Por: Alexiel Vidam
Hacer una película
sobre el cáncer sin caer el clichés edulcorados, es un reto difícil. Es
necesario investigar e, inclusive, tener una cercanía más personal con el tema. Tal vez el mayor acierto de 50/50, sea el guion escrito por Will
Reiser, quien se inspiró en su propia experiencia con el cáncer a la edad
de 25 años.
Evan Golderg y Seth Rogen lo convencieron de escribir la historia y a la vez se involucraron en la producción (de hecho, Seth Rogen también aparece en el filme como el mejor amigo del protagonista). La dirección quedó en manos de Jonathan Levine.
Evan Golderg y Seth Rogen lo convencieron de escribir la historia y a la vez se involucraron en la producción (de hecho, Seth Rogen también aparece en el filme como el mejor amigo del protagonista). La dirección quedó en manos de Jonathan Levine.
El protagonista, es
Adam Lerner (Joseph Gordon-Levitt), un joven de 27 años que tiene la vida
casi hecha: cuenta con un trabajo en la radio, el cual le permite pagar el
alquiler de una acogedora casa suburbana, y cuenta con una relación
aparentemente estable con su novia Rachel (Bryce Dallas Howard).Sin embargo, un incesante dolor de espalda que acaba por
ser un tumor maligno, le pone el mundo de cabeza. Según sus búsquedas en
Google, Adam tiene un 50% de posibilidades de recuperarse.
La noticia de su
enfermedad corre rápidamente por su entorno y genera una serie de cambios
incómodos. Sus compañeros de trabajo empiezan a tratarlo con compasión
—pronto, además, se ve obligado a tomar un descanso—, su invasiva madre
(Anjelica Huston) pretende mudarse con él —pero él se lo impide—, y su amigo
Kyle (Seth Rogen) intenta distraerlo con chicas después de desenmascarar la
infidelidad de Rachael.
En paralelo, por recomendación médica, empieza a asistir a terapias con Katherine McKay (Anna Kendrick), una joven e inexperta psicóloga que se encuentra realizando su tesis. Además, comienza a asistir a quimioterapia, donde conoce y se hace amigo de Alan (Philip Baker Hall) y Mitch (Matt Frewer), dos pacientes mayores que lo introducen en el consumo de marihuana como forma de soportar el dolor y llevar la enfermedad de manera más relajada.
En paralelo, por recomendación médica, empieza a asistir a terapias con Katherine McKay (Anna Kendrick), una joven e inexperta psicóloga que se encuentra realizando su tesis. Además, comienza a asistir a quimioterapia, donde conoce y se hace amigo de Alan (Philip Baker Hall) y Mitch (Matt Frewer), dos pacientes mayores que lo introducen en el consumo de marihuana como forma de soportar el dolor y llevar la enfermedad de manera más relajada.
A través de la trama,
acompañamos a Adam a través de su complicado proceso: la negación (“estoy
bien”, “estoy tranquilo”, “estoy relajado”), la resignación (asumir su estado y
pasarse el día fumando porros), la rabia-miedo (cuando siente a la muerte
realmente cerca), y, finalmente, la apertura (cuando asume las posibilidades y
acepta llevar la situación acompañado).
Especialmente en esta última etapa, observamos una importante evolución, pues vemos cómo un personaje autosuficiente, pero a la vez solitario y hermético, empieza a reconocer la preocupación de los demás y se reconcilia con su estado vulnerable.
Especialmente en esta última etapa, observamos una importante evolución, pues vemos cómo un personaje autosuficiente, pero a la vez solitario y hermético, empieza a reconocer la preocupación de los demás y se reconcilia con su estado vulnerable.
En resumen, puedo decir que se trata de una historia bastante sincera, sin muchas pretensiones y bastante
ingenio, pues, mezclando inteligentemente el drama con la comedia, consigue
conectar al público, engancharlo y conmoverlo. Pulgares hacia arriba para
esta peli.
Producción: Evan
Goldberg, Seth Rogen, Ben Karlin
Guion: Will Reiser
Música: Michael Giacchino
Fotografía:
Terry Stacey
Montaje: Zene Baker
Reparto: Joseph
Gordon-Levitt, Seth Rogen, Anna Kendrick, Bryce Dallas Howard, Anjelica
Huston
País:
Estados Unidos
Idioma:
Inglés
Año:
2011
Género:
Comedia dramática
Duración:
100 minutos
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