irónica que sus guiones. Nacido en KnoxvilleTennessee, el 27 de marzo de 1963, Tarantino parecía estar marcado por la cultura pop desde su nacimiento, ya que sus padres le pusieron “Quentin” en honor a un personaje televisivo: el herrero mestizo Quint, interpretado por Burt Reynolds en la serie Gunsmoke (1955-1975).

No se crió junto a su padre; éste se separó de su madre antes de que él naciera. Mas bien, creció con esta última y su nuevo marido en Los Angeles, en los barrios de Torrance y Harbour City, donde a menudo interactuaba con los negros, llegando a familiarizarse con sus modos y formas de hablar. Vale decir que su cercanía con el cine de Artes Marciales también parte de allí, ya que estas películas se seguían exhibiendo en los barrios afroamericanos aun cuando la fiebre del Kung Fu ya se había enfriado. En aquella época ya acostumbraba leer historietas pulp* y escuchar rock, en gran medida, por influencia materna.

"Pulp" se refiere a historias y comics de ficción de impresión barata
y temas extravagantes.

A los 15 años, demostrando  desde ya su espíritu rebelde, abandonó los estudios superiores para pasar a ser acomodador en un cine porno. Por el contrario de lo que podría esperarse, a Tarantino no le gustó este empleo. El trabajo en el que se sintió como pez en al agua –antes de ser director- fue el que obtuvo en el videoclub de Manhattan Beach a los 22 años, donde desarrolló realmente su pasión por el cine. En paralelo, se creó un falso CV como actor, que incluía haber participado en la película King Lear, de Jean-Luc Godard, 100% seguro de que en Hollywood nadie conocía esta película. Paradójicamente, en 1985 consiguió aparecer en televisión, en una serie llamada Las Chicas de Oro, donde imitó a Elvis Presley.

"Ampay" Tarantino

Durante su desempeño en la tienda de videos, conoció también al hoy reconocido director Roger Avary (en aquel entonces estudiante de cine), y al productor John Langley, quien contrató a ambos como asistentes para su película Maximun Potential (1987), un filme sobre body building, boxeo y Artes Marciales.

Las películas de Artes Marciales también marcaron el estilo de
Tarantino.

Pero los 80s fueron importantes no sólo por el hecho de sentirse a gusto recomendando películas o asistiendo en producción. Lo fueron, sobre todo, porque fue la época en que empezó a escribir guiones. De inicio, fue un período frustrante; al parecer, a nadie le importaban sus historias. Con mucho esfuerzo, logró finalmente vender el guión de True Romance y Natural Born Killers a Tony Scott y Oliver Stone respectivamente, con lo cual pudo hacer caja para rodar su primera película estrella: Reservoir Dogs. Vale decir, no obstante, que los resultados finales de True Romance y Natural Born Killers no gustaron en absoluto a Tarantino, quien sólo figuró en los créditos como autor de la idea original.

Reservoir Dogs


La línea de Quentin

Tarantino demuestra versatilidad al haber participado en películas como Four Rooms o Sin City, que se alejan de su estilo más personal y de culto. Algo similar ocurre con su tercera película: Jackie Brown, que presenta a sus recurrentes personajes ilícitos, pero cuenta con una estructura clásica y poca violencia (o poca para ser Tarantino).

A pesar de ello, Tarantino prefiere seguir una línea propia, con sus propias características: protagonizadas por delincuentes, estructura narrativa no lineal (no siguen el orden tradicional de inicio-nudo-desenlace), sobredosis de violencia (clara influencia del cine gore), y sobre todo, un guión plagado de diálogos sumamente irónicos. ¿A qué me refiero con esto último? Pues a la capacidad del director para colocar a personajes temerarios en situaciones tan cotidianas o tan ridículas, que convierten al más temido gangster en sujeto cándido y simpático. Otra característica importante, es que al tener un héroe “malo” (o inmoral, por lo menos), el público se identifica con el malo, e igualmente, el malo siempre gana. Esto se nota especialmente en Reservoir Dogs, donde tenemos por villano a un policía, y nosotros, como espectadores, queremos que el policía pierda y los gansters se salgan con la suya.

Beatrix Kiddo (Kill Bill) es una asesina... y madre de familia.

Uno de los grandes méritos de Tarantino, es que consigue conectarnos con estos personajes atípicos, alejados de la realidad del espectador común. Los humaniza, les da rasgos que podría poseer cualquiera de nosotros. Sus delincuentes también escuchan a Madonna, van al Burger King, pueden convertirse en madres, o deciden retirarse y buscar a dios. De alguna manera, es cierto, el autor se burla de nosotros, ya que rompe con los clichés de este tipo de personajes; pero lo hace de manera ingeniosa, demostrando que no hay límites para su imaginación, y que puede construir un universo (disparatado) con tal destreza, que nos hace tragar el cuento.

