domingo, 31 de enero de 2016

Las dos formas de la psicosis


Psicosis de Bloch Vs. Psicosis de Hitchcock


Por: Alexiel Vidam

Hace un par de meses, en un remate de libros, tuve la suerte de encontrar la obra en la que se inspiró una de mis pelas favoritas: Psicosis (1960), de Alfred Hitchcock. En el acto, procedí a llevármela, y hace unos días me sumergí en la lectura. Libro terminado y pela vuelta a ver, toca hacer las comparaciones del caso. **ATENCIÓN A SPOILERS**


Confusiones de nombre: “Psychosis” en lugar de “Psycho”

Para comenzar, quiero señalar que tanto en la obra original de Robert Bloch como en la adaptación de Hitchcock, hay un problema bastante grande que puede confundir al lector/espectador, probablemente producto de falta de investigación, o del mal uso que se suele dar en el habla cotidiana a ciertos términos psicológicos. El título original, tanto de la obra, como de la película, es Psycho, que en inglés significa “psicopatía”. Este trastorno suele ser confundido con la psicosis en el lenguaje común, pero la verdad es que uno no tiene nada que ver con el otro. Como ya lo hemos señalado en algún post anterior, la psicopatía es un trastorno antisocial que consiste en la falta de empatía con el otro; vale decir, falta total de identificación con el dolor ajeno y, por lo tanto, ausencia de culpa (a pesar de que SÍ existe conciencia sobre el daño provocado). Por otra parte, la psicosis se refiere a algún tipo de confusión o desconexión del individuo con respecto de la realidad. Algunos ejemplos serían el esquizofrénico, el paranoico, el hipocondríaco o quien sufre de trastorno de personalidad múltiple. Quienes ya conocemos la historia, por lo tanto, podemos comprender que el título en español es correcto, mientras que el título en inglés debió ser “Psychosis” en lugar de “Psycho”.



Un Norman completamente distinto



Una de las primeras cosas que pude percibir al iniciar la lectura (yo vi la pela primero), fue que me encontraba ante un Norman físicamente distinto. Mientras el Norman de la película –interpretado por Anthony Perkins- es un muchacho alto, delgado y con rostro infantil, el Norman del libro es un tipo cuarentón, gordo, con poco pelo y corto de vista. Tuve la impresión de que el autor buscaba ridiculizarlo contrastando estas características tan marcadas como “adultas”, con una actitud retraída, tímida, sometida, temerosa. Por el contrario, Hichcock nos muestra a un Norman capaz de conmovernos, de convencernos con su cara de “yo no fui” y su apariencia frágil. Mientras que en un primer caso se juega con el contraste, en el segundo se juega con la armonía. Personalmente, me quedo con el encantador Norman cinematográfico. Me parece que conecta más fácil con el espectador, y que su aspecto ayuda a mantener la intriga hasta el final, a mantener oculta su verdadera identidad. De hecho, el rostro de Anthony Perkins me quedó tan conectado a la imagen de Norman después de ver Psicosis de Hitchcock, que aun con las descripciones del libro, había momentos en que no podía dejar de imaginar al protagonista con la cara del actor.


Cambio brutal en la perspectiva y en la narrativa: ¿uno o dos psicóticos?

Ya que mencionamos la palabra “protagonista”. Quienes ya vieron la pela, habrán notado que, atípicamente, tiene dos protagonistas. Todo comienza con Marion y el robo de los 40 mil dólares. La seguimos en toda su tensión (la cual experimentamos en carne propia), y, recién después de su desaparición, Norman pasa a ser el protagonista.

Marion Crane

En el libro no sucede así. En el libro, Norman es el único protagonista desde un inicio; es con él que arranca la historia, y Mary Crane (Marion Crane en el filme) tiene apenas una breve aparición, que da solamente la excusa para investigar a Norman. Este detalle afecta significativamente a la narrativa, que en el caso de la película es bastante lineal, mientras que en el libro utiliza flashbacks. Norman recuerda la relación de su madre con el “tío Joe”, mientras que Mary Crane recuerda las circunstancias en las cuales tomó el dinero. Al mismo tiempo, cada tipo de narración tiene una justificación distinta de acuerdo con los intereses del autor. Bloch busca desarrolla más a fondo la personalidad de Norman, destacar su inestabilidad y el tipo de relación patológica que existe entre él y su madre.

