Por: Alexiel Vidam
El cine me ha presentado a otro de mis escritores favoritos.
He visto Aullido, de Rob Espetein y Jeffrey Friedman, y me he enamorado de
Allen Gingsberg.
Allen fue uno de los más importantes poetas de la Generación Beat, junto con Jack Kerouac
–quien le inspiró- y William S. Burrughs. Él tenía la seguridad de que su función
era enseñarle al mundo a expresar sus sentimientos de la manera más sincera y
visceral… y que la comunicación con la musa tendría que ser tal cual uno hablase
con uno mismo.
La poesía de Allen es
cruda, “se siente como si te estuvieran destripando”, y eso se plasma
perfectamente en la película, que alterna retazos del juicio que recibió su
obra por obscenidad, con animaciones inspiradas en la misma. Las animaciones muestran una realidad
fría, morbosa; son una severa crítica al capitalismo, a la guerra y a la
represión sexual y espiritual. En paralelo, el juicio muestra la
mojigatería de una sociedad hipócrita, que intenta ponerle cadenas a la libre
expresión de las emociones, mientras pretende saberse erudita en formas que
juzga a la vez que defiende, en figuras que ya pasaron a la historia.
Los críticos que arremeten
contra Ginsberg le tildan de mal escritor, de no tener una buena forma
literaria, pero al mismo tiempo defienden a capa y espada el estilo de Walt
Withman, a quien reconocen como fuente de inspiración de Ginsberg.
Mientras somos testigos de este mundillo de caretas y
contradicciones, descubrimos también al joven autor y protagonista. Allen
Ginsberg es un muchacho tímido, que continúa siendo virgen a los 18 años, pues
no se siente capaz de conectar con otro cuerpo. Él percibe la unión como algo
carnal y espiritual a la vez. Y como se siente corto para expresar sus
sentimientos a quienes ama, escribe. Primero imitando las rimas de su padre –también
escritor-, luego liberando su propio estilo, gracias al estímulo de poetas como
Kerouac y más delante de otros como Solomon y Cassady.
James Franco como Allen Ginsberg |
A través de la poesía, plasmada después en película,
descubrimos el mundo interior de Allen. Le
comprendemos, conectamos con él… y sí –me atrevería a decir- le amamos.
Ya se lo había dicho el psiquiatra cuando él le cuestionó
preocupado:
“¿Y qué pasará cuando sea viejo y tenga manchas de orina en
mis pantalones y nadie me ame y tenga el pelo blanco y nada de dinero y sólo
hayan mendrugos de pan en el suelo? Y él me dijo: No te preocupes por eso, tú
eres encantador, y la gente siempre te va a amar así…”.
Dejo aquí el fragmento inicial del poema… como para animarles
a ver la película e investigar más sobre el autor.
“Vi los mejores
cerebros de mi generación destruidos por la locura, histéricos famélicos
muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una
dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al
dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y
con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural
de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las
ciudades contemplando el jazz.
Quienes expusieron sus
cerebros al Cielo, bajo Él y vieron ángeles mahometanos tambaleándose en los
techos de apartamentos iluminados.
Quienes pasaron por
las universidades con ojos radiantes y frescos alucinando con Arkansas y la
tragedia luminosa de Blake entre los estudiantes de la guerra.
Quienes fueron
expulsados de las academias por locos por publicar odas obscenas en las
ventanas del cráneo.
Quienes se encogieron
sin afeitar y en ropa interior, quemando su dinero en papeleras y escuchando el
Terror a través de las paredes.
Quienes se jodieron
sus pelos púbicos al volver de Laredo con un cinturón de marihuana para New
York.
Quienes comieron fuego
en hoteles coloreados o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o
purgaron sus torsos noche tras noche con sueños, con drogas, con pesadillas
despiertas, alcohol y verga y bolas infinitas…”
*Descarga el poema
completo dando click aquí.*
Dirección: Rob Epstein, Jeffrey Friedman
Producción: Gus Van Sant, Jawal Nga
Guión: Rob Epstein, Jeffrey Friedman
Música: Carter Burwell
Fotografía: Edward Lachman
Reparto: James Franco, Todd Rotondi,
Jon Prescott, Aaron Tveit
País: Estados Unidos
Año: 2010
Género: Biopic, cine
judicial
Idioma: Inglés
Duración: 84 minutos
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