domingo, 18 de diciembre de 2011

Cine para locos

Por: Alexiel Vidam

El Gabinete del Dr. Caligari, es la primera y la más representativa película del Expresionismo Alemán. Cuenta con una estética muy particular que marcó las pautas de un nuevo estilo cinematográfico, y que transmite la sensación de hallarnos frente a la mirada de un desquiciado.


Hasta el momento, la película muda más impresionante que he visto (le sigue “Metrópolis”, de Fritz Lang). A pesar de ser una película de 1920, cuenta con uno de esos giros argumentales que cambian completamente el concepto de lo que se está viendo, y que llenan de sentido una serie de elementos que, de buenas a primeras, uno supone como meras características estéticas del cine de vanguardia, o de la firma personal del director.

Hablar de El Gabinete del Dr. Caligari, no es sólo hablar de una película de horror de inicios del cine; es también hablar de una corriente cinematográfica que surgió como una respuesta nacionalista y contraria a la industria de fílmica norteamericana: El Expresionismo Alemán, que corresponde a la corriente artística del mismo nombre, y que se desarrolló también en campos como la pintura, la literatura, el drama, y la fotografía.

El Expresionismo, como movimiento intelectual y artístico surgió a inicios del S. XX en respuesta al Impresionismo, que se focalizaba en la representación máxima de la impresión realista, mientras que el Expresionismo decidió centrarse en la expresión de lo subjetivo, en la visión interior del artista. Dado que surgió en la etapa previa a la I Guerra Mundial y se extendió hasta el período de entreguerras, sus temas principales son la miseria, la soledad, y la angustia. Defendía la libertad, el apasionamiento, y la expresión de lo sexual, lo morboso y lo demoníaco.

El Gabinete del Dr. Caligari, es la primera película de esta corriente. En ella apreciamos cada toma como si se tratase de un cuadro expresionista, con sus fondos distorsionados, sus gestos y movimientos marcados, y sus fuertes contrastes entre blanco y negro, presentados en las sombras recurrentes y el maquillaje exacerbado de los actores. De inicio a fin, fue grabada en estudio, y utilizó telas para representar los distintos ambientes, llenos de construcciones y elementos deformes, como si estuviésemos ante la mirada de un loco.

La trama se pinta bastante sencilla y lineal en un comienzo, pero la última escena, rompe todo con todos nuestros esquemas.

Nos presenta a un joven llamado Francis, quien, junto con su amigo Alan, asiste a la feria a observar el show de un psíquico llamado Caligari y su sonámbulo Césare, capaz de predecir el futuro. Césare predice la muerte de Alan esa misma noche. A la mañana siguiente, Francis descubre que su amigo ha sido asesinado.

A este trágico suceso, se suman una otros con las mismas características: nocturnos, y realizados con un arma punzocortante. Francis sospecha que ha sido obra de Caligari, pero cuando va a encararlo acompañado por el Dr. Olsen, padre de su novia Jane, el místico le muestra a Césare dormido en su ataúd. Al poco rato, se enteran de que el supuesto asesino ha sido arrestado, pero los crímenes no se detienen, y pronto Jane es secuestrada.

Con esta historia, los guionistas, Hans Janowitz y Carl Mayer, pretendían denunciar la actuación del Estado alemán durante la guerra, representándolo en un personaje poderoso y manipulador que se vale de la hipnosis para inducir al crimen. Este detalle es poco conocido, pues el director Robert Wiene, presionado por los productores, y seguramente, también por las autoridades alemanas, tuvo que añadir una última escena, alterando el sentido de la película, restándole significado social pero enriqueciéndola en el sentido estético y el psicológico. Esta escena final es la que provoca el giro más fuerte del argumento, y la que dota de sentido también a varios elementos escenográficos y dramáticos, como los fondos distorsionados y las expresiones marcadas de los actores.


6 comentarios:

  1. No hay duda que "el gabinete..." significó mucho para el cine. Su estética oscura y deforme siempre me ha gustado (aunque he de admitir que soy más de Murnau o Lang). Un buen artículo y un detallazo el colocar la película!!

    Un beso!

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  2. A mí también me encanta su estética. De hecho, Caligari fundó esa estética en el cine, por eso también se habla mucho de "Caligarismo" como una manifestación importante del Expresionismo. De Murnau me gusta Nosferatu, y de Lang, me encanta Metrópois.

    Me alegra que te haya gustado el artículo :D.

    Oshe, ya q hablamos tanto por acá y por tuiter, q tal si nos vemos las caras? :)

    Otro beso para ti :).

    - Alexiel

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  3. Nosferatu es opresiva y los juegos de sombras... A mí de Murnau también me gusta el Faust (pero eso es porque es una historia que siempre me llamó). Y sí, Metrópolis es una maravilla (me gustó hasta la versión que hizo Otomo).

    Vernos las caras... Me encantaría!! (aunque me da que ando un tanto lejos de más) :(

    Un beso

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  4. Nosferatu me gusta bastante, aunque tiene una estructura bastante más clásica, Caligari me parece más sorprendente en ese sentido. Faust aún no la veo, pero tengo el dvd y de hecho está en lista, así como los Nibelungos :).

    ¿La versión Anime de Metrópolis es fiel a la película de Fritz Lang? :O

    ¿Dónde te encuentras o.o? Ya me intrigaste xD.

    Un abrazo!

    - Alex :)

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  5. Con los nibelungos paciencia... muuuuuuuuuuuuucha paciencia, que es larga como ella sola.

    Metrópolis de Tezuka (y dirigida por Otomo) me gustó aunque es verdad que está basada de manera extremadamente libre a la obra de Lanz. Eso quiere decir que básicamente no tiene mucho que ver una con otra. Aún así, los diseños tipo retro, la banda sonora y la historia están bien.

    Besos!!

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  6. Buscaré el anime, entonces, a ver q tal :)!

    Sí sé que los Nibelungos es larga :O... Más q el Dr. Mabuse? :O

    - Alexiel :)

    PD: ¿Cómo así te gusta tanto el cine, qué has estudiado? :O

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