miércoles, 30 de abril de 2014

Propuesta en Serie B

Entonces Ruth: una atípica historia de ciencia ficción Made in Lima


Por: Alexiel Vidam

Entonces Ruth… Con sólo escucharlo, nadie diría que es el título de una película de ciencia ficción. “Entonces Ruth” podría haber sido “Entonces Juan” o “Entonces María”, como bien lo señaló su director, Fernando Montenegro, cuando tuve la oportunidad de conocerle en persona. Para colmo de “males”, Ruth no es una Mujer Maravilla con superpoderes, ni una intrépida Princesa Leia. Ruth es una mujer como cualquiera. Simplona, inocentona, curiosa pero “ahí nomás”. Y es que la propuesta de Montenegro es ésa: “¿Qué haría un humano promedio en una situación amenazadoramente atípica?”.


 La trama rompe con el esquema clásico de narración. Aquí no hay “inicio-nudo-desenlace”. El filme juega a ir y venir en el tiempo constantemente. Partimos 40 años en el futuro, para observar el encuentro entre una monja y un refugiado agnóstico. Él se siente aterrorizado ante la próxima llegada de los aliens. Ella se muestra incrédula ante todo eso. Irónicamente, ella tiene una fe ciega en dios, mientras que él cree sólo en Sartre. Posiciones enfrentadas que se atraen mutuamente. A pesar de sus posturas distintas, notamos una fuerte tensión sexual entre los dos. Al mismo tiempo, el que la monja no use hábito parece ser adrede; no sólo símbolo de modernidad sino también un afán por mostrarla como mujer; y es que así la ve el hombre.

Luego un enorme salto en nos adelanta 30 años. La llegada extraterrestre es un hecho. No se trata de alienígenas amigables. Tampoco se parecen a nosotros. Mucho menos tienen aspecto de luz incandescente. Por el contrario, su apariencia es monstruosa, y por si fuera poco, se alimentan de carne humana. Ante la inminente invasión, la comunidad de temas OVNI Nova 37 decide realizar un encuentro de paz con los aliens. Para este encuentro –del que en verdad nadie espera un buen final- eligen a Ruth.


Hasta aquí, el argumento indica que nos hallamos frente a una típica Space Opera (aventura espacial), con el defecto de poseer un presupuesto bajísimo, lo cual convertiría a Entonces Ruth, en una película de Serie B. Sin embargo, el tema central de la película no es la invasión, sino el mundo interior de Ruth, el cual el autor explora a profundidad mediante recuerdos, flashbacks e imágenes confusas representativas de los sueños del personaje. Ésta es, también, una película surrealista. De hecho, varias tomas recuerdan un poco a Buñuel, y en ocasiones a 2001: Odisea en el Espacio, especialmente por la inserción de la música que provee una atmósfera similar.

Vale aclarar que lo “cutre” en este filme no es un defecto de producción, sino un recurso estético utilizado por el director con un propósito. Aunque nos duela, es su manera de criticar nuestra sociedad. El escenario en el que se desarrolla la historia es Perú, es Lima, es una Lima postapocalíptica, decadente como lo puede ser una ciudad gringa en sus filmes cyberpunk, pero a la vez, limeñisimamente “chicha”.




Hay un reproche sobre todo a la mediocridad y a ese afán de parecer lo que no somos. En Entonces Ruth notamos que los protagonistas no son precisamente adinerados (se dice que Ruth tiene plata, pero en ningún momento se observa). De hecho, viven en ambientes deprimentes, pero todos tienen un robot. Un robot de segunda (o de tercera… como nuestros autos en general), pero un robot al fin y al cabo. Un detalle anecdótico es que varios de estos robots parecen sacados del basurero de los Power Rangers… o de sus antecesoras niponas (¿Alguien recuerda a Liveman, Flashman, Jiban…?). Montenegro demuestra su humor sarcástico al denunciar el esfuerzo ridículo de aparentar… Cuando te compras el último celular, la última tele… y luego la casa sigue a medio construir o no hay la luz… ¿Te suena familiar? Cosas que se ven.


Personalmente puedo decir que disfruté mucho de estos sarcasmos. Será quizás que comparto ese humorcito negro con el autor… esa ironía. Debo admitir además que suelo sensibilizarme con los personajes solitarios y melancólicos, y en este filme, todos los personajes son “huérfanos”; no tienen familia, están solos. Será quizás por eso, que a pesar del temor, Ruth se ofrece como voluntaria… No tiene nada que perder.


(*Tuve la oportunidad de observar esta película y conocer a su director participando en Cine Debate 2014, patrocinado por Cinematosis, El Portal Producciones y Revista Dedomedio. Si quieres seguir la movida independiente peruana, estate pendiente a la próxima proyección de Cine Debate.)

1 comentario:

  1. la mejor escena es la de la batalla , y esa toma de angulo contrapicadoo!! muy buenaaa!!

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