Norman Bates, interpretado por Anthony Perkins

Por otra parte, Hitchcock pone más énfasis en el tema de la psicosis desde un inicio, sólo que no la centra únicamente en Norman. Si prestamos atención a las emociones que transmite la película, y conocemos previamente el concepto de la patología, reconocemos la psicosis también presente en el personaje de Marion. Ella experimenta una paranoia constante que se presenta como voces en su cabeza: voces que le “informan” sobre lo que estará pasando en su oficina mientras ella escapa, o sobre cuál sería la reacción de su novio al verla. Aquí tenemos, pues, otro tipo de psicosis. La película, entonces, tiene como protagonistas a dos psicóticos, mientras que el libro sólo tiene a uno.



Las negligencias de Hitchcock

Si bien hay que reconocer que Hitchcock es un genio manteniendo la tensión en todo momento, y se le añade el haber recreado a un Norman mucho más convincente, hay cuestiones en el desarrollo de la historia que se le escapan; que están mucho mejor dibujadas y resultan más verosímiles en la novela.

Las intenciones de Mary con respecto al dinero están más explicadas en el libro. Se entiende que ella en ningún momento lo tomó para sí misma, se desarrollan más las frustraciones de su vida, y se enfatiza también más en el arrepentimiento que experimenta. En la película, estos detalles están un poco pasados por agua tibia, y si bien la cuestión se sugiere, no queda del todo claro cuál fue el motivo real que llevó a Marion a cometer el delito, ni marcado el deseo de enmendarlo.

Marion y Sam

Sin embargo, me parece que el punto más importante que se le pasó a Hichcock, y que le resta credibilidad a la narración, es la forma en la que Sam y Lila (novio y hermana de Mary/Marion respectivamente) se desenvuelven en la habitación del asesinato. En el libro, ellos descubren la habitación donde la hermana/novia estuvo hospedada, reconociendo la letra de la misma en el registro del hotel. Es entonces cuando Lila exige a Norman que le de esa habitación pues “el número 6 es nuestro número de la suerte”, alegando también que representaba la fecha en la que ella y Sam se habían casado (información falsa, obviamente). Habiendo acorralado a Norman, a éste no le queda otra que darles la habitación, confiado de haber eliminado toda evidencia. Es en ese momento que Lila y Sam descubren el pendiente ensangrentado de Mary (detalle que a Norman se le había escapado); entonces, Lila engaña a Sam diciendo que buscará al Sheriff para ir a inspeccionar la casa de Bates (cosa que no hace, prefiriendo ir a indagar de una vez ella misma).

Lila y Sam

En la película, las cosas se dan de modo diferente. Marion estaba hospedada en la habitación número 1. Sam y Lila toman una habitación cualquiera y, cuando notan la ausencia de Norman, deciden hurgar en las otras habitaciones, comenzando por la número 1. ¡Oh sorpresa!, la puerta del cuarto estaba abierta. Para esto, a Norman se le había olvidado recolocar la cortina de la ducha (que se había caído durante el crimen). Lila descubre también un papel roto con anotaciones de su hermana. En ese momento, ella decide ir a interrogar a la señora Bates y se lo comunica a Sam, cosa que él asume con naturalidad (sin advertir a Lila sobre posibles riesgos). Hasta ahí, ninguno de ellos parece imaginar que Marion podría estar muerta, lo cual es bastante extraño por el modo en que se han desarrollado los hechos hasta ese instante (incluyendo la desaparición del detective Arbogast)… A mi parecer, demasiado descuido por parte del director.


El detective Arbogast


Apreciaciones finales


Disfruté bastante, tanto con la lectura del libro, como viendo la película. La lectura de la novela resultó bastante ágil y envolvente, mientras que el filme te mantiene en tensión constante. Considero que ambas historias tienen sus puntos fuertes y débiles. A mi parecer, el equilibrio perfecto se da respetando la narrativa del libro –ahondando mucho más en Norman-, pero colocándole mentalmente en el cuerpo y el rostro de Anthony Perkins. 

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