Por: Alexiel Vidam
“Supongo que no nos veremos. Pero... hay algo de lo que estoy segura. Si nos vemos, lo sabremos de inmediato. Sabré que fuiste tú quien estuvo dentro de mí, y que fui yo quien estuvo dentro de ti…”
Esta, a mi parecer, es la frase más conmovedora que tiene Kimi no Na wa, también conocida como Your Name (2016), de Makoto Shinkai. Es una frase extremadamente poética, y estoy segura de abarca mucho más que una anécdota argumental. ¿Qué puede ser más íntimo y personal que estar en el cuerpo de la otra persona…? ¿Que ver a través de sus ojos… sentir con sus manos y conocer cada aspecto de su vida? Los seres humanos conectamos las almas a través del cuerpo, y es por eso que, en el amor, buscamos acercarnos hasta entrar en el cuerpo del otro.
Mitsuha Miyamizu y Taki Tachibana son dos adolescentes de 17 años que pertenecen a mundos distintos. Mitsuha vive a las afueras de Tokio, en un pueblito donde todos los días son similares y no hay mucho con qué entretenerse. Ella sueña con irse a la ciudad para escapar de la rutina y de las tradiciones antiguas de su familia, las cuales la convierten en comidilla de burlas entre adolescentes. Taki, por su lado, vive en plena ciudad de Tokio, donde el día a día está lleno de novedades, pero también de un ritmo frenético que obliga a no detenerse. Ellos no parecen tener algo en común, y ni siquiera se conocen… hasta que un día, amanecen, sin explicación alguna, uno en el cuerpo del otro. Esta situación se repite dos o tres veces por semana, volviendo después cada uno a su propio lugar.
En un principio ambos piensan que, el ocupar el lugar del otro, es simplemente un sueño, pero, poco a poco, los indicios del entorno dejan en evidencia que el intercambio de cuerpos es una realidad. Por este motivo, para cuidar sus estilos de vida, Mitsuha y Taki se dejan instrucciones y mensajes en el celular, en hojas de cuaderno o a veces en la propia piel. La propia necesidad de superar la confusa situación, va construyendo un vínculo profundo entre ambos personajes casi sin que estos se den cuenta. Sin embargo, cuando, notan esta conexión, los intercambios paran de manera abrupta y la comunicación se termina. Para este momento, la historia sigue a Taki en su búsqueda por comprender dónde se encuentra Mitsuha y qué ha pasado con ella.
“Quería decirte... que donde sea que estés en el mundo, te volveré a encontrar pase lo que pase.”
Aquí hay más que distancia, y de alguna manera, la película nos lo sugiere todo el tiempo. Lo hace con la composición de los encuadres, que divide con sutileza el espacio en dos mitades. Lo hace con ciertos datos escritos a los que el ojo de primer visionado pasa por alto. Lo hace mediante la edición del opening e incluso mediante un discurso bastante simbólico de la abuela de Mitsuha.
“Entrelazar hilos es una unión, conectar con las personas es una unión, y el pasar del tiempo es una unión. Todo esto es parte del poder del dios. Los hilos que trenzamos son un lazo con él, una parte del dios, representan el paso del tiempo mismo. Se acomodan y toman forma, se enredan y se retuercen. A veces se desenredan, se rompen y se vuelven a conectar. Eso es una unión, es el tiempo.”
El tiempo es un elemento muy importante, y para reforzar su importancia, la película juega con cambios de ritmo, pasando de momentos muy pausados, a otros bastante más veloces. Taki debe derrotar al reloj, y para ello, debe renunciar a sus prejuicios terrenales, conectar con esa divinidad representada en la unión; un poder tan fuerte que es capaz incluso de romper los límites del tiempo y el espacio.
Este mensaje está muy relacionado con la cosmovisión del sintoísmo (la religión oficial de Japón), que cree en el Musubi como ser creador; una fuerza transformadora que conecta a todos los seres de la naturaleza. De aquí también nace el mito del hilo rojo del destino, según el cual, todos estamos atados a alguien mediante un hilo rojo anudado alrededor del dedo meñique. Las dos personas atadas están destinadas a encontrarse, y ninguna de ellas podrá amar a otra persona de la misma manera en que ama a quien está atada.
A través de un relato plagado de metáforas y subtexto filosófico, Your Name nos muestra la evolución de dos personajes que se buscan el uno al otro. Es una historia contemplativa, que, sin embargo, no peca de poco digerible. Logra engancharnos con la falsa premisa de una comedia romántica centrada en el intercambio de cuerpos, para luego sumergirnos en un viaje mucho más complejo y emocional. Además, contrasta la tensión con toques de humor precisos, pensados para dar un respiro al espectador sin ensuciar el tono general de la trama.
Sobre el diseño y la animación, nada más diré que
son hermosas, y sobre la banda sonora, que colorea a la perfección los momentos
más emotivos del relato.
Ficha técnica
Dirección: Makoto Shinkai
Producción: Noritaka Kawaguchi, Genki Kawamura
Idea original y guion: Makoto Shinkai
Música: Radwimps
Fotografía: Makoto Shinkai
Montaje: Makoto Shinkai
Protagonistas: Ryūnosuke Kamiki, Mone
Kamishiraishi, Masami Nagasawa, Ryo Narita, Aoi Yūki, Nobunaga Shimazaki, Kanon Tani
País: Japón
Idioma: Japonés
Año: 2016
Género: Anime,
drama, fantasía, romance
Duración: 106
minutos
*Esta película se encuentra disponible en HBO Max.
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