Diálogo sobre las hamburguesas (Pulp Fiction)

Creo que el ejemplo por excelencia de lo que acabo de señalar se ve en Bastardos sin Gloria. Aquí no sólo nos convierte a Hitler en un sujeto caricaturesco, y al sádico nazi Landa en un tipo carismático, sino que altera por completo la Historia como la conocemos. Los nazis no pierden en batalla, ni tras el suicidio de su líder. No señores, los nazis se queman en el cine.

El "Fuhrer" (Bastardos sin Gloria)

Por si fuera poco, y sólo para sacarnos un poquito más la lengua, Tarantino nos da el remate en su siguiente filme: Django Unchained. En esta película no se mete tanto con la Historia, es verdad (si su representación del sur no es fiel a la realidad de la época, por lo menos refleja bien la crueldad que sufrían los negros), pero atenta contra el estereotipo de un héroe legendario del Spaghetti Western. El Django de Sergio Corbucci pasa a convertirse en un esclavo negro liberado y con muchas ansias de venganza.



¿Y saben qué es lo mejor de todo? Que nos lo volvemos tragar.


La escuela de Tarantino

Una de las frases célebres de Tarantino es que él no fue a una escuela de cine, sino que fue al cine. Según el autor, en las escuelas clásicas, te enseñan a ser un técnico, no un artista. “Pueden enseñar a sincronizar la banda sonora con las imágenes, o puede ser que te enseñen algunos trucos diferentes de edición. (…) Pero parte de convertirse en un artista es descubrir tu estilo, cuando empiezas con me gusta esto pero no me gusta esto otro.”

Death Proof

Partiendo de aquí, podríamos decir que Tarantino se construyó como artista en la tienda de videos donde pasó horas de horas consumiendo películas. Se dejó empapar por los spaghetti western de Sergio Leone, de Sergio Corbucci, por las películas japonesas y las películas chinas de Kung Fu, por el cine negro (o cine de gangsters), por el gore. Tomó, además, referencias de su barrio de infancia, donde aprendió las expresiones de los negros y podríamos decir que aprendió a fusionarse un poco con ellos, usando desenfadadamente la “palabra con n” (de negro) en sus filmes con frecuencia.

El Django de Sergio Corbucci

En más de una ocasión, el director ha sido censurado por utilizar esta expresión vetada en Estados Unidos. En respuesta, Tarantino alega a su derecho a escribir libremente y representar a los negros tal cual los percibe:

“Como escritor, exijo el derecho a escribir cualquier cosa en el mundo que quiera escribir. Exijo el derecho a ser ellos, exijo el derecho a pensar en ellos y exijo el derecho a decir la verdad de cómo los veo, ¿de acuerdo? Y decir que yo no puedo hacer eso porque soy blanco, pero los hermanos Hughes pueden hacerlo porque son negros, eso es racista.”

Stephen (Django Unchained)

Lo que se viene

Entre otros motivos, a Tarantino se le conoce como “el niño terrible de Hollywood” debido a su afición de lanzar nuevas ideas, volver sobre las mismas, y luego cambiar de rumbo como si nada hubiese pasado. Así, por ejemplo, hace varios años se la pasó ilusionándonos con la tercera y cuarta entrega de Kill Bill (su película de Artes Marciales). Supuestamente, la tercera debía estrenarse este año, ya que el autor estaba esperando a que las hijas de Black Mamba y Vernita Green tuviesen edad para enfrentarse la una a la otra. Sin embargo, la últimas noticias nos dicen que el autor ha desertado de esta idea y que, por el contrario, piensa mandarse con un nuevo western, que sería protagonizado por su actor fetiche Christoph Waltz. El nuevo proyecto lleva por título The Hateful Eight. El director señaló, además, que su próxima producción sería una película de terror, género que no ha experimentado aún.

Christoph Waltz estará presente en The Hateful Eight

Para quienes esperaban con ilusión el retorno de Kill Bill (me incluyo en la mancha), sólo queda aferrarse a una esperanza: que Tarantino vuelva a dar otro de esos giros abruptos “como si nada hubiese pasado”.


Sólo para fans:

Con ustedes, My Best Friend's Birthday (1987), primer trabajo de Quentin Tarantino como director (co-dirección con Craig Hamman). Esta película quedó inconclusa, pero muchos de sus elementos fueron reutilizados por Tarantino en sus trabajos posteriores, incluyendo el guión de True Romance.

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