Por: Alexiel Vidam
Estaba con ánimos nostálgicos y ganas de algo ligero, entonces me puse a ver un anime de esos de mis años mozos de frikismo extremado. Estoy hablando de DNA² (1994), adaptación del manga homónimo de Masakazu Katsura, una serie que mezcla elementos de comedia romántica, acción y ciencia ficción. ¿Que si era tan buena como la recordaba…? Es lo que profundizaremos a continuación.
De “gil” a Megaplayboy
Esto va sobre Junta Momonari, un estudiante de
preparatoria bastante tímido… pero tímido al punto en que llega a vomitar
en cualquier situación que pueda “removerle las hormonas”. Ello entorpece tremendamente sus interacciones con mujeres, con
excepción de Ami, su amiga de infancia, a quien, según sus propias palabras
“no percibe como una chica”. Hasta aquí
tenemos un inicio bastante típico… hasta que aparece Karin Aoi, una viajera del
tiempo.
Karin viene de
100 años en el futuro, una época en la que la superpoblación es tal, que el Estado
condena con pena de muerte a cualquiera que tenga más de dos hijos. Esta superpoblación se debe a que un “Megaplayboy” tuvo 100 hijos con 100 mujeres distintas,
y estos hijos a su vez siguieron engendrando megaplayboys irresistibles que
llevaron al mundo a una condición extrema. Por este motivo, Karin ha viajado
con una vacuna para disparar al paciente cero antes de que desarrolle
su ADN de megaplayboy… y este paciente cero, resulta ser Junta.
Las cosas se
complican debido a un “pequeño error”
cometido por Karin que genera en Junta una situación de inestabilidad, en la
que alterna entre la personalidad original de chico retraído, y la del super
fuerte, seguro y extremadamente atractivo Megaplayboy. Como es de esperarse,
esto genera una serie de situaciones
disparatadas entre el protagonista y los personajes femeninos,
especialmente Ami y la propia Karin.
Lo bueno, lo malo, y lo que pudo ser
mejor
La historia
arranca bastante bien, presentándonos al protagonista y su peculiar problema
con las mujeres, situación que es aprovechada para marcar el tono jocoso de la
trama. En el primer episodio aparecen también los principales intereses
románticos de Junta y el problema que surgirá en torno a él en el futuro. Diría que en el primer tramo de la serie,
se mantiene el interés y la tensión va in crescendo; sin embargo, mientras van avanzando los capítulos, esa
tensión se va desinflando poco a poco. Las situaciones, aunque graciosas,
se vuelven un tanto repetitivas. Uno siente que algunos sucesos se resuelven
demasiado pronto y que los personajes no
terminan de desarrollarse.
Nunca terminamos de conocer a Karin más allá de “chica del futuro que sueña con la casa, el esposo guapo y el perro”, ni a Ami más allá de “la amiga temperamental enamorada del protagonista”. El guion tampoco se da el tiempo de explorar los verdaderos sentimientos de Junta. Sabemos que le gusta Karin porque él dice que le gusta Karin, y sospechamos, de alguna manera, que también siente algo por Ami, pero ninguno de estos ángulos termina de mostrarse, de modo que es un poco difícil sentir empatía o tener marcada preferencia por una relación u otra (al final yo prefiero a Karin, pero sólo porque es más graciosa, ya que el personaje realmente no tiene mucho fondo).
De pronto nos
encontramos en el episodio 12 (el
último de la serie de TV) y el desenlace
nos deja con varias interrogantes y algunas “resoluciones” bastante forzadas (especialmente
por el lado del enredo amoroso). Por si fuera poco, las OVAS (capítulos especiales para video) que vienen después pretenden
dar un mejor cierre al problema de los megaplayboys en el futuro, pero diría
que empeoraron las cosas, pues añadieron al sinsabor previo, un par de
incoherencias argumentales. Algo que
también me dejó incómoda fue la poca exploración del concepto de “megaplayboy”,
que es tocado muy por encima como una suerte de super saiyajin demasiado sexy
(de hecho, la apariencia de Junta Megaplayboy recuerda bastante a las de los
super saiyajin… y esto no es casual, pues Masakazu Katsura es el mejor amigo de
Akira Toriyama, creador de Dragon Ball).
En cuanto a los puntos fuertes de la serie,
resaltaría el diseño de los personajes femeninos. Aunque se trata de un anime de los 90 (que no ha
envejecido de la mejor manera), los trazos se han mantenido bastante fieles a
la línea del manga, y Katsura presta MUCHA pero MUCHA atención al diseño de las
mujeres, dotándolas de marcada
expresividad y una sensualidad bastante natural. Personalmente, me quedo
con el diseño de Karin, quien contrasta bastante bien los gestos dulces y
traviesos con un atuendo y un peinado futurista.
Otro punto que
resalto es la música, especialmente el opening titulado Blurry Eyes, de la
legendaria banda L’arc~en~ciel. Este
tema que es considerado “de culto”
entre los otakus de la época dorada del anime, y de los más emblemáticos de la
banda que lo interpreta.
Sobre la historia
en sí, diría que lo más disfrutable es
el humor absurdo, que hace que termines perdonando casi todos los problemas
mencionados anteriormente. Aunque DNA²
es una serie bastante imperfecta, también es cierto que se deja ver con bastante
facilidad, y termina conquistando con su
irreverencia. Diría que es la recomendación perfecta para maratonear un
domingo de chilleo extremo
Ficha técnica
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