lunes, 6 de enero de 2014

Drama mediático

Las crisis de Diana



Por: Eduardo Bueno León*

Diana, la película protagonizada por Naomi Watts, es notablemente dispareja. Un pésimo guión y una actuación exagerada, pero irreprochable. La actriz de origen australiano destaca cada vez más como la sucesora de Meryl Streep; es absolutamente camaleónica, diestra en las caracterizaciones y conmovedora. Su poco parecido físico a Diana de Gales se compensa con una expresividad que fluye de forma casi natural, al revés de Meryl Streep, previsible y pura técnica.

La película trata del apasionado romance entre Diana y el médico cirujano de origen pakistaní Hasnat Khan, que duró casi dos años hasta poco antes de la muerte de la llamada "Princesa del pueblo" (como la bautizó Tony Blair). ¿Qué hace diferente esta historia de otros romances de Diana, la cual, luego de las traiciones del príncipe Carlos, no se arredró en aventuras y amoríos?


La película, basada en un libro escrito por una íntima amiga de la princesa, resalta la historia de Diana con Hasnat Khan por encima del último romance de la princesa con Dodi Al Fayed. Literalmente se plantea que Diana, dolida por la crisis de su relación con Khan, se refugia en los brazos y en el yate de Dodi al Fayed, un playboy millonario sin arte ni beneficio, salvo ser un rico heredero. ¿Cómo Diana da un giro de su admirado, solidario e inteligente doctor, al regazo de un inútil de origen egipcio?

Cas Anvar interpreta a Dodi Al Fayed
¿Desesperación, celos, frustración, despecho?... Es aquí donde el guión naufraga, pues suma todo y nada resuelve. La historia es contada como si fuese un capítulo más del libro de Andrew Morton Diana su verdadera historia, que relata los maltratos psicológicos sufridos por una joven e inmadura princesa, ingenua y fantasiosa, ante la cruda realidad de un matrimonio que la corona trató de mantener por formalidad y fachada. Con ese libro y la célebre entrevista a la BBC, Diana le declara la guerra a los Windsor y arruina la reputación de la conservadora y anacrónica corte inglesa, poniendo incluso en duda la capacidad de Carlos para acceder a la corona.


Lo mismo intenta hacer con Khan, manipulando a los medios, a los paparazzi, tratando de llamar su atención, exhibiendo su amorío con Dodi al Fayed. Pero esa es la historia narrada en el libro, seguida por el guión, el cual dulcifica a una Diana supuestamente maquiavélica y atormentada, que la noche de su muerte espera una llamada que nunca llegó, la de Khan. Entonces, según el guión, después de la ruptura, la historia de Diana con Khan continuó a través de los medios, en suerte de mensajes directos y subliminales para sacudir a un médico reservado y distante de todo tipo de publicidad, que dejó plantada a Diana por razones culturales.


El conflicto de Diana con la familia real británica fue emocional, afectivo y político. En la historia que comentamos, Diana es víctima de su propia insensatez mediática. ¿Y cuál es el objeto de este laberíntico culebrón con ramalazos de humanitarismo veleidoso metido casi a la fuerza en el guión? Planteamos dos hipótesis: La primera desacreditar a Diana exhibiéndola como manipuladora mediática sin escrúpulos. Y la segunda, tumbarse la historia idílica entre Diana y Dodi al Fayed, que ha servido de base para diversas teorías conspirativas, orientadas a demostrar que Diana fue asesinada en una operación conjunta entre los servicios de inteligencia británicos y el Mossad israelí. La madre del futuro rey de Gran Bretaña no debía casarse con un árabe y musulmán.


Diana Spencer fue una desdichada mujer que se levantó valientemente de entre los escombros de su matrimonio fracasado, y se convirtió en un símbolo global para la gente sencilla, ansiada de reconocimiento afectivo. Entre el fin de la guerra fría y el surgimiento de la época del vacío, fue la reina de corazones, proyectando las vulnerabilidades emocionales de las mujeres ante el poder, el status, las jerarquías, las tradiciones institucionales. Y en su camino se encontró con un reservado pakistaní, que la quiso amar sin mayores complicaciones ni complejidades. Tarea imposible para una mujer como Diana, envuelta en un torbellino existencial y mediático, de la cual, finalmente, fue víctima solitaria.

Ficha técnica:
 
Dirección: Oliver Hirschbiegel
Producción: Robert Bernstein, Douglas Rae
Guión: Stephen Jeffreys
Reparto: Naomi Watts, Naveen Andrews, Cas Anvar
Países:  Reino Unido, Francia, Croacia, Estados Unidos
Año: 2013
Género: Drama, biopic


*Eduardo Bueno León es escritor, sociólogo y politólogo. Ha ejercido como docente la Universidad Anahuac y la UDLA – sede México DF. Es investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de México. Actualmente dicta también en la UNAM y en en la Universidad Iberoamericana de México DF.

1 comentario:

  1. La pude ver y siempre creo que los papeles que le dan a esta mujer, son muy buenos

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