Por: Gianfranco Hereña
“Siéntate aquí”, dice la madre de Khan. Sobre un cuaderno dibuja dos
personas. Una de ellas tiene un cuchillo, la otra, un dulce. “Ahora dime, ¿cuál
de ellos es el enemigo?”. Khan piensa un segundo y tras ver a ambos, responde: “Los
dos son iguales”. “En el mundo sólo hay dos clases de personas: las que hacen
cosas buenas y las que hacen cosas malas”.
Bajo esta premisa podemos desgajar el argumento sobre el
cual gira toda la película. Mi nombre es Khan es la historia de Rizwan Khan, un musulmán que sufre de
autismo. Tras la muerte de su madre, Rizwan viaja a los Estados Unidos a fin de
encontrarse con su hermano menor, un exitoso empresario dueño de una línea de
cosméticos.
Cuando ambos han consumado su matrimonio y se le otorga a Sam (hijo de Mandira) el apellido Khan, sucede el atentado del 11 de septiembre. Con ello, se inicia una serie de ataques xenofóbicos contra los musulmanes en Estados Unidos. Sam debe lidiar con una serie de problemas de acoso en su escuela. Poco a poco el “bullying” se hace más fuerte y esto conlleva al fatal desenlace de Sam.
Madira rompe con Khan, considerándolo culpable de lo
ocurrido a su hijo. La única solución a
su conflicto es que él mismo vaya donde el presidente de los Estados Unidos y
le diga, personalmente, que ni él ni todos los musulmanes son terroristas
(obviamente se lo dice de manera rabiosa, sin considerar que Khan se lo toma
todo literariamente).
Khan asimila esto como una promesa y recorre el país en
búsqueda del mandatario para darle el mensaje.
Un personaje entrañable
Cabe aquí una comparación, aunque odiosa, con el mítico Forrest Gump, interpretado por Tom Hanks (1994). Khan retoma algunas
de sus características y el actor que lo interpreta (Shahrukh Khan) logra atraparnos con su interpretación. Su infinita
inocencia -con toques de humor- refresca la trama y se vuelve una especie de
“mente inspiradora”; la película adquiere, entonces, un sentimiento propio: todos queremos que Khan llegue a conocer al
presidente, así nos parezca una idea descabellada y poco alcanzable.
Aunque tendría motivos más que suficientes para caer en el
estereotipo doliente y lastimero del autista típico, Shahrukh Khan ha consigue una actuación brillante, digna de aplauso;
mérito tanto de él como del director Karan Johar.
Sin moralejas tontas
Algo que conviene destacar es el trasfondo. Es típico de
algunas películas dejar una moraleja muy explícita. Aquí hay que señalar como
una virtud, que no es necesario que los personajes se comuniquen de manera tan
literal; las imágenes van hablando por sí mismas. El mensaje conmueve y punto. Nos hace una introspección que rehúye
naturalmente de algunas tramas típicas. Asimilarnos
como humanos y no como eternos rivales es lo que me queda tras las 2 horas y 34
minutos de duración. Si en ese tiempo obtienen algún otro mensaje, queda en
ustedes, pero verla es un “must” dentro de mi lista.
Dirección: Karan Johar
Guión: Shibani Bathija, Niranjan,
Christopher B. Duncan, Steffany Huckaby, Carl Marino Iyengar
Protagonistas: Shahrukh Khan, Kajol
País: India
Año: 2010
Género: Drama
Duración: 165 min
Idiomas: Hindi, Urdu, Inglés
Me encanto esta pelicula :*
ResponderEliminarMuy buena, te hace reflexionar mucho
ResponderEliminarMuy interesante......
ResponderEliminarMi hijo es asperger... Nos hizo reír y llorar... X k así es mi hijo mas o menos... Apenas tiene 5 años... Pero imaginamos que así pueda ser... Lindo, atento y responsable...
ResponderEliminarMi hijo es asperger y tiene 9 años pero es muy distinto, aunque es muy literal y en sus desesperos veia reflejado a mi niño lo que me hizo llorar un par de veces.
ResponderEliminarSuper linda pelicula me encanto,muy tierna conmovedora
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