martes, 20 de enero de 2015

Se busca mujer que sepa volar…



Por: Alexiel Vidam

El Lado Oscuro del Corazón es una de esas películas que provoca ver cada cierto tiempo, sobre todo cuando te sientes inspirado o de ánimos melancólicos. Para ver tirado en tu cama, con las sábanas deshechas y una taza de café amargo al costado. Es un filme para el desgarro -a decir verdad-, pero para un desgarro penetrante y bien sentido. Es un filme para sentir poesía.

Y es que El Lado Oscuro del Corazón, de Eliseo Subiela, es poesía pura por donde se le mire. No sólo los diálogos son un tejido de versos de Benedetti, Juan Gelman y Oliverio Girondo, sino que toda la puesta en escena fluye tal cual, construyendo un universo de metáforas visuales. Oliverio Fernández (Darío Grandinetti), es un escritor que conversa con la muerte -que tiene cuerpo y rostro de mujer-, que le coquetea y la reta constantemente. Se burla de ella. Ella le saca en cara que él no deje de ser un adolescente, que debería encontrarse un trabajo estable y renunciar a sueños imposibles de mujeres voladoras. Oliverio busca una mujer que sepa volar.

De hecho, la película arranca con un diálogo entrañable, que clava estocada fija en aquellos que andamos siempre en la búsqueda de “algo más”, que nos rompa los esquemas y nos seduzca con el intelecto, con el espíritu.


"¡Pero eso sí! -y en esto soy irreductible-: No les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar, pierden el tiempo conmigo…"

Este fragmento, que pertenece al poema Espantapájaros, de Oliverio Girondo, es el que podríamos decir que representa mejor al protagonista, un tipo ansioso de escapar de la “normalidad dormida”; ésa en la que observa atrapado a todo el que le rodea, exceptuando a un par de locos como él…

Y como dicen que el que busca encuentra, Oliverio se encuentra a “la que vuela”. Pero su fortuna coincide con su tragedia, pues esta mujer voladora trabaja en un cabaret. Se dedica al oficio más antiguo de la historia. Se llama Ana, perdió a su esposo por culpa de los milicos, tiene una hija en un internado de monjas en Buenos Aires; ejerce de prostituta en Montevideo para poder mantenerla. Ya se ha acostumbrado a esa vida; no piensa en dejarla, aunque ame a Oliverio.



OLIVERIO: Te quiero.
ANA: Yo también. Pero puedo quererte sin tenerte. Hemos volado juntos... ¿Qué más hace falta?

Y este diálogo aborda otro de los temas importantes del filme: el de la posesión. “¿Cómo amar sin poseer?”, se pregunta Oliverio. “Amar es un pretexto, para adueñarse del otro, para volverle tu esclavo, para transformar su vida en tu vida. ¿Cómo amar sin pedir nada a cambio, sin necesitar nada a cambio?” y concluye: “Es muy difícil, el amor”. Sin embargo, luego de probar el cielo y el infierno, nos queda la sensación de que siempre es mejor sentir que no sentir. Que sentir, para bien o para mal, es estar vivo, y que siempre hay esperanza de algo más, si es que uno es capaz de sentir.



"¿Qué pasó? ¿Te llevó a volar y te dejó caer desde lo alto?"


Uno siente con Oliverio, se convierte en Oliverio y experimenta toda esa montaña rusa de emociones y sensaciones intensas mediante él. La película es mucho más que una mirada a Buenos Aires, o a los infortunios del mundo artístico; es un viaje al interior del ser humano en su máxima sensibilidad. Un largo paseo por las frías calles de la soledad, y un descenso a la profundidad cálida del amor.

Definitivamente, uno de esos filmes que tocan hondo y que nadie debería dejar de ver.





Ficha técnica:

Dirección: Eliseo Subiela
Producción: Suzanne Dussault, Roger Frappier, Susana Serebrenik, Fernando Sokolowicz
Guión: Eliseo Subiela
Poemas: Mario Benedetti, Juan Gelman, Oliverio Girondo
Música: Mário Clavel, Osvaldo Montes, Chico Novarro, Fito Páez
Fotografía: Hugo Colace
Reparto: Darío Grandinetti, Sandra Ballesteros, Nacha GuevaraMario Benedetti, André Mélançon, Jean Pierre Reguerraz, Mónica Galán, Inés Vernego
Países: Argentina, Canadá
Año: 1992
Género: Cine-arte, drama, surrealista
Duración: 127 minutos
Idioma(s): Español, Alemán


**VÉLA TÚ MISMO**


1 comentario:

  1. Imperdible. Ojalá hombres y mujeres arriesgarán por amor aunque caigan y buscarán menos poseer que ese es el baile con la muerte

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